Capítulo 51
1620palabras
2022-08-07 14:17
PDV Narrador.
–Wow, parece que el tal Luka, va en serio – exclamó Pilar, sorprendida – ¿Qué hay con Paolo ahora? Que vas hacer conexos dos galanes, recuerdo que tenia una cara de niño dulce – comentó Pilar refiriéndose a Paolo al cual había visto algunas veces que había ido a visitar a Isabel.
–Esa cara de bebe ya no está parce un modelo de Armani. – respondió Isabel dando otro sorbo de vino y suspirando. Ahora enfoquémonos en lo que vamos hacer, mejor dicho ¿qué quieres hacer con las cosas de Luis?
–Con sacarlas de aquí me conformo –Pilar negó con la cara, en ese apartamento habían vivido por cinco años y tenia muchos recuerdos con su ex pareja.
– A decir verdad, siento que debería mudarme también.
– ¿Quieres vender el apartamento?
Le preguntó Isabel quien sabia cuanta ilusión le había hecho a su amiga al comprar ese apartamento, sobre todo porque tuvo que vender la casa que le habían dejado sus padres, donde Pilar había crecido, y lo había hecho por seguir el sueño de Luis.
– Creo que sí, hay muchos recuerdos aquí – respondió la pelirroja con un deje de tristeza.
– De acuerdo, pero un paso a la vez.
– ¿Qué te parece si mañana le recojo toda la ropa y se la meto en maletas? yo tú se la botara o se la enviara en retazos. – dijo Isabel imitando una risa de malvada de película para hacer reír a su amiga.
Pilar río con ganas, pocas veces su amiga hacía payasadas, pero cuando lo hacía le quedaban muy bien, seria porque casi siempre estaba seria y queriendo hacer lo correcto.
– No sabía que fueras tan vengativa.
– Pues lo soy, además yo vine a planear tu venganza – muajaja rio nuevamente como malvada bruja mientras Pilar contestaba el teléfono.
Hola… – Hey que tal doctor, me siento mucho mejor… no te preocupes es solo mi amiga Cruela que vino a visitarme.
Hablaba con su interlocutor con una sonrisa en los labios que Isabel observaba de cerca. De pronto esta última empezó hacer corazones con las manos y ponérselos en el pecho.
– ¿Isa te provoca comer comida griega? – preguntó Pilar alejando un poco el teléfono de su oreja.
– Suena interesante.
Apenas terminó de decir el timbre sonó, Ajax estaba del otro lado de la puerta, pero como escucho voces, aunque de mujeres decidió preguntar primero, le había comprado a su paciente favorita comida típica de su país, pero como no sabía que le podía gustar llevaba cuatro bolsas con él.
Ambas mujeres levantaron las cejas al escuchar el sonido de la puerta. Isabel miró mal a Pilar cuando intentó pararse y fue ella a mirar quien era. En efecto era el griego mas sexi que ella había visto en su vida. Le hizo expresiones exageradas a Pilar para indicarle que era Ajax, a la cual la chica no dudo en reír a carcajadas y la otra abrió la puerta.
– Buenas noches, Isabel, ¿cierto? Le saludó Ajax con su indiscutible sonrisa baja bragas.
“Oh por Dios y que hace Pili llorando por el necio de Luis si este papasito está que si ella no lo quiere tu no lo dejes escapar” la consciencia porrista de Isabel le gritó.
“Por favor alocada, respeta a los novios ajenos” le reclamó la Consciencia intelectual de Isabel quería conectarse con la consciencia de Pilar, pero esta estaba embobada con corazones flotando a su alrededor.
– Así es, Isabel, hola doctor – le sonrió de vuelta.
– Llámame Ajax por favor, aunque vine a pasar revista a mi paciente, solo me dicen doctor en la clínica. – le pidió con una sonrisa más gentil.
– Pasa adelante Ajax por favor, parece que trajiste comida para una docena de personas.
Este se rio, – es que no sabía que le podía gustar a mi paciente como es tan exigente. – respondió mirando a Pilar quien no había abierto la boca al verlo vestido con unos jeans rasgados, una franela azul oscura, una gorra gris oscura de Bugatti y una bufanda de Hermes. como podía verse tan caliente con esa simple ropa se preguntaba.
– Hola Ajax, gracias por traer la cena, sino me iba a ir a la cama con lechuga a la vinagreta que es lo que sabe hacer Isa.
– Mal agradecida – le gritó la amiga de la cocina mientras sacaba las cosas de las bolsas – quieres un vino Ajax – le ofreció.
– Por supuesto, muchas gracias. Le respondió para luego dirigirse a revisar el pie de Pilar.
Comieron los tres amenamente, mientras Ajax les explicaba cada plato, él les había llevado: Dolmades, Moussaka, Taramasalata, todo lo degustaron con ganas más Isabel que usualmente comida ensaladas con alguna proteína a la plancha.
– Gracias al cielo que no vivo en Grecia, esto esta exquisito – se deleitaba Isabel y Pilar se burlaba de ella.
Mas tarde Ajax se despidió de las jóvenes quienes quedaron más encantada de él, de su caballerosidad y atención sobre todo con Pilar, se le notaba que le gustaba y eso hacia feliz a Isabel.
Dos días después las amigas ya tenían toda la ropa de Luis, sus accesorios y libros en cajas embaladas, Pilar se negó a que Isabel se deshiciera de su ropa, sin embargo, no pudo evitar que “accidentalmente” a su amiga se le vaciara el frasco de cloro blanqueador sobre la ropa oscura de Luis.
Ya llevaban una semana las amigas viviendo en plena sincronía, durante el día trabajaban desde el apartamento y si tocaba hacer alguna gestión en la calle Isabel manejaba y se bajaba en nombre de Pilar, una tarde Pilar dijo.
– Quiero conocerla, quiero saber quién es.
Isabel la miró extrañada, entendiendo lo que su amiga estaba pidiendo y apoyándola como lo estaba haciendo le respondió.
– ¿Compro pasajes para Hamburgo?
– ¿Te parece buena idea? – quiso saber, no quería parecer una acosadora de su ex.
– La verdad es que si, de hecho, yo lo haría, me gustaría saber cómo es y sobre todo verle la cara al Luis cuando se encuentre descubierto. – ¿Por cierto no te ha llamado para nada?
– No – respondió Pilar sinceramente – solo uno que otro mensaje preguntando como estoy y diciendo que esta muy ocupado, que vendrá a verme cuando pueda.
– Que cretino. En fin, mañana te quitan el vendaje ¿cierto?
– Si mañana, aunque debería empezar a terapia.
– UMM – bueno llama a nuestro medico personal y consúltale si podemos posponer la terapia para dos días después.
– No, no es necesario llamar a Ajax, debe estar ocupado. Mejor le diré al doctor mañana cuando em quite el vendaje.
– Ay por favor, si te llama a diario para saber de ti, devuélvele, aunque sea una llamada.
– Veremos – le dijo queriendo que se le olvidara a su amiga, la verdad le daba pena llamarlo.
– Veremos dijo un ciego.
Isabel agarró el teléfono de su amiga y le marcó antes de que esta la alcanzara.
– Hola Ajax, es Isabel, ¿cómo estás? – le habló sonreída al lograr su objetivo.
Ajax estaba tomando un café con su amigo quien lo ponía al tanto del viaje que había hecho a Madrid cuando vio el teléfono que su conejita paciente le estaba llamando, cosa que le alegró mientras que su compañero fruncia el ceño ante su actitud.
– Como esta mi pa… había contestado cuando escucho una voz diferente saludarle
– Hola Isa, ¿cómo estás? ¿de viaje? Ok pásamela.
Pilar atendió el teléfono mirando con los ojos entrecerrados a su amiga, hablo lo necesario y al decirle que si se prepararon para su viaje relámpago.
Ya tenían la dirección del proyecto donde estaba trabajando Luis cuando aterrizaron en Hamburgo, las mujeres alquilaron una camioneta para meter todas las cajas que se habían traído con las pertenencias del hombre que no se esperaba ser descubierto, planearon para llegar a la obra cerca de mediodía para interceptarlo al salir a almorzar, y así fue
Luis iba caminando muy ameno con una jovencita tomado de la mano, era de tez blanca, como de un metro cincuenta, cabello negro de rulos y una prominente boca, parecía que se le había pasado la mano con la inyección de bótox.
Pilar estaba nerviosa, pero al verlos esa energía se le transformó en rabia, ni siquiera era muy agraciada la chica, como es que la había dejado por ella. Isabel le apretó la mano y le dijo.
– Al mal paso, dale rápido, pero no vuelvas a meter la pata en la alcantarilla – lo dijo para hacer la reír, pero no salió mas que una mueca de los labios de la amiga, se bajaron y caminaron hacia ellos que parecía que venían en una nube hasta se dieron un beso de pico, al despegarse y ver el destello del cabello rojo Luis palideció.
Soltó a la chica y pareció que casi la empujó de su lado, está al ver a las mujeres y el gesto de Luis supo quién era, pero no le iba a permitir que la echara a un lado, ignoró el gesto y se volvió a colocar a su lado.
– Pi Pili ¿que que haces aquí? – tartamudeaba el hombre.
– La verdad vine a traer la ropa que dejaste pero no podía cargarla sola así que le pedí a aquellos chicos que lo hicieran por mí. – respondió señalándole la camioneta con tres hombres descargando cajas.
– ¿Qué quieres decir nena?
– ¿Nena? – pregunto la chica de cabello negro al escuchar a su nuevo novio llamar a la que se suponía era su ex novia.