Capítulo 44
1420palabras
2022-07-30 23:17
PDV Narrador.
En el apartamento de Pilar.
Terminó de hablar con Isabel quien la había dejado en shock, como es que se conectaron Mario y el hombre con que su amiga se había arriesgado por primera vez a pasar una noche, se preguntaba y a la vez se ratificaba que el mundo era un pañuelo.

Como no escuchaba nada, decidió ir dando saltos en un pie al baño para refrescarse y mejorar su apariencia, el sexi doctor estaba ahí o eso quería creer y ella no podía seguir dando lastima, minutos después salió del tocador con una toalla amarrada el cabello recogido en una cola de caballo y un muy ligero maquillaje, se colocó un short suelto y un suéter con capucha. Encontró las muletas y se dispuso a probarlas dando pasos dentro de su habitación cuando le llegó el olor a su amado café así que decidió salir.
Ajax entraba nuevamente al pequeño apartamento de la conejita, había salido a comprar café y desayuno porque el jamás había hecho uno ni siquiera en la máquina de nesspreso que solo debía insertarle una capsula y colocar la taza.
La verdad era que había sido privilegiado por nacer dentro de una familia millonaria, pero él siempre le animó poder ayudar a los necesitados por eso se fue a Alemania a estudiar medicina y aun cuando vivía en un palacio, solo muy pocos amigos lo sabían, ya que usualmente era reservado y tranquilo.
Había ido caminando a comprar el desayuno pues tenía mucho en que pensar, como por ejemplo el hecho de haber dormido con una mujer que no es de su familia y no habían tenido s**o.
Aunque eso no era mucho de extrañar su profesión estaba de primero y ella estaba herida. Lo segundo era que le gustaba mucho la pelirroja no sabía exactamente por qué, él había probado decenas de mujeres de todo tipo en la clase de vida que disfrutaba.
Hasta se llegó a preguntar si la conejita que apenas había ido por primera vez hacia muy poco a un sexbar pudiera aceptarle tal y como era él un dominante en el mundo del BDSM. colocó lo que había comprado para ir a la habitación a ver como estaba ella cuando notó una biblioteca con muchos libros, cosa que le fascinó, le atraía las mujeres inteligentes y estas debían ser unas lectoras natas.

Se acercó con curiosidad y observo muchos libros de leyes, algunos de arquitectura y diseño de interiores, pero su atención se fue hacia unas novelas que él había leído y que hablaban de su mundo.
Estaba la trilogía de Pídeme lo que quieras y, además los de amos y mazmorras, eso le sorprendió de forma que él no se lo esperaba, porque esos libros significaban que ella no era del todo ignorante del tema y con suerte pudiera que le gustara probar las cosas que ahí estaban escritas, estaba tan absorto ojeando el segundo libro de amos y mazmorras que no escucho el sonido de las muletas hasta que escucho su voz.
– ¿No has escuchado que la curiosidad mató al gato? – pregunto la conejita que estaba algo sonrojada al encontrarlo con sus libros sobre el BDSM en la mano.
– Buenos días belleza, ¿cómo está el pie? – respondió con otra pregunta sonreído de verla.

– Estoy muy bien doctor, ¿cómo dormiste?
– Muy bien, a decir verdad. Te hice desayuno – bromeó enseñándole las bolsas de papel donde tenía la comida.
– Se nota, el café te huele delicioso.
Rieron y él se acercó ayudándola a caminar hasta la mesa redonda de cuatro personas para desayunar. El distribuyo la comida e iniciaron hablaban de todo y de nada, pero lo más increíble era que lo hacían con una fluidez y naturalidad como si fueran amigos de antes, eso hasta que Ajax hizo la pregunta que le estaba carcomiendo desde que tomó el libro.
– ¿Entonces te gusta el BDSM?
Segundos antes Pilar estaba oliendo el delicioso aroma del café y se había dispuesto a tomar un sorbo con el cual se atragantó al escuchar semejante pregunta poniéndose tan roja como su cabello. Ajax aguantó la risa fue evidente para él su reacción de vergüenza lo que la hacia ver mas bella y con alto potencial de ser su sumisa. Le dio unas palmaditas en la espalda y le alcanzo el agua. Una vez estabilizada Pilar lo más calmada que pudo.
– ¿Que te hace pensar eso?
–Tienes la trilogía de pídeme lo que quieres y por si me quedaban dudas tienes siete de los quince libros de amos y mazmorras, eso es tener bastante interés por el tema, aunque haya mucha fantasía en eso.
El hablaba con tanta comodidad como si estuviera hablando del clima y a Pilar ya le había empezado a dar calor, carraspeó buscando una respuesta de una mujer adulta y no una tímida a la cual le descubrieron su preciada colección de novelas eróticas.
– Eso no quiere decir que me guste practicarlo, solo tengo un amplio gusto en lectura.
– Quizá necesites probarlo. – le guiñó el ojo y ella sintió su panty humedecerse y sus ojos se abrieron a mas no poder.
Mientras tanto en Madrid.
Mario había llegado a su despacho y fue directo a la oficina de su socia.
– Hola Isa, cuéntame ¿qué le pasó a Pilar?
Mostró una leve preocupación, pero no tanto como la que ella se esperaba debido a lo que recientemente se había enterado.
– Pues metió el pie en una alcantarilla y tiene un esquince, tiene que caminar con muletas y esta sola, voy a acompañarla y ayudarle.
– ¿Sola? Y Luis – preguntó extrañado.
– Ya no están juntos– se limitó a decirle.
– ¿Qué? – preguntó sorprendido – pero ¿no se iban a casar pronto?
– No me corresponde hablar sobre eso Mario, lo siento – Mario supo que no debía preguntar mas la lealtad de Isabel con sus amigos era inquebrantable.
– Hablemos de tu proyecto y lo que tengo que hacer.
Mario le conto y le paso la información sobre las decisiones que habían tomado sobre la cantidad de acciones, el capital, los accionistas. Ella escucho todo e hizo unas anotaciones. Pero debía salir de una duda.
– ¿Mario de donde conoces a Luka Quant?
– Del tiempo en que estudié en Frankfurt, el era conocido por dos razones la cantidad de chicas que estaban detrás de él y era el mejor de todo su campus, es un genio cn los números y estrategias de negocios.
Isabel abrió y cerró los ojos, nunca se imaginó lo último, pues lo primero era obvio por su físico baja bragas, sus ojos electrizantes y su atrevimiento. Pero si eso era verdad como fue que le dijo que el era un estudiante y que trabajaba cuidando el bar, cuando la suma a aportar por el en el capital del nuevo sexbar pasaba de cinco cifras.
– Ah, y esta Christine que aparece adjunta a él es su esposa.
– ¿Y desde cuando te interesa la vida privada de los clientes? – pregunto Mario con tono de hermano mayor, pero aguantando la risa.
Isabel le volteo los ojos y le sacó la lengua a veces se ponía en plan de protector con ella.
– Es porque es tu socio, además de que alquilaron el local a nombre del bufé lo que de alguna manera me hace parte de su proyecto. – Mario sonrió y le contestó lo que sabia.
– La verdad es que me la presentó como su socia, y espero que no sea ella su esposa porque es la mujer mas bella que han visto mis ojos.
La chica abrió los ojos y la boca ante la declaración de Mario, si no hacia tres meses se divorcio ni dos que se le había declarado a Pilar, parecía que su corazón pedía reemplazo pronto.
Isabel se quedo pensando que ojalá no fuera la esposa o quizá si porque recordó que la foto de ella que vio en su teléfono era muy linda.
– Por cierto, ¿Se va a quedar varios días aquí hasta que este constituida la empresa?
De ser así lo mejor era salir de ahí, si había traído a su esposa menos lo quería cerca.
El teléfono de Mario sonó y camino hacia la salida de la oficina no sin antes decirle.
– Solo por esta semana, curiosa.
– Es por trabajo le dijo ella a la defensiva.
– Aja – y salió contestando su llamada.