Capítulo 18
1276palabras
2022-08-05 10:50
Punto de vista de Dina.
"¿Tú y Michael?", exclamé mientras mi mejor amiga reía como una hiena. Mi mandíbula seguía en el piso. Quiero decir, claro... Sabía que estaban saliendo. El tipo prácticamente se mudó al campus cuando le di el número de ella. ¡Literalmente lo veía más a él de lo que lo veía al alfa! Pero esto...
Aparentemente, él le había pedido que fuera su compañera ¡y ella había dicho que sí! ¡Luego de haber sido novios por solo dos meses! Eso... eso es un paso grande para los lobos; ¡realmente GRANDE! ¡Más grande que casarse! Afortunadamente, el compromiso no era un problema para los hombres lobo. Éramos animales sociales; más de lo que los humanos podrían comprender, por lo que los hombres lobo se convertían en parejas antes de casarse bastante seguido para que pareciera legítimo en el mundo humano.
"¿Por qué pareces tan sorprendida?", preguntó cautelosamente Rita y se mordió los labios. ¡Oh no, no ella...!
"ESTOY sorprendida", chillé antes de prácticamente saltar encima de ella. "Felizmente sorprendida, tonta. ¡¿Hablas en serio?! ¡Estoy tan feliz por ustedes!". Hicimos lo que cualquier chica hace en un momento como este: chillar como cerditos y zapatear como Happy Feet.
"¿No te parece que es demasiado pronto?", continuó Rita antes de soltarme y, una vez más, nerviosa se mordió el labio. Le revoleé los ojos.
"Sí, es un poco rápido, pero si es lo que quieres...", comencé a decir, pero el chillido de Rita me interrumpió.
"¡Lo es!", exclamó y se abrazó a sí misma para contener su emoción. "Quiero decir, siempre pensé que sería la solterona cuidadosa, pero cuando estoy con Michael es tan...". Intentó describirlo, pero en cambio se cubrió el rostro con sus manos y zapateó contra el suelo. Intenté calmarla porque estábamos empezando a llamar la atención de los otros estudiantes. Y, considerando todos los rumores que ya existían sobre alfa y yo, no necesitaba que interpretaran más de lo que ya habían hecho...
"Dina, estoy tan feliz", finalmente exclamó Rita tomando aire. "Incluso a mi loba le gusta y... ¡No sé! Nunca me había sentido así antes".
Me reí y la abracé nuevamente. ¡Maldición, amaba a esta chica!
"Suenas enamorada", bromeé cantando; disfrutaba de verla sonrojarse. Ella sonrió mientras una vez más se escondía detrás de sus manos.
"Pensé que había superado esa etapa adolescente y enamoradiza de la vida", dijo entre suspiros y risas, y sin poder ocultar su felicidad. Me hizo reír; las personas enamoradas son las más dulces...
"Ya sabes", continuó mientras arrancaba un poco de pasto, y jugaba nerviosa con él. "Me pidió que conociera a su familia el próximo domingo".
"Oh, el siguiente gran paso", bromeé, por supuesto, y me gané otro ceño fruncido de su parte.
"Oh, vete a la mierda", sonrió y me golpeó en el hombro juguetonamente. Me reí de su actitud teatral, pero estaría mintiendo si dijera que no disfrutaba de finalmente estar en el lugar de quien se burla.
"¡Y ahí va mi buen humor!", dijo de pronto Rita con una mueca. Su cambio repentino me sorprendió y entonces miré a mi alrededor. Ahí fue cuando escuché una voz, una que me produjo escalofríos por toda la columna.
"¡Oye!"
Me di vuelta rápidamente.
¡Josh!
Sentí mi corazón en el estómago y, de pronto, sentí ganas de vomitar. No lo había visto en más de dos semanas y, honestamente, podría estar un año más sin ver a ese imbécil.
"¿Qué quieres?", pregunté implacable mientras intentaba luchar contra cada rincón de mi cuerpo que gritaba masacre. ¡Estaba aterrada! La última vez que lo había visto, ¡había intentado violarme! Quería acercarme a Rita, pero me rehusé a rendirme a mis miedos. No iba a permitir que viera que me había lastimado.
Él, Dylan o cualquier otro hombre del mundo si por mi fuera. Jamás me rendiría...
"Yo solo... quería", tartamudeó y nervioso se rascó la nuca. En ese momento fue que me di cuenta de que tenía un ojo morado y que estaba muy pálido, casi transparente.
Calabozo, mi lobo sonrió. El Calabozo era una prisión para hombres lobo y podríamos decir que la disciplina ahí se desvió, por lo que los activistas por los derechos humanos se deben estar revolviendo en sus tumbas.
"¡Vine a pedir perdón!", exclamó de pronto, como si alguien lo hubiera pinchado. "No sé qué fue lo que me pasó y me comporté como un imbécil", dijo con un solo respiro. "Lo lamento, Dina. Lo lamento tanto".
Mi loba quería decirle que se fuera a la mierda, pero yo le recordé lo que nuestra madre siempre decía. Pase lo que pase, ¡siempre sé la mejor persona! De esa forma, vivirás una vida sin remordimientos...
"Acepto tus disculpas", respondí y vi cómo sus ojos se abrían de sorpresa. "Pero eso no nos hace amigos. Los amigos confían en el otro; yo no confío en ti y nunca más lo haré".
"Me... me parece justo", tartamudeó y dio un paso atrás. "De nuevo, re-realmente lo siento".
Entonces, él se dio vuelta y se fue corriendo, y eso me produjo una sensación de alivio en todo el cuerpo. Se sintió como si alguien me hubiera sacado un gran peso de encima.
"¿Lo perdonas?", exclamó Rita, y yo giré para ver la sorpresa en mi mejor amiga.
"Bien podría", me encogí de hombros y respiré profundo. Agarré un poco de pasto y jugué con él entre mis dedos. "No es que alguna vez volveré a ser su amiga; ya lo arruinó él. Además, si ese es el tipo de hombre que en realidad es, destruirá su propia vida más temprano que tarde y no hay nada que alguien pueda hacer para frenarlo". Me reí al recordar quién me había enseñado esa difícil lección. "Lo aprendí a la fuerza".
Sentí cómo Rita se acercaba y con su brazo envolvía mi hombro.
"¿Dylan?", preguntó, y yo asentí.
"Intenté 'salvarlo' tantas veces, pero uno no puede salvar a los que no quieren cambiar", suspiré y tiré el pasto. Odiaba que me lo recordaran, pero ya me había rendido con mi hermano. Y a pesar de que sabía que no había esperanzas, aún así me sentía culpable. "Lo mejor que puedes hacer es inspirar el cambio siendo la mejor persona que puedas ser y no dejar que te cambien".
"Eres tan dulce a veces", Rita me sonrió y me abrazó con fuerza por un rato, y yo sonreí. ¿Quién necesita un hermano con amigas como ella?
"¡Venga, vamos!", exclamó de pronto y pegó un salto que me tiró a mi también. "Necesito encontrar el atuendo perfecto para el domingo ¡y tú vas a ayudarme!".
"Es en dos días", exclamé porque sabía que esto quería decir: ¡ir de compras! Jamás comprendí su obsesión por la ropa. Tenía suficiente ropa como para abrir su propio Primark, ¡por el amor de Dios! Así y todo, siempre se quejaba de que no tenía suficiente...
"Mmm, me acabo de dar cuenta", dijo y una sonrisita malvada se dejó ver en sus labios. "Es muy probable que Alfa Stone esté en la cena del domingo".
"Sí", respondí, porque él pasaba casi todos los domingos en la casa de su tía. Pero si conocía bien a mi amiga: estaba tramando algo... "Michael y él prácticamente crecieron juntos".
"Entonces, ¿vas a estar ahí?", dijo sugestivamente. Oh, sabía hacia dónde iba esto...
"¡¿Et Tu, Brutus?!", exclamé ya realmente harta. Una cosa eran las burlas y los murmullos de los miembros de la manada, pero ¡¿ella?! "Te das cuenta que esos rumores...".
"¡Okey, okey! Solo digo", me interrumpió y dio un salto hacia su auto. "¡Espero que estés usando protección!".
"¡RITA!".
¡Basta! ¡Mi mejor amiga estaba muerta!