Capítulo 26
1246palabras
2024-04-01 10:28
Cuando Layla despertó, ya era de noche.
Nada más levantarse, se sintió mareada y la herida en su frente le dolía mucho. Estiró la mano para tocar la gasa que tenía en la cabeza y poco a poco recordó lo que había pasado horas atrás...
Al parecer, había apuñalado a Luca con sus propias manos.
Aunque Luca no era una buena persona, no merecía la muerte. De pronto recordó que, después de que se la llevara la policía, Quinn pagó personalmente su fianza.
¡Fue su madrastra quien le envió el coche del enemigo!
Layla se incorporó al instante y se hizo un ovillo. Se escondió en el rincón más recóndito de la cama y miró atentamente la habitación.
A través de la luz de la luna que entraba por la ventana, podía ver claramente la decoración del dormitorio. Todo aquello le resultaba muy extraño.
"¿Estás despierta?", preguntó Camron.
Él había estado a su lado todo el tiempo. Más tarde, se quedó dormido en el sofá. Lo primero que hizo al despertarse fue visitar a Layla.
Al escuchar su voz, Layla levantó la cabeza con pesar. "¿Camron, eres tú?".
Camron sabía que estaba nerviosa, y le preguntó con ternura: "¿Tienes hambre? He pedido en la cocina que preparen gachas. ¿Por qué no comes un poco?"
"Camron", la voz de Layla estaba un poco ronca. Se sentía indefensa y desesperada, y le temblaba todo el cuerpo.
"Camron, creo que maté a alguien. Es Luca. ¡Lo maté! Definitivamente, iré a la cárcel. Puede que incluso me condenen a muerte...", confesó.
A Camron le dolió el corazón al comprobar lo desorientada que estaba. Abrazó a Layla y la consoló con dulzura: "No te preocupes. Luca no está muerto. Te pondrás bien".
"¿En serio?" Los ojos de Layla se iluminaron.
Camron miró con cariño la gasa que tenía en la frente. La abrazó y le dijo amablemente: "Mejor cambiemos de tema. Comamos algo".
Layla llevaba un día entero sin comer. Cuando se despertó, estaba preocupada y asustada. No tenía apetito, pero las palabras de Camron la convencieron.
Cuando la criada trajo las gachas de mijo dulce, Layla las devoró. Pero poco después, sintió náuseas.
Camron hizo que alguien le sirviera una taza de té con miel. Cuando bebió la bebida caliente, se sintió un poco mejor.
"Camron, me secuestraron. ¿Qué estoy haciendo aquí?", le preguntó Layla confundida, sosteniendo con fuerza la taza en la mano.
"Esta mansión es mía", explicó Camron pacientemente. "No te preocupes. Aquí estarás a salvo", añadió.
Los labios de Layla temblaron, y podía apreciarse el dolor en su rostro. Tenía los ojos enrojecidos y preguntó con voz ahogada: "¿Lastimé a Luca y causé problemas?".
"Preocúpate por descansar, eso es lo primordial ahora", respondió él.
"Garrett debe haberte puesto las cosas difíciles, ¿verdad? Me trajiste aquí para esconderme de él, ¿no es así?" Layla entró en pánico. "Garrett está tan enfadado que hará lo que sea por vengarse ¡Todo es mi culpa!"
La joven se sintió aún más culpable cuando vio que Camron no decía nada.
"Todo es culpa mía, Camron. Asumo la responsabilidad de mis acciones. No puedo involucrarte. Si quiere vengarse, que lo haga conmigo", dijo.
Las lágrimas de Layla eran como hermosas perlas que se deslizaban por sus mejillas. "Divorciémonos. Mientras nos divorciemos, Garrett no podrá descargar su ira contra ti".
Camron sintió un gran conflicto al ver lo asustada que estaba y cómo insistía en asumir la culpa.
¿Acaso era tan incompetente a los ojos de Layla, que no creía que pudiera hacerle frente a Garret? ¿Era tan cobarde que tenía que echar a su mujer para protegerse?
Camron la estrechó entre sus brazos con impotencia y le dijo con seriedad: "Layla, tal vez no pueda darte la vida ordinaria y cálida que anhelas. Si te quedas conmigo, correrás peligro en cualquier momento".
"Si no quieres vivir una vida tan miserable, aceptaré el divorcio, te dejaré marchar y te daré tu libertad", añadió.
Layla lo miró asombrada. Se preguntaba si Camron había llevado una vida tan terrible todos estos años.
Si ese era el caso, no estaba dispuesta a dejarlo solo para que soportara tantas penurias.
"No quiero implicarte en el divorcio. La familia Britt te ha hostigado, ¡y esta vez han encontrado un motivo para complicarte las cosas! De hecho, desde el primer día que me casé contigo, decidí que pasaría el resto de mis días a tu lado, pero nunca imaginé que te traería más problemas", dijo ella.
"Layla, ya te ofrecí la oportunidad de marcharte. Como has decidido quedarte, no dejaré que te alejes de mí".
¿Eso significaba que Camron la había aceptado?
Layla sonrió afligida. Le parecía que ya era tarde para que Camron la aceptara.
Lastimó al único hijo de Garrett. Incluso Quinn dijo que si Luca se recuperaba, se encargarían de matarla.
De todos modos, estaba sola. No sería un gran problema si moría...
"Garrett debe querer matarme. Es mejor que te divorcies de mí", resopló Layla. "Mi madrastra ya me dejó a mi suerte. Tú también deberías ser cruel. No te preocupes por mí".
"No te preocupes. Ya me ocupé de ese asunto. Garrett no volverá a molestarte", prometió Camron solemnemente.
Su mirada seria le dio a Layla una sensación de seguridad.
Aunque era humilde, no era estúpida. ¿Cómo podía alguien como Garrett dejarla ir tan fácilmente?
"¿Hiciste un trato con Garrett?", preguntó Layla con nerviosismo.
"Solo le pagué algunos gastos médicos. Nada más", le explicó Camron despreocupadamente.
A Garrett no le faltaba dinero y era una buena oportunidad para vengarse. ¿Por qué se quedaría tranquilo con semejante arreglo?
Layla pensó inmediatamente en las acciones del Grupo Golden Age en manos de Camron. No tardó en preguntar: "¿Le diste todas las acciones a Garrett? Eso no es correcto. Tu padre y tu abuelo te las dejaron a ti".
"Iré a la comisaría a entregarme ahora. De todas formas, Luca está fuera de peligro. Solo lo lastimé y no me condenarán a muerte", le dijo.
"No es eso", respondió Camron y se sintió especialmente reconfortado al ver lo nerviosa y ansiosa que estaba. Rápidamente le explicó: "Luca te hizo daño primero. Si vamos a la comisaría a investigar, no obtendrán ningún beneficio".
"¿Hablas en serio?"
"Ahora eres mi esposa. Luca vino a nuestra casa y te insultó. Aunque le hicieras daño, fue en defensa propia. Eso es un hecho. Solo tienes que tener cuidado con Garrett y su hijo en el futuro", le recordó Camron.
Layla asintió y contestó: "Lo sé. No quiero volver a ver a ese ser repugnante en mi vida".
Garrett era tan osado que se atrevió a secuestrarla a la entrada de la comisaría y casi dejó que la violaran. Cada vez que pensaba en ello, se le ponían los pelos de punta. "Tú también deberías tener cuidado con ellos en el futuro", le reiteró ella.
Camron asintió. "De acuerdo".
Extendió la mano para tocar la parte superior de la cabeza de Layla y dijo solemnemente: "Me vengaré de todo aquel que te haya hecho sufrir".
"No pasa nada", dijo Layla suavemente, " Ya estoy bien. Solo espero que podamos estar juntos. No me importa nada más".
Layla sabía que la relación entre Camron y Garrett se hacía cada vez más peligrosa.
Camron se enfadó mucho al ver lo sensible que era. Estrechó la pequeña mano de Layla y le dijo: "Descansa. Estaré a tu lado".
Layla se tumbó y cerró los ojos con cansancio.
Con Camron a su lado, esa noche durmió plácidamente.