Capítulo 44
876palabras
2023-11-13 14:59
Por la tarde, cuando Cha bajó las escaleras, la tía Lan se encontraba limpiando la sala de estar.
La mujer, al ver que ella estaba a punto de irse, dejó su trabajo a un lado y se le acercó. "Señora, espere un momento. Llamaré al chofer de inmediato para que la lleve".
"Oh, no. No es necesario. Tomaré un taxi", le respondió Cha.

"No, señora. El señor Li ordenó que si usted iba a salir, el conductor debía llevarla. También dijo que sería más seguro si alguien la acompañara". Luego, la tía Lan agregó: "Si no deja que el chofer vaya con usted, el señor Li se preocupará".
¿Shenxing?... ¿Preocuparse?
¡Si hacía tres días que no regresaba a casa!
¡Ni siquiera le había enviado un solo mensaje de texto!
¡Preocuparse una m*erda!
"Está bien", respondió Cha. A decir verdad, era bueno llevar a alguien con ella, así, en dado caso de que a su padre se le ocurriera pegarle, entonces habría alguien quien le diera una buena lección.

Tan pronto como Cha se fue, la tía Lan llamó a Shenxing.
En el momento en que él supo lo que pasaba, quedó desconcertado por un instante. Luego respondió con desgana: "Bien".
"Señor, si tanto le preocupa el bienestar de la señorita Cha, ¿por qué no la contacta directamente?". La tía Lan no podía entender por qué los jóvenes se complicaban tanto. ¿Acaso no estaban enamorados?
¡¿Contactarla?!

¿Por qué debería ser él quien tomara la iniciativa de hacerlo?
¡Él no había estado en casa los últimos tres días y esa mujer desalmada ni siquiera lo llamó!
¡Quizás a ella no le importaba!
Y si eso era así, ¿por qué él se molestaría en acercarse a ella?
Ante las palabras de la mujer, Shenxing se impacientó: "Tía Lan, estoy ocupado. Debo colgar".
......
A las cinco en punto, Cha se presentó en la villa de la familia Chu. Si Wu, al verla llegar, fue a abrirle la puerta. La chica le tenía aprecio a Cha, después de todo, ella fue la criada que la ayudó a escapar aquella noche.
Cuando la mujer vio que Cha lucía mucho mejor que la última vez, sus ojos sonrieron. "¡Señorita Chu, ha vuelto!".
"¡Si Wu, tanto tiempo sin verte! ¿Están todos aquí?".
"Sí, claro, todos la están esperando. Por cierto, desde que la señorita Sisi regresó en la mañana, ha estado haciendo un berrinche. Luego de enterarse de que su habitación fue cambiada, no ha parado de gritar. Su madre apenas acaba de calmarla después de estar intentando persuadirla toda la tarde", susurró Si mientras tomaba el abrigo de Cha. "Y otra cosa. Hace unos días, el Sr. Chu al parecer se metió con alguien y lo golpearon gravemente. Por la mañana, cuando lo trajeron, lo arrojaron a la puerta como a un mendigo. Estaba tan molesto que al entrar y ver a la señora tomando su caldo de nido de ave, la golpeó", agregó la chica.
A Cha le resultó difícil creer que Aiguo le hubiese hecho eso a Dehua, pues esta era su protegida. Fue por eso que las comisuras de su boca se curvaron en una sonrisa. "¿En serio?".
"Sí, la abofeteó un par de veces. ¡Todavía tiene la cara hinchada!".
"Entremos y echemos un vistazo". Aquel día unos desconocidos se habían llevado a Aiguo a quién sabe donde, ni siquiera se sabía su condición. Sin embargo, a Dehua eso parecíó no importarle, pues ella estaba muy feliz en casa comiendo, como si nada hubiera pasado. ¿Cómo pretendía que Aiguo no se enojara?
¡Ella tenía muy bien merecido ese par de bofetadas!
Cuando Cha entró a la sala de estar, Aiguo se le acercó a saludarla. "¡Cha, llegaste! ¡Te he estado esperando todo el día!". Luego ordenó: "¡Oigan, tráiganle la sopa!".
Un ayudante rápidamente colocó un plato frente a Cha. "Señorita, aquí tiene la comida que el Sr. Chu preparó especialmente para usted".
"¿En serio me estás ofreciendo esto, papá? ¿O estás bromeando conmigo?", dijo Cha mirando a Aiguo con desdén. "¿Recuerdas cuando tenía quince años y tu querida esposa se quejó contigo diciendo que me había robado un poco de sopa de nido de golondrina y tú me golpeaste hasta casi matarme? Esa vez me quedé en la cama durante casi un mes para poder recuperarme. No lo sé, pero el que ahora vengas y me la ofrezcas, así como así, me da un poco de desconfianza. Por eso, lo siento, ¡pero no me la comeré!".
Aquella vez, Aiguo la golpeó tan fuerte que incluso le rompió las costillas, todo eso motivado por Dehua, quien lloró y se quejó diciendo que Cha se había comido su preciado caldo y que por culpa de ella no podría tener un hijo.
En aquellos tiempos, su padre deseaba tener un heredero, fue por esa razón que Dehua tomó cuanto tónico sirviera para la fertilidad. Sin embargo, a pesar de todo, nunca logró cumplirle el sueño a Aiguo. Tal parecía que el karma les había hecho pagar bien.
Al hablar de tal evento, Aiguo se sintió avergonzado, entonces dijo: "Cha, lo sé. Cometí un grave error. ¡Por favor, acepta mis disculpas y olvidemos el pasado! Ya no hablemos más de ello".
¿Olvidar el pasado?
¿Acaso podría hacerlo si no hablaban más del tema?