Capítulo 42
1791palabras
2022-08-17 23:50
POV KIRAM
Una semana es el tiempo que había transcurrido desde que dejé a Bella fuera de aquel aeropuerto privado. La noche anterior a ese día, ocurrió algo que hizo corto circuito en mi sistema, ella de forma espontánea había soltado esas simples dos palabras "Mi amor" sin verse en la obligación de hacerlo, sin apariencias, sin premeditarlo, solo lo dijo de forma que parecía haber salido de su corazón, escucharla inmediatamente envió una alerta que decía que tenía alejarme lo antes posible, antes de que fuera muy tarde, si, alejarme una vez más. Luego esa mañana actúe como el idiota que debí de ser siempre para ella, y sé que el mensaje le había quedado claro, a este punto, ya no sabía cómo ser de otra manera, o quizás sí, había una manera recientemente descubierta que no estaba dispuesto a destapar por completo porque de seguir ese camino, no quería saber cómo terminaría. Mas tarde cuando arribamos en la ciudad y ella se despidió de mí para luego subirse a ese taxi, por un momento me vi tentado a tomarla y no dejarla irse, pero rápido contuve mis impulsos, porque solo provenían de pensamientos absurdos. Así que como debía, solo la deje marcharse en paz.
En esta semana transcurrida posterior a eso, no verla me había costado más de lo que quisiera admitir, quizás era que solo me había acostumbrado en poco tiempo a tenerla cerca, a siempre verla ser ocurrente, a reír de forma espontánea, verla molestarse, a ser ella… Pero entendía que no era correcto querer tenerla siempre cerca, y que tampoco sería justo para ella. Si, yo le había propuesto que continuáramos con esto aun luego del viaje, pero por la dirección que estaba tomando todo volviéndose tan personal estaba siendo peligroso, y al final, no era mi intención lastimarla, y mucho menos que ella llegase a sentir que la tenía y luego la alejaba cada que me entraba en gana.
Eran muchas las cosas que pasaban por mi mente, las confusiones en vez de disminuir por la lejanía, más bien lograron aumentar, nada estaba totalmente claro en mi cabeza, aunque una cosa sí, y era que esta semana la había extrañado como nunca había extrañado a una persona antes, en todo momento no paraba de pensar en ella, en reuniones, mientras trabajaba, cuando estaba en casa, y básicamente en todos lados y a todas horas, lo que más me molestaba era que no solo extrañaba su cuerpo, si no que a ella también, ese sentimiento constante me ponía de mal humor.
Por tercera vez, había dejado un mensaje informando que podía venir a mi oficina a recoger el dinero que había ganado, después de todo era lo correcto de hacer, eso era lo que desde un principio habíamos acordado, y al final, aunque no como fue planeado, todo había resultado a la perfección en cuanto a llevar la farsa se refería, ella había realizado de manera satisfactoria su inicial trabajo. Ninguno de los mensajes tuvo respuesta alguna, así que intenté llamarla también en dos oportunidades, una de esas hoy, pero tampoco contestó. Ya que no lograba hacer que viniera, sería yo quien iría hasta ella, así quizás verla por un corto tiempo haría que mi mal humor se fuera, o eso creía.
Mi madre por otro lado, siempre que llamaba para saludar, no paraba de preguntar por Isabella, quería saber cómo iba nuestra supuesta relación, decía que pronto vendría a visitarnos y todo eso, al igual mi hermana, yo trataba de esquivar sus preguntas e irme por la tangente, no sabía que mas responder, y era muy pronto para decir que habíamos terminado, creo que lo correcto sería esperar un poco más.
También estaba Samantha que seguía siempre insinuando con indirectas que entendía a la perfección, recordando cosas como que era la voluntad de mi padre que ambos estuviéramos juntos, la verdad era que no me importaba ni un poco, y aunque mi padre estuviera vivo no hubiese sido diferente porque jamás fuese cedido a casarme con ella ni con nadie.
Amber por otro lado vino a visitarme un par de veces, insistió con eso de su supuesto amor por mí, pero en un punto tuve que ser claro con ella y decirle que no sentía nada y que no sentiría jamás nada hacia ella, para que así me dejara de una vez en paz, solo esperaba que no siguiera molestando porque ya tenía suficiente con mis propios demonios.
Escuche ser tocada la puerta de mi oficina, haciendo que saliera de mi mar de pensamientos.
-Pase- Dije.
-Amigo- Era Liam quien entró tan entusiasta como siempre.
-¿Desde cuándo aprendiste modales?- Pregunte con sarcasmo sin quitar la vista de los papeles.
-Desde que me siento más decente claro- Bromeo.
Vi de reojo que se quedó pensativo, como si quisiera decir algo.
-Se que quieres decir algo, solo hazlo-
- ¿Sabes en donde almorcé hoy? - Hablo.
-No es como si estuviera detrás de ti a toda hora, por supuesto que no lo sé- Respondí desinteresado.
-En el Edén Restaurante- Contestó con una mínima sonrisa como esperando una reacción extra de mí.
-Mmm es muy buena la comida allí- Admití.
-Definitivamente, pero lo interesante en esta ocasión no fue lo que comí, si no a quien vi- Dijo misterioso.
Por primera vez levanté la vista para verlo a la cara, se había ganado mi interés.
-Eso creí- Se dijo así mismo, agarrando su barbilla.
-¿A quién viste?- Pregunté tratando de no sonar desesperado.
-A Bella- Contestó ostentando una sonrisa en sus labios.
Estoy seguro de que cambie mi expresión a sorpresa, aunque trate de disimular.
-¿A Isabella?- Volví a preguntar.
-Sí amigo mío, la misma Isabella que ambos conocemos, estaba trabajando, y estoy seguro de que ella no llego a verme-
Hice silencio durante unos segundos pensando, ¿cómo es que había regresado a trabajar allí? y ¿cómo es que no lo había pensado antes? Aunque bueno, luego de que la despidieron así, no era tan obvio pensar que volvería allí.
-Kiram, eres mi mejor amigo como mi hermano, y te diré esto las veces que sean necesarias- Dijo acercándose más a mi -Esa chica te interesa más de lo que quieres admitir, incluso a ti mismo, ¿es que no te ves? has estado de mal humor desde que llegaste de la boda de Sara, incluso más malhumorado de lo acostumbrado, y sé que es por esa chica, y ahora que te cuento esto no tardaste ni diez segundos en darme tu atención con lo difícil que es lograr eso- Dijo con un frenesís de locura. -Haciendo que despejara toda duda que tenía respecto a eso, ahora no tengo dudas, te gusta esa chica- Replicó con certeza.
-No hables tonterías hombre- Hice una mueca y quité nuevamente mi mirada de él.
-Ya te lo dije una vez y ahora vuelvo a decirlo con más seguridad, quieres a Isabella- Repitió con seriedad.
No sé si era que solo se estaba convenciendo de eso o si era que quería lograr sacarlo de mis propias palabras, pero no lo iba a conseguir porque no era esa la verdad.
-Sigues con eso-
-Por ahora no insistiré más, solo espero que lo pienses. Iré a trabajar- Dijo para luego salir.
Levanté la vista de los papeles y lo vi irse, rápido muchos pensamientos vinieron a mí, ¿así que ella estaba en ese restaurante? si ella no venía a mí, entonces yo iría a ella e insistiría, después de todo no me gustaba deberle a nadie, y si lo veía de esta manera ahora era yo quien tenía una deuda con ella. No sé qué haría o diría exactamente, pero iba a ir a verla, y si tenía que ir a ese restaurante para eso, así sería.
Avanzó el día, y desde que mi amigo había dicho aquellas palabras, no se me quitaban de la cabeza, a pesar de que era eso lo que quería.
Sin darme cuenta se hizo tarde, por lo que recogí mis cosas y salí a casa.
.
.
.
POV BELLA
Habitualmente mi celular lo guardaba en el bolsillo debajo de mi delantal, esta tarde no había parado de sonar en varias ocasiones, eran llamadas y mensajes de él, por los cielos ya había enviado tres mensajes y hecho dos llamadas, claro que no todo en un mismo día, pero para mí eran más que suficientes para hacer que me volviera loca.
-Isabella contéstale de una vez por todas, ¿qué pierdes? - Insto mi amiga viendo mi móvil.
-En algún momento se cansará y entenderá que ya no debe llamar más-
-Si ya es complicado, tú lo haces peor, seguiré trabajando, o me volverás loca también- Salió resignada.
-Porque sigues llamando Kiram- Susurre al móvil mientras lo agitaba con fuerza.
Le hable a mi celular como si fuera él, quizás si me estaba volviendo un poco loca, metí el móvil en el locker a pesar de que normalmente lo dejaba en mi bolsillo, no quería tenerlo para que me siguiera haciendo pensar en él.
Había pasado una semana de la última vez que lo vi, no iba mentir diciendo que había pensado menos en el este tiempo, porque en realidad cada vez pensaba más y más en él, y en todas las experiencias que tuvimos juntos, incluso una noche en mi cama comencé a recordar cómo era sentirlo en mi cuerpo, como me hacía suya, una cosa llevó a la otra y comencé a tocarme en su nombre, si, sé que ahora era una mujer débil de mente, al menos en ese ámbito de mí vida, y que de esa manera menos lo podría olvidar, ¿pero que debía hacer? Esto no se estaba haciendo tan fácil como pensaba que sería.
Por otro lado, en esta semana por fin he logrado ponerme al día con las clases, y me ha ido muy bien, me he encargado de estudiar muchísimo. También en la universidad me encontré a Ethan en dos oportunidades, y el parecido volver a ser mi amigo, aunque no como antes, sé que quizás había decidido respetar nuestra amistad, pero por cómo actuaba seguía dejando claro seguir interesado en mí, y aunque me gustaría que fuese él quien me importara de esa forma amorosa, porque quizás así sí sería correspondida, y Ethan era un buen hombre, por desgracia no era así.
...
Había acabado el día, luego del trabajo fui a la universidad y de allí a casa, cene, hable un poco con mi madre, se que ella notaba algo extraño en mi porque me dijo que me sentía triste, a lo que, por supuesto yo negué alegando que eran imaginaciones suyas, no sé porque rayos todos me notaban extraña últimamente. Luego fui a alistarme para dormir, estaba algo cansada.