Capítulo 77
1486palabras
2022-09-26 12:41
PDV Narrador.
– ¿Que dijiste? – preguntó Luka buscando entender.
– Fue Adela, tuvo que haber sido ella – afirmó casi segura, pero a la vez consternada.
– ¿Que carajos, de dónde sacas eso Chris?
– Vi a Adela hoy.
Luka se levantó del sofá y se agarró la cabeza con ambas manos, se arrancó la corbata como si le ahogara, Christine se sintió terrible de haberle engañado, sabría que se podría furioso, sin embargo, el hombre respiró profundo, dio varias zancadas para no gritarle a su amiga embaraza que si estaba loca.
– Lo siento Luka, no quise mentirte, pero tenía que verla y saber que hizo con la doctora.
– Mejor te vas explicando desde el principio, ¿Desde cuándo sabes que Adela está aquí? ¿Y qué relación tiene con la doctora?
– No sabía que estaba aquí, decidí escribirle porque tenía que terminar lo de nosotras, no la iba a dejar sin decirle nada, en cualquier momento podría aparecer y… – respiró profundo porque las lágrimas se le querían salir.
– Mierda Chris, ¿por qué no me dijiste nada?, esa mujer está loca, tiene denuncias por acoso, por favor, tienes que cuidarte, yo no puedo encerrarte.
Ella se quedó callada, no le iba a refutar que fue una negligencia de su parte, pero al final no había ido sola y menos mal.
– Lo cierto es que eso fue ayer luego de que se fue la doctora, ella me pidió vernos personalmente para hablar, no me respondió de inmediato, sino como una o dos horas después. Yo le dije que no teníamos que vernos que la decisión estaba tomada y ella me escribió que si quería volver a ver a mi doctora viva la viera en un café.
Las lágrimas salieron, ahora que se sentía segura sus defensas cayeron, Luka se volvió a sentar a su lado y la abrazó para calmarla. Cuando se sintió lista otra vez siguió con el relato.
– Te juro que intente llamar a la doctora decenas de veces y me asusté, aunque no podía creer que Adela pudiera hacerle daño a nadie.
– Dios Christine.
– Lo siento, no me volveré a exponer más, Luka tengo miedo ahora. Lo cierto es que por eso accedí a llevarme a los guardaespaldas, tampoco estaba muy segura de su reacción cuando le dijera que definitivamente la iba a dejar, ella estaba negada.
– Con que por eso los aceptaste tan tranquila – ella asentó con la cabeza – por lo menos.
– Lo cierto es que cuando la encaré y le pregunté por la doctora me dijo que estaba bromeando que com podría saber ella en que apartamento vivía yo.
– ¿Apartamento te dijo? ¡CARAJO! – Luka lo vio claramente, sabia donde vivían.
– Eso me llamó mucho la atención, pues ella solo sabía que vivíamos con mis padres, yo no le conté más, pero se lo dejé pasar, luego me quería llevar a su apartamento a la fuerza y ahí me ayudaron los guardaespaldas.
– Joder. Esto es un pu** desastre – Luka casi se sale de si mismo, era claro que Adela era una amenaza ahora, él debía cuidar a Christine, pero Isabel ya debía venir en camino, no podía bajarla del avión y dejarla en su casa segura.
– Yo no puedo asegurar que Adela le hizo daño a la doctora, pero porque me enviaría ese mensaje diciendo que si la quería volver a ver viva. Pero no entiendo ¿Por qué querría hacerle daño?
– Porque la vio cerca de ti otra vez y podían pasar dos cosas que la psicóloga te contara sus locuras o que tu finalmente volvieras en si, porque en el fondo ella sabe que te manipuló y que no es que te gustan las mujeres, la quería silenciar.
Christine abrió los ojos y la boca, jamás se le había ocurrido eso y de ser así era peligrosa y estaba suelta. Empezó a llorar otra vez.
– Mario también debe estar en camino ¿Qué vamos hacer?
– Ir a la policía a enseñarle los mensajes e irnos de aquí, por unos días, necesitamos estar juntos.
– ¿Qué le voy a decir a Mario? él no sabe nada de Adela.
– Dile la verdad, pero si no podemos decir que es una ex empleada loca. Que también es cierto. – le sugirió él.
Luka tenía tres horas para planificar un viaje express, llamo a su agente de viajes que le organizara todo para irse a Eastern Alps unas montañas que colindaban con suiza y Francia, también se conectó con su asistente para que se pusieran en línea y alquilara un vuelo privado.
Se fueron con los guardaespaldas hasta la estación de policía para que le tomaran la declaración a Christine. Se le ocurrió llamar a Ajax para invitarles, de seguro sería una buena sorpresa para Isabel que su mejor amiga los acompañara ya que sería un viaje grupal.
Se sintió algo aliviado cuando lo tuvo todo listo antes de que su fierecilla llegara, lo único que no pudo prever fue que solo le consiguieron espacio aéreo para las once de la noche, por lo que buscarían a Isabel y Mario al aeropuerto, estaría en el apartamento luego se irían todos juntos, había alquilado una van Mercedes Benz, quería tenerlo todo bajo control.
Le contó a Ajax lo que estaba pasando y estuvo de acuerdo con el plan, él llegaría con Pilar al apartamento de Luka a las siete. Con suerte estarían exagerando y fuera una fatídica casualidad.
Como siempre Isabel corrió a los brazos de su fuerte guapo ojos azul eléctrico, y se le guindo como una lapa, para comérselo a besos sin importar los demás. Por su parte Mario se acercó con la dulzura que lo caracterizaba y que llevaba enamorada a su rubia, se abrazaron y se dieron par de besos llenos de ternura y devoción.
Pasado un rato se intercambiaron para saludarse e Isabel le agarró la panza inexistente a Christine para saludar a la que o el que sería su hijo político, ella le habría traído un conjunto beige unisex hermoso porque aún no sabían el sexo. A pesar del miedo en ese momento solo reinó el amor y la camaradería, las parejas iban saliendo unos tomados de la mano otros abrazados por la cintura como si no se quisieran despegar.
De pronto, a pesar del calor del cuerpo de Luka quien la abrazaba, Isabel sintió un escalofrío, que llamo la atención de su hombre.
– ¿Todo bien preciosa?
– Si amor, pero no sé de pronto sentí como si me estuvieran viendo.
Luka aun no le había dicho nada, lo haría cuando estuvieran en el apartamento, de igual forma giró para ver hacia todos lados y apuró el paso. Al final alguien quien se estuviera escondiendo no lo iban a ver tan fácilmente y ese era el caso de unos ojos azules llenos de rabia y lágrimas que si los estaba viendo.
Adela se llenó no solo de rabia, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, su amada quien había sido su pareja por un año no estaba con Luka quien se suponía era su esposo por conveniencia, estaba con otro hombre y por los gestos que había hecho la otra mujer parecía que estaba embarazada. Lloró como se le había escapado en tan poco tiempo, se había confiado y se fue ahora todo era un desastre.
Si ella no era feliz tampoco lo iban a ser los causantes de sus lágrimas. Y para ella solo había un culpable, Luka, pero también le quitaría lo que el más quería.
El aeropuerto era solo un punto de vigilancia, había demasiada gente y sobre todo había policías cerca, ella no sería estúpida, lo seguiría hasta tener su momento, lo que, si sabía era que debía apurarse, pues, aunque estaba segura de que la doctora no la reconoció, de seguro estaban investigando.
En una de las salidas del enorme aeropuerto Rhein-Main-Flughafen los esperaba un chofer en la van color plateado y los llevaría a la residencia de Luka, que era seguido con una distancia prudencial por un auto pequeño.
Al llegar al destino, Adela había mal parado el auto para correr a su única entrada, pasar escondida junto a la van al estacionamiento subterráneo, apenas pudo pasar se escondió por los demás autos, mientras los demás se estacionaban en la entrada privada del edificio.
Primero salió Mario y esperó a su dama con la mano extendida para ayudarla a bajar y pasaron al lobby a esperar al otro par. Uno de los guardaespaldas, el que estaba frente al volante vio a una joven con una gorra y una gabardina negra venir hacia la entrada. Sin embargo, desvió la mirada a su jefe quien estaba bajando para luego cargar a su novia. Con el eco producido por estar en un subterráneo se escuchó.
– Ojo por ojo – seguido de un disparo.