Capítulo 20
1018palabras
2024-01-09 00:22
La recepcionista al verla, acomodó su cabello para lucir impecable delante de la reconocida influencer. No siempre tenía la oportunidad de conocer a celebridades y quería dar un buena impresión.
—Bienvenida al hotel Beaumont, señorita —habló la mujer dedicándole una sonrisa, gesto que la joven no correspondió —. Hemos recibido su reserva para la suite VIP. Esperamos que disfrute de su estancia en el hotel y tenga una experiencia inolvidable. Si necesita cualquier cosa durante su estadía, no dude en contactarnos y....
—Sí, como sea. Solo dame la tarjeta —interrumpió Ágata extendiendo su mano para recibir la llave.

—Sí, señorita —emitió la recepcionista un tanto avergonzada —. Aquí tiene.
Ágata le arrebató la tarjeta de mala gana y se encaminó al elevador junto al botones que cargaba con todo su equipaje.
—Cuidado con mis pertenencias, ni se te ocurra dañar nada, ¿eh?
—Sí, señorita —el botones la siguió arrastrando el carro maletero con cuidado.
Temía estropear las valijas de la influencer.
Los demás empleados la observaban asombrados, les pareció increíble ver a alguien a quien admiraban hospedarse en el hotel. Por otra parte, Nora no entendía por qué sus compañeros hacían tanto alboroto ante la llegada de la joven.

—¿Quién es ella? —inquirió Nora acercándose al grupito de chicas que estaban reunidas mientras hablaban entre ellas.
—¿No la conoces? —cuestionó Sam mirándola con incredulidad.
—No suelo usar redes sociales —respondió en defensa.
—Se llama Ágata, es la hija menor de los Davies. Su familia es dueña de una de las empresas automotriz más importante de la ciudad —comentó una de las chicas —. Y su novio es miembro del club de fútbol. Ella lo tiene todo, sin duda.

—Cynthia es su fan número uno —mencionó Sam señalando a la morena que solo se encogió de hombros.
—Me encanta su contenido, es genial —dijo y las demás afirmaron de acuerdo.
—¿Y si le pedimos una foto? ¿Crees que no las daría? —habló Hellen esperanzada.
—Lo dudo, es bastante difícil conseguir una foto con ella. No he logrado tener su autógrafo aunque estuve a pocos metros de ella —contó Cynthia en medio de un suspiro.
—Tal vez esta vez sí logramos tener una foto con ella —la animó Sam convencida de que no sería tan difícil.
De pronto, el móvil de Nora sonó anunciado una llamada por parte de Sofía. Se alejó del grupo para atenderle a su amiga quien rara vez se comunicaba con ella desde que se había ido de la ciudad.
—¡Hey! —escuchó la voz de Sofía a través de la otra línea.
—Hola Sofía, ¿qué tal todo, estás bien? —preguntó Nora preocupada.
—Oye, ¿no puedes recibir una llamada de tu amiga sin pensar que me ha pasado algo malo? —replicó la mujer haciendo que Nora blanqueara los ojos.
—Me ha sorprendido tu llamada, ¿vale? —dijo Nora mientras se dirigía al baño —. Creí que te habías olvidado de nosotras...
—Eso nunca, ¿tienes idea cuánto las he extrañado? Sobre todo a Zoe —mencionó su amiga y Nora sonrió.
—También te echamos de menos, eh...
La conversación continuó por un buen rato, ambas se pusieron al día y Nora le contó a su amiga todo lo que había pasado mientras ella estaba ausente. Omitiendo ciertos detalles que le pareció innecesario, no quería hablarle de Elliot ni mucho menos del director, quienes últimamente actuaban extraños o así lo había notado Nora. Sin embargo, le mencionó que en el hotel donde estaba trabajando se había encontrado con Dylan después de tanto tiempo.
—Intentó explicarme lo que sucedió, sé que su intención es recuperar la amistad que teníamos antes...
—¿Cómo se atreve a hablarte después de lo que hizo? Es muy tarde para justificar lo imbécil que fue contigo —bramó Sofía enojada.
—Lo sé, es el rey de los imbéciles —dijo Nora.
—No merece tu perdón, así te suplique por ello no lo hagas, Nora. Sufriste todos estos años por su culpa y no le importó —le recordó Sofía resentida con el ex novio de su mejor amiga.
—Tranquila, no tengo pensado hacerlo.
Después de unos minutos, la llamada finalizó y las dos amigas se despidieron prometiendo comunicarse de nuevo dentro de unos días.
Nora se dirigió a la cocina lista para empezar a trabajar, pero se detuvo al escuchar voces alteradas en el comedor del hotel. Se acercó sigilosamente para averiguar qué estaba sucediendo y se sorprendió al ver a Ágata, la joven influencer, discutiendo con los camareros.
—¡Esto no es lo que pedí! —exclamó Ágata visiblemente molesta —.
¿Acaso quieren hacerme daño?
—N-no, señorita...
Uno de los camareros intentó disculparse, pero Ágata continuó enfadada.
—Soy alérgica a los camarones y me trajeron un plato con ellos — señaló enojada —. ¿Quién hizo esto?
El Chef dio unos pasos al frente y la chica clavó sus ojos en él. Su mirada parecía echar fuego, haciendo que los dos meseros se sintieran intimidados por ella.
—Me disculpo en nombre de todos, no me informaron de su alergia a los camarones. Pero puedo asegurarle que ninguno de los empleados tenía malas intenciones ni quería hacerle daño, señorita.
Intervino Elliot tratando de calmar la situación, asegurando que no había habido mala intención por parte del personal.
Ágata soltó un resoplido frustrado.
—¿Eso es todo lo que tienes por decir? —replicó cruzándose de brazos—. ¡No me interesa si fue intencional o no, me asusté bastante por culpa de ustedes y no pasaré por alto este error!
Ágata amenazó con despedir a todos y salió del lugar, decidida a hablar con el director del hotel. Nora observó la escena y notó el temor en los rostros de los camareros y el chef.
Decidida a tomar medidas, Nora se dirigió hacia Ágata con el objetivo de evitar que despidiera a sus compañeros de trabajo. Aunque no sabía si su plan tendría éxito, temía que todos salieran perjudicados por la influencer.
—¡Señorita...! —exclamó Nora, corriendo para alcanzarla.
Ágata se detuvo y la miró con desdén.
—¿Qué quieres? —preguntó con apatía.
—Disculpe, señorita, por interrumpir. Pero permítame hablar con usted un momento, por favor —pidió Nora, tratando de ser respetuosa.
Ágata pareció considerarlo y, tras unos segundos, accedió.