Capítulo 45
1435palabras
2022-08-19 00:00
El punto de vista de Levi.
Todavía podía sentirla luchar durante la unión. A pesar de que parecía inmóvil en la cama, yo podía sentir su dolor. Mi lobo gemía y, nervioso, se movía de un lado a otro sin saber qué hacer ante el sufrimiento de su compañera.
Y luego, su humor cambió a uno deseante de sangre. Quien sea que le haya hecho esto a nuestra compañera, ¡iba a pagar! Y por una vez, recibí su sed de sangre asesina.

"¿Alfa?".
Era Mick que me llamaba; casi ni registré su presencia. No me atrevía a moverme mucho porque no sabía bien qué haría mi lobo. Qué lo dejaría hacer yo...
"Envié rastreadores a tu casa", dijo de todos modos. "Los encontraremos". Estaba intentando tranquilizarme, pero yo no necesitaba seguridad, ¡necesitaba sangre!
"Cuando lo hagas, avísame", murmuré con voz mitad animal mitad humana. "Los mataré yo mismo".
"Sí, alfa", dijo con formalidad antes de cambiar su tono: "¿Cómo está?".
"Estable", repetí lo que las enfermas y los médicos habían confirmado una y otra vez, como si fuera algo bueno. "Lo que sea que quiera decir esa mierda". Podía sentir cómo ella luchaba. Podía sentir que estaba sufriendo. ¿Cómo podía eso ser algo bueno? Mi compañera estaba sufriendo.

¡Y yo no podía hacer un carajo para cambiarlo!
"¿Puedes sentirla?", preguntó Mick con cuidado. Apreté la mandíbula y mi cuerpo se tensó. ¡Quería destrozar a alguien o a algo! 
Las noticias de que ella era mi compañera habían viajado rápido, especialmente ahora que estábamos unidos en más que cuerpo y mente. Mi vida estaba ahora conectada a la de ella. Le había salvado la vida, y por eso los médicos seguían asegurándome que, sin mí, ella habría muerto. Me miraban con asombro, como si fuera un maldito salvador.
No salvé a nadie.

Asentí, finalmente respondiendo a la pregunta de Mick.
"¿Entonces cómo está?", volvió a preguntar; se podía escuchar una compasión fraternal en su voz.
"Está peleando", apreté los dientes y mi cuerpo temblaba de ira. "Está sufriendo y me siento un completo inútil acá sentado y regodeándome contra una puerta". Me paré, ya no podía seguir sentado. Mi sangre hervía y quería transformarme. ¡Cazar! "¡Debería haber sabido que algo así iba a pasar! Debería haber puesto guardias frente a mi casa. Debería hab...".
"¡Levi!", interrumpió Mick; su voz se mezcló con el poder alfa que todavía moraba en su sangre. "¡Este no es el momento para los debería haber...!".
"¡Debería haberla protegido!", grité. No me di cuenta de que lo había agarrado por la garganta hasta que tenía sus pies colgando en el aire. Yo tenía tanto poder que habría sido fácil partirle el cuello. Arrancarle el corazón y metérselo por la garganta.
"¡Fallé!", grité.
Él peleaba, pero no tenía sentido hacerlo contra mí.
Yo tenía todo este poder...
Y al mismo tiempo, era completamente impotente...
"¡Le fallé!".
De pronto, una mano cálida tiró de mi brazo. Me quedé sin aliento al reconocer el contacto de la mujer que me había criado. Mis ojos se encontraron con la rigidez de los suyos y, de pronto, me sentí como si fuera un niño nuevamente. Un niño pequeño que solo quería consuelo.
"Pero castigarte tampoco ayuda", la tía Sally me tranquilizó con suavidad, acariciándome el brazo. Respiré profundo un par de veces antes de bajar a Mick. Balbuceé una disculpa que el respondió con un chillido; le había apretado sus cuerdas vocales.
¡Genial! ¡Ahora sí que me sentía como una mierda...!
Como si pudiera percibir mis pensamientos (o quizás solo estaba acostumbrada a mis cambios de humor), la tía Sally me cubrió el rostro con sus pequeñas manos y me obligó a que fijara mi avergonzada mirada con la rigidez de la suya.
"¿Qué tal si dejas de regodearte contra la pared y vas a estar con tu compañera?", sugirió con amabilidad cuando en realidad era una orden. "¡Hazle sentir que estás ahí!", dijo sonriendo; su amor tiraba de las fibras de mi corazón. Supongo que nunca realmente me di cuenta lo fuerte y sabia que era esta pequeña mujer. Incluso ahora, que había estado estrangulando a su primogénito, no sentía rencor ni enojo hacia mí.
De hecho, veía mucho de ella en Dina y quizás por eso me enamoré de ella. Me recordaba a una mujer poderosa que no tenía miedo de enfrentarse a las bestias.
Asentí y luego de disculparme una vez más con Mick, volví a mi compañera. Todos se fueron y me quedé solo; por un rato, me quedé simplemente ahí de pie, observándola.
Recuerdo la última vez que estuve parado así...
Recién había vuelto luego de que mi lobo emergiera por primera vez. El cuerpo mutilado de mi padre yacía en el suelo. Había sangre por todos lados. En mis manos, mi cara, mi cuerpo... Y yo no sentía ni vergüenza ni remordimiento. Había matado a un monstruo y sonreía por eso; deseaba que hubiera sufrido mil veces más por lo que le había hecho a mi mamá.
Entonces, la llamé; estaba ansioso por contarle la noticia. La noticia de que éramos libres, de que nunca más nos volvería a lastimar. Que mi hermanito o mi hermanita nunca iba a sentir su ira. Él nunca podría volver a lastimar...
Secretamente, deseaba una hermanita, alguien a quien pudiera proteger y con quien no tuviera que compartir mis juguetes. Pero más que nada porque pensaba que las niñas eran tiernas. Y ella tendría la risa y la hermosa sonrisa de mamá. Y si alguien la molestara, le rompería los huesos.
Pude matar a papá por lo que definitivamente podría protegerla de cualquier cosa que este mundo lanzara sobre ella.
Sí… ¡Ese era el plan…!
Pero mamá no respondió. Caminé hacia ella para sacudirla, para intentar que despertara. Aún así, no respondió. Su rostro no era el que yo conocía. Estaba cubierto de sangre y un corte profundo nacía al lado del ojo y bajaba hasta su hombro. Sus pechos se asomaban un poco a través de la tela rasgada, también su panza que protegía a mi hermano por nacer. Su vestido blanco estaba cubierto de sangre.
Ahí fue cuando comprendí que algo no estaba bien.
¡Qué idiota que había sido!
Debido a mi estado delirante por las torturas que recibía de papá, no lo había visto atacarla a ella con el cuchillo más de una vez. Simplemente me transformé y lo ataqué. Su fuerza me era desconocida y que había seguido apuñalándola, una y otra vez también.
Había sido tan estúpido.
Si hubiera pedido ayuda enseguida. Si me hubiera levantado antes. Si hubiese sido simplemente más fuerte. Si no hubiera perdido mi tiempo destrozándolo. Si me hubiera acercado a ella antes, quizás entonces...
¡Le fallé!
Y ahora me habían dado una segunda oportunidad.
Ni siquiera me di cuenta de las lágrimas que se habían formado en mis ojos. Me senté junto a mi compañera y la observé. Me concentré en el suave latido de su corazón mientras las máquinas hacían lo que yo no podía hacer. Mantenerla con vida...
Les fallé…
Para cuando mamá llegó al hospital, ya tenía muerte cerebral. Y mi hermanita o hermanito no sobrevivió. Una máquina la mantuvo con vida por un tiempo más. Me pasé horas rogándole que volviera; intenté decirle que era más fuerte ahora y que iba a poder protegerlos.
Promesas vacías…
La tía Sally estuvo junto a mí cuando Alfa Danvers la desconectó. En momento en que la máquina paró, su corazón lo hizo también. Y mi mundo se destruyó en un millón de pedazos.
Le había fallado.
Y viví toda la vida con el sentimiento de fracaso. Se manifestaba con ira y rabia. También salía como incontables e insignificantes amantes y como drogadicción. Pero todo era para esconder lo fracasado que sabía que era.
Hasta que la conocí.
Dina.
Ella simplemente entró en mi vida y me aceptó como soy. Maltratado, moreteado y muy enojado. Ni siquiera parpadeó. No se fue, a pesar de que cualquiera en su sano juicio se hubiera ido. Tampoco se quedó por culpa u obligación. Ella no me veía como un alfa o una bestia.
No…
Ella vio algo más. Algo que todavía no podía comprender.
Un hombre.
Nada más y nada menos.
Ella era mi luz.
Quería protegerla, pero en realidad era ella quien estaba juntando mis pedazos rotos. Y me había arreglado, me había hecho mejor persona...
¡No iba a fallarle!
Me incliné, tomé su mano y la apreté con suavidad sobre mis labios; podía sentir la suavidad de su piel contra lo áspero de la mía.
"Por favor", le rogué cerrando los ojos. "Por favor, vuelve conmigo".