Capítulo 72
1413palabras
2022-09-08 11:52
POV BELLA
Al día siguiente...
Con leves toques que pasaban por mí cabeza de vez en cuando, fui despertando con extrema tranquilidad, sentía que había dormido en una especie de nube suave, mi cuerpo se sentía tan relajado que no tenía ganas de despertar aún, sin embargo, el incesante toque se fue volviendo con más fuerza, y fue así que salí de la ensoñación en que me encontraba.

-Bella cariño, despierta- Fue lo primero que escuche.
-Mamá ¿qué haces aquí? - Dije aún medio dormida.
-¿Que preguntas son esas niña? hoy es tu boda-
Mis ojos parpadearon abriendo de golpe.
-¡Mierda! cierto- Solté más consciente de que día era.
-Ese vocabulario niña- Regaño.

Creo que así fuera una mujer casada, mi mamá nunca dejaría de reprenderme como a una niñita cuando fuera necesario.
-Lo siento- Reí bajito.
-Vamos levántate, hay que ponerte hermosa-
....

Estábamos en un momento de relajación total, casi no parecía este el día de mi boda por lo tranquila que me sentía, dos manos se encontraban masajeando hasta las zonas más agitadas de mi espalda, se sentía como estar en esa nube de antes. Después, de eso todas las chicas nos encontrábamos tomando una copa de vino, mi mejor amiga Anna, mi madre, Camila mi hermanita, mi suegra Amanda, Sara, Olivia, y Melani la secretaria de Kiram, a la cual había vuelto muy cercana desde hacía un tiempo, fuera del trabajo, nos habíamos caído muy bien, esto era todo lo que deseaba en este día, que las personas que querían estuvieran allí disfrutando de inicio a fin junto a mí.
Habíamos tomado la casa para prepararnos todas, Amanda y mi madre estaban todo el tiempo recibiendo llamadas de la organizadora de la boda, quien le contaba como iban los preparativos en el museo, y ellas luego me informaban a mí que todo iba bien, la verdad es que confiaba plenamente en ellas, después de todo, yo había decidido no estresarme con nada de eso, y en cambio, vivir el momento.
Todos los chicos estaban en la otra ala de la casa, lejos de nosotras, aunque esta tampoco era una mansión, aunque si seguía siendo grande para mi gusto, de ese lado, estaba Kiram acompañado de los hombres, Liam, Nicolás, Zack, Massimo y Ethan, también los estaban consintiendo un poco. En todo este tiempo Kiram y Massimo habían empatizado bastante y eso me alegraba mucho, pero lo que más me sorprendió era que Ethan y él se habían comenzado a llevar bien, después de todo eran familia y eso me alegraba mucho poder verlo.
...
Los nervios que no había sentido antes, mi aun estando cerca la boda, solo comenzaron a hacer estragos en mi estómago, cuando estábamos a escasos minutos de hacer la entrada, no era que me preocupaba algo, porque todo era perfecto a mi alrededor, era más ese nerviosismo causado por el momento que estaba viviendo y que hasta ahora se sentía más real que nunca, porque no era lo mismo hablarlo y planearlo, a estar allí y vivir el sueño, y sé que era un sueño porque estaba él allí. Mamá al sentir el temblor en mi cuerpo, me tomó con fuerza del brazo, sería ella quien orgullosamente me entregaría en el altar.
-Tranquila mi niña, eres la novia más hermosa que haya visto jamás- Dijo tranquilizadora y con dulzura.
Sonreí con torpeza agradecida de sus palabras, al igual apreté mi agarre con fuerza de su brazo, tener a mi madre junto a mí en ese preciso momento, era lo mejor del mundo, no existía nadie mejor que ella para hacer que estaba a nada de realizar.
La música nupcial comenzó a sonar, anunciando que era mi momento de entrar, comenzamos a dar cortos pasos, uno a la vez, alce mi mirada, quería ver los rostros de mis amigos alrededor, pero sin llegar a hacerlo, mi cabeza se quedó derecha viendo justo hacia adelante, mis ojos hicieron contacto con los de él, con los del hombre en el altar, su mirada era tranquila apaciguada, me trasmitía una paz inigualable, mis nervios desaparecieron con rapidez, así seria siempre y cuando me concentrara solo en ellos, no fue una caminata tan lenta como cuando inicio, porque estaba segura que mis pasos se apresuraron y como si quisieran llegar a la meta y obtener al fin mí más deseado premio camine.. corrí; una vez frente a él, mis ojos no dejaron de sostener los suyos azules verdosos perfectos, su mirada era una que ya había visto antes dirigir a mí, era esa misma que me decía sin hablar, que estaba frente a la mujer más hermosa que jamás había visto, la misma que cada día me confirmaba su irrefutable amor por mí, suponía que ahora entendía porque decían que los ojos eran la ventana del cuerpo, y era porque atreves de ellos podías ver los deseos más sinceros que se encondían en el alma de un ser humano, aquellos que jamás las palabras podrían ser tan puras de expresar.
-Cuídala con tu vida- Dijo mi madre entregándome a Kiram.
-Así será- Asintió tomando mi mano. -Estas radiante- Alcanzó a decir bajito mientras yo me acomodaba frente a él.
Y si, justo ahí estaba yo, frente al hombre que más amaba en la vida.
-Tu estas… perfecto- Acepte sin aliento.
La ceremonia dio inicio, sólo por un segundo mire a mi alrededor y todo lucía simplemente perfecto tal y como había imaginado este día, de hecho, no parecía el enorme patio del museo, se había convertido en un lugar diferente, aunque lo que deseaba al celebrar mi boda allí, se había alcanzado muy bien, ya que el lugar daba ese toque de antigüedad por sus cimientos.
En cuanto a los invitados, no había cientos de ellos, sólo estaban nuestros amigos y algunas personas cercanas que conocíamos con el tiempo y ya hacían parte de nuestras vidas, nuestra boda era algo especial y solo queríamos compartirla con personas que eran también especiales para nosotros.
-Yo Kiram Adams, te quiero a ti Isabella Johnson, como esposa, y me entrego a ti, prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte, respetarte, tener paciencia en los días difíciles, entenderte aun cuando nadie lo haga, y estar para ti todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe-
-Yo Isabella Johnson te quiero a ti, Kiram Adams, como esposo, y me entrego a ti, prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte cada día como si fuera el primero derritiendo el hielo que pueda formarse en tu corazón con amor siempre y todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe-
Dijimos nuestros votos con sinceridad del corazón, en muchas oportunidades mis ojos se cristalizaron por la emoción, y aunque Kiram aparentaba ser fuerte, lo conocía bien, él también tenía muchos sentimientos encontrados a los que se resistía, después de todo, no podía dejar de ser el hombre de hielo frente a otros.
-Isabella Johnson, ¿aceptas amar a Kiram Adams, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, tenerle paciencia, amor, bondad, llenarlo de sabiduría en los tiempos de crisis, resistir a las pruebas, y vivir hasta el fin de tus días junto él? -
-Si, ACEPTO- Declare con entusiasmo.
-Kiram Adams, ¿aceptas amar a Isabella Johnson, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, tenerle paciencia, amor, bondad, protegerla con tu vida en los tiempos de crisis, resistir las pruebas con valentía, y vivir hasta el fin de tus días junto a ella? –
-Acepto- Declaró con una voz profunda.
-Entonces, por el poder que me confiere la ley de Dios, en el nombre del Padre del hijo y del Espíritu Santo, los declaró marido y mujer, puedes besar a la novia-
Kiram acortó el espacio entre ambos, con ambas manos tomo mis mejillas con sumo cuidado, solo para luego atraerme más a su cara, y de esa forma, me beso, lo hizo con dulzura, con profundidad, ese era nuestro primer beso como marido y mujer, ese sería un momento tan mágico y memorable que jamás podría olvidar.
...
Hacíamos nuestro primer baile.
-Ahora sí, oficialmente eres toda mía para siempre, y no podrás escaparte- Declaró con algo de malicia coqueta en su mirada.
-No tenía pensado hacerlo- Me acerqué para tomar sus labios sin vergüenza.