Capítulo 44
1137palabras
2022-02-23 15:22
Al oír eso, Lynn se mordió el labio, nerviosa, por supuesto, estaba decidida a no admitirlo. Entonces, se burló de repente y miró a Sheryl.
—Sheryl, ¿puedes usar tu cerebro si quieres demostrar tu inocencia? ¿Se te han acabado las formas de demostrar tu inocencia? ¿O es por eso por lo que inventaste una mentira tan mala? ¿Por qué me echas la culpa ahora, solo porque te caigo mal? —Lynn se cubrió la nariz con la mano en señal de desprecio y dijo con una sonrisa—: Aunque quieras culparme, al menos debes tener alguna prueba que te respalde. No puedes demostrarlo solo con palabras. ¿Entiendes?
¿Las pruebas? Por supuesto, ella tenía las pruebas. De repente, Sheryl sonrió y dio un paso adelante, su grandeza era mejor que la de Lynn.
—¿Quieres pruebas? Bien, te las daré. —Miró directo a los ojos de Lynn y dijo con justicia—: El día que escribí la tesis, pensé que era probable que me incriminaran. Así que, cuando terminé de escribirla, preparé cuidadosamente una copia extra de la misma y la envié a mi buzón. Si quieres pruebas, puedo mostrarte mi correo electrónico. Hay registros sobre la fecha y el contenido del correo electrónico. Puedo decirte con certeza que mi tesis fue intercambiada por otra persona y que esa persona eras tú, Lynn.
Sheryl miró los ojos de Lynn sin inmutarse, quería ver lo que iba a decir. Por supuesto, cuando la otra escuchó eso, se puso un poco nerviosa y evitó hacer contacto visual con ella, pero entonces, se rio de repente y argumentó:
—Eso no significa nada. Hoy día la tecnología está muy avanzada y hay expertos en informática por todas partes. No es difícil hacer un correo electrónico falso. Es más, incluso si tu tesis fue de veras intercambiada, deberías haber investigado a fondo, ¿por qué insistes en que fui yo quien lo hizo? —A la mente de Lynn volvieron las palabras de Julia: «Recuerda, no digas ninguna tontería, solo insiste en que no has hecho nada. Edité las imágenes de vigilancia, no pueden encontrar nada, no te preocupes», y se sintió segura.
Sin embargo, Sheryl esperaba que el correo electrónico no fuera suficiente para que Lynn admitiera sus acciones y había previsto que así lo manifestara, por lo que preparó más evidencias. Sabía que esta no admitiría sus errores hasta que viera una prueba concreta, lo que significaría entonces su fin. «¿De verdad creyó que si borraba las imágenes yo no podría hacerle nada?». Entonces, sacó la cinta de vigilancia y dijo con una sonrisa:
—Si crees que un correo electrónico no es prueba suficiente, entonces te daré algo más contundente aún para que te convenzas, ¿de acuerdo?
—¿Qué es eso? —preguntó Lynn, miró con recelo la cinta en la mano de Sheryl y de repente se sintió un poco turbada.
—A decir verdad, es la grabación de la vista interna y externa del despacho de la profesora Raee después de que yo le presentara la tesis aquel día —dijo Sheryl y sonrió.
«¡¡¡!!!». Al oír eso, la expresión facial de Lynn cambió, pero aun así dijo en tono serio:
—¿Y qué? —Pensó: «Julia me dijo que ya había editado el video, todo debe estar bien».
—Aunque hayan editado el video de vigilancia, como bien acabas de decir, la tecnología está muy desarrollada hoy día y no es difícil recuperar también las partes editadas en un video. —Sheryl se rio de repente y entregó la cinta a Samuel Frank—. Ya que quieres las pruebas, vamos a echar un vistazo juntos. Hermano Samuel, perdona que te moleste.
Samuel asintió, tomó la cinta y la conectó al ordenador. Mirando su manera de actuar, Rainie pensó que cada movimiento que él hacía era muy llamativo. Lynn no pudo contener más sus expresiones faciales, «¿Qué demonios está pasando?». Rebobinaron el video de vigilancia hasta el día en que Sheryl escribió su tesis, Rainie volvió primero a la oficina y salió poco después. Luego, una sombra se coló en el despacho. Entonces la pantalla cambió al interior del mismo y, bajo la cámara, Lynn buscó en el escritorio de la profesora hasta que al fin encontró la tesis de Sheryl. Entonces, sacó de su bolso la tesis falsa que había preparado y la intercambió. Después de terminar todo, salió por la puerta y dudó allí un rato. Como seguro se sentía incómoda, sacó la tesis, la rompió en pedazos y la tiró a la papelera. Luego, se escabulló a escondidas. Cuando el video se reprodujo hasta esa parte, ya era el final para Lynn, Sheryl se volteó para mirarla como si estuviera viendo un buen espectáculo.
—Lynn, has afirmado que yo no tenía ninguna prueba sólida hace un momento, ahora las pruebas son claras, ¿qué más tienes que decir?
En ese momento, el rostro de Lynn ya había cambiado de indiferente a rojo, era obvio que era culpable, pensaba con odio que Sheryl era de veras despreciable, «¡restauró un video que ya había sido borrado!». Al ver todo lo que ocurría con sus propios ojos, Rainie no pudo evitar enfadarse también.
—Lynn, ¿no acabas de decir que no lo hiciste?
—¡Claro que entré en el despacho, pero lo que tomé fue otro trabajo, no su tesis! —argumentó ella inquieta.
—Si no hubiese sido su tesis, ¿habrías roto el documento nada más salir del despacho? Está claro que lo hiciste para destruir las pruebas. —Samuel se enfadó de repente —. Las cosas ya han llegado demasiado lejos y aun así sigues siendo tan terca en lugar de admitir tus errores. ¡No tienes remedio! Ya notifiqué a tus padres e informé de este asunto al director del curso. Dentro de poco tendrás que afrontar tu castigo.
Cuando Lynn se enteró de que habían notificado a sus padres, entró en pánico. Sin embargo, Sheryl sabía que ella era solo un peón y que Julia era la verdadera autora intelectual de este asunto. «Ahora Lynn asume la culpa, mientras Julia está sana y salva. Las cosas no pueden seguir así», pensando en esto, Sheryl no estaba dispuesta a rendirse. ¡Ella nunca permitiría que Julia se saliera con la suya!, así que le preguntó enérgicamente a Lynn:
—Lynn, hasta donde recuerdo tú y yo no hemos tenido ningún problema, ¿alguien te pidió que hicieras esto?
—¡No! —Negó de inmediato la joven.
—¿De verdad? —Sheryl sonrió.
—En serio no hay nadie más —dijo Lynn y la miró con firmeza.
Con frialdad, Sheryl vio que no iba a conseguir nada más de ella, así que se limitó a burlarse. Luego, miró a Samuel y dijo:
—Hermano Samuel, este asunto ha causado un gran impacto en mi reputación, espero que la escuela pueda hacerme justicia.
—No te preocupes, seguro lo harán. —Él asintió con seriedad.
Al cabo de un rato, llegaron tanto el director del curso como el padre de Lynn.