Capítulo 26
1357palabras
2021-12-13 14:15
"¿Ryan?", Jacobo hizo memoria por un momento y sintió que había escuchado hablar de él en las noticias antes.
Mientras tanto, Ryan Tao abrió la caja de agujas para sacar una de plata y, respirando hondo, realizó acupuntura en el corazón y el hígado de Andrew Zhao. Sus manos eran muy ágiles y, en solo un par de segundos, clavó más de una docena de agujas de plata con precisión en varios puntos de acupuntura en el pecho del hombre.
"¿Está usando la técnica de acupuntura Wen Ming?", Jacobo se sorprendió. Al escuchar a alguien nombrar la técnica que estaba empleando, Ryan Tao también se sorprendió un poco, pero luego dijo con orgullo: "No está mal, veo que están bastante informados".

"Es sorprendente que tengas una habilidad médica tan elevada a una edad tan temprana".
"Sí, mi hijo tiene su misma edad y lo único que sabe hacer es coquetear y pelearse todo el día".
Al escuchar estos elogios, el ego de Ryan Tao aumentó y se sintió bastante confiado en sus habilidades médicas. Después de terminar la técnica de acupuntura Wen Ming, se puso de pie y, juntando las manos en su espalda, gritó con voz profunda: "Una vez que se coloque la aguja, el ying y el yang comenzarán a fluir. Ahora levántate".
No había duda de que la técnica de Ryan Tao lo hacía parecer un experto. Sin embargo, Andrew Zhao todavía seguía sintiendo dolor y no mostraba señales de mejora. En cambio, comenzó a convulsionar y se desmayó.
"¿Como puede ser?", se sorprendieron todos.
Atónito, Ryan se inclinó para tomar el pulso del paciente y su expresión cambió de inmediato. A juzgar por lo que había sentido, la condición de Andrew Zhao no había mejorado sino que, al contrario, se había vuelto más grave. Después de dar diagnóstico cuidadoso, supo que la técnica de acupuntura no había sido la causante, pero seguía sin poder identificar qué era lo que había empeorado al hombre.

"Quita las agujas. Son inútiles", comentó Jacobo a la ligera. Luego se puso en cuclillas para colocar una mano en la muñeca del hombre. Después de unos segundos, pudo entender qué era lo que le sucedía y comenzó a retirarle las agujas del cuerpo para devolvérselas a Ryan.
"¿También sabes de medicina china?", el chico miró a Jacobo con sorpresa. La forma en que le quitó las agujas fue muy suave, y no cualquiera sabría cómo remover agujas de acupuntura. Incluso el más mínimo error haría sangrar al paciente. Sin embargo, cuando Jacobo lo hizo, Andrew Zhao no sangró en absoluto. Obviamente, este joven no era una persona común.
"Aquí viene un chico nuevo, ¿lo conoces?".
"No lo sé. Ambos son tan jóvenes que no sé si confío en ellos”, se escucharon rumores.

"Un poco", respondió Jacobo antes de sacar su bolsa de agujas.
"Díganme, ¿cómo está el director Zhao?", preguntó la secretaria angustiada. Ella sentía como si ambos estuvieran realizando una investigación médica con el cuerpo de su jefe.
Jacobo intentó tranquilizarla: "Su corazón es diferente al de los demás. Una persona normal lo tiene del lado izquierdo del cuerpo, mientras que el del director Zhao está del lado derecho. Eso es todo".
Al escuchar estas palabras, la secretaria asintió: "Sí, sí, el corazón del director Zhao está en el lado derecho. Pero dígame, ¿va a estar bien?”.
Jacobo respondió: “No es nada serio. Un poco de acupuntura bastará”.
"¿Cómo sabes que el corazón del director Zhao está a la derecha?", preguntó Ryan Tao.
"Lo detecté cuando escuché su pulso”. Jacobo dejó la bolsa a un lado y sacó más de una docena de agujas de plata.
"¿Estás bromeando? ¿Cómo puedes saberlo?", Ryan se burló, pensando que era una broma.
Jacobo guardó silencio y transmitió todo el Qi en su cuerpo hacia la aguja plateada que era tan delgada como un mechón de cabello. En un instante, esta se enderezó y el chico la insertó rápidamente en el lado derecho del pecho del paciente.
Hizo su movimiento con rapidez y en solo unos cuantos segundos, había una docena de agujas insertadas en el cuerpo del hombre.
"¿Trece agujas de la Puerta Encantada?", exclamó Ryan sorprendido.
Echando un vistazo al chico, Jacobo respondió con calma: "Nada mal, veo que conoces bien el tema".
Ryan se sonrojó al darse cuenta de que estaba recibiendo la misma respuesta que él mismo había otorgado hacía un par de minutos.
A pesar de que su abuelo le había enseñado que debía tener la humildad suficiente para siempre aprender algo nuevo de los demás y que, como médico, debía ayudar a los más necesitados con amabilidad y sin compararse con nadie, Ryan se había sentido muy confiado en sus habilidades y no fue sino hasta hoy que entendió estas palabras.
Luego ahuecó una mano con la otra delante de su pecho y dijo: "Te respeto. Soy Ryan Tao, un miembro de la familia Tao, conocidos practicantes de la medicina tradicional china en Oakdale. ¿Cómo debo dirigirme a ti?".
Jacobo sacó lentamente la aguja y dijo mientras se ponía de pie: "Solo soy un estudiante de medicina".
Andrew Zhao, que yacía en el suelo, comenzó a jadear y el color volvió a su rostro. Luego tosió suavemente y se sentó poco a poco. Al ver a la gente a su alrededor, un rastro de confusión apareció en su mirada.
"Está bien, el director Zhao se encuentra bien ahora".
"En verdad que no se puede juzgar un libro por su portada. Es asombroso que tengas habilidades médicas tan impresionantes a una edad tan temprana. Te admiro".
Ryan Tao vaciló por un momento y dijo: "Quisiera reunirme contigo en el Caring Hall. Nos vemos allí".
Jacobo negó con la cabeza: "No iré".
"¿Qué? ¿Tienes miedo?", preguntó Ryan atónito.
Por su parte, Jacobo se dedicó a limpiar cuidadosamente sus agujas para acomodarlas de nuevo en su bolsa y dijo en voz baja: "Un médico debe ser amable de corazón con las personas que lo necesitan, y nunca compararse ni competir".
"¡Sí! Lo que dices es cierto", Andrew Zhao se puso de pie.
Luego agarró la mano de Jacobo y dijo agradecido: "Hermano, gracias por salvarme. Permíteme darte mi tarjeta de presentación; si alguna vez necesitas algo, no dudes en buscarme".
Jacobo tomó la tarjeta y respondió con una sonrisa: “No hay nada que agradecer, señor Zhao. Soy médico y este es mi deber".
El empresario agregó: "De todos modos, me salvaste la vida. ¿Dónde vives? Iré a verte cuando tenga tiempo".
Ante esto, Jacobo respondió: "Solo soy un estudiante. Mi familia no es de Oakdale".
"Ya veo", aturdido, Andrew Zhao llamó inmediatamente a su secretaria para pedirle: "Prepara una suite para este chico en el World View Garden".
La expresión de Jacobo se congeló. El World View Garden era un desarrollo exclusivo de villas de alta gama. Incluso ahora que Jacobo poseía una fortuna de 70 u 80 millones, seguía sin poderse comprar una de esas casas. De inmediato se negó: "Director Zhao, eso es demasiado caro".
Pero el magante negó con la cabeza diciendo: "No me rechaces, por favor. Velo como si fueran tus honorarios de consulta. Lo único que puedo ofrecerte son casas…”.
Una vez que llegó la ambulancia por él, el director agregó: "Ve mañana a la sede de Knightdale Property, yo me encargaré de todo".
Al ver que Andrew Zhao insistía tanto, Jacobo no pudo seguir negándose. "Entonces, se lo agradezco, director Zhao. Dado que ha sido tan generoso, le haré un favor. Si confía en mí, de ahora en adelante, puedo ofrecerle sesiones de acupuntura una vez a la semana. Creo firmemente que la medicina tradicional china podría curar su enfermedad cardiaca en un mes”.
"¿Has dicho que puedes curar mi enfermedad?", Andrew Zhao se emocionó.
Jacobo lo calmó mientras sonreía: "No se preocupe, su enfermedad no es tan grave".
Después de un rato, el empresario dijo agradecido: "¡Tomaré tu palabra! Si logras curar mi enfermedad, no creo que pueda agradecerte lo suficiente".
El hombre conocía su propia enfermedad y, por más que había acudido a innumerables cardiólogos, ninguno pudo curarlo. Ahora, este joven le dijo que podría curarlo y esto le emocionaba muchísimo.