Capítulo 52
2420palabras
2022-08-18 00:17
Ya era miércoles, y habían pasado tres días desde aquella conversación con Kiram, tres días en los que no lo había vuelto a ver, tal y como pensé que pasaría, aunque si, admitía sentirme algo decepcionada por eso, porque claro que me había atrevido a pensar en la posibilidad de que insistiera un poco, pero creer tan siquiera por un segundo que sus palabras fueran ciertas solo había sido otra estupidez de mi parte, después de todo, se trataba de Kiram el señor orgullo, el mismo quien era un estúpido, un cobarde, y un idiota por excelencia.
Ni siquiera entendía porque me causaba tanto malestar que no lo hubiera hecho, ¿es que acaso no lo conocía ya? Pero muy en el fondo debía aceptar también que me había vuelto a hacer ilusión por algo que jamás pasaría, al parecer lo tonta no se quitaba así de fácil.
Me encontraba saliendo de la universidad, como siempre algo cansada tras el trajín del día de trabajo y luego estudió.
-Bella ¿te ha escrito? - Preguntó Anna que iba caminando a mi lado.
Por supuesto que le había contado todo lo sucedido la mañana del domingo, si no lo hacía y luego se enteraba de otra forma, me mataría sin duda.
-No, ni esperes que lo haga- Bufé.
-Mmm… ¿Y tú, quieres que lo haga? - Preguntó socarrona.
-Me da igual, mejor si no lo hace- Rodee los ojos fingiendo estar desinteresada.
Anna iba a decir algo que se veía era para molestarme por mi anterior comentario al que sé que no creyó una palabra, pero antes de que pudiera tan siquiera hablar, una ruidosa corneta de algún automóvil pito justo frente a nosotras que nos encontrábamos casi llegando a la parada del autobús para ir de retorno a casa.
PI
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-¿Que jodidos quiere ese? Me va a romper los tímpanos- Se quejo mi amiga de mala gana tapando con sus manos los oídos.
Si mi cerebro no me estaba jugando una mala pasada justo ahora, estaba segura de que ese era el mismo automóvil negro deportivo en el que me siguió Kiram el pasado domingo.
-No hagas caso, de seguro es algún loco maníaco- La tome por el brazo y la empuje para que caminara con más rapidez.
Llegamos a la parada del autobús, allí había más estudiantes esperando también, el deportivo negro que antes estaba más adelante fue en retroceso y paro justo frente a nosotras obstruyendo el paso en caso que llegara el transporte. Un nerviosismo que había sentido ya minutos atrás, se intensificó más cuando la ventanilla del copiloto del auto comenzó a bajar, y para mi desgracia, era quien me temía.
-Mira es él- Me jalo del brazo Anna sin disimular la sorpresa.
-Si, ya vi, solo ignóralo- Dije sin mostrar mucha expresión en mi rostro.
-¿Las llevo?- Se ofreció mientras se inclinaba un poco para poder vernos desde el asiento del conductor.
-Si-
-NO- Dije.
Contestamos Anna y yo al unísono.
-Vamos entren, es tarde y deben de estar cansadas- Insistió.
-Deberías quitarte de allí, ese es el lugar donde para el transporte- Dije con mala cara.
-Okey, entonces no me quitaré hasta que entren- Dijo al tiempo que apago el auto y quitó las manos del volante para luego cruzarse de brazos.
“En serio que es como piedra en el zapato” Pensé con molestia.
Escuche como las personas que estaban detrás se quejaban, ya que gracias a Kiram se estaba formando una fila de autobuses de otras rutas detrás del deportivo, claro que yo ya me sentía roja como un tomate por la vergüenza que ese idiota me estaba haciendo pasar.
-Hagan que se quite- Fueron algunos de los comentarios que comenzaron a decir las personas con enojo.
-Creo que será mejor si vamos con él Bella- Musito Anna temerosa de los quejidos de los estudiantes.
-Affs, enserio quiere joderme la vida- Solté con enojo porque no tenía más opción que ceder a su capricho, a menos que quisiera que estas personas se nos vinieran encima. -No abre- Casi grité al intentar abrir la puerta de los asientos traseros.
-En la de adelante- Dijo desde donde estaba.
El muy tonto ya lo tenía calculado todo, aun con mi enojo, me di prisa a adentrarme de mala gana al asiento del copiloto, Kiram observaba cauteloso todos mis pasos, tomé el cinturón para ponérmelo, pero al jalarlo no cedía, estaba trabado, a pesar de que jalaba una y otra vez, nada.
-Mierda justo ahora- Masculli con irritación. -Muy bonito tu auto, pero como puedes ver hay cosas que no funcionan- Dije al hombre a mi lado con ironía.
Él soltó una risita, y aunque no era mi intención pedir su ayuda, el paso la mitad de su cuerpo frente mí, por supuesto que eso nos hacía estar a solo pequeños centímetros de distancia, tomó el cinturón y al traerlo sin dificultad, como si jamás se hubiera trabado, paso su rostro tan cerca del mío que dejo un beso casto en una de mis mejillas, a lo que yo comencé a sentir que mi cara se había puesto tan roja como un tomate por la vergüenza, di gracias al cielo de que los vidrios estuvieran polarizados, de no ser así todos hubieran visto la escenita de amor; posterior a eso, con la misma sonrisita en sus labios encajo el cinturón en su lugar y volvió a acomodarse en su asiento.
-¿Por qué hiciste eso?- Dije entre dientes con el ceño fruncido. -Ya puedes quitar el seguro para que Anna entre- Dije con sarcasmo.
Él era muy consciente de a que me refería, segundos atrás cuando intente abrir la puerta trasera era obvio que puso el seguro apropósito para hacerme sentar adelante; luego de que entre aunque todo pasó en fracción de segundos, si no nos quitábamos de aquí ya, las personas afuera se encargarían de hacer que nos moviéramos por las malas, por lo que quitó el seguro e inmediatamente Anna entró.
-Hola Kiram- Saludo mi amiga como si de un amigo suyo se tratase.
-Hola Anna- Kiram le regaló una media sonrisa y eso ya era mostrar demasiada amabilidad para él.
Comenzó a manejar al introducirse a la calle.
-Me dices a donde deseas que te lleve Anna- Preguntó mientras le dio una vista por el espejo del retrovisor.
-Ya que sabes mi dirección, mejor llévame primero- Intervine con sequedad.
No sé cómo él sabía dónde vivo, pero lo sabía, ¿si no cómo es que el pasado domingo había dado conmigo por mi zona?
-Mi dirección es #%#^^##$...- Contestó Anna de inmediato, por como la conocía sabía que lo estaba haciendo para ayudarlo a que estuviéramos a solas.
“Eres una traicionera chica, ¿es que no te importo que ese idiota le rompiera el.corazon a tu mjeor amiga?” Gire para mirarla mal a lo que ella solo me quito la vista con timidez.
-Al parecer Anna vive antes que tú- Dijo con satisfacción mirando el camino adelante.
De camino los tres permanecimos en pleno silencio, de vez en cuando, desviaba mi mirada hacia el sin que lo notara, desde que entre al auto, me di cuenta de lo guapo que se veía, había dejado crecer un poco más su barba, logrando lucir más atractivo de lo habitual, llevaba puesto un traje negro de rallas a la medida, su cabello que estaba un poco largo lo tenía peinado perfectamente hacia atrás sin dejar de lucir moderno, desde aquí su perfil lucia tan imponente que casi lograba que me mojara de solo verlo, deje mis pensamientos volar al punto de que las imágenes de esos días en los que estuvimos juntos vinieron a mí, casi parecía que todo había sucedido hace años, o al menos así lo sentía ya, porque a pesar de que aún recordaba cómo me sentía como era ser tocada por él, mi cuerpo tenía esa sensación constante de extrañarlo con tanto furor que si no fuera porque estaba Anna en el auto, me olvidaria de mi orgullo y me lanzará encima de el.
“Que desvergonzada eres Isabella, ya deja de pensar en tonterías, se supone que él te enoja, que solo deseas ahorcarlo lentamente por ser un cobarde idiota” Me reprendí.
Justo al tiempo que mi mente entró en sí, habíamos llegado a la casa de Anna.
-Es aquí- Anunció Kiram frenando el auto frente a la casa.
-Muchas gracias por traerme Kiram- Agradeció. -Nos vemos mañana amiga- Me miró con picardía.
-Adiós Anna- La volví a ver con mala cara.
Una vez salió del auto y entró a su casa, Kiram continuó el camino, seguíamos en silencio, pero estando solo los dos era más incómodo continuar de esa forma, por lo que decidí hablar, además, no es como si no tuviera nada que decir.
-¿Porque viniste a buscarnos?- Pregunté mirándolo.
-Pasaba de casualidad- Pasó su vista con rapidez por mí, para luego volverla al camino.
-No mientas- Enarque una ceja, si quería decir alguna mentira, al menos podía esforzarse un poco más. -Después de todo, eres experto desapareciendo siempre- Dije casi en un reproche por los tres días que había desaparecido.
-¿Entonces esperabas que te buscará después de eso? – Sonrió con gusto.
“¿Porque dije eso, podía ponerme más en evidencia? tonta” Pensé con arrepentimiento.
-Por supuesto que no- Conteste sin verlo.
-Si no me viste luego de ese día, fue porque tuve que viajar por negocios- Explicó.
Iba a decir algo en respuesta, pero me di cuenta de que estaba haciendo el auto a un lado para orillarse.
-¿Porque paras?- Pregunté en tono de reclamo.
-Porque estamos cerca de llegar a tu casa, y resulta que no tengo ganas de que lleguemos aún- Dijo al tiempo que apago el auto, para luego recostar su cabeza del asiento viendo en mí dirección.
-Kiram estoy cansada, y además, mi mamá se preocupara si no llego pronto- Dije con nerviosismo de no saber que era lo qué pretendía.
-¿Eso quiere decir que debería conocerla pronto?-
-¿Qué, como es que llegaste a esa conclusión?- Fruncí el entrecejo con confusión.
-De esa manera ella sabrá que conmigo siempre estarás a salvo, así no se preocupará más si llegas tarde- Explicó con serenidad.
¿En serio justo ahora estaba aquí, a la orilla de la oscura carretera en compañía del hombre que me volvía loca pero que odiaba al mismo tiempo, hablando de mi madre como si fuese la conversación más normal del mundo entre los dos?
-¿Qué cosas dices? creo que tanto trabajo te está afectando la cabeza- Hice una mueca de lado.
Me dio una mirada de profundidad antes de hablar.
-Si, acepto estar algo afectado de aquí- Toco su cabeza con si dedo índice. -Desde que te conocí- Termino de decir.
Lo miré con evidente sorpresa de sus palabras, estaba siendo más expresivo de lo normal, incluso, hablaba con tanta fluidez que parecía no importarle cuidar lo que decía, tal y como lo cuidaba antes.
-¿Nos vamos?- Pregunte porque ya estaba sintiéndome un poco intimidada de su mirada.
-Está bien- Dijo en un resoplido y volvió a acomodarse en su asiento, encendió el auto y lo puso en marcha.
Solo unos minutos después, estábamos afuera de mi casa, tomé mi bolso e intenté abrir la puerta rápidamente para bajarme, pero no pude.
-¿Podrías quitar el seguro?- Gire para mirarlo con los ojos entrecerrados.
-¿No te vas a despedir de mí?- Preguntó con picardía.
-Adiós- Dije desde mi lugar.
-Así no- Dijo ladeando su cara un poco y con su dedo tocó dos veces su mejilla derecha.
Con ese simple gesto queriendo decirme que la forma en que debía despedirme era con un beso justo donde toco con su dedo, sí que estaba siendo muy molesta esa nueva actitud suya, aunque la verdad lo que más me molestaba era lo nerviosa que lograba ponerme, y en el fondo aunque no lo pensaba aceptar en voz alta, hasta me estaba gustaba su nueva y más abierta forma de actuar conmigo.
-¿Es la única forma de que abras?- Pregunte fastidiada.
Asintió, por lo que yo respire hondo ya que estaba entrando en su juego conscientemente, me acerque a él quedando a centímetros de su rostro, mi intención solo era seguirle la corriente para que me dejara en paz, dándole ese beso en la mejilla que estaba solicitando a base de juegos sucios, pero para él no había sido suficiente que yo hiciera lo que me pedía, sino que giró la cara con tanta rapidez que el beso termino por ser dado justo en sus labios, me iba a apartar de inmediato para reprocharle su engaño, pero no pude, porque pasó una mano detrás de mi cuello impidiendo que yo pudiera apartarme.
-Su..Suelta- Dije entre dientes intentando apartarme.
Aunque estaba siendo obligada, su beso no dejaba de ser suave, eran sus labios los más suaves y deliciosos que había probado jamás, mi estómago estaba revoloteando por las emociones que me causaban el solo sentirlo.
"No caigas Bella" Alertó mi voz interior.
Volví a intentar separarme, y esta vez me dejé apartarme de él.
-Eso estuvo... Genial- Acepto saboreando sus labios como un completo sádico.
-Idiota, ya abre- Intente sonar molesta.
Quito el seguro e inmediatamente abrí la puerta para salir sin más, una vez afuera volví a tirar de golpe la puerta esperando que eso le doliera, aunque fuera un poco, después de todo era un deportivo muy lujoso y por ende costoso, aunque dudaba mucho que eso le importara, ya que de seguro tenía tanto dinero que podía darse el lujo de tener 10 deportivos de ese mismo modelo solo como repuestos. Cruce frente al deportivo para caminar en dirección a la casa.
-Bella- Llamó.
Pare el paso y me incline justo frente a su ventana.
-¿Qué quieres ahora? - Enarque una ceja.
-Mañana también pasaré por ti-
-¿Que? Eso no es necesario, no pierdas tu tiempo- Dije ladeando una de mis manos en negativa.
“Ósea que está aceptando que hoy fue exclusivamente por mí?” Pensó una partecita masoquista de mí con emoción.
-No es perder el tiempo, nos vemos mañana- Dijo al tiempo que puso en marcha el auto.
Ni siquiera me dejo hablar, estaba como una idiota allí parada con las palabras en la boca, el muy tonto lo había hecho apropósito para que yo no me pudiera seguirme negando. Con un resoplido me gire y de camino a adentrarme a la casa, una sonrisa se escapó de mi boca, pasé mis dedos por mis labios puesto que aún sentía el sabor de su boca en la mía.