Capítulo 40
1211palabras
2022-02-23 15:21
Diez minutos después, Sheryl entró en el Lance Group Inc. con su mochila en la espalda y enseguida Zayne notó su presencia. «¿Por qué la señorita está aquí? ¿Habrá venido a ver al presidente otra vez? ¡Qué fastidio!», pensó para sí mismo, y entonces, se apresuró a preguntar, sonriente:
—Señorita, debe tener mucho tiempo libre para haber venido hasta aquí otra vez.
—Yo...
Justo cuando ella iba a hablar, él la interrumpió:
—Ah, está aquí para ver al presidente, ¿verdad? Señorita, aunque él ya regresó de su viaje de negocios, todavía está ocupado con su trabajo, y nadie puede interrumpirlo, lo siento. —Aunque mostraba una sonrisa incómoda y a la vez educada, estaba refunfuñando en su interior. No estaba seguro de si la señorita se enfadaría o no. El presidente ya le había dicho que no quería verla. Por lo tanto, como su asistente, no podía dejarla entrar, ¡ni aunque su vida dependiese de ello!
Después de oír esto, ella se sintió un poco decepcionada, pero sabía que, dado que Frederick la había rechazado por la mañana, de seguro no querría verla en ese momento. No conocía sus razones, pero, ya que él se negaba, estaba atada de pies y manos. Entonces, aclaró sus pensamientos y dijo con una sonrisa forzada:
—No importa. De todos modos, no estoy aquí para verlo a él.
—¿Ah no? —Él se sorprendió.
—Estoy aquí para verte a ti —respondió ella con seriedad.
—¿A mí? —Él arqueó las cejas al escuchar esto y pensó: «¿Qué querrá de mí? ¿Será que hice algo malo y la hice enfadar de nuevo?». Entonces, se atrevió a preguntar—: Señorita, ¿qué puedo hacer por usted?
Al ver su reacción, ella sonrió y contestó:
—No tengas miedo. Estoy aquí porque necesito tu ayuda para algo. —Luego, sacó de su mochila el video que le había dado Samuel y continuó—: Zayne, recuerdo que te graduaste en una universidad de ciencia y tecnología, ¿no es así? He oído que eras un conocido experto en informática, por eso necesito que me ayudes a recuperar la parte de este video de vigilancia que fue borrada. ¿Podrás hacerlo?
Cuando él escuchó esto, se sorprendió: «¿En serio la señorita necesita mi ayuda?». Guardó silencio por un momento antes de tomar el video y preguntar confundido:
—Señorita, ¿qué tipo de grabación es esta?
—Ah, no es nada. Es de mi escuela. —Ella pensaba que no era necesario que él se enterara del incidente—. Por cierto, ¿cuánto tiempo vas a tardar en recuperar la grabación, si es que se puede hacer?
Él tomó el video, lo observó y luego dijo:
—Por lo general, no debería tardar mucho con este tipo de video, pero primero tengo que echarle un vistazo.
—De acuerdo —asintió ella—. Entonces, ayúdame a recuperarlo. Te espero aquí. —Luego, arrastró una silla que había a un lado y se sentó junto a él.
Zayne no pudo evitar sentirse extrañado al ver que ella no intentaba hacer nada raro. «La señorita sí que está rara hoy. Supongo que es cierto que hoy no está aquí para ver al presidente. ¿Y qué demonios es este video?», pensó y de inmediato se puso en función de ayudarla a recuperarlo.
Ella no entendía lo que él estaba haciendo en la computadora y, al cabo de un rato, él se volvió y dijo:
—Señorita, es cierto que borraron una parte del video. —Tras una pausa, continuó—: Sin embargo, al parecer, la persona no sabía mucho de esto porque lo hizo a toda prisa.
«Por supuesto, de seguro Julia no entiende de estas cosas y, como todo fue a escondidas, debe haberlo hecho con prisa», pensó ella con desdén y luego preguntó:
—¿Cuánto tiempo va a tardar recuperar las imágenes borradas?
—Debo hacerlo todo en media hora —respondió él con confianza. Por fortuna, no le resultaba difícil hacerlo. Cuando ella escuchó esto, se puso muy contenta.
—Genial, muchas gracias.
Sus palabras casi lo matan del susto. «Resulta que la señorita sí sabe cómo agradecer a alguien». Entonces, se apresuró a agitar la mano y dijo:
—No hace falta ser tan cortés, señorita, es mi deber.
En ese momento, la puerta de la oficina del presidente se abrió de repente. Cuando Frederick vio que Sheryl estaba sentada al lado de Zayne y ambos sonreían alegremente, no pudo evitar fruncir el ceño y preguntar con frialdad:
—¿Qué están haciendo?
Sorprendida, ella giró la cabeza y vio que Frederick la fulminaba con la mirada. En ese instante, Zayne respondió de inmediato:
—Hola, presidente. Estoy haciendo un trabajo para la señorita.
—¿Qué tipo de trabajo? —preguntó Frederick con el rostro aún más enojado.
Ella no quería causarle problemas a Zayne, así que se apresuró a explicar:
—Le pedí a Zayne que me hiciera un favor. Terminamos enseguida. —Luego, se acercó a Frederick y le preguntó con cariño—: Frederick, ¿ya cenaste? ¿Quieres que cenemos juntos esta noche? Todavía no he comido y estoy muerta de hambre.
Él la miró y resopló.
—No.
«¿En serio me rechazó?». El rostro de Sheryl se puso pálido, pero dijo con indiferencia:
—De acuerdo. Sigue con lo que estabas haciendo entonces. —Después de decir esto, se dio la vuelta y miró a Zayne con una sonrisa—. Asistente Mac, ¿ya comió? ¿Qué tal si lo invito a cenar esta noche?
Al oír esto, Zayne se estremeció y comenzó a sudar frío. «Hace un segundo pensé que el carácter de la señorita había mejorado, pero, al final, ¡ahora intenta usarme y acabar conmigo!». Estaba tan asustado que agitó la mano varias veces en señal de desacuerdo. Entonces, se oyó la fría voz de Frederick:
—¿Qué quieres comer?
Sheryl sonrió con picardía, pues sabía que su truco había surtido efecto. Luego, se dio la vuelta y, con una sonrisa, puso su mano en el brazo de Frederick.
—Quiero comer... en el restaurante al que fuimos la última vez. —Mencionar ese restaurante le causó una profunda impresión, pues, aquel día, él se había marchado en mitad de la comida, y ella lo recordaba con claridad. «Con el rostro indiferente, se marchó así sin más». Sin embargo, puso una expresión de felicidad y le dijo a Zayne—: Asistente Mac, lo voy a invitar a comer más adelante como recompensa por su ayuda.
De camino al restaurante, Frederick se sintió incómodo al pensar en los rostros sonrientes de Sheryl y Zayne. Entonces, preguntó con voz grave:
—¿Qué clase de ayuda le pediste a Zayne?
Ella puso los ojos en blanco y lo miró, intrigada.
—¿Por qué tanta curiosidad?
Al ver que ella no iba a hablar con franqueza, él resopló y dijo:
—Olvídalo si no quieres decirlo.
Ella se rio porque era obvio que a él sí le importaba, pero estaba fingiendo que no. Agitó la mano y dijo:
—No fue nada. Solo le pedí que restaurara un video.
Frederick ya no hizo más preguntas. Luego, empezaron a comer hasta saciarse. Ella tenía tanta hambre que pidió mucha comida deliciosa y se dio un gran banquete. En cambio, él no tenía mucho apetito, así que no comió tanto. Miraba la boca abultada de Sheryl, que de alguna manera se veía un tanto encantadora.
Cuando volvieron a la empresa después de terminar la cena, Zayne se acercó y le dijo a Sheryl:
—Señorita, terminé de recuperar las imágenes que me pidió.