Capítulo 65
2453palabras
2022-09-08 11:31
-Al parecer vine en mal momento, ¿necesitas que yo también me vaya?- Dije con amargura.
-¿Lo que veo en tus ojos son celos?- Se acercó a mí y me tomó con ambas manos del rostro.
“Si claro, es bueno que le eches sal a la herida”
-Por supuesto que n.. NO- Titubee al final de mis palabras.
La verdad estaba muriendo lentamente de celos.
-Te ves tan hermosa cuando te pones así- Sonrió y dejo un beso algo mojado en mis labios,
Solo eso basto para que ya estuviera cayendo derretida ante él.
"Que fácil eres" Me reproche y luego me recompuse entrando en razón.
-¿Y qué es lo que se supone que debes pensar? no me digas continua en su persuasión para volver contigo porque si es así te digo de una vez que…-
Mi enojo motivado por los celos se hacía cada vez más evidente a medida de que hablaba, el que se mantenía oyéndome interrumpió antes de que pudiera darle mi advertencia.
-No tiene nada que ver con eso, ya le quedó claro que no quiero nada con ella. Solo vino para hacerme una invitación a su cumpleaños que será el sábado-
-Que le quedó claro- Bufé. -¿Y es que piensas ir?- Pregunté ardiendo en celos.
-Quizás- Contestó.
-¡Mierda Kiram! no se para que perdí mi tiempo viniendo hasta aquí- Tome mi bolso que había tirado en una silla para salir.
-Bella- Se apresuró a tomarme de la muñeca. -Solo bromeaba- Me acerco a él tomándome de la cintura. -Es que resulta que el sábado ya tengo planes con alguien más- Dijo cerca de mi boca.
-¿Así es? ¿con quién?- Pregunté sintiendo su aliento en la piel de mi cara.
-Con la mujer que me roba el sueño- Respondió.
-Mmm… ¿Conozco a esa mujer?- Pregunté entrando a su jueguecillo.
-Quizás si-
-¿Como es?- Volví a preguntar mientras enrede mis brazos en su cuello.
-Ella es una pequeña y salvaje fierecilla celosa- Respondió divertido.
Separe un poco mi cara de la suya y le di una mirada de querer ahorcarlo por sus afirmaciones.
-Calma, no he terminado, esa es solo la parte que más amo de ella- Dijo para continuar. -Resulta que he descubierto que también puede ser… Amable, excesivamente honesta- Sonrió. -Tierna y dulce sin darse cuenta, un poco tímida en ocasiones que menos lo esperas, y por Dios… su cuerpo es malditamente sexy- Terminó con exageración.
-¿Así que una loca fierecilla salvaje?- Repetí esta vez con más diversión.
-Solo eso es lo que quedó ahí- Dijo juguetón al tiempo que toco mi cabeza.
Sonreí y esta vez fui yo quien terminó por besarlo saboreando sus labios con necesidad. Me volvía loca ese hombre, me resulta difícil mantenerme molesta con él, que irónico de pensar, tomando en cuenta que cuando lo conocí solo ese era mi estado de ánimo con él, molesta.
-No sabes cuanto te extrañe, que bueno que hayas venido -Dijo para continuar besándome.
-Yo también, pero extrañe incluso más tu labios- Afirme deseosa.
Con pequeños pasos, él me fue acercando al sofá de cuero enorme que estaba en una esquina de esa habitación, nos tumbamos allí y comenzó a besar mi cuello mientras pasaba sus manos por mis piernas y las apretaba un poco, ya se comenzaba a sentir cómo rápidamente mi área íntima se estaba mojando, pase mi mano desvergonzadamente por su entre piernas, y su miembro ya se sentía marcado prominentemente en su pantalón; cualquiera hubiera pensado que solo a eso vine, y bueno, aunque en principio no era esa mi intención, no podía negar a mi cuerpo obtener su dosis de él.
-Ki.. Kiram estamos en tu oficina- Dije con la respiración acelerada.
-Lo sé- Continuó besando mis senos en esta ocasión.
-¿Y si alguien entra?- Continue jadeante.
-Nadie se atreve a entrar sin mi permiso- Respondió seguro.
-¿Entonces dices que te temen mucho como para hacerlo?- Pregunte algo divertida mientras disfrutaba de sus toques desesperados.
-Supongo que es normal que me teman por ser el jefe- Respondió con obviedad.
-Y por ser el jefe de hielo más amargado- Moleste.
-¿Eso piensas?- Mordió mi oreja.
-Huumm- Gemí debido a que una corriente pasó por mi cuerpo. -Si, pero eres mi señor de hielo amargado favorito- Bromee.
Tomando un poco el control de mi cuerpo, me levanté y me senté arriba de sus piernas, sentí su miembro erecto debajo de mi intimidad.
-No tienes idea de lo que he extrañado a tu amigo dentro de mí- Acepte con descaro.
Me había puesto una falda, no fue intencional, no esperaba terminar así arriba de él, pero que bien había jugado mi atuendo a nuestra conveniencia.
-No sabes cuanto yo he extrañado estar dentro de ti- Acepto con el mismo descaro.
Apretó con sus manos mi trasero, y comenzó a moverme arriba de su erección. Momento luego, baje la cremallera de su pantalón, con su ayuda su miembro quedó expuesto ante mis ojos, no se molestó en quitar mi panti, sino que más bien, solo la hizo a un lado y sin más me penetro de una sola estocada.
-Haamm- Solté un gemido.
-Bella, somos unos adictos a tu cuerpo- Comenzó a moverme encima de él con más rapidez.
-¿Somos?- Pregunté agitada.
-Él y yo- Contestó indicando que el segundo era su miembro.
Comencé a subir y bajar al tiempo que lo besaba, él tenía sus manos agarrando mis caderas ayudándome con el movimiento, hacer esto en ese lugar de trabajo se sentía realmente sucio de experimentar.
-Te deseo a cada momento- Confesé yo esta vez. -Quiero que siempre estés dentro de mi-
-Múdate conmigo, de esa forma podremos estar así siempre que queramos- Dijo de pronto.
A pesar de mi gran excitación, me quedé algo atónita por lo que había acabado de decir, luego, solo decidí ignorarlo y continuar dándonos placer… Poco después, ambos terminamos envueltos en nuestro propio éxtasis personal.
-Aaaaahh...-
-Aaahh…-
Me abrazó, dejando caer su cabeza en el hueco de mi cuello.
-Podría hacer esto todo el día- Dijo aún agitado.
-Yo también, pero hay responsabilidades que cumplir- Dije siendo más aburrida.
-Entonces, ¿quieres mudarte conmigo?- Volvió a preguntar viéndome a los ojos.
Si no lo hubiese vuelto a mencionar, hubiese pensado que solo había sido producto de mi imaginación, lo vi con mis ojos abiertos de par en par por la sorpresa con que me tomó su petición.
-Pensé que lo habías dicho por la emoción del momento- Acepte sorprendida.
-No es así, lo dije muy en serio- Puso sus manos en mi cintura.
-Kiram estamos apenas comenzando, ¿no crees que eso sería muy apresurado?- Pregunté dudosa de su respuesta.
-Bella, siempre puedes tomar en serio todo lo que te diga, estoy seguro de lo que siento por ti, sé lo que quiero contigo y a donde quiero ir contigo, y con el tiempo espero que tú también te sientas así- Aseguró.
¿Es que acaso estaba suponiendo o tan siquiera pensaba que yo lo podía querer menos de lo que él a mí? ¿era eso lo que había querido decir? en caso de que así fuera, estaba loco por tan siquiera pensar de ese modo.
-Kiram mi amor, estoy muy segura de mis sentimientos por ti, por favor no lo dudes ni un segundo. Si, es cierto que todo esto es nuevo, pero lo es para los dos, y aun siendo así, eso no quita el gran amor que siento por ti, y menos me hace no saber lo que quiero contigo, porque en realidad de las cosas de las que estoy más segura en mi vida, es de eso- Declare con profunda sinceridad viendo sus azules y hermosos ojos. -Solo te pido que, no corramos ¿sí?-
Me regaló una mirada de tranquilidad y aceptación ante mi pedido.
-Está bien, si acepto no presionarte es porque entiendo que todo esto es algo nuevo y que quieres ir despacio; pero desde que entendí que te amaba como lo hago Bella, mi intención se volvió clara. Si no me caso contigo mañana mismo es por ti- Contó con plena seguridad, para luego abrazarme con fuerza.
La verdad sus afirmaciones me resultaban algo abrumadoras de digerir, y al mismo tiempo, me parecía aún más hermoso cuando se expresaba de esa manera que antes creía imposible, provocaba todo tipo de sentimientos en mí, y aunque un miedecillo por tanta seriedad se hacía sentir en mis adentros, yo también me sentía así de loca por él, pero mi parte cuerda entendía y me llevaba a la realidad de que para todo existía un tiempo.
-Aunque quizás podría quedarme de vez en cuando contigo- Dije cediendo un poco.
-Eso estará bien por el momento- Aceptó complacido.
...
Nos encontrábamos sentados en el sofá que horas antes habíamos hecho el amor, hablábamos de todo tipo de cosas bromeando y riendo mientras Kiram de vez en cuando buscaba la manera de acariciarme o de mantenerse en contacto con mi piel, para que ese momento se diera con éxito, Kiram le había pedido a Melani que nadie lo molestara por un buen rato. El tiempo solía pasar rápido mientras te divertías, vi la hora en mi reloj de mano, y ya dentro de poco tenía que cumplir mi turno en el restaurante.
-Creo que ya debo irme, dentro de poco debería entrar a trabajar- Informe al hombre que se mantenía acariciando mi cabello con dulzura.
Me miró algo pensativo, se veía que quería decir algo, pero al perecer decidió no hacerlo, y yo esta vez decidí no preguntar.
-Entonces te llevo- Dijo levantándose para luego agarrar su saco.
-No, puedo ir sola, sé que has estado muy ocupado, y ya perdiste mucho tiempo de la mañana conmigo-
-Bella yo te llevo- Insistió sin darme más opciones. -Y estar contigo jamás será una pérdida de tiempo- Aseveró.
-Está bien- Sonreí atontada.
...
Antes de que el ascensor abriera sus puertas en el primer piso del edificio, el entrelazo su mano a la mía tomándome su acto por sorpresa.
-¿Kiram?- Abrí mis ojos como platos dando miradas a nuestras manos.
-¿Pasa algo?- Preguntó sin dar demasiada importancia.
-Nuestras manos- Musite apenas.
-¿Qué pasa con ellas?-
-No te hagas…- Regañe. -¿Entiendes que esto lo haría público?- Pregunté con nerviosismo.
-Nunca he pretendido ocultarlo- Respondió con plena certeza.
-Ha- Musite.
Luego solo entre en sí, y pensaba que no existía algo que me hiciera amarlo más, pero cada cosa que hacía, cada gesto, solo me hacía estar más loca de amor por él, por lo que le sonreí gustosa y al siguiente segundo salimos del ascensor tomados de la mano como dos amantes.
No podría negar que los nervios invadieron todo mi cuerpo, si no fuera porque él estuviera sosteniendo mi mano, me tambalearía hasta caerme por los nervios. Todas las miradas de las personas que estaban a nuestro alrededor se posaron sobre nosotros sin disimulo alguno, el asombro que tal evento les causaba era evidente, quizás hasta estarían murmurando en sus mentes, pero con el ceo de la empresa cerca de ellos no llegarían a actuar de manera tan descarada, quizás solo luego de que él les diera la espalda se permitirían hacerlo abiertamente, por otro lado, lo que sentía no se comparaba a cuando hacíamos nuestras entradas en las lujosas galas esos días en los que fingíamos estar juntos, este era un miedecillo mayor, porque en esta ocasión era verdadera nuestra relación
Tratando de actuar con seguridad y con mi cabeza bien en alto ante los fijones, pude ver que muchas mujeres me miraban con recelo, y fue hay que pensé con orgullo.
“Si miren víboras, este hombre guapo esta apartado, y es solo mío ”
No es que fuera ese tipo de personas que pensaran que unos estaban por encima de otros, pero intentar tapar el sol con un dedo sería muy estúpido de mi parte, y que yo, una chica normal estuviera con aquel hombre a quienes la mayoría admiraban tanto por sus impresionantes logros y por ser quien creían que era, y con eso me refería a lo que él solo dejaba mostrar ante el público; claro que sería normal que fuera una super novedad ante los demás, el hecho de que anduviera con una mujer públicamente de manera tan tranquila, después de todo no era cualquier hombre, y aunque yo no lo viera como él super empresario y multimillonario Kiram Adams, los demás sí lo hacían, y aunque hubieran cosas que aun ni siquiera mi mente entendía del grado de complicación publica que era estar con ese hombre, unas que sabia pero no me había interesado demasiado en asimilar, y otras que aun ni tenía idea que iba a enfrentar, poco a poco entendería que cosas como esas venían con el paquete de amar a ese hombre que por casualidad también me amaba.
Kiram paró el paso justo en la recepción haciendo que saliera de mi mar de pensamientos, allí se dirigió a la mujer que antes me había atendido.
-Cada vez que la señorita Isabella venga a la empresa, no será requerido algún permiso para que pueda acceder, encárgate de que suba directamente en mi ascensor privado sin complicación alguna – Le informo con firmeza.
La mujer se quedó tan helada como un iceberg mientras oía las órdenes que daba su jefe.
-Así será señor- Se limitó a responder.
-Muy bien- Asintió con su característica seriedad para luego salir del lugar.
Afuera, trajeron su auto de inmediato, nos subimos en él.
-Con esa voz, hasta a mí me infundiste miedo- Dije con verdad.
-¿Cual voz? – Preguntó con descuido.
-Asa que pones cuando eres "el Señor Kiram todopoderoso, serio y helado"- Dije sobreactuando un poco.
Solté una risita divertida debido a mis palabras.
-Supongo que es parte de ser yo, de hecho, a la única que nunca ha logrado domar ese Señor todopoderoso, es a ti- Acepto sonriente.
-Mmm… Si bueno, es que yo no soy como todos los demás, existe algo dentro de mí que no me permite ser domada, incluso por un hombre como tu- Dije con orgullo inflando mi pecho.
-Fue bueno descubrir que no fueras como los demás- Afirmó con gusto.
Mi pequeña parte tímida hizo acto de presencia, normalmente cuando Kiram decía cosas como esa rápidamente mis mejillas se volvían de un rojo carmesí inevitablemente.
-Si supieran lo lindo y tierno que puedes ser- Dije pellizcando una de sus mejillas con suavidad.
-Solo tú has sido digna de despertar esa parte de mí, ni yo la conocía antes de ti- Dijo mientras dejaba un beso tierno en una parte de mis sienes.
-Que afortunada soy- Acepte embobada. -Ya vámonos, no quisiera que me vuelvan a despedir- Bromee saliendo de mi embelesamiento.
Me dio una última mirada antes de poner el auto en marcha.