Capítulo 19
1207palabras
2022-05-10 13:07
Skye:
Estuve disfrutando de la casa para mí sola durante un par de horas. Solamente trabajé medio día, Amy seguía en la oficina, y Parker tenía una entrevista en una concesionaria. Ese trabajo no era lo suyo, pero tomaría cualquier cosa hasta decidir qué hacer. Sin embargo, con el encanto natural que emanaba, no dudé que sería un gran vendedor, muy popular entre las damas. Esperaba que lo contrataran, porque su situación actual lo estaba desesperando un poco; así que sería un buen cambio. 
Estaba acostada en el sofá, poniéndome al día con algunas series que aún no había podido ver. El fin de semana anterior, me la pasé autocompadeciéndome porque bebí demasiado durante la cena; así que me dispuse a dejar el alcohol por un tiempo. Como me quedé dormida, arruiné la noche que habíamos planeado con Parker, y no habíamos tenido la oportunidad de recuperar el tiempo perdido. No nos importó mucho, porque seguíamos pasando tiempo juntos. 

De repente escuché que la puerta principal se abría, lo que me obligó a mirar hacia arriba y ver a Parker entrando. No pensé que volvería tan pronto.
Le sonreí: "Oye. Volviste rápido. ¿Cómo te fue?", pregunté. 
Se acercó al sofá, levantó mis piernas y se sentó, descansando mis muslos sobre su regazo.
“Me dieron el trabajo. Empiezo el lunes”, anunció alegre. 
"¡Genial!", exclamé con una gran sonrisa.
“Por ahora está bien, y la paga es buena, así que eso ayudará”, respondió. "Podré mudarme a mi propio departamento alrededor del mes siguiente."

"Eso es genial", comenté. Luego hice un puchero: "Aunque será extraño no tenerte cerca."
Durante las últimas semanas, me había acostumbrado a que viva con nosotras. Hasta se sentía como si siempre hubiera estado. 
"Aww, ¿me extrañarás, nena?", preguntó con una mueca. 
"Ni un poquito", dije riendo. 

“Sí, me extrañarás, no intentes negarlo”, se burló. “Pero espero tu visita en cualquier momento”, agregó, guiñando un ojo.
Solté una carcajada, rodando los ojos y sacudiendo la cabeza hacia él: "Oh, estoy segura de que me estarás esperando."
Se encogió de hombros y volvió a sonreírme. Entonces, me fijé en la bolsa que había traído. Era del local de comida mexicana ubicado unas cuadras. 
Cuando se percató, comentó entre risas: "Sí, también hay comida para ti. Compré unos nachos para compartir, y te traje esos burritos vegetarianos de frijoles negros y arroz que te gustan."
"Oh, delicioso, ¡gracias!", me emocioné. 
Me levanté a buscar unas bebidas de la cocina mientras Parker colocaba nuestra comida en la mesa de café. Casi empecé a babear de lo bien que se veía y olía.
"Adelante, cariño", me sonrió.
¡Amo la comida!, así que no necesitaba decírmelo dos veces. Empecé con los nachos, gimiendo cuando di el primer bocado.
"Tranquila, belleza. Es solo comida", bromeó Parker.
Le mostré el dedo del medio porque no podía decir nada con la boca llena. Una vez que terminé, declaré: "Ya deberías saber que amo la comida."
"Ya sé, pero me gusta molestarte."
Le pedí que me hable de su entrevista y de la empresa para la que trabajaría. Parecía estar emocionado por el nuevo empleo, incluso si no era lo que quería.
"Entonces, ¿cuánto trabajarás?", le pregunté por curiosidad.
"Trabajaré de lunes a jueves, de ocho a seis, y luego cada sábado de por medio, de nueve a cinco. Me llevará tiempo acostumbrarme, porque no suelo quedarme en el mismo lugar y hacer trabajos como este. Así que será diferente…"
“Te acostumbrarás, y si no, encontrarás otra cosa, que sí disfrutes”, le sonreí y luego besé su mejilla.
"Tienes razón", reconoció. 
Seguimos comiendo. Ninguno dijo demasiado, porque estábamos disfrutando de la comida. Si bien me gustaba tener la casa sola, también me gustaba estar con él.  ***
Parker y yo seguíamos en el sofá, a pesar de que habíamos terminado de almorzar hacía una hora. Estábamos esperando un poco para digerir la comida. Me deslicé más cerca de él, y se volteó para mirarme con ojos curiosos. 
"¿Qué necesitas?", preguntó con una sonrisa cómplice. 
No respondí, sino que presioné mis labios sobre su cuello, y en el momento en que lo hice, gimió. Me causó gracia, pero seguí besándolo y luego mordiéndolo suavemente. Giró su rostro para besarme. Gruñí con fuerza en sus labios, devolviéndole el beso.
En el momento que posó sus manos sobre mis caderas, escuchamos que la puerta principal se abrió. Nos separamos de inmediato y tomamos distancia. Amy entró un segundo después.
"¿Pensé que trabajarías hasta las cinco?", indagó Parker.
"Nos dejaron salir antes", contó sonriendo. "¿Cómo te fue en la entrevista?" 
"Me fue bien, conseguí el trabajo", anunció Parker, alegre. "Así que estaré fuera de tu casa el próximo mes, más o menos."
"¡Genial! Felicidades, hermano", aplaudió. “Te lo dije. ¡Ambas te lo dijimos!:  Eres bienvenido a quedarte aquí todo el tiempo que necesites.”
"Claro, hermana, ya lo sé. Pero ustedes también necesitan recuperar su espacio."
Amy se acercó, se sentó con nosotros y le preguntó sobre su nuevo trabajo. Luego, ella también nos contó sobre su día.
“Pero Skye, necesito pedirte un gran favor”, largó Amy, mirándome. 
"¿Qué necesitas?", pregunté con sospechas. Su mirada me decía que me pediría que hiciera algo que no quiero.
"El primo de Lewis estará en la ciudad este fin de semana, así que no tendré la oportunidad de verlo. Bueno, ¿a menos que puedas ayudar?" 
Creo que sé a dónde iba esto. 
“Es un gran tipo. Pero si quiero ver a Lewis, también tendré que verlo a él. Así que, Lewis y yo pensamos que tal vez el sábado, ¿podríamos ir los cuatro a cenar? Puedes hacerle compañía a su primo, para que no se sienta incómodo”, propuso, pestañeando con ojos de cachorro. 
Mi mejor amiga básicamente me estaba ofreciendo a un extraño para poder ver a su novio. ¡Qué amable de su parte!
"Amy, no quiero tener una cita con un extraño", me quejé. Luego le rogué: "¿No puedes encontrar a otra persona?"
"¿Por favor? ¡Te deberé una! Es solo una noche, una cita", insistió haciendo un puchero. “Su nombre es Lance, es un par de años mayor que nosotras. Y es todo un caballero.”
Estaba desesperada por rechazarla, pero su mirada me estaba poniendo las cosas difíciles. Gruñí, levantando las manos en señal de protesta. 
"¡Está bien! ¡Solo una cita! ¡Pero me deberás un gran favor!", suspiré. 
“Gracias, gracias, gracias”, se emocionó. “Eres la mejor”, agregó abrazándome antes de ir a bañarse. No quería ir, pero si la hacía feliz… 
Si intercambiáramos los roles, ella haría lo mismo por mí. Éramos mejores amigas y esa era nuestra función: ayudarnos mutuamente. Me quejé para mis adentros, dándome cuenta de que podía sentir una mirada ardiente posándose en mí. 
Me volteé despacio, y Parker me miraba fijamente. No parecía muy complacido. ¿Qué le pasaba?
"¿Lo harás?", preguntó con tono decepcionado.
"Sí, para ayudar a Amy", me encogí de hombros. "¿Por qué te ves tan enojado?" 
“No estoy enojado”, soltó mientras se levantaba. Al alejarse añadió: "Disfruta de tu cita."
¿Qué demonios acababa de pasar? ¿Estaba celoso? Parker y yo solo estábamos teniendo encuentros casuales. Ese era el plan, así que ¿por qué le molestaba tanto que tenga una cita?
Además, ¡tampoco quería ir a esa cita! ¡Ahhh, ni siquiera entendía qué estaba pasando!