Capítulo 39
1579palabras
2022-08-17 23:44
La noche transcurría normal, ya me habían presentado demasiadas personas que se que nunca más volvería a ver. Mientras estábamos Amanda, Kiram y yo en una conversación divertida vi acercarse a una señora muy elegante y el que parecía ser su esposo, con ellos estaba la rubia estirada de Samantha, si mi instinto no fallaba, diría que eran sus padres.
-Amanda querida todo ha salido fantástico- Dijo el señor con elegancia.
-Gracias Máx, que bueno que lo estén disfrutando- Dijo Amanda con familiaridad.

Se veía que tenían confianza, después de todo según entiendo estas familias eran amigas desde hace muchos años atrás.
-Aun estamos a tiempo de otra boda tan hermosa como esta amiga mía- Dijo a Amanda. -Nuestros hijos aun están tan jóvenes y radiantes que harían una hermosa pareja… después de todo ese era el deseo de tu padre- Dijo la mujer elegante pero estirada mirando a Kiram.
Pude ver la expresión fría que hizo Kiram mientras Samantha sonrió como si de la cosa más feliz de su vida le fuesen hablado. Yo por mi parte estaba pintada en la pared, mientras hablaban era como si yo no estuviera ahí parada justo frente a ellos.
-Megan querida, eso ya quedó atrás- Intervino Amanda con una sonrisa, parecía disimular muy bien la incomodidad causada por la otra mujer.
Y Kiram solo estaba allí viendo la situación sin decir nada hasta que por fin decidió hablar.
-Sr y Sra Harrys, les presento a mi novia Isabella- Dijo con la misma elegancia.

La pareja de la mediana edad me observó de arriba abajo e hicieron una media sonrisa para luego continuar ignorándome. Esas personas eran unos maleducados de primera, ¿que se creían para ver a las demás personas de esa manera? ya entendía mejor de dónde había salido la hijita.
-Kiram querido, ¿que te parece bailar esta pieza con Samantha?- Propuso la tal Megan casi lanzando a su hija encima del hombre.
Y a este tonto parecía que se le había comido la lengua el ratón.
-Anda baila con tu amiga- Dije disimulando toda la ira que ya había crecido en mi.

-Vamos querido- Lo tomó la rubia por el brazo sin desperdiciar la oportunidad.
El, apenas me dio una última mirada la cual yo esquive, de esa forma salieron a hacer su dichoso baile " PAR DE IDIOTAS" aunque aceptarlo doliera, con ella hacían una pareja perfecta a la vista, incluso si tuvieran hijos serían hijos perfectamente hermosos.
-Madre por favor ¿me ayudas con algo?- Apareció de pronto Sara jalandola del brazo a Amanda. -Hola Sr y Sra Harrys, se las robó un momento- Saludó rápidamente.
-Lo siento, si me permiten- Amanda se disculpó y salió tras su hija.
Yo intente irme de inmediato, no pensaba quedarme con ese par, que parecía que les olía mal por como me veían con esas muecas en sus caras.
-Isabella?- La tal Megan interrumpió mi huida haciéndome voltear mi atención a ella.
-Así es- Dije con seriedad.
-No quiero ser grosera, porque se ve que eres una buena chica- Dijo.-Pero no creo que lo tuyo con Kiram vaya muy en serio, al menos no para él, nuestra hija y él siempre han estado destinados querida, no se si lo sabias pero el padre de Kiran siempre había deseado que ellos dos se casen y nosotros también compartimos el mismo deseo, aunque aún no haya sido posible, su destino es estar juntos y que sean muy felices como esposos- Explicó la mujer convencida. -Creo que deberías de evitarte el corazón roto y apartarte de él por ti misma-
¿Que Mierda, qué le pasaba a esa señora? Será que estaba destinada a que este tipo de gente loca se cruzaron conmigo, Kiram jamás me había hablado de nada de eso, quizás ni era algo relevante para él, incluso pareciera que ella era la que quería meterle a su hija por los ojos al hombre, aunque la Samantha no le era muy indiferente.
Me contuve de no responder de forma grosera, aunque lo tenía merecido por ser tan atrevida.
-Permiso- Dije seria y salí de allí porque si me quedaba un segundo mas no respondería por mis acciones.
Llegar hasta la mesa, pero antes tomé una copa que llevaba uno de los meseros y me senté a beberla. Veía a Kiram de lejos como bailando con Samantha, ambos reían divertidos, bueno supuse que eran buenos amigos, quería pensar que son era eso. Él me había dejado claro que no estaba interesado en nadie, ahí incluida yo por supuesto y para mi pesar.
Mi mente se puso a trabajar y comencé a pensar, que quizás Kiram podía ser del tipo de hombre que se casaría con alguien sin amor, después de todo el no estaba dispuesto a amar a nadie, pero sí le importaba su reputación, y sus negocios más que nada, y quizás una esposa como Samantha le podía ofrecer un plus a todo eso, serian como una pareja de poderosos ante los demás o algo así, una vida verdaderamente triste de solo visualizar.
Desde lo lejos, vi como se separaron terminando su baile, el camino en mi dirección, mientras en un acto infantil me hice la que no lo había estado viendo.
-Hola- Llego sonriendo.
-Hola- Le respondí de vuelta con sequedad.
Quería estar molesta y reclamarle, ¿pero quién era yo para hacer tal cosa? Ese poder él no se lo había dado a nadie, y después de todo lo nuestro ya tenía fecha de caducidad, y para mi esa fecha sería mañana, por ahora quería terminar este día en paz con el y sin pensar demasiado en eso.
Luego si se quería juntar con Amber, o si quería casarse con Samantha o quedarse solo toda su vida, lo que hiciera sería su problema, no me concierne ni tenía porque afectarme a mi.
Mi esperanza era que si me alejaba de el dejaría de sentir todo lo que ahora sentía por él, a ese pensamiento estaba aferrada, y se que funcionaria.
-¿Quieres que bailemos? no soy tan bueno, pero puedo defenderme- Dijo bromeando.
-Lo pude ver- Dije bajo.
-¿Como?-
-Nada que la verdad prefiero estar aquí- Dije tomando un sorbo de la copa.
-Estamos en una boda, es mejor que no te emborraches- Se sentó a mi lado.
Le sonreí sin ganas.
Sara llamó a todas las chicas solteras a que se posicionaran para hacer el lanzamiento del ramo de la novia. Todas las chicas estaban muy entusiasmadas por tal costumbre, eso me causó un poco de fastidio, no entendía cuál era el afán de muchas mujeres por querer casarse. Yo por supuesto me quedé en mi asiento observando todo de lejos.
Y como si ya no fuera demasiado para mí, la que lo atajó fue Samantha.
-GENIAL- Me salió sin pensarlo.
Kiram me vio con gracia.
-Si claro ríe- Rodee mis ojos. -Ya reíras más cuando estés casado con esa mujer y con 5 hijos, y mejor aún su madre de suegra entrometiendose en sus vidas- Solté con sarcasmo.
La señora era un dolor de culo, no se podía negar. No entiendo como la señora Amanda podía ser amiga de esas personas tan estiradas, a pesar de que la madre y hermana de Kiram estaban forradas en dinero, eran personas muy sencillas de personalidad, fue por eso que logré congeniar con tanta rapidez con ellas.
-Al menos los niños serán bonitos- Acepté más por él, porque la chica con tantas cirugías no se sabía.
-Entonces según tú, tendré 5 hijos, ¿y crees que Samantha arruine su figura para darme hijos?- Preguntó siguiendo el juego.
-La rubia haría lo que sea por tenerte- Lo mire mal. -Si un equipo de futbol es lo que deseas ella lo hará realidad-
-Mmm que interesante, ¿Tu también harías lo que sea para tener a alguien?- Preguntó.
-No lo sé, no creo que haría algo que vaya en contra de mis principios por ningún hombre, pero quizás si me esforzaria si mereciera la pena y si se que el tipo también haría lo que fuera por estar conmigo claro, debe ser recíproco- Explique.
Él me miró pensativo.
-Entonces espero que algún día un tipo merezca el esfuerzo de la fierecilla- Empezó a decir con más seriedad, casi parecido desearlo.
Rodee mis ojos por sus palabras que más que gustarme me fastidiaron.

Pasó un rato más, y ya Sara y Nicolás se estaban despidiendo de todos los invitados, iban a partir a su luna de miel. Las personas los aplaudían y le lanzaban arroz mientras se iban, según las tradiciones de esa forma le deseaban prosperidad y fecundidad en su matrimonio.
A este punto de la noche, yo ya estaba muy cansada y quería irme a descansar, eso y que esos tacones me estaban matando.
-Kiram ¿tienes problema si ya me voy?- Pregunte.
Hubiera dicho si tenía problemas en que nos fuéramos, los dos, pero no quería presionarlo.
-Yo también estoy cansado, despidámonos de mi madre y nos vamos- Pidió.
Así lo hicimos, nos despedimos de Amanda y nos retiramos.
...
Al entrar a la habitación, lo primero que hice fue quitarme esos tacones, seguido me metí al baño necesitaba refrescarme, deje mi vestido tirado, entre abrí la llave y el agua comenzó a caer en mi cuerpo.
-Delicioso- Gemí cerrando mis ojos.
Sentí como unas manos me tomaron de la cintura y me voltearon, sin decir nada comenzó a besarme.
-Así que no podías esperarte- Comencé a pasar mis manos por su pecho bajando a su abdomen.