Capítulo 75
1495palabras
2022-09-08 11:56
-Bella mi amor, vas a estar bien- La tomé de la mano. -Tienes que estar bien- Dije ya con lágrimas corriendo afuera de mis ojos.
-Señor Adams, favor tiene que salir- Me pidió una enfermera.
-No, no yo necesito estar aquí junto a ella- Solté en una respuesta desesperada.
-Hijo ven- Me tomo Emma. -Déjalos hacer su trabajo-
Todo estaba pasando en cuestión de segundos, salí estaba del otro lado del vidrio, veía como todos estaban de allá para acá, Bella ya no convulsionaba, ahora había perdido el conocimiento.
-Emma no puedo vivir sin ella… no puedo- Balbucee en shock.
-Y no vivirás sin ella, no le va a pasar nada, se va a recuperar- Me tomó por los hombros, tratando de calmarme, pero la realidad era que ella estaba igual que yo, solo que sabia controlarlo más.
-Yo la amo, la amo demasiado, tiene que estar bien- Balbuceaba.
-La estamos perdiendo-
Tres simples palabras que hicieron que todo mi mundo se derrumbara a pedazos, caí de rodillas al suelo sin fuerzas, el mundo que me rodeaba se vino abajo, mi respiración se aceleró mil veces más, sentía que me iba a morir, abrí mis ojos de par en par dejando que las lágrimas cayeran una tras otra por mis mejillas, el dolor que estaba sintiendo en mi corazón, en mi pecho y en todo mi cuerpo era insoportable, uno que no le desearía ni a mi peor enemigo.
Emma se arrodilló a mi lado, me abrazó tampoco paraba de llorar, pudiera que tenía que demostrar fortaleza ante ella, pero no, hasta ahora entendía lo débil que en realidad era, como demostraría algo que se estaba yendo junto a ella.
Vi cómo le pusieron electroshock en un intento de traerla de vuelta.
-1..2..3... Ya- Decía el doctor para luego aplicarle el electroshock.
"VAMOS MI AMOR, POR FAVOR VAMOS NO NOS DEJES, TE LO SUPLICO" solo eso me repetía en la cabeza en múltiples súplicas de desesperación.
-1..2..3... Ya-
Sin tener respuesta, el electroshock fue administrado una y otra vez…
Pi..
Pi...
Pi...
Solo fue en ese último, que pude ver como el monitor comenzó a mostrar signos vitales, indicando vida.
-Volvió- Gritaron todos eufóricos.
Mi corazón que estaba muriendo volvió a la vida en ese instante.
-Volvió Kiram volvió- Festejo la mujer a mi lado sin dejar de abrazarme con fuerza.
Yo simplemente no podía pronunciar palabra, seguía allí arrodillado inmerso en un shock con un nudo en la garganta, claro que sentí como la vida volvía a mi cuerpo como ella había vuelto para mí, pero el miedo profundo seguía implantado en mi pecho como sintiendo que en cualquier instante alguien vendría y me la arrebataría de las manos.
.
.
.
POV BELLA
Sentía mi cuerpo adolorido, me sentía como si hubiera muerto y vuelto a la vida.
Abrí mis ojos con lentitud, cuando por fin pude ver bien, lo primero que vi fue a él, a mi esposo que estaba allí frente a mí, recostando en mis piernas, parecía estar descansando, solo que esa no parecía ser una manera muy cómoda de hacerlo.
-Mi amor- Arrastre mis palabras con suavidad en un intento de llamar su atención.
-Cariño, despertaste- Se apresuró a levantarse con asombro.
Se veía realmente cansado, fue lo primero que pude percibir.
-Bienvenida- Me comenzó a besar como un loco demente por todo el rostro.
-Kiram, ¿Qué fue lo que pasó? - Pregunte con evidente confusión.
En mi confusión, comenzaba a recordar que todo se había complicado un poco, luego la cesárea, estaba junto a mi bebé y de pronto todo comenzó a volverse oscuro… Hasta ahí mis recuerdos eran relativamente claros.
-Kiram ¿y mi bebé? ¿Él está bien? - Pregunté angustiada.
-Cariño cálmate, Jacob está en perfecto estado, ya haré que lo traigan- Dijo para mi calma.
Luego salió llamando a la que creería era la enfermera, inmediatamente vi a mi madre entrar tras el ruido de Kiram.
-Hijita linda, despertaste- Mi madre se vino encima para abrazarme.
Acababa de ser madre, no era como si hubiera acabado de escapar de la muerte, no entendía la actitud tan exagerada de mi madre por verme, digo, de Kiram me parecía normal pero de mi madre no, no era porque no me quisiera, era solo que ella solía ser menos exagerada en cuanto a sus emociones.
-Mama lo dices como si no me vieras en días, apenas esta madrugada hablamos- Reí divertida.
Kiram que estaba a su lado y ella me vieron con cara de querer decir algo, yo reaccioné de inmediato lo que había acabado de decir con sus expresiones y algunos eventos más relacionados al parto, y más o menos una idea algo descabellada se había formado en mi mente.
-¿Si fue esta madrugada que todo pasó, cierto?- Pregunté con temor a lo que fueran a responder.
-Eso fue hace tres días- Respondió mi madre haciendo una mueca.
-¿Por Dios tanto tiempo estuve dormida?- Repliqué con asombro.
-Lo bueno es que no fueron más días- Acepto mi esposo acercándose.
-¿Pudieron ser más?- Repetí aún más asombrada.
“¿Que mierda fue lo que me pasó? ¿es eso normal al tener un hijo? No lo creo” Pensé con extrema confusión.
Tenía algunos flashback de momentos antes, pero eran muy translúcidos e inestables para pensar que eran reales, por el momento creía que necesitaría que me explicaran las cosas, a ver si de esa manera ya lo iba recordando por mi cuenta.
-Cariño, por ahora solo relájate, necesitas ponerte fuerte, luego ya habrá tiempo para hablar de todo eso- Dijo mi esposo al acariciar mi cabeza con dulzura.
-Está bien- Asentí en aceptación.
Justo en ese momento, escuché que abrieron la puerta, era el doctor que me había atendido siempre en mi embarazo, e iba junto a una enfermera que traía en brazos a mi bebé, mi corazón saltó en alegría al verlo.
-Aquí tiene- Se lo entregó a Kiram-
Kiram camino hasta mí.
-Mi amor te presento a nuestro bebé otra vez- Se inclinó y lo dejó cerca de mi pecho, yo lo tomé en brazos.
Tenía los recuerdos de su nacimiento, pero eran muy vagos por el momento, lo que sí recuerdo, es que estaba muy drogada para ese momento, pero en mi corazón, recuerdo la dicha que sentí en el instante que vi su carita por primera vez, lo sé porque era lo mismo que estaba experimentando justo ahora.
-Hola mi pequeño Jacob, ¿extrañaste a mami? – Toque una de sus pequeñas y rosadas mejillas.
-Si, créeme que te extraño mucho- Voltee a ver a mi esposo. -No para de llorar todo el tiempo, hemos tenido que traerlo en tres oportunidades y ponerlo en tu pecho, solo así logra calmarse- Explico.
Fue inmenso el amor y la ternura que me inmundo al escuchar eso.
-Es que no puedes separarte de tu mami verdad- Hablaba chiquito y lleno de amor.
Todos salieron, solo quedamos mi esposo, nuestro hijo y yo, nos estaban dando un tiempo de privacidad en familia. Kiram no paraba de verme embelesado.
-Mi vida ¿estas bien? - Lo mire fijamente.
Tardó algunos segundos en contestar.
-Estoy mejor que bien- Dijo con seriedad y profundidad, en sus ojos se reflejaba el inmenso amor que sé que estaba sintiendo en este momento.
-¿Porque me estás mirando así?- Pregunté sonriendo y extrañada.
Al parecer mi pregunta le causó gracias, porque soltó una apenas sonrisa, pero no me daba ninguna información en realidad.
-¿Es que acaso no tengo derecho a ver a mi esposa enamorado? – Repuso.
-Por supuesto que sí, pero estás más raro de lo normal, y ya eso es decir mucho- Hice una mueca.
-Mi vida- Acerco más su cara a la mía. -Sé que sabes que te amo, pero en serio quiero que sepas que te amo- Repitió con énfasis. -Jamás lo vayas a dudar ni un segundo, no consigo mi vida sin ti a mi lado, sin ti el mundo es oscuro, simplemente no quiero existir en una vida donde tu no estes- Mientras pronunciaba cada palabra, sus ojos parecían cristalizarse, cada palabra se sentía desde lo más profundo del corazón. -Tu y mi hijo son las personas más importantes de mi vida, los amo con el alma- Terminó diciendo.
Mi corazón se llenó de sentimientos, aunque pronunciaba con calma, yo sentía el desespero por querer hacerme entender, realmente quería plasmar en palabras lo que su corazón anhelaba, pero yo lo entendía a la perfección, así como también entendía que en ocasiones querer expresar lo que se sentía en nuestros corazones era de las cosas más difíciles de hacer, porque las palabras solían quedarse cortas en comparación de lo que se sentía, y lo entendía porque yo también sentía esas cosas.
Con mi bebé en brazos, Kiram se inclinó para dejar un beso en la cabecita del pequeño Jacob, y luego hacia mí para besarme en los labios.
Allí estábamos los tres juntos, esa era una imagen que permanecería en mi memoria a través del tiempo.