Capítulo 14
913palabras
2022-07-13 19:06
PDV Relator.
Luka se le quedó mirando extrañado.
– ¿Cómo entrar? Ahí está claro, debes registrarte, reservar y seguir las instrucciones – dijo cuidadoso recordando que Mario era abogado, sin embargo, era muy extraño que estuviera revisando eso en el restaurante de al lado.

– Sí las seguí, pero uno, no hay reservación para hoy y dos, me piden unos exámenes médicos que, aunque los tengo al día, exigen que se hagan en un laboratorio de acá y a esta hora pues está cerrado.
Luka lo escuchaba y notaba cierta frustración cuando hablaba, pero con la astucia que lo caracterizaba en los negocios decidió indagar un poco más mientras le entregaban el whisky que había pedido.
– ¿Y por qué quieres entrar hoy?
– Quiero buscar una chica que entró hace un rato.
Luka abrió los ojos de par en par y asomó una media sonrisa. Gestos que no escaparon de la mirada de Mario.
– Sé que suena medio romántico, pero verás, Luka, de verdad necesito hablarle, se va a casar y yo tengo que – se quedó callado mientras respiraba.

Cómo le iba a contar a un hombre con el cual solo compartió fiestas y bebidas en la temporada en la que se fue a vivir a Frankfurt al graduarse con el fin de retrasar un poco el casamiento que se le venía encima, diciendo que quería estudiar economía en la misma universidad donde Luka era el estudiante número uno.
Para Luka era evidente que su conocido estaba un tanto desesperado, se sintió un poco mal de verlo así y decidió ayudarlo.
– Mario, ¿sabes lo que es D' Noir? Porque no es un bar como los que ves en la ciudad, es un bar diferente y quizá en Madrid no haya uno así.
Mario lo vio como si le hubiera salido otra cabeza.

– ¿De qué se trata entonces?
– Es un bar donde vas a tener se*o con quién elijas y que te acepte, todo es válido, mientras sea consensuado y seguro – le aclaró subiendo sus hombros.
Mario quedó mirándolo sin poderle creer, ¿iba Pilar a engañar a su prometido? ¿E Isabel? No la imaginaba que le gustaran ese tipo de cosas con lo recta que era ¿Qué traería a esas mujeres a un lugar como ese?
Mario se preguntaba muchas cosas, no porque fuera muy chapado a la antigua sino, por lo que conocía de sus ex compañeras de la universidad.
– ¿Estás seguro de que quieres buscar a esa chica? – Le preguntó Luka sacándolo de su cuestionamiento.
– Ahora más, parece que ya no la conozco.
– ¿No piensas armar ningún escándalo con ella, allá dentro?
– Por supuesto que no, es solo mi amiga, aunque ella no sabe que yo estoy enamorado de ella.
– Ok, te dejaré entrar. Dices que tienes los exámenes de sangre recientes, ¿puedes mostrármelos? – pidió Luka mientras giraba el vaso de su whisky.
– ¿Me puedes dejar pasar? – la cara de asombro de su interlocutor daba ganas de reír, pero se contuvo.
– Claro, soy socio – le confesó sonreído.
– Si serás gilipollas – le exclamó – me has hecho sufrir primero, pudiéndome ayudar. – dijo negando con la cara.
Luka soltó la risa – lo siento, hermano tengo que cuidar la reputación del negocio.
Le enseñó los documentos y entraron por una oficina que tenía Luka en la tercera planta. Se dirigieron a un espacio VIP que se encontraba en el segundo piso y pidieron una botella de whisky.
– En la planta uno están las habitaciones, puedes escoger la que quieras mientras esté en verde o en naranja. Le contaba el amigo.
– ¿Qué significan los colores? – preguntó con curiosidad.
– Verde que está libre, es decir no está ocupada. Naranja que está ocupada pero sus participantes permiten que entren otros bien sea para ver o para entrar en su juego, una orgía muchas veces, otras te dejan que toques a su mujer o a la que eligieron aquí.
Tienes la libertad de llegarle a cualquier mujer que veas sola, sin embargo, si está acompañada deberás hacer tu propuesta al hombre.
Mario escuchó atento asentando a lo que le decía su amigo.
– ¡Wow! Debo decir que eres un crack, que manera de actualizar el negocio del sexo, yo me quedé con la vieja escuela de llamar a una agencia, cuando mucho la escogía de un catálogo.
– Tenemos a un virgen aquí – dijo sonreído uno de los dos amigos de Luka que les estaban acompañando en la mesa.
Todos rieron ante el chiste a expensas de Mario, este se acercó a la baranda de vidrio a ver si encontraba a Pilar. No tardó mucho en divisar la melena roja en ese diminuto vestido que hizo que su miembro vibrara.
Pensó que, si estaba dispuesta a acostarse con cualquier hombre de aquí, lo podía hacer con él y se encargaría de que no le quedaran más ganas de probar a otro. También divisó a una pareja y a su guapa socia, que lucía como que no estaba a gusto, se preguntó si sólo vendría por acompañar a su mejor amiga, pero en realidad no tenía ganas de entrar a una de esas habitaciones.
Tomó una respiración profunda para controlarse y no bajar a verla, tal parecía que la sola noticia de que se casaría pronto había despertado el depredador que era y querer tomar nuevamente lo que alguna vez había sido suyo.