Capítulo 40
1879palabras
2022-08-17 23:47
Tuvimos sexo en la ducha, luego lo monte en la cama. No sé si eso era algo normal, pero con él, tener sexo eran tan delicioso que no me importaría hacerlo a cada momento, sin embargo, por el duro día ya estábamos agotados.
Acostados y listos para dormir, entre risas nos encontrábamos en un jugueteo donde yo lo apartaba y él me apegaba más metiendo su cabeza en mi cuello para besarlo, todo porque sabía que esa era uno de mis puntos débiles, solo tocar mi cuello con sus labios enviaba un cosquilleo incontrolable que hacía que todo mi cuerpo de erizara al instante.
-Mi amor estoy cansada ya- Dije entre risas.

Inmediatamente cesó el juego, abrí mis ojos como platos y me quedé viendo fijamente a Kiram expectante y avergonzada.
"DIOS QUE FUE LO QUE DIJE"
Anteriormente nos habíamos llamado de esa forma amorosa, pero teníamos claro que solo habían sido palabras vacías que nos veíamos en la necesidad de decirnos solo porque estábamos frente a otros y había que convencerlos de nuestro “amor”, en cambio este “mi amor” que salió de mí, fue genuino y espontáneo, y eso sé que él lo había entendido. Lo supe porque al instante se quedó petrificado viéndome directamente a los ojos como si estuviera espantado, pero sin decir nada, mientras yo esperaba su reacción, segundos luego seguía sin decir palabra, me estaba comenzando a sentir aún más avergonzada, en este momento, quería que la tierra se abriera y me tragara.
-Lo siento, creo que ya deberíamos dormir- Dije, me puse en mi sitio de la cama y me volteé dándole la espalda.
Sentí que él hizo lo mismo, esta vez no hubo caricias, no hubo acercamientos, nada, de un segundo a otro de nuevo solo éramos dos desconocidos durmiendo en la misma cama sin que nada nos uniera, cada cual en su propio mundo.
No me rompería la cabeza pensando en lo que dije y en su reacción, ya lo había dicho, y si para él esas palabras habían sido tan atroz e incómodas, ya no tenía importancia, igual ya esto estaba llegando a su fin, lo dejaría fluir en paz, al menos ya no iba a estar expuesta a pasar por la molestia de que me tuviera que aclarar constantemente que era lo que teníamos juntos si se me volvieran a salir este tipo de demostraciones, que sé bien que si seguía con esto como el me lo había sugerido, era evidente que continuaría pasando cada vez más, porque mis sentimientos por él eran fuertes y reales y llegaría el momento donde ya no habría manera de ocultarlos.

No pensaba vivir mi vida así, querer no tenía porqué dolor, ya volvería a la normalidad todo, como debería ser.
...
Al día siguiente...
Desperté y por inercia busqué a mi lado, pero Kiram no estaba. Entre al baño me asee como cada mañana, para luego ir a vestirme. Esta vez me puse ropa para la ciudad ya que en pocas horas partiríamos a casa. Tome un momento para dejar arreglada la pequeña maleta que había traído desde casa, no me llevó mucho tiempo ya que en serio que era pequeña y casi no había usado las cosas que traje en ella.

Ya lista iba a bajar a Buffet para ir a desayunar, pero antes recibí un mensaje.

MENSAJE
Kiram: Estoy en el restaurante con mi madre, ven.
FIN DEL MENSAJE.
...
Bajé, entré al restaurante y allí estaba el hombre como había dicho con su madre.
-Buenos días- Los saludé y me senté.
-Buenos días Bella- Saludó con una sonrisa como de costumbre.
-Buenos días- Respondió él con sequedad sin siquiera verme a la cara.
Eso me hizo sentir algo incómoda, ya que Amanda era una mujer muy inteligente y corrida que notaba todo. Pedí de desayunar y al poco tiempo la trajeron.
-Intente convencer a mi hijo de que no se fueran tan temprano, pero ya lo conoces, es adicto a su trabajo- Hizo una mueca.
-Ya lo conoce mejor que yo- Forcé una sonrisa.
-Ya descuidé mucho tiempo el trabajo por esta semana, no puedo seguir dándome ese lujo- Dijo Kiram para luego meter un bocado de su desayuno a su boca.
-En realidad si podrías hijo, pero que te hayas tomado esa semana sé que ya fue un gran logro, y te lo agradezco cielo, tu hermana lo aprecia mucho - Lo miró con unos ojos de amor.
A lo que él solo asintió dándole una media sonrisa.
-Hija espero que nos podamos seguir viendo cuando vaya a visitar a mi hijo o incluso cuando él vaya a visitarnos a nosotras- Dijo la madre de Kiram.
-Ha.. Si por supuesto Amanda, para mí sería un placer- Respondí intentando ocultar la incomodidad que estaba sintiendo.
Era obvio el porqué, luego de esto sé que no la volvería a ver, y a decir verdad me dolía porque ya sentía afecto por esa mujer, ella y Sara me habían recibido de la mejor forma posible, habían sido amables, amigas, y me trataban como uno más de sus seres queridos, mi aprecio hacia ellas provenía de que no solo sentía que me trataban de esa forma por ser la supuesta pareja de Kiram sino porque genuinamente me habían tomado cariño, y eso eran cualidades que yo valoraba al máximo en las personas, ya que muy pocas lo poseían.
Terminamos nuestros desayunos y nos despedimos, Amanda me dio un abrazo fuerte y se acercó a mi oído para decir algo que quería sólo yo escuchara.
-Recuerda hija, si realmente tus sentimientos son sinceros, que yo puedo sentir que sí lo son, lo veo en tus ojitos, ten paciencia con ese hombre testarudo, no renuncies a él fácilmente, lucha hasta el final-
Escucharla decir esas palabras hizo que mi corazón se arrugara un poco, si al menos supiera que tuviera la más mínima posibilidad con Kiram lucharía como ella me lo había pedido, pero ese no era el caso.
Él también se despidió de su madre, y fuimos a buscar nuestras pertenencias a la habitación.
En la habitación…
-Ya estoy lista- Dije con mi maleta en la mano.
Él se asomó a la habitación del closet y observó dentro.
-¿Piensas dejar todo eso?- Preguntó señalando todo lo que él había comprado para mí.
-Te dije que solo sería prestado- Respondí.
-Todo eso es tuyo, si lo deseas, tómalo como parte del pago-
“Y si, en serio dijo eso”
-No Kiram no es parte del trato, además no puedo llegar como si nada con todas esas cosas caras a mi casa, mi madre se volvería muy loca pensando de donde las saque-
-Está bien, ya vere que hacer con todo eso- Cerró la puerta.
La verdad es que, si me había quedado con algo, trate de tomar algo que no fuese tan caro pero fue imposible porque cada prenda y básicamente cada cosa que compro valían mil veces lo que podía ganar por el momento en un año de fuerte trabajo, sé que no estaba bien, pero quería algo que me recordará a él, o al menos algo que cuando pasara el tiempo, yo lo pudiera ver y saber que eso que había vivido con él fue real y no solo una ilusión que creó mi mente. Me había quedado con ese collar, el que me dio la noche de la celebración de gala, si era sincera lo llevaba puesto siempre, solo que esta vez lo metí debajo de mi suéter para que él no lo notará, ese collar era la única cosa que sentí que me había dado en un gesto sincero, quizás y no era así, pero eso lo sentía y por eso decidí elegirlo para quedarme con él.
-Ya podemos irnos- Tome mi maleta.
-Ven y te ayudo con eso- Señaló mi maleta.
-Tranquilo, sabes que no soy una chica debilucha- Trate de sonar divertida.
Él asintió tomó su maleta y salió primero, me quedé un segundo viendo el lugar antes de irme, digamos que me estaba despidiendo del sitio en el que había pasado tantas cosas con él, cosas que aunque no tuvieron un final feliz para mí, se vivieron al máximo, y de eso no me arrepentiría nunca.
...
Nos montamos en el avión, antes de despegar le escribí a mi madre y a Anna para decirle que en pocas horas estaría en casa, ellas me respondieron de inmediato expresando lo feliz que estaban por verme.
El avión comenzó su vuelo, estaba allí viendo al hombre estar metido en su laptop frente a mí. Kiram había estado muy seco conmigo hoy, prácticamente había vuelto a ser una extraña para él, no estaba claro si su comportamiento solo se debía a la consecuencia de lo que dije la noche anterior o si era porque él también estaba consciente de que lo correcto era hacer esto ya que todo debía volver a la normalidad para ambos.
Paso la hora del vuelo y ya habíamos llegado, bajamos del avión y las personas que servían al vuelo privado ya estaban sacando nuestras maletas para meterlas a un auto negro muy lujoso que esperaba afuera del lugar con un chófer, pero no era mi intención entrar en el.
-Mi maleta me la puede dar a mi- Dije al hombre que si dirigía a meterla al auto.
-Bella móntate para que te llevemos hasta tu casa- Intervino Kiram.
-No es necesario, desde aquí tomaré un taxi- Dije.
El hombre se debatió pasando su mirada de Kiram a mi sin saber que hacer hasta que Kiram asintió para que me entregará el equipaje, lo tome para salir, y gracias al cielo justo venia pasando un taxi que con un gesto hecho con mi mano hice que parara, uno de los hombres que servían a Kiram tomo mi maleta y la guardó en el maletero del taxi, ya estaba lista para irme, pero antes tomé algo de valor para despedirme.
-Gracias por todo Kiram- No pude decir nada más, mis ojos amenazaban con cristalizarse.
El gesto en su rostro era uno difícil de leer, al ver que no tenía intenciones de responder nada, sin más caminé y abrí la puerta del taxi.
-Bella...- Menciono a mis espaldas.
Voltee rápidamente.
-¿Si?- Sentí como mi corazón se alegró por un instante.
-Te estaré contactando, para darte tu pago- Dijo sin más.
"ILUSA" Me dije al mismo tiempo que sentí la amarga decepción recorrer.
Asentí ante sus palabras y me monté en el taxi sin esperar nada más.
Una vez adentro, y ya en marcha no pude evitar mirar que el aun veía en mi dirección, quité la mirada viendo hacia adelante y al instante una lágrima corrió por una de mis mejillas.
Esto dolía, dolía mucho, sabía que esta sería la última vez que vería al hombre con el que había vivido tanto en tan solo una semana, y del que al principio había odiado tanto que a cada segundo deseaba ahorcarlo, pero que al final cumpliéndose eso de que existía solo un paso del odio al amor, y en mi caso así había pasado.
-¿Está bien señorita?- Preguntó el taxista al percatarse por el espejo retrovisor de mis lágrimas.
-No, pero lo estaré- Respondí tragando hondo intentando formar la sonrisa con el sabor más amargo en mis labios.