Capítulo 26
1156palabras
2022-08-08 16:32
Los eventos relatados por Levi.
—¡Carajo!
Repentinamente, la voz de Dina me apartó de aquel recuerdo. En ese preciso instante, ella estaba mirando su teléfono con los ojos completamente abiertos y una expresión de horror.
—¿Qué? —Mick y yo preguntamos al mismo tiempo, mientras ella se ponía de pie de un salto. Mi corazón se sobresaltó. ¿Estaría bien? ¿Habría pasado algo?
—Se me olvidó que tengo una cita esta noche —exclamó, apresurándose a juntar sus cosas.
—¿Qué?
Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera detenerlas, y estoy seguro, mi lobo también estaba allí. ¿Cómo me había dado cuenta? ¡Porque tenía un deseo cada vez mayor de matar, sin importar quien fuera la "cita"!
¿¡Lo digo en serio!? ¡Tiene que estar jodidamente bromeando!
—No es para pinchar tu burbuja, cariño —reflexionó Mick, mirando la hora —pero creo que dejaste plantado al tipo.
—Es una cita de estudio para un proyecto de grupo —dijo por encima de sus hombros. En aquel momento, solté un suspiro que no me había dado cuenta que estaba conteniendo.
¡Gracias a Dios!
—Si no hago el esfuerzo, no podré mantener mi calificación —dijo, antes de correr hacia la puerta. Pero, por supuesto, como era su costumbre, tropezó con el cable de la extensión y cayó golpeando su cara contra la puerta. —¡Arg, mierda! —ella gimió, frotándose la frente. —¡Nos vemos! Y traten de no cortar más líneas eléctricas mientras no estoy.
—¿Quieres que te lleve? —Le pregunté.
—Está bien —respondió y su sonrisa hizo que mi lobo se volviera loco. —Le pediré a Karen que me traiga de regreso.
De pronto, ella desapareció detrás de la puerta, por lo que inhalé profundamente, disfrutando de los restos de su olor, aquel aroma familiar de hierbas y bayas recién cortadas, que tanto me gustaba. Lo único que necesitaba en ese momento, era mezclarlo completamente con el mío y sería absolutamente perfecto, reflexionó en mi cabeza mi posesivo lobo alfa. De hecho estaba listo para ir tras ella en ese preciso instante.
—No te he visto sonreír así desde…—Mick interrumpió mi pensamiento. Me giré hacia él, y lo observé mientras fingía estar pensando con una mirada divertida en su rostro. —Hmm, nunca en realidad.
—Fue una historia graciosa —me excusé. No sé por qué, pero de repente, me sentí nervioso, de que Mick supiera lo que estaba pasando con Dina... ¡No es que hubiera un "Dina y yo"! Y ni siquiera sabía si le gustaba… ¿Realmente le gustaría? En otras palabras, yo la deseaba, ¿pero sería algo más que sexo? ¡Oh maldición!, ¿A quién estaba engañando? ¡Sí! ¡Me gustaba ella! No, no solo me gustaba, yo...
Yo…
Yo…
¡Estoy e…!
—¿Te has enamorado de ella?
Inevitablemente, aquella pregunta me apartó de mi propia confusión mental.
—¿Qué?
—Oh, vamos —sonrió mientras enumeraba sus cualidades— ¡Ella es sexy, agradable, divertida e inteligente! Y he notado la forma en que la miras…
—¡Mick! —Gruñí, logrando que se detuviera— ¡Trata de escaparte mientras te encuentres frente mío! —Mi lobo le gruñía. No le gustaba que Mick hubiera dicho todas esas cosas sobre Dina. ¡Ella era mía, aunque todavía no lo supiera!
—Te daría el mismo consejo —continuó Mick, y su sonrisa juguetona se volvió completamente seria.
—¿Por qué? —Fruncí el ceño. ¿Sabría algo sobre Dina de lo que yo no me había enterado? ¿Exactamente qué tan cercanos eran como amigos? ¡Y maldita sea aquella envidia, iba a ser mi final!
—Por si no te has dado cuenta —suspiró Mick —Ella está fuera de tu alcance.
—¿Qué se supone que significa eso? —Gruñí, sintiendo cada vez más difícil controlar a mi lobo. Por única vez en la vida, ya no quería matar a nadie más, solo quería seguir el dulce aroma de Dina y hacerla suya.
—Por un lado, eres su empleador —señaló Mick —Ella no es ese tipo de chica...
¡Entonces, la despediré! Fue mi primer pensamiento y mi lobo rápidamente estuvo de acuerdo. ¡Podríamos pasar hambre y suciedad por el resto de nuestras vidas, si eso significaba que podríamos tener a Dina!
—Y una chica como Dina quiere tanto seguridad como fuego y pasión —continuó haciéndome enojar.
¿No es lo que quieren todas las chicas?
—¿Cómo diablos sabes eso? —Fruncí el ceño.
—Porque mi pareja es su mejor amiga —continuó, con una pequeña sonrisa arrastrándose por sus labios. Estaba a punto de abrir la boca para decir algo cuando finalmente me di cuenta de lo que había dicho.
—¿Pareja? —repetí. ¿Mi hermano? ¿Mi pu** hermano tenía una compañera? ¡Y sí, tenía derecho a decir eso! ¡Sin importar el motivo, jamás había hecho algo como eso! Tenía a Cassy y Laura, claro, pero sabían que no eran las "únicas" y que no estaba buscando nada permanente, incluso antes de eso, no me había entretenido demasiado.
Rápidamente, él asintió y una enorme sonrisa se apoderó de sus rasgos.
—Se lo pregunté y ella dijo que sí —se encogió de hombros tímidamente. —Estás mirando a un lobo apareado, hermano.
—Felicitaciones, hombre —expresé con total sinceridad. Claro, que estaba sorprendido, ¿cómo no podría estarlo?, pero realmente estaba feliz por él. Y por lo que parecía ¡él también estaba feliz! En tanto, lo atraje hacia mí y alboroté su cabello perfectamente peinado, sabiendo que él realmente odiaba eso, y luego continué —Ella se arrepentirá de esa decisión una vez que vea este desastre, pero estoy seguro de que lo compensarás de otras maneras.
—Oh, vete al carajo —él frunció el ceño, y finalmente pude averiguar quién era Rita. Aparentemente, había estado tratando de decírmelo, pero últimamente estaba tan "distraído", que había decidido posponerlo. —Estuvimos hablando de que ella comenzaría su entrenamiento Beta después de las vacaciones escolares.
—Enviaré un mensaje para el Consejo —sonreí. Odiaba a esos viejos tontos, pero con suerte, se quitarían de encima ahora que al menos mi Beta tenía una compañera.
—Hablo en serio —continuó una vez que su risa se había calmado. —Sobre Dina.
—¿No crees que soy lo suficientemente bueno para ella? —Fruncí el ceño, molesto por su persistencia, y a mi lobo definitivamente no le gustaba el hecho de que siguiera buscando motivos para que yo no la persiguiera.
—Eso no es lo que quise decir —Mick se defendió rápidamente, como si estuviera percibiendo la ira que sentía mi lobo —Ella no es el tipo de chica con la que normalmente estás acostumbrado a salir, y tengo miedo de que te enamores perdidamente de ella, y luego...
—Y luego verá a mi lobo —terminé por él, sabiendo a dónde se dirigía —y se escapara de mí.
En aquel momento, mi lobo gimió, gruñó y suspiró al mismo tiempo ante aquellas palabras. No pudo evitarlo, no era su culpa. Dolía, pero en cierto modo, los entendía a ambos. Mick estaba preocupado de que me rompieran el corazón, y a mi lobo le atemorizaba que lo que dijera fuera verdad.
Seguramente, Dina, se enteraría de nosotros y luego...
Tan solo, suspiré, odiaba admitirlo, pero tenía razón.