Capítulo 60
1778palabras
2022-08-30 05:36
Tomó en la mesita al lado de la cama un ungüento y me lo puso, supuse que era algún lubricante por su textura gelosa y fría.
-Solo relájate, quizás moleste al principio- Informó previniendo.
Al instante de eso, de a poco, fue haciendo el acto de penetración, será cierto, estaba siendo molesto e incómodo, pero con el tiempo, y debido a la gran excitación hubo un punto donde dejo de molestar y comencé a disfrutar, al darse cuenta de que mis gemidos pasaron de quejas a disfrute, terminó por insertarlo por completo.
-AAHH- Solté.
-¿Te gusta?- Preguntó jadeante.
-Si- Acepté.
Me había comenzado a embestir con un movimiento progresivo mientras tomaba con fuerza mis caderas con ambas manos, ya me sentía acostumbrada a su tamaño, y debido a la sensación tan fuerte, ya sentía estar al borde del colapso.
-No tardare mucho más- Dije jadeante.
-Entonces colapsa- Dijo con tan ronca tanto como sexy. -Cada parte de ti, es deliciosa-
No recordaba ya lo que me excitaba escucharlo gemir, logrando tal sonido que terminará por explotar.
-Aaah Aaah aaah- Comencé a gimotear entre espasmos.
Ese estaba siendo sin dudas, el mejor orgasmo que haya tenido hasta ahora.
-Aahh Aaahhh- Se vino luego, sintiendo como su líquido caliente me llenaba por dentro.
Posterior a eso, se tumbó casi que arriba de mí, sin llegar a aplastarme.
-¿Te sentiste cómoda?- Preguntó acariciando mi cara.
-¿No te parece obvio?- Sonreí un poco avergonzada a lo que él sonrió.
-Vamos a asearnos, aunque me encantaría quedarme toda la noche con tu olor en mí, no creo que te vayas a sentir cómoda con eso- Hablo en un tono divertido.
Los dos nos pusimos de pie y entramos al baño, él abrió lo ducha y la graduó para que el agua saliera más caliente, una vez lista me hizo un gesto para que lo acompañara, y aunque ya me había bañado, fue necesario volver a hacerlo por obvias razones, y tampoco me interesaba tener que repetirlo si era debido a tal causa de placer. No tardamos demasiado en la ducha, aun así, él se tomó la molestia de enjabonar mi cuerpo y yo siguiéndolo, le devolví el favor, nos dimos uno que otro beso, una que otra caricia, y si, aunque comenzábamos a calentarnos de nuevo, no hicimos nada más que asearnos. Salimos nos sacamos, yo volví a ponerme una de sus camisas, solo que una nueva y limpia que me había ofrecido.
-Al parecer todas mis camisas lucen mejor en ti- Dijo con una sonrisa de lado.
-Eso es porqué luces mejor sin ellas - Acepte coqueta.
Inmediatamente después de haberle dicho eso, se acostó en bóxer en medio de la cama.
-Entonces así me quedara- Puso sus brazos por encima de su cabeza y cruzó sus piernas dejando todo su cuerpo a la vista.
“Porque me hace caso, no sabe que me hace querer violarlo” Pensé para luego tapar mis ojos avergonzada de mis pensamientos, de los que él era ajeno por lo que no entendía mis expresiones.
Solo verlo de ese modo me prendía, era inevitable, se gastaba un cuerpo deseable por cualquiera, sus brazos eran tan fuertes y equilibrados en tamaño al igual que sus largas piernas, en su duro abdomen se podría lavar ropa con facilidad por sus cuadros, y ni hablar de su hombría, esa parte en especial, no estaba nada mal. Me subí a la cama y me senté arriba de él, sintiendo su pene duro al momento.
-¿No te pusiste pantis?- Pregunto algo asombrado.
No era difícil notar que no llevaba debido a que la camisa larga que tenía puesta se subió al sentarme arriba de él.
-No- Enarqué una ceja.
-Porque me haces esto- Soltó en un quejido tapando sus ojos con el brazo para no seguir viendo.
-Para todo hay una razón, y resulta que en esta ocasión es porque aún necesito esto-
Baje su bóxer tome su miembro y lo metí dentro de mí sin más; mostró una expresión tan sorprendida por mi acto tan atrevido, que, si no fuera porque ya estaba más que excitada, fuese soltado una carcajada debido a su expresión, pero la realidad era que mi cuerpo me pedía más, y yo lo estaba complaciendo con más, además me había hecho suya por detrás, por lo que solo sería suficiente si quedaba satisfecha por todos los lugares necesarios.
-Be.. Bella no tenemos protección… puesta- Intento decir con dificultad, puesto que ya había comenzado a disfrutar.
-Lo sé- Respondí con una sonrisa de depravación.
No era ninguna tonta, desde que había comenzado mi vida sexual que fue hace meses con él, comencé a tomar pastillas, me estaba cuidando, así que esto no indicaba problema alguno, sin embargo, eso él no lo sabía, y solo para probar su reacción aún no se lo diría, jugaría un poco. Pero luego de mi disfrute, justo en ese momento mis pensamientos se estaban nublando por el placer, todo mi enfoque estaba puesto en cómo me balanceaba de arriba abajo, estaba jodidamente pérdida por este hombre, por sentirlo dentro de mí de todas las maneras, y sentir su calentura sin nada que se interpusiera, sería de mis cosas favoritas, se había desbloqueado un nuevo nivel de excitación.
-Estás malditamente perfecta- Dijo con sus manos en mis caderas ayudando a que yo pudiera subir y bajar con más facilidad.
Al poco tiempo ambos explotamos, uno tras otro, sentía como por primera vez, su liquido caliente me inundo toda, y fue magnifico, de hecho, todo el sexo con él lo era. Caí acostada encima de él.
-¿Estas segura de que eres mi Bella de siempre?- Preguntó sonriendo debido a mi acto de valentía.
-Eso creo, aunque creo que esta es la versión 2.0- Conteste divertida.
-Debo aceptar que esa versión también me encanta, digo, esta vez fuiste tú quien me cogió- Río en una carcajada.
-¿Y eso te gustó?- Pregunté bajo.
-Muchísimo, puedes hacerlo las veces que quieras- Bromeo.
Ya más climatizados con el ambiente nos acomodamos en nuestros lugares de la cama y nos tapamos con la sabana la mitad del cuerpo, nuestros cuerpos estaban de medio lado quedando frente a frente con el otro, ambos permanecíamos en total silencio, y aunque a este punto yo esta igual, note dudas en su expresión que era de querer preguntar algo.
-Bella- Rompió el silencio.
-¿Si?- Fijé mi vista en sus ojos.
-No usamos protección esta vez- Dijo con seriedad, pero esta era una seriedad parecida a la de un niño.
-¿Temes que pueda quedar embarazada?- Comencé mi juego queriendo saber cuál era su respuesta.
-¿Tu no?- Pregunto de vuelta.
"Lo que pensé" Dije para mis adentros con obviedad.
Iba a hablar para sacarlo de sus dudas, pero él habló antes.
-Digo, si fuera el caso y quedaras embarazada mi madre se pondría realmente feliz- Acepto, y luego me miró a la espera de ver que decía en respuesta.
Sonreí porque lo que decía era totalmente cierto para luego salir de una duda.
-¿Y tú?- Pregunté.
Era consciente de que estaba jugando con fuego, claro que quisiera una familia, pero no aún, seguía siendo muy joven todavía, ni siquiera sabía que teníamos él y yo como para pensar en algo así, y mucho menos, en el caso de qué si existiera algo entre ambos, nada nos aseguraba que iba a funcionar a largo plazo; y fuera de todo lo evidente, quería cumplir primero ciertas metas en mi vida antes de pensar en tan siquiera la posibilidad de establecerme con alguien.
-Lo que venga de ti, para mí será perfecto- Confesó con una mirada intensa. -Además, no me molestaría poder amarrarte de por vida a mí con nuestro hijo – Finalizó bromeando, o al menos yo lo tomé de esa manera.
Pero mentiría si dijera que sus palabras no me estaban derritiendo; por otro lado, aunque venían pensamientos amorosos a mi cabeza que podría expresar, no sé porque me estaba costando tanto trabajo expresarlos, él se estaba mostrando abierto conmigo como jamás lo había sido, a diferencia de antes, no le importaba mostrar sus emociones abiertamente, y eso me tenía sorprendida, muy sorprendía para ser más específica.
-No tienes de qué preocuparte- Dije.
Me miró con curiosidad.
-Me estoy cuidando, tomo anticonceptivos- Confesé al fin.
Por un instante una leve decepción tiñó el gesto en su rostro, pero después, se formó una leve sonrisa en sus labios que me trasmitió tranquilidad, acercó su cara a mi frente y la beso con cariño para luego acercar mi cuerpo a él y envolvlo con el suyo en un abrazo cercano.
-Está bien, ya habrá tiempo para que hagamos una familia más adelante- Dijo con serenidad.
Solo luego de que dijo eso caí en cuenta, y preguntas se formaron en mi mente, ¿Es que acaso ese hombre estaba tan loco como para permitirme estar con él sin protección corriendo el riesgo de que como consecuencia pudiéramos tener un bebé? Entendía que era mayor para tomar esa decisión, pero aún yo no estaba preparada, ni para este momento ni en los próximos años; y el tema real de mis dudas era ¿Qué había pasado con ese hombre que no quería una familia, con el mismo hombre que se aseguraba a toda costa de dejar claro que no tenía tiempo para dejar entrar el amor en su vida? ¿en serio sería posible que Kiram hubiese cambiado de idea solo por mí? y en caso de ser así ¿Cómo era eso posible, deveras estaba tan enamorado de mí? Preguntas como esas eran las que me habían inundado de incógnitas, aunque Kiram me había confesado sus sentimientos y había hecho ciertas demostraciones que lo corroboraban, era como si estuviera de cierta forma bloqueada a creerlas aún, como si lo que pasó antes se hubiera quedado tan impregnado en mi cabeza, que me resultaba muy difícil poder creer estas nuevas actitudes y sentimientos de él, no estaba segura, quizás aún tenían que pasar más cosas para que yo lo creyera realmente, aunque era muy difícil no sentirse tan bien junto a él en este momento, porque era evidente que mis sentimientos, él los hacia brotar a flor de piel, me sentía locamente enamorada de ese hombre, eran como dos mitades combatiendo una contra la otra, estaba esa parte antes mencionada que queria amarlo sin tapujod, y la otra que se seguía sintiendo tan insegura en el fondo, de una manera que daba terror arriesgarse.
Y de vuelta al pensamiento de lo que había dicho recientemente tan tranquilo, si me daba algo de ternura pensar que pudiera tener pensamientos de esas cosas futuras junto a mí, pero no dejaba de ser algo abrumador e increíble de digerir.