Capítulo 32
1422palabras
2022-07-24 15:06
PDV Narrador.
Pilar continuó hablando con su compañero de fila, la conversación fue fluida, se tomaron dos vasos de vino ofrecidos por la aerolínea y supo que él iría a Sevilla, por lo que tomaría otro vuelo, esta vez sí intercambiaron números, Ajax se lo pidió, diciéndole que era bueno tener el número de un doctor de confianza.
Al arribar a Madrid, tal y como lo había dicho su amiga Isabel la esperaba con un enorme globo de una cara feliz, lo que la hizo sonreír. Se abrazaron e Isabel la llevó al restaurant el coque en marques del riscal, donde ambas amábamos la gastronomía y la extensa carta de vinos.
Isabel quería consentir a su amiga para que se sintiera cómoda hablando, aunque eso nunca había sido un problema para Pilar, esta vez parecía ser bastante serio.
Nos sentamos y pedimos una botella de merlot de la casa.
– ¿Entonces te encontraste al doctor?
– Si es increíble la casualidad.
– Increíble que sea tan galante y haya dejado su zona de vip por acompañarte.
Pilar se sonrojó y eso no escapó de la vista de Isabel.
– Estas sonrojada, ¿te gusta el doctor?
– Se llama Ajax, ya no le digamos más doctor para que no se me olvide el nombre, fue muy incómodo que el me recordara y yo no.
Las amigas continuaron hablando de todo, menos de la razón por la cual Pilar había decido ir a pasar unos días a Madrid. Isabel intuía que era algo grave, por lo que prefirió dejar ese tema cuando estuvieran solas en la comodidad de su piso.
Luego de cenar y tomarse para de botellas de vino, las madrileñas se fueron al edificio de la anfitriona.
Apenas Isabel cerró la puerta no tardó en preguntar.
– Ahora sí, si necesitas otro vino avísame, pero ya no te escapas de contarme que está pasando con Luis.
– ¿Mañana no tienes que trabajar? No deberías de tomar más – quiso Pilar desviar el tema.
– Puedo ir en la tarde, no tengo ninguna reunión en la mañana.
– Ok, entonces necesitaremos otra botella – dijo la pelirroja dirigiéndose ella misma a la pequeña vinera que tenía su amiga. Sirvió par de copas y se sentaron en el piso sobre unos grandes cojines que decoraban la sala de Isabel.
– Luis me pidió suspender el matrimonio – dijo sin esperar más.
Isabel escupió el vino, ante la información completamente inesperada.
– Pero ¿cómo? ¿por qué? Falta tan poco, esperaron tanto – las palabras salieron atropelladas, sin fijarse que había manchado su preciada alfombra blanca.
– Manchaste la alfombra– exclamó Pilar que sabía lo que le gustaba a su amiga tener todo impecable.
– Olvídate de la alfombra, dime que ha pasado, ¿se volvió loco Luis o qué?
Al ver la extraña actitud de su amiga o mejor dicho su preocupación por ella la pelirroja continuó contándole todo lo que había pasado la última semana en su vida amorosa.
Isabel quería creer que era cierto, quizá solo Luis se le subió el ansia de dinero y puso un proyecto sobre sus planes, pero la forma no le cuadraba para como había sido su amigo de más de una década.
Una vez se sintió desahogada y apoyada por su amiga quien le aseguró que ese pase libre nada tuvo que ver con la decisión de Luis, aunque la propia Isabel no estuviera segura de eso, lo que si estaba segura era de que Pilar no podía culparse por esa decisión sin sentido de Luis.
Pilar se decidió a hablar sobre el otro tema pendiente por decirle a su amiga, aunque ya eran las dos de la mañana, no quería retrasarlo más.
– Isa, debo decirte algo más – dijo con la voz más baja de lo que esperaba.
– Soy todo oídos mi Pi – respondió una piripi Isabel, ya llevaban cuatro botellas de vino.
– Ante todo promete escucharme primero todo y entender un poco el por qué no te lo conté antes.
Esto último despabiló a Isabel – ¿Acaso me guardabas un secreto? – preguntó medio en broma y medio seria.
– Pues sí, ¿recuerdas del chico del pasado que me contactó hace poco?
– ¿El EP?
– Si ese mismo – giró los ojos Pilar, porque no sabía si se había curado o solo quería alardear.
– Es Mario – casi grito Pilar queriendo salir de ese secreto que cargaba por mas de once años.
Isabel se quedó muda, ni pestañaba, Pilar se lo imaginaba, sabía que iba a ser impactante para ella. Pero debía aprovechar de contar su verdad.
– Primero tienes que saber que desde que lo conocí me gustaba Mario, pero lo veía inalcanzable para mí, por eso nunca te lo dije, no pensé que podía suceder algo entre nosotros. Luego él me confesó que le gustaba y la noche del baile del primer estuvimos juntos, o bueno lo intentamos, pero ya tú sabes lo que pasó él no me volvió a buscar mas y luego se hizo novio de María.
Pilar respiró, todo lo dijo muy rápido, espero una reacción de Isabel quien la escuchaba atentamente, un tanto desilusionada, como le había guardado ese secreto.
– Fuiste la amante de Mario? – fue la primera pregunta que le salió.
– Por su puesto que no, quedé triste si, pero pensé que el solo quería mi virginidad y luego seguir su vida como estaba planificada, y por eso me hice novia del Luis, para olvidarlo y no verme tentada.
– Discúlpame por no decírtelo antes Isa, yo se que María es importante para ti, y te mentiría si te digo que no he tenido contacto con Mario, el me ha buscado por años, pero me mantuve firme en mi decisión me cayera bien o no María, no iba a ser yo la amante de nadie y menos de quien no supo defender lo que según él sentía.
Isabel cayó en cuenta de la última conversación personal que tuvo con Mario.
– Entonces eres tú – dijo afirmando con la cabeza, pilar era la chica que Mario le había confesado que amaba antes de María.
– ¿Era yo que? – preguntó Pilar sin entender y su amiga le contó lo que había conversado con Mario.
– Mario estuvo en Franfurt, cuando hicimos tu despedida de soltera ¿te buscó?
– Si, y fue con el con quien estuve la vez que te dejé ir sola a D´Noir, le confesó Pilar apenada tapándose la cara.
– En mi defensa él me dijo que se está divorciando, y yo estaba en mi pase libre. Tuve curiosidad de terminar lo que empezamos siendo más jóvenes.
Isabel abrió los ojos como platos, que podía recriminarle ella misma le había sugerido que lo metiera en la lista de tres, que lo probara, ahora no podía ser cara dura y reclamarle porque se trataba del esposo de su otra amiga. Al final de cuentas era cierto el matrimonio de su socio se había acabado y Pilar nada tenía que ver.
– Me vas a botar de tu apartamento o me vas a perdonar, pero dime algo, solo quiero que sepas que de lo único que me arrepiento es de no habértelo dicho antes.
– ¿Eres boba o qué? Como crees que te voy a botar de mi piso – dijo Isabel ofendida ante las palabras de su amiga.
– No te diré que estoy contenta de saber eso, pero al final ustedes son adultos, me alivia saber que no fuiste su amante – dijo, pero en su cara había una duda que Pilar capto.
– ¿Pero?
– ¿Te gusta aun Mario?
– No definitivamente es alguien del pasado, nuestro tiempo ya pasó, peor no se lo dije, me dio pena luego de lo que quiso demostrar.
– Ay Dios, Mario es el EP, porque tuve que enterarme de eso – se tapó los oídos – con que cara lo veré ahora – soltó una risa estruendosa. Que fue acompañada por Pilar ahora relajada de no tener más secretos.
– Mejor no te digo nada más entonces para que mantengas tu opinión sobre tu socio– rio Pilar.
– Ay no mamita, ya dime, no me digas que no se curó
– Pues no lo sé, porque paso horas sobre mí.
Isabel abrió la boca a mas no poder – ¿ahora es un semental?
– No mamita, luego descubrí las pastillas azules en el baño, además de que no sentí nada en comparación con lo que sentí con el doctor.