Capítulo 56
1099palabras
2024-05-12 00:52
"¿En serio? ¿Qué pasó entonces?", preguntó la muchacha.
Justo cuando Jaylah iba a explicárselo, vio una figura alta que entraba por la puerta del aula con un bastón.
Jaylah sabía de quién se trataba, y trató de advertírselo a Layla.
Layla miró a Jaylah y le preguntó qué le pasaba.
Jaylah señaló a Camron, que estaba a punto de acercarse a ellas. Layla se dio la vuelta y lo miró, quedándose de piedra...
Camron se acercó a Layla como si no hubiera nadie más a su alrededor. Cogió su mano y la arrastró consigo.
"¡Diablos! ¿Quién es ese tipo?"
"Lleva una gorra y una máscara... ¡Debe ser una celebridad!"
"Solo con ver su figura, me doy cuenta de que es un hombre guapo".
"Oye, mira el traje que lleva... ¡Está hecho a medida! ¡Debe ser rico!"
"¡Paren ya! Ese es el marido de Layla, Camron Walsh".
"Dios mío, parece salido de un drama de televisión. Vinoa buscarla al aula..."
"¡Es tan romántico!"
Jaylah no podía soportar tantas habladurías.
Layla fue arrastrada fuera del aula por Camron y se encontraba confundida. Su corazón se aceleró. "Tú... ¿Qué estás haciendo?", preguntó.
"Esme dijo que hoy parecías disgustada en el hospital, y luego oyó al chófer decir que llorabas de camino a clase. No sé si tiene algo que ver conmigo". Camron parecía querer aclarar las cosas con Layla. "Puedes decirme qué hice mal. No tienes que esconderlo en tu corazón".
Los dedos de Layla retorcían con fuerza el dobladillo de su ropa. ¿Por qué Esme le había contado esas cosas?...
Se miró los pies y dijo en voz baja: "Estoy bien, ¿por qué iba a enfadarme?".
¿Cómo podía atreverse a mostrarle sus verdaderos sentimientos?
¿Tendría el valor de hacerlo?
Camron era un hombre y, a veces, no podía entender sus emociones.
Ese día, él había mantenido una buena distancia con Esme en el hospital, pero cuando oyó que Layla había llorado en el coche, corrió hacia ella sin vacilar.
A Camron le gustaba cuando estaba borracha, porque decía la verdad. Solo entonces él podía saber lo que Layla pensaba.
A Camron no le importaba la actitud de Layla. Se sentó en el pasillo de la academia y miró a Layla, que estaba de pie frente a él con la cabeza gacha, como si admitiera un error. "Me enteré de que anoche fuiste al Mundo Celestial a buscar a Michael".
Layla no tenía intención de ocultarle nada a Camron. Además, él había enviado guardaespaldas para seguirla. No podría hacerlo aunque quisiera.
Excepto por el beso con Michael, no tenía nada que ocultar.
"Michael negoció con la familia Boyer, así que mi hermana me rogó que le pidiera clemencia". El tono de Layla era tranquilo. "¡Los guardaespaldas que enviaste para seguirme deberían habértelo dicho!"
"¿Estás disgustada porque envié a alguien a seguirte?", preguntó Camron.
"No es eso..."
"¿Entonces por qué fuiste a Michael en vez de a mí?"
"Estás trabajando con Michael ahora, y él quiere sobornar a la familia Boyer. ¿No estás yendo contra él al ayudarlos?" Su mirada era misteriosa. "Además, es asunto mío. Puedo resolverlo yo misma".
Camron agarró su bastón. Su esposa estaba realmente enojada...
"Todavía tengo clase. Si no tienes nada más que decir, me iré", dijo Layla.
Camron frotó los dedos en el bastón. Estaba desconcertado por su comportamiento y la distancia que había entre ellos. Layla siempre había intentado hacerse un espacio en su corazón...
Pero ahora, de repente, estaba tan lejos que apenas podía tocarla.
"¿No dijiste que querías ser mi familia, que deseabas ser mi esposa?", preguntó Camron.
Al oír esto, Layla se sintió agraviada y dijo bruscamente: "¿Acaso te importa?".
"¡Claro que sí!", respondió Camron sin dudar.
"Solo te importa que sea el escudo de Esme", soltó Layla, y ya no pudo contener las lágrimas.
Bajó la cabeza y se secó las lágrimas con las mangas. Frunció el ceño y dijo: "No tienes que consolarme. Protegeré a Esme por ti. Cuando llegue el momento le devolveré el puesto de señora Walsh".
Camron frunció el ceño con frustración.
¿Así que Layla se había enamorado de Michael? Después de pensarlo detenidamente, ¿encontró una excusa para marcharse?
Camron se puso de pie. "¿Estás tratando de encontrar una excusa para dejarme?"
"¡No entiendes nada!" Layla estaba muy confundida por la reacción de Camron. "¡De todos modos, no soy la mujer que quieres!"
"¡Layla!" La mirada de Camron se ensombreció.
"¿He dicho algo malo?" La voz de Layla se tornó aguda y los ojos se le llenaron de lágrimas. Si Camron la deseaba, ¿por qué no la tocaba? Incluso le había contado a Esme esos detalles tan embarazosos.
Si él hubiera dicho antes que ella era solo un medio para proteger a Esme, no habría tratado de hacer el amor con Camron. ¡La había dejado en ridículo!
Lo que más le costaba aceptar a Layla era que Camron le hubiera contado sus intimidades.
Cada vez que Layla se encontraba frente a Esme, pensaba en ello. Se sentía tan avergonzada que quería que la tragara la tierra. Deseaba que el tiempo retrocediera para poder suicidarse. No podía soportar la vergüenza.
"Layla..." Camron miró a Layla, cuyos ojos estaban rojos de ira. Reprimió su temperamento y dijo pacientemente: "Si quieres dejarme y estar con Michael, dime la verdad. No me enfadaré y te concederé la libertad. No tienes por qué dar semejante excusa".
En el fondo, Camron deseaba su felicidad.
Layla sintió un ligero zumbido en el oído y pestañeó un par de veces. La larga conversación entre Camron y Michael aquella noche, el comportamiento inapropiado de Michael hacia ella y su beso forzado queriendo que dejara a su esposo... Todos esos recuerdos se arremolinaban en su mente.
Sentía que no podía respirar. Camron y Michael la estaban volviendo loca.
Dejara o no a Camron, mientras ella y Michael estuvieran juntos, Camron no se enfadaría... ¿Qué clase de locura era esa?
Layla retrocedió dos pasos. No estaba enfadado porque ella no le importaba.
¡Su matrimonio con Camron había sido solo un juego! ¡La había engañado vilmente!
Layla apretó los puños con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos.
¿Pero qué derecho tenía a enojarse con Camron? Fue obligada por Garrett a ser su esposa, ¡y Camron ya tenía una amante!
Era ella quien no sabía nada y se involucró. Estuvo dispuesta a entregar todo su corazón y su alma a Camron. ¡Qué tonta había sido!
Layla moqueó y su mirada borrosa se posó en la mano izquierda de Camron, que descansaba sobre el bastón. Su dedo índice aún llevaba el anillo de casados. A Layla le pareció ridículo.