Capítulo 49
2552palabras
2022-08-18 00:11
Me tenía pegada a la pared, yo aún no sabía como reaccionar a lo que estaba pasando, ni a quién estaba allí en frente de mi, era mucho el tiempo que tenía sin verlo, me resultaba difícil entender la situación.
-¿Que… haces?- Intente preguntar aún en estado de conmoción.
-¿Podemos hablar?- Preguntó sin apartarse.
-Primero suéltame- Reaccioné.
-Te suelto si prometes que podremos hablar después- Me apretó más.
-Este no es el momento ni el lugar Kiram, además, ¿sobre que podemos hablar tu y yo?- Pregunté de forma irónica.
-¿Recibiste mi regalo?- Preguntó.
Lo mire con los ojos de par en par, pues ya había confirmado mis sospechas.
-¿Así que si fuiste tú?- Pregunté atónita.
-Si, ¿te gustaron las rosas? - Sonrió con orgullo.
-¿De que hablas, es que estas consciente de lo que estás haciendo?- Lo empuje con frustración.
-Muy consciente- Contestó sin quitar la mirada penetrante.
-¿Que haces aquí Kiram porque no entiendo nada?- Luego recordé. -Ah sí ya, es tu club, pero me atreví a venir porque jamás pensé que tú aparecerias por aquí- Acepté con molestia.
-Bella hablemos, por favor- Pidió casi suplicante.
-Ya te dije que no tenemos nada que hablar, hace tres meses todo me quedo muy claro, ¿lo recuerdas? Justo en tu casa- Terminé por soltarme completamente de su agarre y salí casi corriendo.
-Voy a seguir insistiendo hasta que me escuches- Grito a mis espaldas.
Llegué a donde estaban mis amigos, tenía el corazón acelerado tanto como si hubiera corrido una maratón, y esto no era una maratón pero me sentía tan cansada como en una.
-¿Amiga paso algo?- Pregunto Anna al verme llegar de esa forma tan acelerada.
-¿Estas bien Bella?- Preguntó Mass alertado.
-Si estoy bien- Vi a Anna y musite. -Kiran está aquí- Hice una mueca.
Al oír la información que le di, sus ojos se abrieron como enormes platos blancos. De pronto, la vi quedarse mirando a un punto fijo detrás de mí con la boca abierta a más no poder.
-Hay viene- Dijo sin dejar de mirar tras de mí.
-¿Quien?- Pregunté confundida.
-Kiram- Respondió.
-¿Quien mierda es Kiram?- Pregunto Massimo entre confundido y frustrado por no saber qué era lo que estaba pasando.
-Después te explico, perdoname por esto- Dije al tiempo que tome a mi amigo con mis dos manos por el rostro y con dificultad por su altura, lo atraje a mi para luego besarlo en los labios.
Massimo solo se dejó atraer, estaba más que confundido por la situación, sin embargo, no me rechazó al instante, él sabía que yo no haría eso sin una razón, asi que solo siguió el juego aun sin saber el porqué de mis motivaciones.
-SUÉLTALA AHORA MISMO- Escuche a Kiram hablar eufórico.
Me separe de los labios de Mass y gire para mirarlo.
-¿Que quieres Kiram? te dije que me dejaras en paz- Casi grite.
-Bella, ¿quien es este imbécil?- Pregunto con evidente ira en su tono, una aún más notable de la que antes había visto demostrar por Ethan.
-Ese no es tu problema- Conteste. -¿Sabes que mejor si te digo? ya que te interesa tanto, te presento a mi novio- Le mentí con descaro.
-Que yo…- Mass iba a hablar, pero apreté su brazo para que no emitiera palabra y me dejara en ridículo. -¿Quien eres tú?- En cambio, pregunto eso a Kiram a la defensiva.
Kiram que se mantenía frente a nosotros con una expresión incrédula en su rostro, ignoró la pregunta de Massimo.
-¿Tu novio? se bien que no lo es- Dijo con presunta seguridad. -Y yo- Esta vez miró a Mass. -Soy el dueño de este lugar- Respondió con la ceja enarcada. -Y ella viene conmigo- Intento tomarme de la mano.
-Ni se te ocurra tocarla- Dijo Massimo interponiendose amenazante entre Kiram y yo.
-¿Y tú lo vas a impedir niño?- Kiram se acercó a Mass y le hizo frente de forma retadora.
El temor de que esos dos se fueran a las manos se hizo presente, en cualquier otro momento los hubiese dejado matarse si eso querían, pero en esta ocasión esto había pasado por mi culpa, yo había ocasionado esto, claro que por culpa de ese idiota de Kiram.
-Kiram amigo calmate- Apareció Liam gracias al cielo. -Vamos amigo, es su cumpleaños, no lo estropes, esta no es la forma, luego puedes hablar con ella- trato de calmarlo.
Liam me dio una mirada que decía en ella "Lo siento", y Kiram a quien conocía por ser un hombre razonable, al menos no solía permitirse este tipo de comportamientos escandalosos, hizo caso a su amigo, y antes de irse, me dedico una última mirada que no entendí, no era enojo, no era reproche, se parecía más a una de arrepentimiento.
-¿Que jodidos acaba de pasar?- Massimo me preguntó, se veía molesto.
-Es una historia algo larga te la cuento en casa ¿si?- Dije arrugando un poco mi nariz.
-Será mejor que así sea Isabella- Sentenció.
Y cuando mi amigo me llamaba por mi nombre, no Bella, no peleona, eso eran indicios de que estaba muy enojado y que ya tendría que buscar como ablandarlo.
Estuvimos un rato más en el club, traté de no volverme loca por lo que había pasado aunque internamente estaba en colapso, era mi cumpleaños y era mi idea disfrutar junto a mis amigos, a decir verdad luego del acontecimiento mis ánimos decayeron por completo solo que lo intente disimular ante ellos "maldito Kiram" pero no podía simplemente decir que quería irme, aún era temprano para eso y sé que todos esperaban pasar más tiempo allí conmigo porque se suponía que en esta ocasión yo era la razón por la que habían venido.
Transcurrió la noche, y aunque seguimos bailando y disfrutando, al menos ellos, yo en cuerpo estaba allí pero mi mente se había ido con ese idiota que había arruinado mi noche, ya era hora de irnos, los chicos ya estaban muy cansados y ya habían bebido mucho, al menos Zack, Anna y Ethan era en quienes era mas notable los traguitos de más. Decidimos irnos en grupos, a Ethan se lo llevaron su hermano y Olivia, mientras que Massimo y yo nos llevábamos a Anna en un taxi, primero dejamos a la chica en la puerta de su casa sana y salva, para luego seguir nosotros a la mía.
...
Habíamos llegado a casa hace una hora, ya me había aseado y estaba lista para ir a dormir, la habíamos pasado muy bien a pesar del "acontecimiento".
Hace poco le había tenido que contar a mi amigo Mass quien era Kiram y que fue lo que paso entre los dos, le conté desde el accidente con mi moto, hasta el trato para ser su novia de alquiler y mi amor que luego creció por el, como confese mis sentimientos y cómo no tuvo un final feliz porque me rechazo, omití solo pequeños detalles como el sexo y esas cosas intimas que imagino ya el debió de suponer que pasaron, Massimo odio al hombre por todo lo que le conté, y era una reacción normal por ser mi mejor amigo y saber que alguien haya causado tristeza, pero también le explique que siempre fue un trato y que aunque nos salimos un poco de lo acordado por mutuo acuerdo, igual nunca dejo de ser lo que era, un trato y que en sí, no había sido su culpa ni de nadie.
Termino por entender todo, también le dije que mamá no lo sabía, por lo que no tenía que salirse ni una sola palabra del tema delante de mí familia.
Me causó mucha risa porque me dijo que mas nunca en lo que nos quedara de vida, lo volviera a besar, me dejo claro que besarme fue como besar a una hermana y que eso no era agradable de hacer, y que hacerlo contaría como incesto por lo que era una pecadora, me hizo reír mucho que fuera tan exagerado, también me hizo prometerle que no iba a volver a hacer algo como eso, a no ser que fuera de vida o muerte, y que aun así me lo pensara diez veces antes.
Solo luego de nuestra conversación, me dejó ir a dormir.
Una vez mi cabeza toco mi almohada, el agotamiento hizo acto de presencia poniendo mi cuerpo tan pesado como una roca enorme, por más que mi mente quería darle vueltas a todo lo que pasó esa noche con Kiram, mi cuerpo no alcanzó porque el cansancio me venció y caí dormida con rapidez.
...
Al día siguiente...
Desperté tipo diez de la mañana, era algo tarde, pero como también me había ido a dormir tarde por la madrugada era normal que no despertara a la hora que acostumbraba, por alguna extraña razón no desperté cansada como pasaba en otras oportunidades donde me iba de fiesta hasta altas horas de la madrugada, más bien me sentía inquieta, activa, con ganas de drenar, entonces pensé, creo que seria buena idea si salía a trotar... Así que fui a asearme un poco, luego me puse algo de ropa deportiva.
-Buenos días familia- Salude a mi madre y mi hermana.
-Buenos días hermana-
-Hola hija, ¿como amaneces?-
-Bien mamá cero resaca- Le sonreí.
-Gracias al cielo- Resoplo.
-¿Mass aún duerme?- Pregunté porque me pareció extraño no ver a mi amigo.
-Si parece una piedra ese chico- Río. -¿Vas a desayunar? les guarde comida a los dos- Preguntó.
-No, sólo tomaré un poco de jugo de naranja- Llene un vaso y lo bebí.
-¿Iras a ejercitarte?- Pregunto echándole un vistazo a mi atuendo.
-Así es, amanecí más activa de lo normal- Terminé de beber.
Al terminar la conversación con mi madre, salí de casa, me estiré un poco afuera y active mi reloj para medir el tiempo y mis pulsaciones por el ejercicio, sin más, comencé a correr.
Mientras corría los recuerdos que había intentado bloquear, comenzaron a hacerse presentes y al instante tenía cada imagen de todo lo que había pasado anoche, no pude evitar pensarlos más, aunque intente no pensar en eso demasiado porque eso me hacía pensar en él como consecuencia, ya no podía más, y con esos recuerdos vino una gran frustración y muchas incógnitas, ¿porque el quería hablar tan insistentemente conmigo, porque me envió esas flores o tan solo como es que recordó mi cumpleaños? que, por cierto, aún no había tenido el valor de abrir esa cajita que envió junto a las rosas rojas. Por otro lado, tampoco conseguía respuestas a porque él estaba actuando como un psicópata celoso luego de haberme dejado perfectamente claro que no sentía ni sintió nada por mí jamás, pero su actitud de la noche anterior hubiese confundido a cualquiera fácilmente, y la pregunta que más me daba dolor de cabeza, ¿porque rayos decidió aparecer luego de tres meses? que pasaba por su mente, si el se iba a casar, no entendía una mierda, pero ese hombre otra vez quería hacerme mierda la vida en un instante.
Comencé a correr más rápido, como si fuese posible sudar la frustración, esto e ir al gimnasio a pelear, eran formas de liberar estrés para mi, solo que tenía tiempo sin hacerlo, y ya era el momento necesario de retomarlo.
Por estar inmersa en mis pensamientos no había notado que un automóvil me estaba siguiendo del otro lado de la calle, era uno muy lujoso, no lo había visto antes, decidí tomar otra calle a ver si eran solo cosas mías, pero el auto también tomó esa calle, así que decidí parar el paso y encarar al conductor, justo en este momento tenía suficientes energías para descargarlas en alguna discusión o hasta pelea si se daba la oportunidad, si lo sé, a veces podía no parecer una chica, y en vez de eso, un machito de pelea.
Cuando pare el paso, el auto también lo hizo, no se si era por la adrenalina, y que también sabía que estaba loca, porque ¿quien en su sano juicio se le acercaba a un auto misterioso cuyo conductor no se veía? podría ser un psicópata, un asesino o un secuestrador, pero aún así camine hasta posicionarme afuera de la puerta del conductor.
Empuñé mi dedo índice y di tres golpes al vidrio para llamar a quien estuviera adentro, seguido de eso, el vidrio comenzó a bajar, hasta que por fin se dejó ver de quien se trataba.
-¿Que mierda, otra vez tu?- Dije fastidiada de tener que encontrarlo.
No era ni un asesino, ni psicópata o secuestrador, incluso fuese sido mejor que fuera una de los anteriores, era el idiota de Kiram. Me di la vuelta para irme lejos de su vista.
-Bella solo espera un momento- Hablo, a lo que yo voltee con algo de agresividad.
-¿Que quieres, no te bastó con lo de anoche?- Grité con enojo.
El bajo del auto, estaba ya frente a mi.
-Lo siento, no fue mi intención arruinar tu cumpleaños Es solo que… necesitaba hablar contigo, y aún lo sigo necesitando- Dijo con un tono de voz calmado.
-¿Kiram porque haces esto? ya hablamos hace tres meses, de hecho fui yo quien hablo, y todo quedó claro para mi, aunque no tuviste que decir demasiado, entendí claramente tu mensaje, y es por eso que cumplí lo que prometí, me aleje no te busque mas, dime ¿que mas quieres de mi?- Dije con cansancio.
¿Es que acaso su intención era hacer que me volviera loca? o ¿solo deseaba jugar con mi mente?
-Te quiero a ti- Se acercó y tomándome por la cintura pegó su cara mucho a la mía.
Por un segundo me quedé atónita por sus palabras, pero al segundo siguiente lo empuje con fuerza para apartarlo, él no se resistió, aunque hubiera sido el colmo.
-¿Estas loco, qué cosas dices? En qué mundo viven los ricos como tú, ¿creías que iba a ser tu puta por siempre? porque solo eso signifique para ti- Me altere.
-Tú jamás significaste tan poco para mi Bella- Hizo una sonrisita de desánimo de medio lado. -Si me dieras unos minutos para que hablemos, te puedo explicar todo, solo unos minutos ¿por favor?- Pidió señalando el auto para que entrara.
Por más que lo pensé, no había nada que dijera que me hiciera regresar a él; después de todo era un hombre comprometido, y si no lo fuera igual me lastimó mucho como para que aceptara cualquier cosa que él propusiera, si ese fuera el caso por el que estuviera aquí, claro estaba, pero con el todo era incierto no tenía ni la menor idea de sus intenciones, de porque quería hablarme, y porque estaba aquí insistiendo a la mujer que no había sido nada para él más que unos cuantos acostones, ha y su empleada. Pero al parecer dejarlo hablar era la única forma de que me dejara en paz.
-Okey, solo tendrás 5 minutos- Cedi.
-Eso será suficiente-
Por el rabillo del ojo, lo vi sonreír triunfante. Fue hasta la puerta del copiloto y la abrió para mí, yo entre sin darle mucho interés a su repentina caballerosidad, y luego él entró al puesto del chófer, y así fue como puso el auto en marcha, ya me estaba mentalizando a lo que diría a continuación, sin embargo, ninguna idea cruzaba por mi cabeza haciendo esta situación más impredecible.