Capítulo 74
2044palabras
2022-09-08 11:55
POV KIRAM
Mi día había sido duro tratando de resolver los problemas que surgieron en esta sede que se encontraba afuera del país. Ya estaba en mi hotel listo para ir a dormir, y no podía haber sido si no hasta luego de haber hablado con mi esposa; pasaron algunos minutos en los que había estado intentando dormirme, pero me lo dificultaba más el hecho de que mi mente no dejaba de trabajar, no por los problemas del negocio, porque a lo largo de mi vida con esos había lidiado todo el tiempo, sino por el bienestar de Bella; fue una decisión verdaderamente difícil haber hecho este viaje lejos de ella, no era como si no hiciera miles de ellos todo el tiempo, pero en esta ocasión, lo que había cambiado, era nada más y nada menos que mi mujer estaba a punto de tener a nuestro primer hijo, eso me tenía con la preocupación presente en cada segundo del día, era consciente de que aún faltaba un poco para que eso sucediera, pero aun así, no me agradaba la idea de tener que viajar justo en este punto y dejarla sola en la etapa final. Si no hubiese sido porque ella me convenció de hacerlo y porque el grado del problema lo requería, ya que, de que yo viniera y dejará todo en orden, dependía el empleo de cientos de personas cabezas de hogar, motivación suficiente para que me persuadiera de hacerlo.
Cuando al fin me estaba logrando quedar dormido, un timbrado me saco de ese pequeño momento de ensoñación, abrí mis ojos de golpe, logré ver que eran las 03:00am de la madrugada, ¿quién llamaría a estas horas?
Tomé mi celular, fue solo allí cuando vi que la llamada entrante era de mi madre, inmediatamente una preocupación se alojó en la boca de mi estómago.
LLAMADA
-Mamá ¿Bella está bien? - Fue todo en lo que pude pensar.
-Hijo, ella está bien, es solo que empezó con unos fuertes dolores, ella dice que no son graves, pero podemos ver en su cara que no es así, tiene mucho dolor, justo ahora vamos de salida a la clínica- Contó azorada.
-Salgan de inmediato con Lex, él será más rápido. Ya mismo tomaré el vuelo de regreso- Dije levantándome de un salto. -Por favor, mantenme informado del más mínimo detalle- Pedí, no, ordené.
-Okey hijo- Dijo para luego colgar.
"¿Seria que llegó el momento?" Fue todo lo que se me pudo ocurrir en medio de mi preocupación. “Que mierdas hago yo aquí”
Comencé a vestir, al tiempo que marcaba a mi piloto del jet… Segundos después, al fin contestó.
-Necesito que salgamos, es una emergencia- Dije sin más.
-Si señor, nos vemos en la base- Dijo para luego colgar.
Se que no sería tan fácil obtener la autorización de la base con tanta rapidez, más tomando en cuenta que estábamos fuera del país, pero toda esa mierda no me importaba en este momento, él entendía que con esas simples palabras debía mover cielo mar y tierra para movilizar el proceso, sé que finalmente lo lograría hacer en tiempo récord, ya que cuando se trataba de alguien influyente como lo era yo, todo lo imposible se volvía posible, así era tener mucho dinero a tu disposición.
...
Ya me encontraba en mi Jet, listo para despegar, mi madre hacía unos minutos me había llamado para decirme que ya estaban en la clínica atendido a Bella, que estaba con dolores aún, y que estaban preparando su cuerpo para lo que venía.
Por mi parte, estaba hecho un mar de nervios, rogaba porque ella y mi hijo estuvieran bien, necesitaba llegar y estar allí con ella antes de volverme loco, sé que ella me necesitaba para hacer esto, y no podía odiarme más por haberme atrevido a estar lejos de mi mujer estando en su estado, todos los miedos que antes sentí, en este momento se habían vuelto pequeños e insignificantes delante de los que me estaba haciendo sentir la culpa por dejarla y el miedo porque algo pudiera ocurrir. Eran seis largas horas de viaje, en las que iba a estar carcomiéndome por la preocupación, y pegado a mi celular esperando y pidiendo noticias.
...
Al fin habíamos aterrizado en casa, eran las nueve de la mañana, había sido un infierno la espera, en esas largas horas que sentí días, el miedo cada vez se hizo más presente, solo supe que ella había pasado una noche complicada, y eso no era normal, las cosas no estaban previstas para que ocurrieran así, estaba seguro de que algo pasaba algo que no era bueno. Apenas pise tierra, lo primero que hice fue llamar a mi madre, ella informo que me diera prisa, Bella ya estaba lista para dar a luz, había algo más en su tono lo sentí, algo que no quería decirme y que yo no perdería el tiempo intentado que me lo dijera, no ahora que estaba aquí. Mi corazón palpitaba a mil por horas de solo pensar en lo sola que se debía sentir mi esposa, solo me reconfortaba saber que ella era la chica más fuerte que jamás hubiera conocido.
Un auto me esperaba para salir a la clínica, en el camino, no dude en ejercer presión para que fuera lo más rápido posible, incluso lo hice tomar vías alternas que acortaba un poco el camino, Para mi gran fortuna, las calles no estaban al colapso de autos como solían estarlo habitualmente, así que no fue tan complicado llegar.
Por fin llegué, sin más entré corriendo, visualicé a mi madre, también estaban varios de nuestros amigos allí.
-Hijo que bueno que llegaste- Se apresuró a decir.
-¿Como está Isabella?- Pregunté ignorando al resto de personas en la sala.
-Kiram es complicado- Respondió con duda.
La presión que apretaba mi pecho aumentó agresivamente, si es que eso era posible.
-¿Qué pasa?- Alce la voz.
-Bella no pudo tener un parto normal como lo habían previsto, así que la prepararon para realizarle una cesárea- Respondió, pero vi más preocupación de la normal en su rostro.
-Pero eso no es malo- Afirme temeroso, y más en busca de respuestas.
-Hijo- Se le quebró un poco la voz. -A Bella se le subió mucho la presión, le dio preeclampsia- Dijo con los ojos cristalizados a nada de llorar.
Al oír tal información, el temor que antes parecía sentir enorme, no fue nada en comparación con lo que había acabado de golpear mi pecho, ¿Preeclampsia? Claro que entendía a la perfección de que se trataba y cuáles eran sus riesgos, más cuando me había encargado de leer un sin fin de información de pro y contras en el embarazo al enterarme de que Isabella lo estaba, y entendía que la presencia de tal estado no era nada favorable, comprendía que ella y mi bebe estaban en riesgo. En un rincón de mi cerebro que no estaba inundado por el pavor, múltiples preguntas se formaban, ¿Si Bella se había cuidado perfectamente durante el embarazo, cómo pudo suceder aquello? Como esas muchas más, pero no podía continuar perdiendo el tiempo creando preguntas que no había tiempo para ser respondidas, no ahora, justo en ese momento solo necesitaba estar junto a mi mujer.
-Necesito entrar y estar con ella- Dije adentrándome al lugar.
-Kiram espera- Intentó pararme mi madre, pero no pudo.
Me adentre a la sala, ahí ya había muchas enfermeras, también estaba Emma presente, en la sala que me encontraba no era de operación, sino la previa a entrar en la sala donde Isabella se encontraba, sin embargo, ya podía mirarla a través de la enorme pared de cristal, ella estaba acostada en aquella camilla que parecía fría, estaba muy quieta.
Cuando todos me vieron entrar, se alarmaron.
-¿Señor qué hace aquí?- Preguntó una enfermera.
-Ella es mi esposa, me dijeron que yo podía estar junto a ella para cuando naciera mi hijo- Dije con seriedad sin quitar la mirada de donde estaba Isabella.
Estaba tratando de mantener la calma, no quería asustar a estas personas y que luego me sacaran de aquí, porque sin importar quien fuera yo, sé que lo harían de ser necesario.
-Kiram hijo- Me miró Emma. -Él es su esposo, merece estar allí con ella- Intervino diciéndole a la enfermera.
Finalmente hicieron que me pusiera un traje de protección encima de mi ropa y me desinfectara para poder entrar. Al ingresar, allí estaba mi chica viendo en mi dirección, se veía sudorosa, cansada, lo que me confirmaba que si había pasado una noche muy complicada. Lo que me reconfortó, fue que apenas me vio sus ojos se iluminaron.
-Kiram mi amor, estás aquí- Dijo con dificultad en un hilo de voz.
Lo que me habían dicho antes de entrar, era que la habían anestesiado de la cintura para abajo, que estaba un poco débil y que debía darle fuerzas con mis palabras en el proceso.
-Y dónde más podría estar si no contigo- Tome su mano y acaricie su cabello dejando besos en su frente.
Ella me miraba y sonreía como si de su persona favorita me tratara, no soportaba la impotencia que me hacía sentir el verla de ese modo, pero era algo que no podía dejar ver ni un instante.
-Mi amor nuestro bebé va a nacer- Intentó decir animada.
Pero todas sus palabras salían con pesadez por los efectos de la droga administrada.
-Se adelantó unos días- Le sonreí y ella regresó.
El proceso dio inicio, yo me encontraba allí a su lado tomándola de la mano, ella de vez en cuando decía algo y yo le respondía, pero sin dejar de sentir una presión muy fuerte que se había instalado en mi pecho, este era un parto que se podía complicar en cualquier instante, de eso era consciente, su presión seguía no estando bien, sin embargo, se había estabilizado mínimamente, pero no dejaba de ser una bomba de tiempo. Los doctores se pasaban aparatos de un lado a otro, se hablaban de vez en cuando y sé que estaban teniendo el mayor de los cuidados al realizar su trabajo, Bella sabía que estaba pasando algo más y aunque estaba consciente al mismo tiempo era como si no.
Después de un rato, se escuchó el llanto de un bebé, y si, ese era mi bebé que al fin había nacido.
-Mi amor nuestro hijo- Dijo ella con dificultad esbozando una sonrisa de felicidad.
Lo envolvieron en una manta, y el doctor me lo dio.
-Es un niño perfectamente sano- Dijo sudoroso.
Ver los ojitos de mi hijo por primera vez, y tenerlo en mis brazos, hizo que algo se removiera dentro de mí ser, algo que no sabría cómo explicar con palabras, era una emoción ilimitada, creció dentro de mí un sentido de protección por él, sentí un amor nuevo y profundo por ese pequeño ser que yacía entre mis brazos. Fui acercándolo a su madre, quien estaba tan deseosa de conocerlo como yo, él bebe como era normal, no paraba de llorar, cuando por fin lo baje y acerque hasta el pecho de su madre, automáticamente se calmó parando el llanto, fue como magia, una que solo poseía el vínculo entre una madre y su hijo.
-Mi niño amado- Mencionó tomándolo en sus brazos. -Bienvenido Jacob- Dijo dando un beso en su pequeña cabecita.
Ver el cuadro de los dos amores de mi vida me refrescó el corazón.
-Mi vida se parece a ti- Dijo alegre.
-Tiene tus ojos- Sonreí y acaricié su cabello.
De pronto, nuestro momento de felicidad se vio frustrado por un pitido, uno que en definitiva había sonado indicando malas noticias, se trataba del monitor que medía los signos vitales de Isabella.
-¿Qué pasa?- Pregunté temeroso.
Una enfermera tomó con rapidez a Jacob que estaba en los brazos de su madre, la paz que estaba sintiendo duró poco, al ver que mi esposa estaba haciendo movimientos extraños.
-Su presión arterial se elevó, tiene eclampsia, está convulsionando- Informó el doctor a los demás.
En segundos, todo alrededor se volvió caos, mi corazón estaba al borde del colapso, no entendía nada, apenas hace un segundo ella estaba bien, ella había tenido a nuestro hijo con éxito ¿acaso no era ese el fin de un proceso exitoso y sin complicaciones?