Capítulo 12
1200palabras
2022-07-12 20:23
PDV Isabel.
– ¡Wow! Eso está fuerte – Exclamé – ¿Y él conoce a Luis? – seguí indagando.
– Sí, claro que lo conoce, ¿Quién no?
– Umm, ya veo, si te quiere ver mételo en tu lista de tres. – Le respondí tan rápido que me sorprendí a mí misma dándole esa sugerencia.
– Por supuesto que no – dijo casi gritando.
– ¿Por qué no? Dijiste que querías probar a tres ¿cierto? Bueno, ahí tienes uno conocido, bueno, aunque, primero deberías averiguar si se le pasó lo de la eyaculación precoz.
Apreté mis labios para no reír. Mientras que Pilar me miró mal por unos segundos antes de girar su vista a la carretera.
Nos estacionamos frente a un laboratorio muy chic y entramos para avisar de nuestra cita. Mientras esperábamos para entrar decidí seguir indagando.
– ¿Cómo es que se llama el EP? – lo que ella captó que quise decir eyaculador precoz.
– Basta con eso, no le digas así, éramos muy jóvenes, creo que era su primera vez también.
– ¿Lo conozco?, realmente sólo lo recuerdo el intento de se*o ese que tuvieron y que después de eso no te busco más.
– Exacto, él prefirió a otra. – dicho esto se quedó muda nuevamente viendo un cuadro como si le buscara imperfecciones.
Nos llamaron para la toma de las muestras y decidí dejar el tema por ahora, aunque me quedé muy intrigada de sus reacciones y de pronto sentí que esa historia se me hacía similar a otra que había escuchado ya. Pero, el pinchazo de la aguja en mi brazo me sacó de mi suma de pruebas.
Salimos de ahí luego de que nos dieran unos brazales con un código de barras, los cuales deberíamos pasar por un escáner en la entrada del bar, también nos informaron que en una hora estarían disponibles los resultados de los examenes en la web del laboratorio, y por último nos recomendaron que revisáramos los resultados antes de ir al club, pues si había alguna infección el brazalete emitiría una alarma en la entrada.
Esto me alarmó un poco y pedí información si los resultados de los exámenes eran de conocimiento del club, a lo que muy diligentemente respondieron que no, eso era confidencial con el laboratorio y el dato para el sistema del escáner del brazalete era apto o no apto.
A pesar de que sabia que estaba sana y que no iba a hacer nada en ese lugar, me tranquilizo saber que cumplen las leyes en materia de confidencialidad y que esa mismo aseguraba que todas las personas ahí estaban sanas y nadie corría peligro de una infección.
Nos dirigimos al piso de Pilar a refrescarnos y cambiarnos, yo opté por un vestido con un escote tipo corazón, de color azul oscuro, mangas tres cuartos, que me llegaba casi a la rodilla y unos tacones color nude.
En condiciones normales hubiese elegido un vestido negro o dorado mucho más corto, en cambio esta opción sería algo que me pondría para una cena con mis padres o algo coctel, pero en vista de que iba a estar esperando en un lugar donde se va a tener sexo no quería aparentar que yo también lo estaba buscando.
Por su parte la homenajeada sí se vistió super sexi con un vestido color ocre manga larga que apenas tapaba su trasero, con unas sandalias con agarre a su tobillo del mismo color del vestido, primero iríamos a cenar con sus amigas a las cuales yo había invitado para celebrar su fiesta de despedida de soltera.
Mientras íbamos en el carro, coloqué la música que nos gusta para entrar en calor. Al poco rato llegamos al restaurante donde Pilar creía que solo íbamos a cenar Adelaine, ella y yo, puesto que Adelaine iba luego al club con nosotras y con su compañero, con quién tenía una relación abierta y eran asiduos de los clubes dónde se intercambiaban de pareja.
Al entrar a la recepción di mi nombre y nos dirigieron a un salón, Pilar quedó sorprendida al ver ahí a sus amigas de la firma en un ambiente de alegría y decorado con globos y flores doradas y negras. Le entregué una banda de miss que declaraba novia, una corona y una copa de champagne.
– Me encantaaa – gritó Pilar emocionada y todas gritamos.
– Salud por la novia.
– ¿Como hiciste todo esto? – preguntó con la voz cortada.
– ¿No me dijiste que soy la mejor dama de honor pues? Tengo mis contactos.
Así transcurrieron las próximas cuatro horas entre bailes, juegos sensuales, regalos para la novia que iban desde sexis conjuntos de lencería hasta diferentes juguetes eróticos, sin embargo, la mayor distracción fueron los dos bailarines que nos dedicaron un espectáculo subido de tono en la que más de una se le subieron los colores a la cara y otras querían pagarles por más.
Por mi parte evité tomar mucho debido a que pronto debía ser la cuidadora de Pilar, habíamos acordado que yo me quedaría hasta que ella saliera o me dijera que todo estaba perfecto con el hombre al que elegiría esa noche, y atenta en caso de ayudarla por si se encontraba con un loco o algún sadomasoquista, eso último se lo dije yo, pues en ese mundo nunca se sabe.
– Es hora de terminar la fiesta señoras y señoritas, ha sido un placer que nos acompañaran esta noche, muchas gracias – dije a través del micrófono para dar por finalizada la fiesta y dirigirnos al bar, ya era pasada la medianoche.
Despedimos a todas, a excepción de Adeline que le avisó a su pareja que ya podía ir por ella.
– ¿Estás nerviosa? – le pregunté a Pilar.
– Te mentiría si te digo que no, a pesar de que Luis tomó su pase libre con tanta alegría y me convencí a mí misma que esto no es una infidelidad sino un break para asegurarme que él es el mejor, mi estómago está dando tumbos.
– ¿Estás segura de que quieres seguir adelante? – quise saber – nos podemos ir a una disco normal.
– Quiero hacerlo, quiero probar antes de casarme – respondió convencida.
– Estás más sobria de lo que pensé.
– Claro que lo estoy, la verdad es que simulé tomar muchas de las copas, quiero estar sobria para sentir y recordar esta noche.
– Es una buena idea, yo tampoco tomé mucho para estar atenta – le confesé.
– Sabes que te quiero por hacer esto conmigo, ¿verdad?
– ¿Solo por acompañarte hoy? Si serás – dije en broma y nos abrazamos.
– Manejaré yo, pero no descarto de que salgamos de ahí en taxi, esto de esperarte sola y sobria no va a funcionar – dije haciendo un mohín.
– Puedes entrar Isabel, déjate llevar por una vez, y ponerle tantas etiquetas al amor y al sexo. Además, creo que lo necesitas. Te ves muy estresada y tensa, aunque siempre bella – quiso suavizar lo que me había dicho.
La mire con mala cara.
– Digamos que lo pensaré – me miró con los ojos brillantes como si le hubiese dado la mejor noticia en años.