Capítulo 63
1175palabras
2022-03-26 00:00
—Haré lo que sea por complacerte; ¿no crees que es suficiente? —Julia se acercó a Sheryl con lágrimas en los ojos y le agarró la mano.
«¡Es increíble que esta mujer no se canse de jugar siempre las mismas cartas!», pensó Sheryl, que ya conocía muy bien a Julia y no estaba dispuesta a seguirle el juego.
—Te dije que lo que hiciste estuvo demasiado fuera de lugar, así que no puedo perdonarte, ¿no lo entiendes? —respondió Sheryl con severidad mientras miraba a Julia con desprecio.
—Sheryl, no puedes hacerme esto... —dijo Julia mientras fingía estar muy dolida por todo lo que estaba sucediendo—. Ya te ofrecí mis más sinceras disculpas, además, no volveré a hacer algo así jamás. Por favor, perdóname. —Entonces, Julia comenzó a juguetear con el brazo de su amiga. La Sheryl del pasado solía perdonarla cada vez que hacía algo así, sin embargo, esa Sheryl ya no existía.
—Ya dije todo lo que tenía que decir, y no vuelvas a molestarme —dijo Sheryl enojada mientras miraba a Julia con impaciencia. En ese momento, Sheryl soltó con fuerza la mano de Julia, y entonces esta se cayó hacia atrás de repente.
—¡Ah! Me duele mucho. Sheryl, ¿por qué...?
Después de la caída, Julia miró a Sheryl conmocionada, como si ella la hubiera empujado a propósito. Por otra parte, esta última se quedó boquiabierta, pues estaba segura de que no había usado mucha fuerza en ese momento, y aun así Julia se había caído. «Esta ordinaria es una excelente actriz», pensó. En ese momento, un chico que estaba en la puerta del aula vio todo lo que había sucedido, y de inmediato corrió a ayudar a Julia.
—Julia, ¿estás bien? Levántate, ¿te duele? —preguntó preocupado mientras la ayudaba a levantarse, y luego le lanzó una mirada siniestra a Sheryl—. ¡Sheryl! ¿Cómo puedes tratar a Julia así?
—Yo... —Sheryl quería explicarle que no la había empujado.
—Sé que Julia tiene la culpa del incidente relacionado con tu tesis, pero ya explicó que actuó bajo coacción, así que ella también es una víctima en esta historia —contestó el chico, enojado—. Además, ella se disculpó de forma muy sincera contigo hace un momento. ¿Por qué no puedes perdonarla? Pensé que eran las mejores amigas. ¿Acaso no puedes ser más comprensiva con ella? —La expresión del chico era muy seria, y su voz sonaba muy alto. Su discurso era tan elocuente que Sheryl no sabía qué decir. Entonces, al mirar bien su rostro, de repente recordó algo: su nombre era Howard Chancery, y era uno de los señoritos ricos de la escuela. Además, era muy apuesto y tenía buenas notas y, casualmente, estaba muy interesado en Julia. Por lo tanto, no era de extrañar que la protegiera de esa manera. En ese momento, Sheryl no pudo evitar hacer una mueca, pues Julia había logrado ganar un poco de simpatía, y esa era la oportunidad perfecta para montar de nuevo su lamentable espectáculo.
—Howard, no le digas eso, ella no lo hizo a propósito. Aunque estaba enojada, fui yo quien perdió el equilibrio...
Al oír esto, Howard se sintió muy afligido, y miró a Sheryl con más odio.
—¿Ves? Julia aún te defiende. ¿Cómo puedes seguir culpándola? ¿Acaso no te remuerde la conciencia? —preguntó él con descontento.
«¡M*erda! Julia engañó a todos de nuevo ...», pensó Sheryl un poco molesta. Si hubiera sabido que eso pasaría, habría intentado ser más cuidadosa al soltarle la mano, pues, luego de ese momento, había quedado como la mala de la película. Sin embargo, como Julia había asegurado que se había caído de forma accidental, Sheryl pensó que podía seguirle la corriente.
—Julia, gracias por entenderme. No fue mi intención que te cayeras al suelo. La próxima vez, por favor, no te pares en lugares que tengan desniveles, porque si te volvieras a caer de esa forma, nuestros compañeros podrían volver a pensar que lo hice a propósito —dijo Sheryl y, al terminar, le dedicó una sonrisa a Julia, cuya expresión cambió de inmediato—. Bueno, ahora puedes hacer lo que quieras, yo ya me voy.
Al decir esto, Sheryl se levantó para irse, pues no quería seguir lidiando con ellos. Sin embargo, en ese momento, Howard la siguió y luego la agarró de la mano.
—¡Alto! Julia se cayó, Sheryl. ¿No piensas disculparte con ella antes de irte?
—¡Ah!... —exclamó Sheryl, pues Howard le había lastimado el brazo herido. Luego, su rostro se tornó pálido por causa del dolor—. ¡Howard!, ¿estás loco? —Sheryl lo miró con rabia—. Aún tengo el brazo herido, así que ten más cuidado, por favor.
En ese momento, Howard se dio cuenta de que le había lastimado el brazo, y de repente se sintió un poco apenado. Entonces, Sheryl se dio la vuelta de inmediato para marcharse. Por otra parte, aunque Julia se veía muy calmada mientras observaba como se alejaba, en su interior, estaba muy furiosa. «¿Desde cuándo Sheryl es tan audaz y atrevida? Si sigue así, ¿cómo voy a poder controlarla de ahora en adelante? Debo hacer que vuelva a confiar en mí», pensó Julia más tranquila.
—Sheryl es muy rebelde. —Howard seguía disgustado por el incidente.
—Howard, aunque me obligaron a participar en el incidente de la tesis, lo que pasó también fue mi culpa, así que Sheryl tiene derecho a estar enojada. Si me pegara o me reprendiera, no la culparía... —En ese momento, Julia negó con la cabeza sin ganas.
—Julia, eres tan comprensiva —dijo Howard, conmovido.
Por otra parte, al mediodía, Sheryl compró algo para almorzar en el comedor, pues había tenido clases todo el día. En ese momento, vio a Nancy mirando a su alrededor con un plato en la mano.
—Nancy, ven aquí —le dijo Sheryl luego de saludarla, y esta de inmediato se acercó a ella.
—Es la primera vez que te veo comer en el comedor —dijo Nancy mientras se sentaba.
Al escuchar esto, Sheryl se sintió un poco avergonzada. En su vida pasada, siempre se había negado a comer allí, pues pensaba que la higiene en el comedor no era buena.
—El problema es que no me había dado cuenta de que la comida del comedor es muy buena —explicó Sheryl entre risas.
Después, ambas siguieron conversando mientras comían. Cuando hablaban de algo divertido, se cubrían los labios y se reían juntas: el ambiente era muy agradable.
—Por cierto, Nancy… —Sheryl recordó de repente algo y preguntó con curiosidad—: Tienes muy buenas notas. ¿Dónde sueles estudiar?
—En la biblioteca, por supuesto —respondió Nancy con naturalidad.
—¿De verdad? —Sheryl parecía sorprendida—. Yo nunca encuentro información útil cuando voy allí.
—Existe una manera de encontrar los libros que necesitas. No puedes buscarlos al azar. Aunque hay muchos libros y materiales en la biblioteca, la mayoría no son útiles para nosotros —explicó Nancy con amabilidad.
—¿De verdad? Nancy, ¿por qué no me llevas contigo la próxima vez que vayas allí? —preguntó Sheryl con los ojos asombrados.
—¡Claro! —asintió Nancy entusiasmada, pues estaba muy contenta de que alguien quisiera acompañarla a la biblioteca, ya que ella solía ser una loba solitaria.