Capítulo 47
1478palabras
2022-08-02 16:18
PDV Isabel.
Pestañee par de veces al escuchar la última oración, o simplemente porque me parecía increíble que Paolo haya vuelto. Ya no era el estudiante algo flaco que había hecho unas pasantías conmigo hace dos años, ahora parecía un modelo de Armani.
Al parecer estos dos años sin verlo se los dedico al gimnasio o algún tipo de deporte, seguía delgado, pero ahora con más masa muscular, lo que lo hacía lucir incluso más alto, su cabello castaño oscuro peinado descuidadamente hacia arriba, un asomo de barba castaña a modo de candado, sus ojos color miel siempre alegres y una sonrisa que nunca lo abandonó, a excepción del último día que nos vimos estaban parado en conjunto frente a mí.
Y por lo visto también había escuchado el escándalo que armó la mamá de Leone.
– No me imaginé que te impresionara tanto verme – me sonrió de forma pícara al verme observándolo o mejor dicho devorándolo con mis ojos.
– La verdad sea dicha, me ha sorprendido verte. – hice ademan de que me siguiera ya que seguíamos en el pasillo del baño.
– ¿Como has estado, aparte de bella?
– Tal parece que lo halagador no ha cambiado – desde que lo conocí cada día me halagaba de forma diferente.
– Que te puedo decir, es parte de mis encantos.
Nos reímos y me acompañó hasta mi mesa.
– ¿Tienes el mismo número? Quizá necesite algunos consejos de mi antigua tutora. – me guiño el ojo y yo me sentía como colegiala, como es que este chamaco era tan galán.
– Si lo tengo, nos vemos.
– Seguro que si – se despidió con par de besos y yo me senté en mi asiento.
– Ya veo la tardanza, ¿Quién es el guapo jovencito? – preguntó mi madre con una ceja alzada.
Negué con la cabeza y le sonreí, ella seguía feliz como si no le hubiese estampado una cachetada a la doña ebria delante de más de cien personas por lo menos.
– Es Paolo, es primo de Fernando de las Casas, hace dos años se vino a Madrid a hacer la pasantía en nuestro bufete y yo fui su tutora, supongo que ya debe estar graduado.
– ¿Pasantías? ¿y cuantos años tiene esa criatura?
“¿Ese es Paolito al que hiciste llorar?, miarma si está hecho un papasito ahora”
Mi consciencia porrista hizo acto de presencia.
– Debe tener unos veintitrés o veinticuatro.
– No está mal, pero deberá esforzarse para estar a tu altura. Ojalá no resulte ser tan mamitoso como Leone.
– ¿Mamitoso? Cuidado con esas margaritas mamá – nos reímos y me entregó mi cartón de bingo el cual estaba llevando mientras estaba en el tocador.
Para el próximo receso, empezó música en vivo y con ella recibí un mensaje.
Desconocido.
Me provoca bailar con la chica más sexi de este salón, ¿será que me dice que sí?
No me bastó mucho para saber que venía de mi ex pasante y de pronto recordé como fue que llego al bufete.
---------Dos años atrás.---------
– Isa necesito un favor – entró Fernando a mi oficina sentándose frente de mí.
– Tú me dirás.
– Por favor no me digas que no, te deberé una grande si aceptas.
– Esto me está sonando a chantaje. Dime a ver.
– Acepta a mi primo para que seas su tutor de una pasantía aquí, por favor – dijo con las manos implorando.
– Ay Fernando, tú sabes que no me gustan los pasantes, no tengo tiempo para perder enseñando, sabes que estamos llevando más casos ahora, pídeselo a Mario.
– Yo se que no te gusta eres la única que no tiene pasantes, Mario saldrá de vacaciones en una semana por tres semanas, lo sabes y Paolo necesita empezar esta misma semana, el muy bobo no me quería decir nada, quería buscar su pasantía el mismo, y ahora tiene el tiempo justo.
– Tengo entendido que es muy diligente y tiene buenas calificaciones, sino no te lo pidiera, además que necesita una mano dura que le enseñe como es que se manejan las cosas y yo no puedo firmar soy su familia.
– ¿Con que mano dura eh? – le pregunte poniéndome las manos en la cintura.
– No lo digo yo, en los pasillos te llaman cruela – comentó aguantando la risa.
Lo miré con los ojos entrecerrados.
– ¿Y así pides un favor? Que capullo.
– Ey no lo pienso yo, yo digo que eres la abogada socia más bella de este bufete.
– Soy la única socia, bobo, está bien, pásame su hoja de vida y que venga mañana a primera hora.
– Bueno mañana no – lo miré mal – es que no vive en Madrid, ellos viven en Barcelona. Lo llamare ahorita y que agarre el primer vuelo mañana.
– Ok, pasado mañana a primera hora y le adelantas que viene a trabajar no a holgazanear por ser tu primo.
– Si Cruela querida – me dio un beso en la coronilla y cuando estuvo lejos le avente el lapicero para que corriera.
Mis socios son únicos, Mario es quien se comporta protector y es el hermano mayor y Fernando es el consentido bromista y más cariñoso y yo pues soy la única mujer que los arrea, les pone carácter y a veces le hao pucheros cuando quiero algo de ellos.
El miércoles el aroma de un café me llegó apenas se abrieron las puertas del elevador y un chico arreglado hasta con corbata, aunque mal amarrada, estaba con dos vasos de café de pum pum café que son mis preferidos, una sonrisa y ojos brillantes de emoción.
– Buenos días, dije acercándome a mi asistente y tomando mi agenda para hoy de sus manos.
– Señorita Isabel, el joven Paolo dice que es su pasante y la está esperando.
– Disculpe, ¿es usted la señorita Isabel? Que pena, no me presenté antes, esto es para usted – dijo entregándome el vaso de café, no me imaginaba que fuera tan joven, pensé que era pasante como yo.
Me dio la mano en un agarre fuerte sin llegar a lastimar y desde ese momento inicio con los halagos.
– Bienvenido pasa a mi despacho.
Al estar dentro le hable claro y directo.
– Bueno Paolo, me gusta ser clara y directa así que no me gusta perder mi tiempo, presta mucha atención cuando te hable para que hagas las preguntas correctas. Tienes un positivo por puntualidad y espero que cada día estes aquí cinco minutos antes de la hora. Puedes tomar todos los libros que necesites para tus investigaciones, pero cuídalos muy bien, son un tesoro para mí.
– Ten total discreción con los temas y clientes que aquí se manejan, dentro de tu contrato habrá una cláusula que exprese total confidencialidad, por lo tanto, para tus trabajos de la universidad podrás hablar de los casos, pero los clientes deberás usar uno imaginario a excepción de tu trabajo final en ese elegiremos uno que no contemple esto.
Desde ese día se convirtió en mi sombra, y cada vez que podía se me insinuaba, me enviaba flores, me regalaba chocolates, pero a todo le decía No gracias, era un crio de veintiún años, además de que era estudiante y para colmo el primo de Fernando, sin embargo, cuando finalizó su trabajo y se iba a su ciudad le hicimos una reunión de despedida.
Ese día me pase de tragos y él ofreció acompañarme, pero terminamos en un hotel y me hubiese gustado decir que fue s**o solo por los tragos, pero no, pasamos todo el fin de semana sin salir de la habitación con un maratón sex**l tremendo, su entusiasmo, energía no decaían más bien parecía querer más y más.
Para la mañana del domingo fue muy cortes de pedirme que fuera su novia, pero le di todas mis razones para no aceptarlo, solo estaba ahí porque hacía mucho que no tenía relaciones con un hombre y buen él ya tenía cinco meses provocándome. Le pedí que se buscara una chica de su edad y se olvidara de lo que había pasado, el pobre se le salieron las lágrimas y aunque se me achicó el corazón, pues de verdad me parecía lindo y fue muy diligente en todo.
No cumplía con mis requisitos, era muy joven para mí, me arme de valor le di un gran abrazo y lo deje ahí.
--------Tiempo actual.-------
Hasta la noche de hoy, sonreí a su mensaje y le respondí.
Isabel
Que se arriesgue y pregunte.
No pasaron tres minutos y lo tenía a mi lado, pero en vez de invitarme a bailar, el muy astuto se presentó con mi madre y la invitó a bailar. Le levanté una ceja mientras él me guiño el ojo caminando del brazo de mi madre a la pista de baile.