Capítulo 72
1497palabras
2022-09-12 15:47
PDV Narrador.
Para Luka esos treinta minutos que pasó el tratamiento por la vena de su fierecilla se le hicieron eternos, quería hablar con ella, pero ésta estaba pensativa algunas veces y otras hablaba de cualquier cosa con Pilar que no se le quitaba del lado.
Ajax había informado que ya casi amanecía que le había colocado un calmante a Isabel para que descansará, así que lo mejor sería que se quedará durmiendo ahí en la habitación. Pilar se ofreció a quedarse a su lado, pero Isabel le dijo que no y fue rotunda.

Entre cuchilleo le dijo que mejor se fuera para su apartamento con Ajax y que le trajeran un cambio de ropa mañana o mejor dicho más tarde, cuando se despertaran.
–Yo me quedaré cuidándola – dijo Luka bajo la mirada de “es lo mínimo que puedes hacer” de Pilar.
–No es necesario – respondió Isabel.
–Para mí si lo es, dormiré en el sofá – fueron las palabras de luka para zanjar el tema.
Más tarde cuando los dejaron solos, Isabel estaba algo atontada por el medicamento, se quedó mirando al hombre enorme intentando ver cómo cabría en el pequeño sofá de dos puestos y le dijo.
–Duerme aquí, ahí no vas a caber, total ya me has hecho de todo.

A Luka se le iluminaron los ojos cuando la escuchó y sin perder más tiempo, se quitó la ropa y se acostó a su lado.
–Duermo desnudo, ¿No te importa?
–Qué más da – respondió la española soltando un bostezo y quedándose dormida.
Horas después Isabel se sentía cómoda, descansada y hasta revitalizada, estaba bajo la cómoda colcha, que estaba calientita, pero más caliente tenía el muslo y el brazo izquierdo, cuando abrió los ojos se vio a sí misma con esas dos extremidades sobre la cadera y el torso del hombre blanco y grande que estaba a su lado, ella lo había abrazado.

Cuando intentó separarse de él, sin querer la pierna de ella tocó con algo suave y duro.
–Por amor a la virgen – exclamó por lo bajo al ver la erección en todo su esplendor de su compañero de cama, y sus glándulas salivales comenzaron a hacer su trabajo.
Ella no podía apartar los ojos del cuerpo esculpido de Luka y de su cara relajada y con la boca semi abierta, era innegable la atracción y el deseo que tenía por ese hombre y con lo que le había dicho ayer, esa declaración en el que ella apenas articuló palabra. Estaba pérdida, pérdida sin remedio por Luka Quant. No sabría que iba hacer más adelante, pero si sabía que quería hacer ahora mismo y era devolverle o cobrarle un orgasmo sin tocarla.
Se levantó de la cama se peinó con las manos, se cepilló, se aseo todo en silencio para no despertar al gigante dormido, pues lo que tenía que tener despierto ya estaba. Se devolvió y lo encontró con las piernas abiertas y una mano reposada justo al lado de su erecto miembro. Se veía demasiado apetecible y ella se lo iba a comer.
Se lamió los labios, se colocó en el espacio libre entre las piernas de él, lo agarró por la base y pasó su lengua por el extremo en forma de champiñón. Luka se estremeció, pero asumía estaba soñando, la atrevida abogada empezó a mover la mano de arriba a abajo haciendo cierta presión y chupaba lo que su mano no abarcaba. Pronto como si fuera posible la entrepierna del alemán se ensanchó más y creció entre su mano.
Luka estaba soñando que se había despertado al lado de Isabel quien seguía dormida y él había empezado a besarle sus perfectos pechos mientras ella se removía en la cama, saber que se había dormido a su lado apenas en una tanga lo había tenido duro durante casi toda la noche, él sabía que ella no estaba en condiciones de hacer nada, pero en la mañana no pudo controlarse más.
Él besaba el plano abdomen de ella mientras pasaba sus manos por la parte interna de sus muslos, escuchaba los gemidos de ella pidiendo más y coloco la palma de su mano derecha sobre su pelvis ya húmeda en hinchada.
Isabel lo miraba como jadeaba, acaso se estaba haciendo el dormido o estaba soñando se preguntaba, cuando la mano de él se posó en la parte trasera de su cuello y empezó a moverla de arriba abajo y con su debo del medio hacer círculos, después le tomó la oreja y con un dedo parecía querer ¿masturbarla?
Ella incrementó los movimientos y las lamidas y él abrió los ojos los cuales se encontraron con los de ella, azul eléctrico extrañado contra unos de color miel extasiados.
–No estaba soñando.– expreso él jadeando.
Ella negó con la cabeza lo que hizo que el movimiento lo volviera más loco a punto de explotar en la boca de su atrevida fierecilla, estaba tan excitado como feliz.
Luka hizo el intento de agarrarla por la cabeza, pero ella paró.
–Ahora eres tú quien no me puedes tocar, así que te quedas ahí tranquilito guapo.
El alemán artículo sus labios, pero ninguna palabra salió Ella le había dado una orden y él estaba fascinado, movió las caderas al ritmo de la boca de ella, con la otra mano Isabel le cubrió los testículos y los acariciaba y fue su perdición.
–Para o llegaré en tu boca.
Ella lo sacó de su boca solo quedándose con la punta y con la palma le dio un cachete en el miembro, luego lo tragó todo lo que pudo. Luka se arqueó y gruñó “fierecilla bruja” mientras sus fluidos llenaban la boca de ella.
–Eres una perversa, ¿lo sabes? – le dijo él agarrando la esponja de baño y masajeando la espalda de ella.
Luego del intenso placer que le había dado, la cargó y la llevo a la ducha para asearla.
–Creo que tengo un buen maestro – le replicó ella.
Se besaron con pasión y Luka la cargó pegándola de la pared de la ducha.
–¿Ah si? Vamos a ver qué te enseño en esta lección.
Ella le apretó los botones mínimos que él tenía en su pecho, lo que lo encendió y el sin contemplación la clavó en él y con una mano masajeaba su trasero hasta encontrar una parte que quería probar de ella.
Le empezó a hacer círculos en esa zona remota mientras la embestía y los gritos de Isabel no se hicieron esperar hasta que alcanzaron el nirvana nuevamente.
Al llegar a la cama el se lanzó sobre ella aún en toalla y colocó sus fuertes antebrazos a cada lado de la cara de éxtasis de Isabel.
–Te ves hermosa recién cogí**
Ella río negando con la cabeza.
–Tú no te ves mal. – dio un respiro profundo antes de hablar era el momento. Se removió y carraspeó.
–Vivimos en dos países distintos, aquí tengo mi bufete.
–Puedo venir todos los fines de semana si quieres. Total, también tengo un negocio que cuidar aquí.
–Crees que los padres de Christine aceptarán así no más que se divorcien cuando ella está embarazada.
–No lo sé, y me importa poco, no nos casamos bajo ningún contrato con cláusulas. Nos podemos separar cuando queramos, además, si hay algo que le importa a Armin tanto como su familia, son sus negocios y ahora somos socios.
–Desde que nos dejó a Chris y a mí a cargo de la corporación hemos incrementado el profit y eso lo tiene por demás contento. Por otro lado, no es que yo haya sido especial, aun cuando nos conocemos desde que tengo como diez años y los Albertch son mis padrinos ellos querían que su única hija se casará con un buen hombre, la única decisión de Christ fue que ese hombre fuera yo, por las razones que ya sabes.
Se sinceró él a fin de que su amada supiera donde estaban todos parados.
–¿Y qué hay de la que es o era pareja de Christine?
–Está en Suiza terminando unos estudios que le pagó Christine, ella era su asistente personal, pero yo la despedí hace poco, Adela no es buena para Chris, la investigué y tal parece que lo que hizo fue manipular a mi amiga, haciéndole creer algo que no es.
–¿Te refieres a que no crees que a Christine le gusten las mujeres? Aunque si me preguntas a mí no me lo parece, además creo ... – Isabel se quedó callada pues no sabía cómo iba a reaccionar Luka.
–¿Que le gusta Mario? – él completó la frase y ella se sonrojó y asintió.
–Creo que ambos se gustan y me parece muy bien, Mario es un buen tipo.
–Y siempre ha querido tener hijos, pero su ex no.
–En fin, Luka Quant, tú me gustas y mucho, tanto que prefiero no tenerte que a equivocarme y salir herida.
–Y tú me encantas fierecilla, como nunca nadie y te quiero en mi vida siempre.