Capítulo 72
1053palabras
2022-03-31 00:00
Frederick regresó media hora después. Sheryl estaba descansando en el sofá del despacho y, en cuanto lo vio, se incorporó al instante.
—¡Ya volviste!
Él asintió con la cabeza. «Es raro verla tan emocionada».
Ella sacó sus libros de texto y los puso sobre la mesa.
—Frederick, tengo muchas preguntas que hacerte. ¿Podrías repasarme?
Al oír sus palabras, él sonrió. Cuando su asistente lo llamó, le informó que ella lo estaba esperando en el despacho. Él pensó que era una urgencia y por eso regresó a toda prisa sin dudarlo, a pesar de estar abandonando un proyecto de más de cien millones. No esperaba que ella le pidiera que volviera para darle clases, así que no pudo evitar suspirar. Entonces comenzó a enseñarla con paciencia. Por fortuna, ella era bastante inteligente y captaba los conceptos con rapidez.
La tarde transcurrió sin que se dieran cuenta. Por fin, terminaron la última pregunta. Ella bostezó, se estiró y expresó:
—Estoy tan cansada… —Él también respiró aliviado. Entonces, ella lo miró fijo y continuó—: ¿Debería invitarte a cenar ya que dedicaste tanto tiempo y esfuerzo en darme clases?
Él negó con la cabeza, pues todavía tenía trabajo que hacer.
—Dale, Frederick, vamos conmigo. Tendré que buscar a otra persona para que coma conmigo si no lo haces —le suplicó.
Él no pudo resistir su coquetería y aceptó su sugerencia. «Es tan linda a su manera». Ella se enganchó de su brazo y fueron caminando al restaurante, como si fueran una pareja de recién casados en su luna de miel. Después de la cena fueron juntos a casa. En el auto, ella le lanzó varias miradas furtivas. Su corazón rebosaba de felicidad. Siempre se sentía contenta cuando él estaba a su lado.
Al día siguiente, Sheryl fue a la escuela como de costumbre. Quería devolver el cuaderno a Nancy, pero cuando llegó al aula, no la vio por ningún lado y escuchó a varios alumnos cotilleando sobre ella.
—Supe que llamaron a los padres de Nancy al colegio por lo del foro en línea.
—Es cierto. Acabo de pasar por la oficina y vi a su madre, quien, por cierto, vestía muy mal. ¡Supongo que también es cierto que recoge la basura!
Sheryl no pudo evitar sentirse un poco preocupada. De inmediato puso el libro en su mesa y corrió a la sala de profesores. Cuando ya estaba cerca, escuchó la desagradable voz de Rainie.
—Las chicas de hoy en día no tienen vergüenza. No saben nada sobre el respeto a sí mismas. ¿Cómo pueden hacer algo así? Nos avergonzaron a todos los del Departamento de Finanzas.
Nancy y su madre, a quien le temblaban las manos de manera incontrolable, estaban de pie frente a Rainie.
—Profesora, no debería decir eso. Debe haber algún tipo de malentendido. Nancy es una chica trabajadora y responsable. ¡Nunca haría algo así! No debería afirmar eso tan abiertamente sin pruebas.
—¡Soy su profesora! ¿Por qué iba a acusarla sin pruebas? —explotó mientras señalaba enfadada a Nancy con el dedo índice—. Todos los alumnos vieron la foto donde ella se bajaba de un auto de lujo. Si eso no significa que mantiene una relación con un hombre mayor rico, ¿qué otra explicación puede haber?
Sus acusaciones le partían el corazón a la señora Liam, quien quería defender a su hija. Sin embargo, Rainie le hizo un gesto con la mano.
—Para, ¡no quiero oír tu explicación! Sé que tu familia tiene problemas financieros. Tu marido fue un ladrón en el pasado, por lo que incluso fue a prisión. Tú recoges la basura. Las personas como tú, en lo más bajo de la cadena alimenticia, no sabrían distinguir el bien del mal. —Rainie sentía que era diferente a Nancy, ya que provenía de una familia bien educada.
Nancy, que había estado aguantando, no podía creer que Rainie estuviera criticando a sus padres de forma tan descarada, así que se defendió.
—Profesora Raee, le he dado el respeto que se merece. Esperaba que pudiera discernir la verdad y defenderme, pero ¿cómo ha podido insultar a mi familia y calumniarme? Usted no merece enseñar en absoluto —le dijo con firmeza.
—¡Cuida tu lenguaje! —A Rainie la consumió la ira—. Sabía que Sheryl te corrompería en cuanto te acercaras a ella, pues siempre ha sido una alumna problemática. ¡Cómo se nota que has cambiado!
Sheryl se puso furiosa con la acusación de Rainie. Nancy, por su parte, trató de serenarse y respondió:
—Profesora, yo soy quien tiene la culpa. ¿Por qué involucra a mi familia y a mis amigos? ¿Un profesor ataca a otros sin fundamento?
Rainie no esperaba eso de ella, por lo que estaba tan enfadada que casi se desmaya. Golpeó la mesa con el puño y rugió:
—¡Mira, Nancy! ¿Quieres que te expulsen? De ser así, ¡puedo hacerte una carta para que te largues!
La Sra. Liam comenzó a ponerse nerviosa cuando escuchó que iban a expulsar a su hija.
—Profesora Raee, por favor, no haga eso. Por favor, no la expulse. Ella trabajó muy duro para entrar en esta universidad. Es la única que puede cambiar el destino de nuestra familia. No podremos vivir si la expulsa. Profesora, ¡lo siento! ¡Lo siento! —La señora Liam se disculpó con ella repetidas veces.
Rainie no tenía ningún poder para expulsarla, solo lo soltó por rabia, la cual reprimió cuando percibió la sinceridad en las palabras de la señora Liam. Sin embargo, todavía no estaba satisfecha.
—Bueno, puede quedarse, pero a cambio tiene que escribir un ensayo de reflexión de diez mil palabras. Además, ¡le quitaremos los créditos! —añadió.
«¿Perder los créditos?». A Nancy se le llenaron los ojos de lágrimas, pues tenía previsto presentarse al examen de postgrado en el futuro y le sería difícil conseguirlo si perdía los créditos.
—Profesora, ¿cómo puede quitarme los créditos antes de investigar el asunto? ¡Esto no tiene sentido! —le gritó con rabia.
Rainie no iba a retroceder.
—La profesora aquí soy yo y yo establezco las reglas. Hasta el director haría lo mismo si estuviera aquí. ¡Ya basta! Por favor, váyanse. —Abrió la puerta y les pidió que salieran. En cuanto lo hicieron, cerró la puerta de golpe.
Sheryl encontró un lugar donde esconderse. La profesora le disgustaba. «Esta mujer es horrible. Abusa de su poder y ni siquiera sabe distinguir lo que está bien o mal».