Capítulo 14
2414palabras
2022-08-05 09:56
Los eventos relatados por Dina.
Definitivamente, se me había exprimido el cerebro, y estaba a punto de gotearme por la oreja, por lo que suspiré y dejé que mi cabeza descansara sobre mi tablero. Habíamos terminado aproximadamente 2/3 del trabajo cuando, de repente, Josh y Sherly comenzaron a discutir sobre la tarea. Inevitablemente, estaba de acuerdo con Josh, lo que resultó en que Sherly se fuera furiosa y quedáramos solo Josh y yo. Y debido a que él era un nerd TI y este era un proyecto práctico, en ese momento, me encontré atrapada con todo el trabajo.
A pesar de todo, suspiré, casi habíamos terminado el plano (una parte del proyecto se había ido con Sherly) y solo faltaba el modelado. Usé la impresora 3D de la escuela (razón por la cual Josh fue de gran ayuda), aunque necesitaba agregar los toques finales y no tenía el plano.

A continuación, intenté enviarle un mensaje de texto a Sheryl porque no respondía a mis llamadas, pero lo único que obtuve como respuesta fue el dedo medio. Entonces, gruñí con enojo, haciendo que Josh levantara la vista del juego con el que se estaba distrayendo en su teléfono.
—¡Eso es todo! Me cansé —suspiré y tiré el teléfono de nuevo hacia atrás—. Terminaré el plano yo misma. ¿Nos vemos aquí de nuevo mañana? —Le pregunté, mientras comenzaba a guardar mis cosas. Estaba enojada, no solo con Sheryl, en realidad, mi reunión con Angela Danvers todavía estaba fresca en mi cabeza y una parte de mí quería buscarla y averiguar cuál era su verdadera intención.
Sin embargo, era una persona cuerda, y no quería obtener una orden de restricción, por lo que me resistí a aquella tentación, para la consternación de mi loba.
—¿Qué tal si volvemos a mi casa para terminar las cosas? —sugirió y se levantó con una cálida sonrisa en sus labios—. Terminemos con esta mier** de una vez.
—No puedo —respondí—. Tengo trabajo, ¿recuerdas? — Aunque sonaba maravilloso terminar con esa estúpida tarea, también sabía que solo yo trabajaría, mientras Josh jugaba con su teléfono, y de vez en cuando me daría una opinión sobre lo que había hecho mal, y aunque tuviera razón, en ese momento, no quería lidiar con eso.
—Entonces, ¿qué hay de tu casa? —él continuó, sorprendiéndome por completo—. No nos llevará demasiado tiempo.

Sí, podría ser, pero aun así me sorprendió. ¿Por qué estaba tan ansioso por terminar con el trabajo? ¿Se habría metido otra vez en problemas? Y aunque fuera inteligente, también era un vago de mier**, por lo que era habitual que se atrasara en las tareas.
—No lo sé —dudé por un momento. Y aunque hubiera querido ayudarlo si él verdaderamente se encontraba en problemas, no estaba segura qué diría Alfa Stone acerca de traer gente a casa para estudiar—. No es mi casa, solo vivo ahí porque trabajo allí.
—Podemos quedarnos en tu habitación —sugirió rápidamente y se acercó a mí. Aunque quería decirle que no, una parte de mí también quería actuar como una buena amiga, y el alfa me había dicho que la escuela tenía prioridad.
—Ok —cedí y una brillante sonrisa brilló en el rostro de Josh. Sonreí, pensando que seguramente estaría en problemas, y que no se animaba a pedirme ayuda directamente. ¡Hombres! —Pero primero tengo que recoger algunas cosas —dije y agarré las llaves del Honda rojo del alfa, el auto que usaba para ir y venir de la escuela.

Luego, fuimos al supermercado. En el camino, me había topado con una receta de Chili Con Carne que parecía bastante simple y decidí darle una oportunidad. También compré otras cosas; como los ingredientes para hacer panqueques porque, literalmente eso era lo único que podía hacer y comer. En verdad, una vez había intentado hacer un porridge y mientras Alfa Stone se iba de la casa, sus últimas palabras fueron —¡Nunca más vuelvas a hacer eso!
¡Pero hey! Vive y aprende, ¿verdad?
En efecto, estaba empezando a disfrutar de mis hazañas culinarias. En realidad, me resultaba divertido y por razones que todavía no podía comprender, Alfa Stone me lo había permitido.
Seguidamente, caminamos hasta la caja registradora con el carrito lleno. Usé algunos cupones y pagué el resto con la tarjeta de crédito de Alfa Stone.
—¿Pagas por todo eso? —Josh resopló y no pude evitar mirarlo horrorizada. Por supuesto, lo había dicho lo suficientemente alto como para atraer la atención de los otros compradores, y considerando que ese era un centro comercial humano, la mayoría de ellos no tendría idea de cuál era el contexto.
—No —dije entre dientes, absolutamente nerviosa, mientras trataba de contenerme de no golpearlo en su perfecto rostro cuadrado—. Esta es la tarjeta de Alp... del Señor Stone —le expliqué con calma, esperando que la gente lo entendiera.
—¿El Señor Stone? —Josh repitió y cruzó los brazos frente a su pecho, luciendo poco impresionado.
—Él es mi empleador —respondí no dándole importancia, aunque Josh solo se burló.
—¿Siempre compras la cena para dos cuando cocinas para tu jefe? —continuó y señaló la pila de comida que había comprado. Rápidamente, lo observé, como si hubiera querido matarlo con la mirada. ¿Cuál carajo era su problema?
—¿Esperas que me muera de hambre? —Le expresé y me volteé hacia él, ignorando las miradas que estábamos recibiendo. ¿Quién se creía que era este tipo y qué estaba haciendo ese imbécil aquí?—. En serio, Josh. Estás actuando muy extraño hoy.
—No creo que sea yo, quien está actuando de manera extraña —murmuró, apretando los brazos alrededor de su pecho, como un niño deprimido. Luego, revoleé mis ojos en absoluto desagrado y terminé mis compras. Como un mocoso malcriado, Josh se negó a ayudarme y regresó al auto.
Sinceramente, me sentí tentada de llevarlo a su casa y terminar el proyecto yo misma. Aunque también era consciente que eso significaría quedarme despierta hasta tarde para terminarlo, aunque en ese momento, hubiera preferido eso en lugar de aquel extraño estado de ánimo de Josh.
Afortunadamente, cuando llegamos a la casa del alfa, parecía haberse sacado ese cactus de su trasero y me ayudó a cargar con las compras. Ok, era demasiado bipolar. No comenté más que un “gracias” y cerré la puerta.
Había comenzado a dibujar diseños en las paredes con lo que más me gustaba: ¡líneas! Ok, en este caso, figuras de palitos. Me encantaba lo fácil que era transformar manchas grises en cualquier cosa imaginable y cómo las figuras de palitos contaban un millón de historias. El cielo es el límite como dicen. ¡Y todo gracias a las líneas!
¡Me encantan las líneas!
—Mi habitación está arriba, la primera puerta a la izquierda —le indiqué a Josh, quien asintió y se fue. Honestamente, estaba feliz de estar sola. Había estado actuando raro todo el día. ¿Quizás estaba teniendo su período? Sonreí ante aquella sugerencia de mi loba y guardé las compras. Cuando terminé, miré el reloj antes de subir. 17.05.
—Maldita sea —me apresuré a salir, y me golpeé el dedo del pie con la pata del taburete—. ¡Carajo! —me quejé mientras el dolor disminuía. ¡Maldición! Quizás Alfa Stone tenía razón era un milagro que todavía estuviera viva. Finalmente, suspiré y corrí por las escaleras.
—Josh —exclamé entrando a mi habitación, y lo encontré acostado en mi cama. Por lo cierto, suspiré totalmente molesta. ¿Él ni siquiera había comenzado? ¡Oh bien! Quizás todo era para mejor… —Lo siento, pero tengo que preparar la cena. ¿Podemos hacer esto mañana?
—Pensé que la escuela tenía prioridad —frunció el ceño y se sentó. No parecía para nada feliz.
—La tiene —suspiré, aunque dudaba que él "priorizara" la escuela tanto como yo, pero no quería tener otra pelea. En definitiva, estaba mentalmente agotada y, sinceramente, esperaba tener una cena agradable y tranquila con Alfa Stone. —Lo terminaré antes de la escuela mañana y también haré tu parte. Lo siento, ¿de acuerdo? Lo prometo
Rápidamente, él se puso de pie y caminó hacia mí. Realmente nunca me había dado cuenta de lo alto que era hasta que estuvo de pie justo en frente de mí. La proximidad me hizo sentir incómodo y di un paso atrás, aunque él me igualó dando un paso hacia mí. En ese preciso instante, mi corazón dio un vuelco y mi loba se reanimó, lo que no era para nada bueno.
—Tal vez la cena puede esperar, ¿sí? —dijo en voz baja y antes de que me diera cuenta, sus manos se deslizaron alrededor de mi cintura, atrayéndome hacia él.
—¿Josh? —susurré, tratando de alejarme de él— ¿Qué estás haciendo? —luego acarició con su nariz la curvatura de mi cuello e inhaló mi aroma, provocándome escalofríos por mí toda mi espina dorsal, aunque no era algo placentero. Luego comenzó a besar mi piel expuesta, provocando que saltara en sus brazos.
—¡Josh, detente! —Lo regañé y nuevamente traté de apartarlo de mí, aunque eso ni siquiera lo detuvo.
—¡Oh vamos! —sonrió estúpidamente y de pronto comenzó a caminar. Antes de que me diera cuenta, mis piernas golpearon mi cama y caímos. Finalmente, estábamos cara a cara y pude ver sus lujuriosos ojos negros y una sonrisa maligna en sus labios— ¿No era que solo estaba permitido el alfa?
No pude evitar bufar, y ni siquiera lo pensé, cuando levanté mi mano y lo abofeteé, esperando que le doliera más a él que a mí.
—¿Cómo te atreves? —Grité, mientras la ira corría por mis venas—. Estoy...! —Quería gritar, pero él me detuvo eficientemente, golpeando sus labios contra los míos. Intenté suspirar, pero me salió como un gemido ahogado, como si estuviera animándolo a continuar. En ese momento, el pánico se apoderó de mí. Inmediatamente, traté de darme la vuelta y empujarlo.
—¡Josh, detente! —le imploré, pateando y gritando, mientras maldecía mentalmente al idiota sexista, que les había dado a los hombres lobos sus cuerpos inquebrantables. Pero como si algo lo hubiera poseído, Josh rápidamente agarró mis muñecas y las sujetó, para luego continuar besando mi piel y mordisquear el lugar donde mi pareja me marcaría.
—¡Dije basta! —Grité nuevamente. Al instante, las lágrimas comenzaron a formarse en la esquina de mis ojos.
—Vamos —continuó—. Sé que lo deseas…
—¡No! —exclamé y me deshice debajo de él, intentando todo lo que estuviera a mi alcance para sacármelo de encima— ¡Detente…! —Me alegré de darme cuenta de que tuvo que dar pelea para mantenerme quieta y agradecí a los dioses por mi lobo más fuerte que el promedio. Pero aun así, él tenía la ventaja... Como si él también lo hubiera notado, me sonrió. Sin dudas, se me oprimió el corazón...
Mier**…
—¡Josh! ¡Detente! ¡Déjame ir!
De repente, un rugido atronador sacudió la casa, y una extraña paz llenó mi cuerpo y mi alma.
Alfa Stone...
En cuestión de segundos, Josh fue arrancado de mi cuerpo y arrojado al otro lado de la habitación. Afortunadamente, una ola de consuelo comenzó a recorrer mi cuerpo cuando una presencia alta y oscura se cernió sobre mí. Levanté la vista y, para mi alivio, me encontré con los ojos oscuros y vívidos del alfa. Sabía que me esperaba el regaño de mi vida, pero, sinceramente, estaba tan feliz de verlo, que tuve que resistir las ganas que tenía de besarlo...
De hecho, mi cuerpo estaba temblando, mi visión borrosa y mi corazón latía a un millón de millas por hora. Por suerte, sabía lo que me estaba pasando, gracias a que mi hermano me había dado una paliza antes. Mi cuerpo estaba reaccionando naturalmente, ante una situación anormal, recordé. Y con total rapidez me recuperé del ataque de pánico que estaba surgiendo en mi sistema. Enseguida, respiré profundo, antes de volver a levantarme. Por un segundo, el mundo comenzó a darme vueltas y estuve a punto de caerme. Repentinamente, un par de manos fuertes me tomaron del codo y me estabilizaron.
—¿Estás bien? —Alfa Stone murmuró en voz baja y yo asentí, mientras encontraba mi equilibrio. No me di cuenta hasta que me soltó, que su toque había enviado una corriente cálida por mi brazo, provocándome una sensación de frío y muerte cuando ya no me tocaba. Efectivamente, mi loba gimió, anhelando su contacto.
No obstante, el ruido junto a la puerta nos devolvió al mundo real, mientras observábamos los restos de Josh salir corriendo del lugar. De repente, Alfa Stone gruñó en voz alta, y noté que sus ojos se habían empañado, por lo que estaba segura de que estaba conectando mentalmente a alguien. Y a juzgar por el poder que irradiaba de su cuerpo, estaba furioso.
—Parece que te estás olvidando de mis reglas —gruñó en voz baja, sin dejar de mirar la puerta.
—¿Qué? —Pregunté confundida, mi corazón aún latía con fuerza en mi pecho. Y justo cuando se había calmado, comenzó a acelerarse nuevamente, cuando me encontré con sus oscuros e intensos ojos.
—¡Recuerdo claramente haberte dicho que esta es mi casa privada! —se burló dirigiendo su ira hacia mí—. No recuerdo haberte dado permiso para traer chicos aquí —Casi sin pensarlo, di un paso atrás de aquella oscura montaña de ira, mientras mi corazón parecía estallar y salirse de mi pecho.
—E-era para un proyecto escolar —me defendí rápidamente, antes de burlarme y poner los ojos en blanco— ¡Josh quería trabajar en otra cosa!
—Seguramente —repitió, su voz proyectaba molestia y pura rabia. Lamentablemente, tragué saliva, recordando quién estaba parado frente a mí.
—L-lo siento, Alfa —murmuré de prisa, fijando mis ojos en mis pies, como si fueran la cosa más interesante del mundo. Mis mejillas estaban ardiendo y me alegré de tener que someterme a él, porque no se daría cuenta de la vergüenza y la humillación que sentía. Aunque fuera extraño, era lo único que sentía en ese momento. ¿Por qué no le tenía miedo? Podía matarme tan solo con su dedo meñique, pero no había ni una pizca de miedo en mi sangre. De alguna manera, estaba segura de que no me iba a lastimar...
De pronto, la atmósfera cambió y una suave risa intensa llenó la habitación.
—Debería castigarte por esto, ¿no?
Y en ese instante, olvidé la vergüenza y humillación que sentía y miré hacia arriba. Sus ojos habían vuelto a su normal color azul oscuro, aunque brillaban con una alegría especial. Sus labios estaban ligeramente inclinados en "una sonrisa", que parecía cambiar el comportamiento de su postura de "Te voy a asesinar" a otra, incluso más perturbadora "Me voy a divertir contigo"
Forzosamente, tragué saliva y di otro paso atrás.
¡Realmente estaba en problemas!