Capítulo 26
857palabras
2024-04-22 10:52
“¿Es en serio?”, Emma se puso de pie, “¡también la vi besando a uno de sus amigos de la infancia!”.
“Escucha, esa es la razón por la que estuve a favor de su matrimonio”, Adan se encogió de hombros, “pero lo que no entiendo es por qué Levi quiere traer a esa mujer a vivir con ustedes”.
“¿Y si también vives con nosotros? Yo hablaré con él”, propuso la joven y luego frunció el ceño al ver que su acompañante se puso a reír a carcajadas.
“¿Dije algo gracioso?”, cuestionó.
“Créeme, a tu esposo no le gustará la idea”, se señaló a sí mismo y siguió riendo. “¿Yo quedándome aquí? No lo creo, es una pésima idea. Además, tengo una misi… digo, tengo mucho trabajo pendiente”. Adan se maldijo a sí mismo porque estuvo a punto de decir algo que no debía. Después de todo, Emma no podía saber que él era un agente.
“Eso explicaría por qué no logras amar a Gianna...”
“La verdad, no sé cómo se siente amar”, la interrumpió él. Sin embargo, ahora fue turno de Emma para reír y luego negó con la cabeza. “Adan, que muestres preocupación por mi vida al lado de Levi es una forma de sentir amor. Incluso la persona más fría del mundo puede sentirlo. Es solo que te niegas a aceptarlo, pero tus acciones no dejan de mostrar cuánto amas a otras personas. Después de todo, el odio no se puede sentir sin haber sentido algo de amor primero...”
“¿Quién te crees ahora? ¿Una gurú del amor? Sé muy bien cuán profundo es tu amor por Levi, pero mira cuánto daño te está haciendo ese amor. Has soportado todas las humillaciones que te hace pasar solo por amarlo. Todo eso es patético. ¿Por qué debes arriesgarte...?”
“Porque el amor consiste en correr riesgos, Adan. Lo sabrás cuando conozcas a la persona adecuada. Tampoco digas cosas que al final puedas lamentar”, dijo ella esbozando una sonrisa y sentándose nuevamente al lado opuesto. “Por cierto, ¿por qué no le cuentas a Levi que Gianna es una p*ta y que besó a alguien más? Siendo así, me pregunto si ella se está acostando con alguien más”.
“Es que necesito pruebas y por ello quiero tu ayuda”.
Emma estaba perpleja, no sabía qué tipo de ayuda necesitaría Adan, pero aun así pidió detalles de su plan. Ella estaría de acuerdo con la idea porque esta beneficiaría su relación con Levi. Y solo tal vez, cuando su esposo supiera sobre las acciones de Gianna, él podría darle una oportunidad a su matrimonio.
“Quiero que obedezcas todo lo que Levi te ordene”, ella iba a decir algo, pero Adan siguió hablando, “incluso si eso llega a significar que debes servir y tratar bien a Gianna”.
“No puedo prometer que la trataré bien, pero puedo intentarlo. Mírate, estando preocupado por Levi, comienzas a sentir el amor”.
“No siento nada de eso”, se quejó él y negó con la cabeza.
Emma también negó y dijo: “Entonces, ¿qué pasará si obedezco? Bueno, solo obedecería a Levi, en cambio a Gianna… veremos qué sucede. Tal vez intente tratarla bien solo cuando él nos esté mirando, pero, en caso contrario, sería una historia diferente. Ya que hace poco esa p*rra me dio un jalón de cabello, él se puso de su lado y luego sufrí un castigo”.
“¿Qué tipo de castigo fue?”.
Ella lo fulminó con la mirada y Adan solo pudo reír entre dientes: “Ya lo entendí. No necesitas contármelo. Aun así, quiero saber cómo te sentiste”.
Emma iba a decir algo cuando los sorprendió una voz que rugió: “¡Se sintió MUY BIEN, Adan!”
El aludido se levantó, vio que Levi había llegado y ahora se dirigía hacia ellos. En cambio, los ojos de Emma se entrecerraron al no verlo junto con su amante.
“¿Y dónde se quedó el AMOR de tu vida?”, preguntó ella haciendo énfasis en la palabra AMOR.
“¿Qué haces aquí, Adan?”, respondió Levi ignorando a su esposa.
“¡Calma, calma! Emma y yo solo teníamos una pequeña charla...”, Adan no terminó de hablar porque su amigo le dio un puñetazo en la cara.
“¡Levi!”, gritó Emma y luego se acercó a Adan para preguntarle si se encontraba bien. El aludido asintió y la joven miró a su esposo nuevamente. Pero este último solo mostraba unos ojos llenos de furia. “Levi, ¿cuál es tu problema? Él es tu amigo”, dijo ella mirándolo directo a los ojos, pero él esquivó su mirada al ver cómo la mano de su esposa sostenía el brazo de Adan.
“¡Adan, lárgate!”.
El joven miró a Emma y se soltó del agarre en su brazo, y le dijo: “Estoy bien”.
Ella solo pudo asentir, dejó que Adan se fuera y luego miró a Levi, quien la veía desde antes que la joven le diera la espalda.
Entonces, antes de que Emma pudiera llegar a la cocina, Levi la arrastró hacia el segundo piso. Ella se espantó y solo pudo gritar su nombre.
¿Acaso era un déjà vu?
Más tarde se dio cuenta de que se había repetido el incidente anterior , pero esta vez no supo cuál fue su error.