Capítulo 79
1315palabras
2022-09-26 12:54
PDV Narrador.
– Toma, nos hace falta y creo que también nos hace falta hablar, sino nos vamos a volver locos iron man– dijo Pilar con una sonrisa triste a Luka, este intentó devolvérsela, pero solo le salió una mueca.
– Gracias Pili – tomo un sorbo del amargo café y se enderezó.
– Ella es fuerte, saldrá bien de esta porque me va a oír cuando despierte, por ser la segunda vez que me mantiene nerviosa y llena de miedo esperándola salir de una unidad de terapia intensiva.
– ¿La segunda? – preguntó Luka interesado, un tema sobre su fierecilla que n conocía era mejor que seguir viendo la puerta de la unidad de cuidados intensivos.
– Si, al poco tiempo de que salimos de la universidad Isabel le dio por cambiar radicalmente su vida tras una decepción, es algo que ella no cuenta, pero no es un secreto, así que se sometió a varias cirugías estéticas y en una de esas le dio un paro respiratorio, casi la perdemos, pero salió viva y feliz y estoy segura que también lo hará esta vez, ella sabe que la estas esperando. – Pilar suspiró y continuó.
– Recuerdo las caras de Mateo y de María y se me achica el corazón – ellos son como mis padres ¿sabes? – de pronto Pilar se tapó la cara y Luka también cayó en cuenta.
– Los padres de Isa, por Dios no le hemos avisado – Luka se levando de su asiento y caminó de un lado al otro.
¿Cómo él le iba a contar a sus futuros suegros que por venir su preciada hija a visitarlo a él ahora estaba entre la vida y la muerte?
– Yo lo haré le informó Pilar, – yo los llamo – le aseguró viendo la cara de atormentado y de culpable que tenía su interlocutor – no es tu culpa Luka, ellos lo entenderán – quiso reconfortarlo y lo abrazó.
Mientras tanto en la fría sala de quirófano, el cuerpo laxo, entubado y con una abertura en el pecho de Isabel por primera vez atormentaba al experimentado Ajax, tenía que salvarla, por muchas razones, primero por su ética profesional, segundo por que la mujer que estaba posada en esa cama era la mejor amiga de su pelirroja y que de seguro estaba esperando buenas noticias.
Y por ultimo y no menos importante era la mujer que su mejor amigo amaba, por primera vez en toda su carrera las emociones estaban jugando muy fuerte en su trabajo. Él había llamado a otro colega, además de un grupo de los mejores especialistas que estaban ahí en esa sala ayudándole.
El proyectil había perforado el pulmón, así que no solo se trataba de extraer la bala, en el proceso había fracturado dos costillas, y por fortuna no fue fatal debido a que la bala fue frenada un poco al rozar en el brazo de Luka antes de alcanzar el cuerpo de Isabel.
Por su parte Mario y Christine, ya estaban en el apartamento de ella, que quedaba al lado del de Luka, eran los dos únicos pent house en el edificio, así se asegurarían de estar cerca una vez que naciera él bebe. Mario llevo a la cama a s rubia que de vez e cuando lloraba diciendo que era la culpable de todo, él no lo entendía, peor no quería incomodarla con preguntas, suficiente pesada había sido la noche.
Estaba preocupado por Isabel, ella era su buena amiga y socia, tanto que estando un momento solo en el baño mientras se lavaba la cara elevó una plegaria por ella y su bienestar. Pensar en lo alegre que venían ambos en el avió para ver a sus parejas y que todo haya terminado así hizo que se le salieran par de lagrimas que se seco con rabia ante la injusticia. Por lo menos la atacante había muerto.
Salió del cuarto de baño y se encontró a Christine sentada en la cama con la expresión abatida.
– Me quiero bañar antes de dormir.
Sin tener que decir mas él la cargo a la ducha, la desvistió como si fuera una niña y justos se metieron bajo la llovizna de agua tibia para relajar y limpiar sus cuerpos. Después de eso, Mario calentó una taza de leche para ella le colocó un poco de miel para que se relajara y se fueron a dormir abrazados. En el fondo esperando que todo fuera una pesadilla.
En el hospital, Pilar no quería retrasar mas la llamada, sabia que era de madrugada y los despertaría, pero si esperaba más, sus casi padres estarían no solo tristes sin molestos con ella. Así que tomó su teléfono para hacer esa triste llamada.
– Alo papá mateo, es Pilar – dijo apenas escuchó la voz somnolienta de sesenta años.
– Pilar, hija ¿estas bien? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué llamas a esta hora? – preguntó el hombre dándose cuenta que eran pasadas las dos de la mañana.
– ¿Quién llama a esta hora? – escuchó Pilar a María.
– Es Pilar – le respondió el hombre antes de volver a ella quien estaba respirando profundo para agarrar valor.
Luka la miró y no pudo dejarle esa responsabilidad a ella, a fin de cuentas era con él con quien estaba Isabel, tomó el teléfono de la oreja de Pilar que aun no reaccionaba.
– Don Mateo, es Luka, lamento llamarle a esta hora y mas para decirle – se le quebró la voz y Mateo ya se estaba levantando y agarrando ropa del closet. – nos atacaron en mi edificio e Isabel salió herida, la están operando en este momento.
– ¿Qué es lo que has dicho? – gritó el hombre.
– Lo siento, lo siento mucho, estamos en el hospital central de Frankfurt, le puedo asegurar que los mejores médicos están con ella, sin embargo, no tenemos más noticias.
– Mi hija, mi bebé – dijo el hombre sin poderlo aún creer.
María saltó de la cama al escuchar a su esposo y le quitó el teléfono.
– Luka hijo, dime que mi Isa esta bien, dímelo – le gritó lo último.
– Que mas quisiera yo María, pero no sabemos nada, aun la están operando.
– Saldremos en el primer vuelo para allá – le aseguró la mujer y colgó para preparar una maleta rápida.
– Vamos Mateo, busca los vuelos, necesitamos estar allá con nuestra hija, reacciona.
A las seis y diez de la mañana era el próximo vuelo, compraron en línea los boletos y se fueron al aeropuerto con el corazón en la boca.
En la UCI del hospital central de Frankfurt, uno de los médicos estaba terminando de suturar a Isabel, Ajax estaba de espalda quitándose los guantes y lavándose las manos cuando el sonido que menos se quiere escuchar en una sala de operaciones sonó piiiiii, médicos y enfermeras escucharon y se vieron a las caras, el corazón de la joven se había detenido.
– Activen el desfibrilador alzó la voz el medico que estaba más cerca.
Ajax se abrió paso de nuevo para ubicarse al lado de Isabel. – no, no me hagas esto Isa.
– Uno, dos, tres, vamos – le dieron el primer electrochoque al corazón, cuando despejaron Ajax presionaba tres veces. – un, dos, tres – volvieron con la misma operación.
Para la tercera vez el medico que manejaba el desfibrilador anunció.
– Lo siento, ya no hay nada que hacer.
– No – gritó Ajax por primera vez perdiendo los estribos y empezó a golpear el corazón con ambas manos y a darle respiración boca a boca.
– Vamos Isa no nos dejes, despierta – seguía mientras que los demás se veían las caras, la enfermera no se atrevía a colocar aun la fecha y hora de deceso, su director médico aún seguía luchando por la vida de la joven.