Capítulo 66
1492palabras
2022-09-07 13:45
PDV Narrador.
Esa tarde Isabel y pilar fueron a almorzar con Christine, la pasaron buscando por el hotel donde se hospedaba y la llevaron al Restaurante la tasquita del frente en la ballesta, para que probará las albóndigas de solomillo que eran una delicia.
Por suerte, a la alemana le encantaron y lo pudo sostener en su estómago, hablaron de todo un poco, conociéndose, y Pilar quien tenía que sacarse la espinita de dos cosas, aprovecho de preguntar.

– ¿y como terminó reaccionando el padre de la criatura cuando le contaste la noticia? – Isabel le abrió los ojos por imprudente, pero la pelirroja no le prestó atención.
– Salió corriendo a D’noir y le tuve que pedir a Ajax que lo rescatará, ni se enteró como regresó al apartamento – respondió la alemana negando con la cara recordando ese día.
– ¿De la alegría o del shock?
– ¡Pilar! – le llamó la atención Isabel.
– ¿Que? Ella fue la que dijo que Luka se iba a morir cuando se enterará – respondió aguantando la risa.
– Está bien. Fue del shock, la verdad no lo esperábamos. – respondió sinceramente Christine, ya le había hablado con la verdad a Isabel.

– Mejor hablemos de la fiesta – quiso cambiar el tema Isabel.
– Excelente, ¿De qué van a ir vestidas?
– Yo de la mujer maravilla – respondió Isabel, moviéndose el cabello.
– Yo de black widow –agregó Pilar.

– Me encantan, yo iré de Batichica.
Comieron, las españolas se tomaron un tinto de verano mientras que la embarazada solo agua gasificada. Y a mitad de tarde se fueron a preparar, la fiesta empezaría a las diez.
Antes de despedirse Isabel le ofreció a Christine.
– ¿Quieres que pasemos por ti?
– Gracias, Mario se ofreció venir por mí, nos veremos allá.
– ¿Y Luka no viene? – preguntó la pelirroja, aunque se sorprendió al escuchar que Mario pasaría por ella, pero por ser uno de los socios, pues lo vio normal.
– Supongo que ya no viene, en la mañana que hablamos me dijo que no sabía, ciertamente hay mucho trabajo por hacer.
A las ocho de la noche, Paolo le envío una foto a Isabel, era de él en la oficina aún, con la mano en la barbilla y rodeado de libros. Con el título.
Paolo.
Belleza, no podré ir por ti, tengo que terminar un informe de un caso que me lleva de cabeza, pero te prometo que te alcanzo allá en el local. Lo siento. usó un icono con una lagrima.
Isa.
Que mal, me hubieses avisado y te ayudo, nos vemos allá entonces, te espero.
– Bueno mi pareja llegará tarde así que nos iremos nosotras adelante – le informo a Pilar, mientras la ayudaba secarse el cabello.
A veinte para las diez salieron, ya que el local de Liberty estaba relativamente cerca del apartamento de Isabel, se estacionaron en el sótano y subieron a planta baja, donde se encontraba la recepción.
Mostraron sus invitaciones electrónicas y Pasarón en el centro había una réplica de la torre de stark de unos cinco metros de altura, en la base estaba una barra circular con varios bartenders que atendían a los invitados. Había espejos por doquier.
Estaban dispuestas figuras tridimensionales a tamaño real de los personajes de Avengers y la liga de la justicia, globos y una decoración genial, las meseras algunas llevaban mini faldas otras llevaban pantalones de cuero con un top todo de negro y con un antifaz, por su parte los meseros y bartenders iban vestidos con unos shorts de látex verde, así como su máscara.
Obviamente todos tenías unos cuerpos fabulosos, así que eran unos colirios tanto para hombres como para mujeres.
Las amigas caminaban maravillados, viendo cómo los demás invitados lucían sus trajes con versiones más sexies. También había hombres y mujeres en una vitrina como si fueran maniquíes para ser elegidos y llevados a una habitación.
Más adelante estaba la zona de las mesas, y se encontraron dónde estaba Fernando con su esposa quien no dejaba de ver a los lados, pero sobre todo a Christine que estaba muy amena sentada al lado de Mario. Era una mesa para diez personas, pero solo iba a ser ocupada por ocho.
Isabel sin querer sintió una nostalgia que no se esperó al observar las sillas vacías en una se suponía que debía estar su pareja y la otra el socio mayoritario de Liberty.
Todos habían sido informados que iban a estar dispuestos por todo el lugar notas para ser enviadas como invitación en ella solo debía de ir los nombres de los personajes el incitante el invitado y la habitación escogida.
Había una pantalla con el nombre de las habitaciones los cuales como era de esperar se llamaban como las ciudades donde vivían los superhéroes. Al lado una luz que indicaba verde si estaba libre, rojo si estaba ocupada o naranja si estaba ocupada, pero aceptaba más participantes.
Mario y Fernando dieron unas palabras de bienvenida y explicaron la misión de Liberty, era totalmente novedoso para la zona y los invitados aplaudieron extasiados al saber que ahora tenían un lugar seguro, sano donde practicar el BDSM o simplemente querer salir de la rutina con sus parejas.
Luego del brindis y las felicitaciones empezaron algunos espectáculos. Todo era tan erótico, pero a la vez elegante que Isabel se sentía que, si no llegaba Paolo, podía alquilar a uno de ellos maniquíes.
Al rato Pilar fue al tocador al regresar vio a un hombre alto blanco con un traje de Iron Man que estaba para babearse, ese debía ser Paolo porque su amiga le había dicho que ese era su traje de hoy, sin embargo, tenía una máscara puesta que no dejaba verle el rostro.
Ella se apuró a la mesa a darle la nueva buena a Isabel.
– No me habías dicho que ese Paolo estaba tan bueno, acaba de llegar.
A Isabel se le iluminaron los ojos.
– ¿Dónde está?
– Lo vi pidiendo una nota – le dio con el codo en una costilla a Isabel en forma pícara – llegó tarde pero no pierde el tiempo.
No pasó mucho tiempo cuando se acercó una mesera y le entrego a Isabel la nota que citaba.
Para: mujer maravilla.
De: Iron Man
Lugar: oficina de stark.
A Isabel se le aceleró el corazón por la novedad y lo que se suponía era la invitación, hasta le pareció bastante atrevido de Paolo invitarla si ni siquiera ir a saludar a la mesa, pero eso ya no importó ella estaba caliente y deseosa. Se levantó de su asiento para dirigirse al baño a refrescarse y repasar su maquillaje.
Las mazmorras estaban en el primer piso, las habitaciones en el segundo y el tercero era para algunas oficinas y habitaciones para un verdadero descanso solo para clientes VIP.
Isabel con manos temblorosas subió al segundo piso por el elevador y se detuvo en la puerta identificada como la oficina de stark, ¿Que le esperaba? Por lo mínimo una buena sesión de s**o habían pasado dos años, pero la última vez recordó que Paolo era bueno.
Respiró profundo, tocó el timbre y escuchó un clic indicando que la puerta se había abierto, al pasar, sus ojos curiosos rápidamente pasaron por toda la habitación que contaba con un escritorio en forma de U tal como el de Tony Stark, con un pequeño banco donde estaba sentado de espalda Iron Man.
Sobre el escritorio colgaban pantallas de TV con escenas de SM muy muy calientes, había una cruz de San Andrés transparente con sus respectivos agarres para manos y piernas, un sofá muy moderno alargado tipo tumbona, una mesa de metal, finalmente vio al final una cama con un respaldar de barrotes.
Durante esos segundos que repasó todo, Paolo se giró en el banco para verla de frente. Él estaba ansioso de tenerla ahí, había pasado días imaginando lo que le haría y finalmente ahí estaba ella, con unas botas rojas de tacón de aguja que le llegaban al muslo, una mini falda azul, un corsé redondeado en los senos, su cabello suelto en ondas y una corona en el cabello, no, no podía estar más sexi con ese traje de mujer maravilla.
Apenas la vio cara a cara sintió que salivó y que su parte varonil vibró.
Ella lo detalló y tragó grueso, lo vio de pies a cabeza, tenía un casco muy similar al real de Iron Man, no podía verle ni los ojos, tenía solo unas hombreras doradas y plateadas y el pecho descubierto, un pantalón de Cuero rojo con unas botas rojas que le llegaban a las pantorrillas, Isabel sonrió sí que se había esmerado con el traje.
– Pasa y cierra la puerta – le pidió él o le ordenó, pero no era su voz, era la voz de una computadora o algo así, ella abrió los ojos sorprendida y dio unos pasos hacia él.