Capítulo 42
1204palabras
2022-02-23 15:21
Por lo general, Frederick no se interesaría por lugares como ese, pero en ese momento, Sheryl seguía corriendo por el campo de flores como si fuera una niña pequeña. Cuando él la vio feliz, se animó un poco, al final, Sheryl incluso sugirió:
—Frederick, esto es en realidad hermoso. No quiero irme nunca de aquí. ¿Podemos no regresar esta noche?
—No. —Él se negó sin dudarlo.
—¿Ah? ¿Por qué? —Ella volvió a mirarlo con coquetería—: Me gusta mucho este sitio.
Sin embargo, era inútil que ella actuara así, Frederick dijo con seriedad:
—Hace frío en las montañas por la noche y hay mosquitos por todas partes. Hemos venido de repente y no hemos preparado nada. Aunque quisieras pasar la noche, no lo haremos hasta que vengamos en otro momento y estemos bien preparados.
«Los mosquitos en las montañas son implacables. Sheryl es una chica delicada y tierna y los mosquitos prefieren en especial a este tipo de mujeres. Si la pican toda la noche, ¿cómo soportarán sus delgados brazos y piernas las picaduras?», por supuesto, Frederick no dijo lo que pensaba.
Cuando ella se enteró de que no podía pasar la noche allí, se sintió un poco decepcionada. Sin embargo, seguía pensando que era una noche muy feliz para ella. Tal vez el cielo nocturno era demasiado hermoso, ella tenía los ojos fijos en los horizontes infinitos. Se agarró al brazo de él y empezó a decir una tontería.
—Frederick, ¿todavía estás enfadado conmigo? —Al escucharla, él la miró, pero ella continuó—: De veras cometí muchos errores en el pasado. Para ser sincera, sé que no estabas enfadado conmigo. Siento mucho haberte defraudado, pero puedes estar seguro de que ya he aprendido de mis errores. Comenzaré una página nueva. —Después de eso, ella temió que él no le creyera, así que añadió—: Sé que, si solo lo digo con palabras, pensarás que te estoy mintiendo otra vez. Así que, en el futuro, te lo demostraré con mis acciones. Solo tienes que esperar y ver.
Al escuchar sus palabras, Frederick se quedó sin palabras por un momento, no sabía cómo reaccionar. Las palabras que ella acababa de pronunciar parecían sinceras, pero ¿lo eran en realidad? Él no se atrevió a pensar demasiado y lo tomó como la verdad. No obstante, sintió de repente una sensación de frío en los labios y su mente se quedó en blanco.
Bajo el cielo estrellado, ella miró el rostro de él mientras levantaba los dedos de los pies. Luego tomó la iniciativa de besar sus labios. Él se puso rígido y retrocedió inconscientemente. Sin embargo, ella le sujetó la ropa con fuerza, como si no quisiera separarse de él e intensificó el beso con rapidez. Aunque sus habilidades no eran refinadas, eso solo demostraba lo inocente y hermoso que era el beso. Frederick se sintió conmovido por sus acciones, se abrazó rápido a su cuerpo y le devolvió el beso. En comparación con el suave beso de ella, el de Frederick era mucho más dominante y prolongado.
Después de un rato, ella no pudo aguantar más y sus piernas empezaron a debilitarse. Al final, Frederick la presionó completa sobre su auto. La palma de su mano se desplazó poco a poco hacia el pecho de ella y parecía que acabarían haciendo el amor si la cosa avanzaba más. En ese momento, él se detuvo de repente y tras separarse de su cuerpo la ayudó a levantarse y dijo:
—Bien, vamos a casa.
—¿Qué pasa? —preguntó ella que estaba confundida.
—Se está haciendo tarde, es hora de ir a casa —no dijo nada más, solo le indicó que subiera al auto.
Ella no tuvo más remedio que subir, pero se sintió un poco desanimada, estaban tan cerca... Sin embargo, pronto se dio cuenta de que era mejor que no lo hicieran; al fin y al cabo, estaban en el páramo. Cuando recordó la apasionada escena en la que casi iba a hacer el amor con Frederick en público, se sonrojó de inmediato. Al regresar a casa, los dos se asearon pronto y se quedaron dormidos. Cuando pensaba en lo que había sucedido ese día, seguía sintiéndose feliz.
Al día siguiente.
La clase de Sheryl no empezaría hasta la tarde, así que aún podía permitirse holgazanear un rato en la cama. Frederick se fue directo a la empresa después de despertarse por la mañana. En cuanto llegó, Zayne le sirvió una taza de té como hacía todos los días, luego le informó:
—Presidente, ya he terminado de investigar el asunto de la señorita.
—Adelante —dijo con voz fría.
Antes él jamás había prestado atención a la situación de Sheryl en la escuela. No tenía la menor idea de cómo le iba. Entonces, el asistente le comunicó toda la información que había encontrado.
—Presidente, por lo que sé, la señorita está muy mal vista por sus compañeros en la escuela —dijo Zayne.
—¿De verdad? —Cuando Frederick escuchó sus palabras, hubo un matiz de desagrado en su tono—. ¿Por qué no les gusta?
—Parece que todos en la escuela dicen que su tesis es falsa. Dicen que la señorita contrató a un impostor para hacer su tesis, pero ella no lo admitió. Ahora, todo el mundo en el foro la está calumniando, diciendo que es una joven mimada e incompetente, incluso la llamaron z*rra, barbie y demás. Además de eso... —dijo Zayne.
—Suficiente. —Al escuchar el informe, Frederick frunció el ceño con rabia.
De veras no esperaba que Sheryl fuera calumniada por tantas personas en la escuela. Dejando todo eso de lado, él la había visto con sus propios ojos escribiendo su tesis poco a poco. No obstante, no esperaba que la historia se tergiversara de esa manera e incluso que el público la malinterpretara así.
—Presidente, ¿debemos ayudarla? —dijo Zayne que observó la expresión de su jefe.
—No, los estudios son cosa suya, no hay necesidad de involucrarse. —Él negó con la cabeza, aunque le disgustaba que ella sufriera acoso escolar.
—Sí. —Zayne asintió y procedió a informar—: Presidente, también encontraron a las personas que intentaron secuestrar a la señorita esa noche.
Al oír eso, la mirada de Frederick se agudizó.
—¿Dónde están?
—Dicen que son un grupo de mafiosos del Distrito Sur. El líder parecía haber recibido algunos beneficios de la persona que le había ordenado secuestrar a la señorita. Más tarde, cuando el secuestro fracasó, el líder huyó y desapareció, dejando solo a unos cuantos subordinados —le dijo Zayne —. Sin embargo... —Le resultaba difícil decirlo—. Esos subordinados no estaban a cargo del secuestro y no sabían nada al respecto.
—¿No sabían nada? —El rostro de Frederick se ensombreció y dijo con frialdad sin ninguna emoción—: Ya que se atrevieron a cometer un crimen, entonces envíenlos a la prisión. No dejes que salgan y dales una lección allí.
Zayne asintió de inmediato y añadió una frase confusa:
—Presidente, ¿qué pasa con el líder que se ha escapado? ¿Vamos a dejar que se vaya, así como así?
—Ya que se atrevió a herir a Sheryl, es imposible que lo deje ir —dijo Frederick en voz baja y sin ninguna expresión en su rostro:
—Sigan buscándolo, no se detengan hasta encontrarlo.
—Desde luego, presidente, me encargaré de inmediato —dijo Zayne de inmediato.