Capítulo 71
1290palabras
2022-09-12 15:45
PDV Narrador.
Luka actuó rápido y sostuvo a su fierecilla cuando la vio desfallecer, la cargó entre sus brazos y por un momento se sintió culpable. Paolo también dio un paso al frente en intentó quitársela al alemán.
–No la toques – le respondió el de ojos azules caminando muy de cerca de Ajax y Pilar que lo seguían.
–Quien no la debe tocar eres tú, ella es mi ... – fue callado por la grave voz de quién carga inconsciente a Isabel.
–¿Es tu qué? Ella no es nada tuyo, mejor vuelve con la rubia a la que te estaba follando niño.
Paolo se detuvo, como lo podía haber sabido, se puso pálido, aunque ciertamente no era nada oficial de Isabel, él era su cita de esa noche y había terminado en el baño con una rubia. Mié**** había echado a perder su oportunidad o por lo menos ahora le costaría más por andar de calentón.
Llevaron a Isabel a una de las habitaciones exclusivas de descanso y fue examinada por Ajax, quien le iba midiendo las pulsaciones mientras su mejor amigo la llevaba cargada. Luego de un chequeo preliminar dijo.
–Al parecer solo está algo deshidratada, sería mejor llevarla a un hospital para que la hidraten vía intravenosa.
–¿Hay alguna manera de traer eso para acá? – consultó Luka.
–Si, pero no tengo contactos aquí amigo – respondió el médico con cara de decepción.
–Dime que necesitas, yo me encargo – respondió Mario al ver la mirada de súplica de Luka.
Pilar estaba sentada en la cama al lado de su mejor amiga tomándola de la mano. Luka en una silla al otro lado, Christine miraba la escena con muchas preguntas, Isabel parecía ser tan sana que no entendía como se había desmayado así de pronto.
Pilar no aguantó la curiosidad, y preguntó viendo al alemán con cara de preocupado, mientras traían alcohol para hacer despertar a la abogada.
–Me puedes explicar que fue lo que pasó, porque algo me dice que tienes que ver con esto.
Luka alzó la cara y dejó de admirar el pasivo rostro de Isabel para encontrarse con los ojos rabiosos de Pilar.
Tú lo viste se sorprendió cuando vio mi traje – él no quería dar más detalles íntimos pero la boca de Pilar no se detuvo.
– Si eso lo vi, y por esa misma razón te lo estoy preguntando, fue contigo con quién estuvo Isa y no con Paolo, ¿Cierto?
En ese momento entraron por fin con el alcohol y unas gasas, Ajax las tomó y se acercó a Isabel, no sin antes solicitar amablemente a Christine y Mario que dejarán la habitación y le avisarán cuando llegarán los insumos, porque no le iba a hacer bien a Isabel encontrar tanta gente a su alrededor.
Al sentir el olor de la gasa impregnada de alcohol Isabel arrugó la cara y despertó, encontrándose con el guapo rostro del doctor, que había separados Luka para poder atenderla.
– Isa por Dios que susto me diste – abrazó Pilar a su amiga.
– Déjala que respire bien conejita – le pidió el doctor a la pelirroja.
Isabel se reincorporó poco a poco para identificar donde estaba y luego posó sus ojos sobre unos azules eléctricos que estaban alegres por verla despierta, pero preocupado por su reacción.
–Tu – dijo la abogada señalándolo – ella quería gritarle, decirle muchas cosas, pero estaba con muchas emociones encontradas, ese encuentro había sido casi que soñado, lo había disfrutado de todas las formas posibles.
Ese hombre por segunda vez había hecho de ella lo que quiso haciéndola llevar a prácticamente el nirvana. Le gustaba y mucho podría caer rendida a su complacencia, pero la había engañado de manera vil.
–¿Por qué? – fue lo único que le salió – ¿Por qué lo hiciste?
Antes de que el hombre pudiera responder, Isabel giró a ver a los demás.
–Por favor ¿nos pueden dejar solos?
–Isabel, te encuentras deshidratada, enviamos a pedir una hidratación para suministrártela por la vena, debe llegar de un momento a otro, así que mientras por favor trata de no agitarte mucho – informó Ajax en su tono de medico que no aceptaba un no por respuesta. – estaremos aquí cerca.
–Está bien, gracias.
Pilar la abrazó antes de bajarse de la cama, Luka se sentó donde estaba sin quitarle la mirada de encima hasta que la pareja los dejó solos.
–¿Entonces? – Insistió ella.
–Porque soy un pu** egoísta, porque te quiero para mi Isabel Martin, eres como una bruja que me tiene hechizado, no quiero a otra mujer si no es a ti a mi lado, me morí de celos cuando supe que venias con ese muchachito y no iba a permitir que estuvieras con él. Yo … tu… – Luka tomó una respiración profunda, no sabia como expresarle sus emociones.
No te miento cuando te digo que lo que tu crees que sabes de mi matrimonio no es cierto. Yo no te quiero como una amante o bueno si por supuesto que quiero que seas mi amante, pero no solo eso, quiero conquistar todo de ti en especial esto – le toco la cabeza – y esto – le colocó su dedo índice en el pecho. Quiero tener de ti todo lo que me quieras dar y más.
Isabel casi pudo ver como sus barreras se iban rompiendo una a una, esa había sido la declaración más bizarra y extraña que había recibido, pero también la sentía real.
–Lo sé, se lo que tienes con Christine – le confesó ella.
–¿Lo sabes?
–Ella misma me lo contó – Luka abrió los ojos asombrados, no se imaginó que su mejor amiga le contara todo, ¿Por qué lo habría hecho sin decirle nada? Se preguntó.
–Me dijo que sus padres la presionaron para que se casara, que ella tenía una pareja que no se sentía bien presentarla y como tu eres su mejor amigo y la respetarías llegaron a un acuerdo de seguir sus vidas intimas a su manera, pero se iba a casar momentáneamente.
Luka solo asentía, debía darle las gracias a Christine.
–Pero ahora van a tener un bebe.
–Eso también.
–Si también me lo contó, tiene unos padres muy controladores al parecer, pero no deja de ser cierto, que un hijo tuyo está creciendo en su vientre, ¿cómo se van a divorciar ahora? Es su responsabilidad esa criatura que no tuvo la culpa, como la vas a dejar sin papá.
–No los voy a abandonar Isabel, seré responsable por él bebe y también por Christine si sus padres deciden no apoyarla más, ahora es diferente y si puedo, antes yo también estaba atado de manos. – Luka tomo el rostro de Isabel entre sus grandes manos y la miró fijamente a los ojos – Por favor fierecilla, déjame estar cerca de ti, déjame conquistarte.
“Por favor déjalo, dile que sí, es nuestro hombre” le gritaba su CI.
–No lo sé, estoy dolida por este engaño.
–Dime que no te gustó, dime que no disfrutaste cada momento que estuvimos en esa habitación, ¿de verdad crees que ese niño te puede hacer sentir lo mismo que sientes cuando esas conmigo?
Isabel sin querer negó con la cabeza.
–Porque mi cuerpo responde al tuyo con la misma intensidad, y solo lo he sentido contigo, por eso sé que eres tú.
Isabel cerró los ojos y unas lágrimas traviesas se asomaron en sus parpados. Sentía que se le quemaba la garganta si no le decía algo, para que ponerlo a sufrir si ella sentía lo mismo.
–Siento lo mismo que tú, pero no …
No pudo decir más porque entró el medico con par de personas más para instalar los insumos y tomarle la vía.