Capítulo 18
2036palabras
2022-08-09 00:31
-Buenos días ¿en qué le puedo ayudarle? - Pregunto una joven castaña que, al verme entrar, me observo de arriba abajo.
-Buenos días señorita, quisiera ver vestidos por favor- Dije de forma agradable.
La actitud de la mujer era una que se tiene cuando se tienen prejuicios por las personas que aún no conocemos, su expresión corporal me hacía sentir como que, si yo tuviera lepra o algo peor, ya me estaba comenzando a molestar su tonta actitud la cual entendía a la perfección, esta era como esa típica escena que hacían en múltiples películas románticas donde entraba la mujer pobre a una lujosa tienda de diseñador y la trabajadora de la tienda que se creía la dueña, humillaba a la humilde chica, solo que aquí estábamos en la vida real y yo no tenía nada de tonta.

“Vamos Bella, tú puedes controlar ese temperamento, te prometiste no pelearte con más nadie, al menos no en esta semana” Me dije.
-Señorita, en este lugar no creo que haya vestidos adecuados a su gusto- Dijo la mujer pasando una mirada por toda mi vestimenta.
“¿Qué le pasa? ¿Es que es bruja o algo parecido? No me conoce, no sabe cuáles son mis gustos, soy yo quien decide si lo son o no, no ella”
-Y usted es quien decide eso por mí? - La mire fijamente con una ceja algo enarcada, si las miradas mataran ya estuviera muertica la muy atrevida.
Me le quedé viendo a unos vestidos que estaban colgados a mi lado, pude ver que en una de las etiquetas decía 6mil, pero ¿qué era lo que tenían estos vestidos, oro incrustado? Al volver mi mirada a la mujer me di cuenta de cómo me observaba, y me sentí molesta conmigo misma al darme cuenta de que, dejar ver mi expresión de asombro fue lo peor que pude hacer, porque la mujer no dudo en aprovecharse de eso.
-Señorita creo que es mejor que no pierda su tiempo, mire allá hay una tienda que es mucho más económica puede ver cosas que vayan más con usted- Dijo señalando el lugar.

“Esta bruja ya me estaba hartando”
-Ya le dije que quiero ver vestidos aquí no en otro lugar, ¿es que es sorda o quizás tonta? - Explote ya molesta.
“Si lo sé, prometí controlarme, pero ¿porque el universo se encargaba de ponerme constantemente estas pruebas en el camino? era como si quisiera verme fallar” Pensé con pesimismo.
-Señorita se está poniendo agresiva, voy a tener que llamar a seguridad- Amenazo.

-Yo solo te dije que quiero ver un puto vestido, tú eres la que se opone sin ninguna razón- Dije con frustración.
-Se lo advertí- Dijo al momento que alzo una de sus manos para llamar la atención de alguien, voltee para ver a quien había llamado, y se trataba de dos hombres grandes vestidos de negro. -Chicos esta mujer está alterando el orden público, por favor sáquenla del centro comercial- Ordenó a los hombres sin quitar la mirada de mí.
-Pero ¿qué mierda? yo solo quería ver vestidos- Exprese con indignación por la situación en la que me encontraba de un momento a otro.
Los tipos no tardaron en venir en mi dirección luego de escuchar la orden de la mujer.
-Si se atreven a ponerme un dedo encima no responderé- Dije dando dos pasos atrás de manera amenazadora.
-Señora por favor no se resista, debe retirarse- Dijo uno de los hombres.
Los tipos al ver mi resistencia, fueron a agarrarme, yo ya me estaba poniendo en posición para no permitírselos, cuando se acercaron más a mi uno me tomo del brazo y yo lo pateé en las bolas, de inmediato cayó arrodillado retorciéndose de dolor.
-Auch- Se quejo el tipo.
Para cuando me di cuenta, afuera de la tienda habíamos llamado la atención de algunos mirones que se pasaban por el centro comercial, ahora sí tendrá mi sentencia de muerte, puesto que el idiota de Kiram me iba a matar por este espectáculo, a pesar de que una vez más no era yo quien lo había iniciado.
El otro tipo al ver que derribe a su compañero, también vino hacia mi haciendo su intento de agarrarme, ya yo estaba preparándome con rapidez para tampoco dejarme de el... Pero antes de que llegara a pasar, se escuchó una voz que yo conocía a la perfección a quien pertenecía.
- ¿Qué es lo que pasa aquí? -
Alrededor se escuchaban múltiples murmullos que provenían de los mirones, entre ellos llegue medio escuchar cosas como "El señor Kiram está aquí" con una voz de asombro, otra decía "ahora sí que van a echar a esa loca a patadas de aquí" y cosas así, ¿pero que a este hombre lo conocía el mundo enteró?
-Hola, buenos días señor Kiram- Salto la castaña cambiando a una suave voz y una actitud sumisa. -No sabía que estaba por aquí, de haberlo sabido hubiésemos evitado que presenciara algo como esto. Pido disculpas por el bullicio, todo es culpa de esta mujer- Me señalo. -Es quien inició todo este espectáculo, yo solo quería ayudarla, pero luego comenzó a actuar con agresividad. Mire incluso golpeo a los guardias- Señaló al tipo en el suelo. -Está totalmente fuera de control- Dijo la muy idiota haciéndose la santa.
Esta vez, no perdería mi tiempo dando explicaciones al hombre, tenía claro que el cómo siempre no me creería nada de lo que dijera y solo terminaría dándole la razón al mundo entero antes que mí, así que solo permanecí en total silencio dejándolo que sacara como era habitual sus propias conclusiones. Kiram miró a la mujer y luego a mí, desvíe mi mirada a otro lado, solo estaba esperando su descarga de ira contra mí, por lo que me estaba mentalizando a que no me iba a dejar por él.
-A la que usted llama loca es mi novia, así que le exijo respeto- Menciono de pronto con autoridad.
La mujer que tenia una cara triunfante, se quedó pasmada en su lugar sin poder creerlo, pero lo que era seguro, es que nadie estaba más sorprendido que yo, ¿es que estaba en un sueño? Kiram por primera vez me estaba defendiendo sin siquiera saber si era verdad o no lo que dijo mi contraparte, en este punto yo no sabía si debía hablar o no, solo veía a Kiram con mis ojos abiertos a mas no poder. En un momento vino un pensamiento de duda a mi mientras me preguntaba, ¿será que estaba actuando tan generoso conmigo en público, pero apenas nos diéramos la vuelta me descargaría toda la bronca como lo había hecho ayer? ya no lo sabía, pero era lo más probable.
-Se... señor su novia dice? – Pregunto la castaña apenas pudiendo pronunciar palabra.
-Si, mi novia- Confirmó con frialdad.
También se escuchaban murmullos de sorpresa afuera.
-Ustedes- Kiram señaló a los oficiales de seguridad. -Despejen el área y después de que hagan eso se pueden ir ustedes también, están despedidos-
“Despedidos? ¿quién era él para hacer eso?” Lo mire con confusión.
-Pero señor solo hacíamos nuestro trabajo- Se quejo el hombre al que no llegue a pegarle.
-Y no lo dudo, el problema es que no están capacitados para este puesto, mi novia los venció sin mucho esfuerzo, ¿así piensan proteger el lugar? -
¿Mi novia? Una sonrisa espontánea se formó en mis labios, es que sonaba bien, antes nadie me había llamado de esa forma, y más cuando salía con tanta propiedad “Quita ese pensamiento ahora mismo chica tonta, recuerda, novia, pero falsa” Me reprendí.
-Okey señor, lo sentimos- Se volteo para mirarme. -Nos disculpamos con usted señorita- Dijo cabizbajo al hombre que había golpeado.
Yo asentí como aceptando sus disculpas, después de todo lo había golpeado, aunque en mi defensa. Se retiraron como se los había ordenado Kiram, apartaron a la gente mirona de las afueras de la tienda quedándonos Kiram la asesora y yo.
La castaña viendo la situación en la que estaba metida no tardo en intentar redimirse.
-Señor estoy muy apenada le pido me disculpe- Dijo la chica agachando un poco la cabeza.
-A quien le debe una disculpa no es a mi- Dijo con desinterés.
-Señorita le pido me disculpe por lo ocurrido- Esta vez se dirigió a mí.
-No es necesario esto, que quede en el olvido- Dije, esto me hacía sentir incomoda.
Estas situaciones donde alguien poderoso hacía que otras personas se sintieran humilladas, no me hacían sentir cómoda realmente, me daban mucha impotencia, digamos, sé que la mujer se lo merecía y que de hecho Kiram no la estaba humillando, pero la realidad era que si el no estuviera aquí, ella no actuaria de esa forma sumisa por nada del mundo, a mi parecer, era más valioso cuando alguien se daba cuentas de sus errores sin ser presionado, de lo contrario, no tenía valor alguno esas disculpas vacías.
-Kiram solo vámonos por favor- Le pedí.
-Deme un momento, ve adelantándote- Dijo.
Hice lo que dijo, salí y lo esperé afuera de la tienda. Desde afuera observé como le decía algo a la castaña, a lo que ella solo asentí de manera sumisa y exagerada, Kiram no tardo mucho más y vino hasta mí.
-Lo siento por dejarte sola- Dijo con sinceridad.
-Yo no quise hacer un escándalo...- Comencé a decir ya que estábamos solos, pero antes de poder continuar, el me interrumpió.
-Tranquila Bella, sé que no fue tu culpa- Hablo tranquilizador.
- ¿Dijiste Bella? - Lo observe enarcando mi ceja con una sonrisita.
-Estoy consciente de que así te dicen solo tus amigos-
-Quizás no seamos amigos, pero te autorizo para que también me llames así si lo deseas, digamos que ya me caes un poquito menos mal- Ambos reímos al instante. -Por cierto, ¿qué le dijiste a la mujer allá adentro? – Pregunte curiosa.
-Que te enviara de inmediato todos los modelos de vestidos, ropa de playa, trajes de baños y todos lo que ya te había dicho que necesitabas para esta semana al hotel, cuando llegues puedes elegir todo lo que quieras y lo que no se devuelve y ya- Respondió.
-Kiram- Abrí muchos mis ojos. - Eso no era necesario, podíamos ir a otra tienda y ya estaba-
-Es que resulta que ya me dio algo de pereza seguir caminando- Hizo una sonrisita.
Yo sé la devolví. -Gracias, aunque haya sido porque no quieres seguir caminando- Dije divertida. -Una última pregunta?-
-Sí? -
- ¿Porque tienes el derecho de despedir gente de aquí? y ¿porque absolutamente todas las personas en este lugar te conocen? -
-El centro comercial es mío- Dijo con normalidad.
-No sé porque lo imaginé- Solté con evidencia.
-A tu segunda pregunta, es un poco más larga su respuesta, la resumiré. En esta pequeña ciudad, pero específicamente en este lugar inicio mi abuelo su imperio, claro que en ese entonces no era un imperio, más tarde se fue haciendo más conocido el apellido Adams en todo el país y luego afuera de el debido al éxito que se fue alcanzando en la industria, pero las personas de aquí nos conocen más que nadie, ya que fueron los primeros en vernos surgir, por otro lado, en ese entonces mi abuelo hizo crecer este lugar, compro una gran parte de propiedades como hoteles centros comerciales, restaurantes entre otros, así potenciando el turismo del lugar a su máxima expresión, es por eso que aquí todos saben quiénes somos- Termino.
Mentiría si dijera que no estaba impresionada por lo que él había acabado de contarme, pensaba que, a este hombre lo había conocido por ser un imbécil, un tipo frío, por tener una personalidad arrogante y otras cuantas cosas más, pero no por ser un tipo que presumía, nunca lo había escuchado antes alardear de todo lo que poseían, esta parte de su vida, solo la dijo porque yo se lo había preguntado directamente, aunque había conseguido algo positivo en él, no se lo diré por supuesto.
Para una humana simple como yo, se sentía extraño andar con alguien que literalmente lo trataban como si fuese un miembro de la realeza.
-Entiendo, bueno ya vayamos- Dije aparentando desinterés, no quería hacerlo sentir incomodo.
Asintió para luego salir del lugar.