Capítulo 48
1105palabras
2022-08-03 15:07
PDV Luka.
Mas tarde le dije a Christine para llevarla a bailar, para divertirnos y sobre todo para sacarla del estado de tristeza en el que quedó después de recordar ese evento, hasta yo había quedado traumatizado y sobre todo molesto al escucharla. Pero había algo que no paraba de sonar en mi cabeza.
Había conocido a Adela en el consultorio de un psicólogo, en el cual ambas se estarían viendo, me preguntaba una y otra vez cual sería el motivo de consulta de Adela, pues la última vez que la vi de verdad que algo en ella no me encajaba. Así que como se trataba de algo medico sabia a quién llamar para pedir ayuda.
Cuando estuve solo en mi habitación y asegurándome que Christine no pudiera oírme, busqué mi teléfono para llamar a Ajax, si alguien podría darme esa información definitivamente era él.
– Hey bro – me dijo al contestar.
– Que tal Ajax, ¿cómo va todo?
– La verdad muy bien, ¿y tú? Como te va con tu esposa – me preguntó riendo.
– Si por ella es que te estoy llamando – lo dije de forma dramática porque sabía que se convertiría rápidamente en su versión medico e iba a dejar de bromear respecto a mi matrimonio.
– ¿Qué le pasó a Christine, ¿está bien? – tal como lo esperé respondió con evidente interés y preocupación.
– Ella está bien, pero necesito que me hagas un favor y me averigües algo.
– ¿Qué te averigüe? ¿y tú crees que yo soy detective? – dijo bromeando – dime a ver en que puedo ayudarte.
– Hace unos dos o tres años Christine estuvo atendiéndose con una psicóloga, que casualmente también veía a Adela, de hecho, ahí se conocieron.
– Sigue para saber qué es lo que quieres saber, ya me tienes intrigado.
– Quiero saber el nombre de la doctora que las vio, el informe de las visitas de Christine y cual era el diagnostico de Adela.
– Esa es una completa invasión a la privacidad, lo sabes, ¿cierto?
– Por supuesto que lo sé, por eso es a ti a quien te lo estoy pidiendo.
– Solo soy un médico – respondió fingiendo humildad.
– Si, el medico dueño de la mejor clínica de Frankfurt, deja tu humildad para las chicas. Ayúdame con eso por favor. De verdad que es importante.
– Supongo que debe de serlo para que me lo pidas de esa manera. Veré que puedo hacer. ¿tan si quieras sabes el nombre de la psicóloga?
– No lo sé, pero creo que lo puedo averiguar, dame esta noche, si lo consigo te paso un mensaje.
– De acuerdo, ahora, puedes decirme por lo menos ¿para qué quieres saber de eso?, ya que me harás hacer algo ilegal, por lo menos merezco saberlo.
– No sabía que eras tan curioso?
– Como las trabajadoras de las barberías.
Rei ante su comparación, Ajax era un excelente médico y serio por demás en su trabajo, pero con sus amigos era muy bromista. Luego de conocerlo en coincidir en el mundo de BDSM donde somos amos conocidos nuestra amistad se fortaleció más a punto de considerarlo casi un hermano.
Pensé que, si igual iba a mirar los informes de ambas, mejor se lo dijera por mi cuenta y de seguro me ayudaría más a gusto, sin embargo, como no era mi información sino la de Christine, no le contaría todo.
– Bueno, sabes que esto es altamente confidencial y es solo una sospecha que tengo, resulta que me da la impresión de que Christine no está con Adela de forma natural, creo que es por un evento traumático que le pasó con unos hombres – respiré profundo cuando lo dije nuevamente.
– De eso también me encargaré más adelante. En fin, creo que Adela se aprovechó de eso y de alguna manera manipuló a Chris.
– Mi***a – exclamó el doctor al otro lado – eso esta heavy y definitivamente sería algo que yo también investigaría. – seguro no te estas enamorando de Chris y la quieres solo para ti.
– Por supuesto que no, no porque no sea bella y tenga las cualidades, sino que sabes que la quiero como una hermana, además que ya tengo a alguien en la mira.
– Ya te enamoraste por Madrid, si no tienes ni una semana, déjame algo.
–Te dejaré mucho, voy a montar una extensión de D´Noir aquí y pronto haremos una fiesta para los interesados – dije emocionándome lo que Ajax capto rápidamente.
– ¿Una BDSM party, llena de sexis españolas? – pregunto más entusiasmado que yo.
– Por supuesto.
– Eres mi ídolo, espero mi invitación, espera no necesito invitación ara nada relativo a ti.
– Anda a trabajar, e llamas cuando sepas algo – nos despedimos.
Ya solo era cuestión de tiempo que me acercara a la verdad. y darme cuenta si tengo o no tengo razón en mi sospecha. Estuve revisando en mi agenda para saber a quién podía llamar para pedir información de los bastardos que abusaron de Christine, si ella los perdonó, yo no iba a ser tan condescendiente.
– Estoy lista, ¿nos vamos?
Entró mi radiante esposa con un mini vestido negro, de seguro iba a robar muchas miradas hoy.
– ¿Quieres que invite a Mario?
– ¿Y por qué me lo preguntas con esa cara?
– Cual, es mi sexi cara normal.
– Te conozco tanto Luka Quant. ¿Acaso no le dijiste que soy tu esposa? Como se va a acercar a mi.
– Entonces es eso, tranquila que le recalqué que eras mi socia y amiga.
– Te dije que no me gusta – hizo un puchero y sabía que ni ella estaba convencida de eso.
– Es en plan de amigos, capaz que me presente a alguien, no puedo seguir con esta sequía.
– ¿Y qué hay de Isa? – preguntó con una ceja alzada.
– ¿Qué hay de qué? – encogí mi hombro para que no se pusiera pesada con eso – ella es la otra socia de Fernando y Mario, es la que está llevando el registro de la empresa.
– Si pude escuchar que es la otra socia, lo que no comprendo es tu interés en escuchar su conversación con Mario.
– ¿Interesado? Por su puesto que no, si quizá me viste seria porque pensé que estaba hablando del proceso de Liberty. – no se por qué, pero no quise decirle que era la maría a la que ella le había escogido una camisa y la que escapó de mí, sin contar que me había engañado con sus datos.