Capítulo 41
1216palabras
2022-02-23 15:21
—De acuerdo, le echaré un vistazo. —Sheryl asintió y de inmediato fue a comprobarlo.
Frederick también sentía curiosidad, así que la siguió inconscientemente. Zayne encendió la grabación recién restaurada, pulsó la barra espaciadora y reprodujo el video para que Sheryl viera todo lo que había sucedido aquel día.
Poco después de que Rainie saliera de la oficina, una sombra se coló en ella. Aunque la cámara de la escuela no era de alta definición, Sheryl logró reconocer la silueta, era Lynn. A continuación, la cámara pasó al interior del despacho, donde Lynn rebuscó en la mesa de Rainie y al final encontró su tesis, la cual intercambió por un borrador que ya había preparado y que sacó de su bolsillo. Luego, Lynn volvió a salir de puntillas, creyendo que aún no era seguro, se quedó en el pasillo y dudó un rato. De repente, destrozó la tesis de Sheryl, seguro porque quería destruir las pruebas y tiró el papel roto a la basura. Entonces, se dio una palmada en el pecho y se alejó.
«¡Maldita sea!», después de haber visto todo el proceso de intercambio de su tesis, el rostro de Sheryl se transformó. Aunque ya sabía que Lynn o Julia eran las culpables, cuando vio que la tesis que tanto le había costado escribir se hacía pedazos, no pudo evitar ponerse furiosa. Lynn la acusaba cuando ella misma había sido la culpable. ¡Qué blasfemia!
Frederick estaba de pie junto a ella y podía sentir su ira. Entreabrió sus finos labios para preguntar algo, pero justo cuando iba a hacerlo, volvió a tragarse las palabras. Ella estaba de mal humor y aunque él hubiera preguntado, seguro ella no le respondería.
En efecto, Sheryl vio todo el vídeo en silencio, sin decir ni una palabra más. Se limitó a dejar que Zayne ordenara la cinta antes de devolvérsela, ella la recogió y no se olvidó de darle las gracias.
—Gracias, asistente Mac. —Después, le entregó a Zayne la comida fresca que había comprado en el restaurante—. Este es mi regalo de agradecimiento por las molestias que te he causado. Gracias por ayudarme a recuperar las imágenes. La comida aún está caliente. Vamos, come.
Zayne se sorprendió, no esperaba que fuera tan cortés. Se sintió halagado y dijo:
—Gracias, señorita.
Sheryl sonrió con indiferencia y luego volteó la cabeza para mirar a Frederick con una expresión amable.
—Llevas muchos días viviendo fuera, ¿quieres ir a casa y pasar la noche?
—No, puedo pasar la noche en la empresa. —Él se negó sin pensarlo.
«¿Preferirá vivir en la empresa, que conmigo?», claro que Sheryl no estaba contenta, no se dio por vencida y volvió a preguntar:
—¿Estás seguro de que no quieres volver? —«...», Frederick no dijo una palabra, lo que ella consideró como un sí. Entonces, se quedó muda, ¡Frederick no estaba siguiendo sus planes! Al final, ella dijo—: Bueno, si no vas a volver, ¡me quedaré aquí contigo!
Sheryl se sentó en el sofá de terciopelo que estaba a su lado con una mirada obstinada, pasara lo que pasara, si él no se iba, ella tampoco se iría.
—¡Sheryl! —Él frunció el ceño con impotencia y dijo en voz baja—: No causes problemas, por favor, vete a casa a dormir.
Sin embargo, ella no le hizo caso. En su lugar, lo miró mientras sonreía:
—Eso no es posible, un hada como yo, no se retractaría de sus palabras. Como dije antes, si tú no te vas, yo tampoco me iré, depende de ti.
Al parecer, ella no iba a ceder en ese tema. Él suspiró en su corazón, en serio no podía hacerle nada. Al final, no tuvo más remedio que decir en voz baja:
—Espera aquí, voy a buscar las llaves y mi abrigo. Volveré dentro de un rato.
Antes de marcharse, le echó un vistazo a la computadora y lanzó una mirada a su asistente. Zayne no lo entendió en ese momento, pero reaccionó y asintió al cabo de un rato. Seguro el presidente quería que investigara el motivo del asunto de las imágenes de vigilancia de la señorita. Al cabo de un rato, Frederick salió con su abrigo y llevó a Sheryl a su casa.
Por el camino, él parecía indiferente, como si no tuviera nada que decir. La cabecita de ella estaba ansiosa. ¡Por fin tenía la oportunidad de estar a solas con él! ¿Cómo iba a desaprovechar la oportunidad? De repente se le ocurrió una idea y se acercó de inmediato a él.
—Frederick, el tiempo está bueno esta noche, ¿por qué no damos un paseo juntos?
¿Sabías que la Galaxy Hill tiene una vista nocturna muy hermosa? —comentó ella.
—No voy a ir. —Él la miró sin mostrar interés en su rostro.
Sin embargo, ella no se dio por vencida, rodeó sus brazos con fuerza y dijo con coquetería:
—Frederick, tengo muchas ganas de ver esa vista nocturna. ¿Puedes acompañarme, por favor? Solo por esta vez, ¿de acuerdo?
Él no podía negarse, cada vez que ella le hablaba con coquetería él perdía la capacidad de rechazarla. Cambió la ruta en el último momento y condujo hacia Galaxy Hill. Sin embargo, al contemplar la escena nocturna que retrocedía desde su dirección inicial, la mirada de ella se volvió inconscientemente laxa.
Galaxy Hill era un lugar al que él ya la había llevado antes, en el pasado. En aquel entonces, él la adoraba mucho, la protegía y hacía todo lo posible por complacerla. Por desgracia, la Sheryl del pasado era desagradecida y le había hecho mucho daño a su corazón. De repente, ella se sintió culpable y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Entonces, tuvo un pensamiento firme, ya que lo había herido en su vida pasada en Galaxy Hill, ¡esta vez crearía un recuerdo maravilloso con él! Al pensar en eso, abrazó con fuerza el brazo de él y se obligó a contener las lágrimas. Frederick sintió que algo pasaba, pero no dijo nada, condujo sin problemas hasta Galaxy Hill. Cuando llegaron a medio camino de la montaña, se bajaron del auto.
—¡Guau! —Sheryl salió del auto como una niña y se maravilló con el paisaje.
La luz de la luna brillaba con fuerza, ¡todo era tan hermoso! Estaban rodeados de hermosas y coloridas flores. Un gran número de luciérnagas también brillaban en el cielo nocturno. Era como una escena que solo aparecería en los cuentos de hadas.
—Frederick, ven aquí y echa un vistazo, es tan bonito.
Ella miraba a su alrededor, se emocionó tanto que volvió a arrastrarlo para que echara un vistazo con ella. El ángulo en el que se encontraba era suficiente para contemplar la vista nocturna de toda la resplandeciente ciudad, donde miles de luces de las casas se tejían en una red gigante de ensueño. Era tan hermoso que no podía apartar los ojos de la vista, estaba maravillada.
Cuando miró hacia arriba, no había nubes, se podía ver con claridad el interminable cielo nocturno acompañado de innumerables estrellas que brillaban en la noche. Pudo ver, además, la blanca Vía Láctea. En resumen, todo parecía muy hermoso. En realidad, ella ya había visto un paisaje tan hermoso en su vida pasada, pero nunca se había fijado en él. En esta vida, todo era igual; sin embargo, ella ya no era la Sheryl del pasado.