Capítulo 37
1012palabras
2022-05-17 16:44
Parker:
El trabajo había estado tan cargado que terminó siendo una semana muy ajetreada. Estaba feliz porque llegó el fin de semana, y además de tener dos días libres, tendría una cita con Skye. La invité a cenar porque se lo merecía, por múltiples razones: Trabajaba duro, es increíble, y por sobre todo, por haber lidiado con Heidi, quien había sido bastante molesta esos días. Tuvo el descaro de contactarla en Facebook, diciéndole que no era lo suficientemente buena para mí, y que nuestra relación no duraría. Esa fue la gota que colmó el vaso; me molestó tanto que le dije sus verdades. Heidi podía hacer y decirme lo que quiera, pero cruzaba la línea al meterse con mi chica. Luego de eso, la bloqueamos en todas las redes sociales. Incluso Amy lo hizo, pero sin antes dirigirle unas palabras. Heidi captó la indirecta, nos había dejado en paz durante unos días y, con suerte, seguirá así.
Skye no tardó en volver del trabajo. Yo me estaba preparando mientras ella entró a ducharse. Era una noche especial. No sería la típica cita, porque tenía algo que decirle.
Oí su familiar risa cuando entró en el dormitorio. Luego dijo: "Uf, necesitaba esa ducha."
"No lo dudo", sonreí. Me volteé para mirarla y mi sonrisa se amplió al ver que estaba cubierta en una pequeña toalla.
"Ni lo piense, señor", regañó entre risas. "Tenemos que prepararnos para no llegar tarde a la cena."
"No sé de qué hablas", repliqué con tono inocente.
"Estoy segura de que no lo sabes", dijo con ironía, sacudiendo la cabeza.
"Bien, me comportaré", me rendí, haciendo un puchero. En ese momento, tenía que contenerme.
Había hecho una reserva en nuestro restaurante de mariscos favorito, y no quería llegar tarde. Conseguir la reserva ya había sido muy difícil. Entonces, la dejé sola para que se preparara.
"¿Mientras te arreglas, quieres una copa de vino, hermosa?"
"Sí, por favor."
Fui a la cocina. Saqué una cerveza de la nevera para mí, y le serví una copa de vino blanco a Skye. De todos modos, iríamos en taxi, así que podíamos tomar un poco. Volví al dormitorio y la vi sentada en el suelo, vestida con ropa interior, y secándose el pelo. Me paré en la puerta y la observé por un momento. Sonreí. Era tan hermosa. Demasiado para mí… Estaba completamente enamorado.
“¿Me estás mirando?”, notó.
"Sí", no lo negué.
Me acerqué a ella y me agaché. Le robé un beso y luego le di la copa. Me agradeció antes de tomar un sorbo y seguir a arreglándose. Me senté en la cama, bebiendo mi cerveza mientras ella terminaba de prepararse, ansiando que llegara nuestra cita.
***
Estábamos sentados en el restaurante, disfrutando nuestras bebidas. Nuestra comida también llegaría pronto. Elegimos compartir un plato de mariscos, porque era más que suficiente para ambos.
"Esto me gusta. Creo que es justo lo que necesitábamos, luego del ajetreo de las últimas semanas", comentó Skye.
"Sí, pienso lo mismo. Me encanta cuando salimos a cenar, y deberíamos hacerlo más a menudo", respondí. Hacíamos todo lo que estaba a nuestro alcance para poder salir a divertirnos, pero no siempre era posible. Ambos teníamos cosas del trabajo y la vida en general, que se interponían con los planes.
Me estiré sobre la mesa y apoyé mi mano sobre la suya. Ella entrelazó sus dedos con los míos y me sonrió. La miré también, pero me quedé callado. Pronto, Skye empezó a escudriñarme, intentando adivinar mis pensamientos.
"¿En qué piensas, amor?", preguntó.
Iba a esperar a que termináramos de cenar, pero no pude contenerme. Respiré profundo mientras mi corazón latía con fuerza.
"Skye: Te amo. Estoy enamorado de ti", tartamudeé.
Ella no respondió, y yo no sabía qué pasaba por su mente. Entonces, vi que todo su rostro se iluminaba y una gran sonrisa se dibujaba en sus labios.
"Yo también te amo, Parker."
Cuando la escuché, sentí que todo mi cuerpo se relajaba. Era mi turno de sonreír como un tonto. Ella se inclinó sobre la mesa y presionó sus labios contra los míos, dándome un suave beso. Cuando nos separamos, seguíamos sonriendo.
“Ven aquí, mi amor. Siéntate a mi lado”, le pedí.
Asintió. Se levantó y dio la vuelta a la mesa, sentándose a mi lado. Puse mi mano en su rodilla, y me miró.
Le aparté un mechón de pelo de la cara y le susurré: "Estás hermosa."
Skye se sonrojó, y una tímida sonrisa apareció en sus labios. Me encantaba cuando todavía se sonrojaba ante mis cumplidos, incluso cuando ya había pasado tiempo desde que empezamos a estar juntos.
"Cállate", se burló.
"¡No estoy mintiendo!", exclamé para luego besarla.
La besé con un poco más de pasión que la vez anterior. Ella gimió en mis labios y se aferró a mi camisa. Sonreí antes de alejarme.
"De verdad te amo, Skye", volví a decirle. "Y después de todo lo que me pasó con Heidi… La verdad es que pensé que no volvería a enamorarme."
"Yo también te amo. Y es comprensible, pero por favor, tienes que saber que yo nunca te haría eso."
"Sé que no lo harías, cariño. Y yo tampoco lo haría."
"Lo sé."
Skye me besó una vez más, pero esta vez no duró mucho porque la camarera llegó con nuestra comida.
"¿Necesitan algo más?", preguntó sonriendo.
"No, por ahora estamos bien, gracias", respondí. Ella asintió y se retiró.
“Oh, esto se ve genial”, se emocionó Skye.
"Sí, sí, empecemos", animé.
Se veía increíble, pero no sabía si lograríamos comerlo todo. De todos modos, podríamos llevarnos el resto. Así, tomamos lo que queríamos de la bandeja, y empezamos a servirnos.
Deslicé mi brazo libre alrededor de su cuerpo, ella se acurrucó y nos pusimos a comer.
“¿Qué tal si después de la cena, vamos a la playa, a caminar?”, sugerí.
"Suena perfecto", me sonrió.
Le besé la frente, y nos pusimos a hablar mientras comíamos. Me sentía feliz de que me correspondiera con sus sentimientos. Estaba demasiado nervioso por el resultado, lo que hizo que todo se sienta aún mejor.