El joven bajó las escaleras y la ayudó a sentarse en el sofá: "Siéntate con cuidado, abuela".
Su voz era suave sin rastro de su habitual indiferencia.
Cha lo miró desde un costado y se asombró al descubrir que también era una persona filial.

La abuela hizo un puchero y arremetió contra él: "Mocoso, si no hubiera venido, me lo habrías ocultado, ¿verdad?".
El hombre la observó con impotencia y buscó persuadirla: "Abuela, sufres del corazón. El médico te ordenó descansar y no preocuparte demasiado".
La anciana no se tragó sus balbuceos.
Si había decidido llevar a la muchacha a la casa, significaba que llevaban mucho tiempo juntos. Estaban en la última etapa del noviazgo. ¡Ya era hora de acelerar las cosas!
Ante ese pensamiento, se aclaró la garganta e inquirió con voz seria: "Vamos, a lo importante: ¿cuándo se van a casar?".
En los últimos años, se había dedicado a organizarle citas a ciegas. No obstante, él siempre encontraba una excusa para negarse o escapaba en un viaje de negocios.

Debido a esto, llegó a sospechar que algo andaba mal con la orientación sexual de su nieto. Le resultaba extremadamente extraño que se mantuviera limpio por tantos años.
Por fortuna, y para su alivio, ahora podía confirmar que era un hombre normal.
Como ese era el caso, tenía que aprovechar al máximo la oportunidad para obligarlos a formalizar. Ya estaba vieja y no quería llevarse esas preocupaciones a la tumba.
Cha jadeó de sorpresa cuando escuchó la pregunta de la abuela Li.

¿Casarse? Ella solo se había acostado con él por accidente. ¿En qué momento se convirtió en su prometida?
Miró fijamente a Shenxing con sus labios fruncidos.
No pertenecía a esa familia y no le convenía interrumpir en la conversación, pero él debía decirles la verdad, ¿no?
No obstante, lo que él dijo a continuación hizo que sus pupilas se dilataran.
"Abuela, yo no soy el problema. Verás, ella se niega a casarse... Es muy joven y no quiere comprometerse a esta altura".
Él era un hombre de negocios que no le tenía miedo a nada. Sin embargo, le asustaba de sobremanera que su abuela lo instara a casarse.
Además, le preocupaba mucho su salud y no quería estimularla, por lo que solo pudo darle esa razón para convencerla.
Inesperadamente, la anciana pudo ver a través de su mentira. Sabía que estaba inventando una excusa. ¡Y qué excusa más ridícula! Se levantó, agarró la mano de Cha y comenzó a persuadirla con un rostro lloroso y melancólico.
La chica se sintió arrinconada. Se dio vuelta y vio que el culpable quería subir las escaleras a escondidas.
"¡One-dólar! ¡Detente ahí!", exclamó enojada.
Sin embargo, el hombre la ignoró y su alta figura desapareció gradualmente en las escaleras.
Cha soltó un gruñido y escuchó a la abuela Li murmurar: "Los jóvenes son tan apasionados. Incluso tienen apodos especiales".
La chica llevó una mano a su rostro debido a la vergüenza y no se atrevió a revelarle lo que significaba el apodo.
"Abuela, estás equivocada", volvió a explicar con seriedad: "Tu nieto y yo no tenemos una relación. Anoche me desmayé frente a su auto y él me salvó. Si no me crees, puedes preguntarle a tía Fang".
"Es verdad. El señor Li la trajo personalmente a casa y llamó al doctor Jin Sun. ¡Incluso se quedó junto a su cama casi toda la noche para darle medicamentos y controlar su temperatura!", añadió la otra.
¡Ay! ¡La tía Fang solo enredó más el malentendido!
"Conozco bien a mi nieto, querida. Si no fueras su novia, ¿te habría traído a esta casa y te habría cuidado toda la noche?".
¡Si fuera otra chica ni siquiera la miraría dos veces!
¡Obviamente, ella era la novia de Shenxing!
La abuela comenzó a elogiar lo filial y considerado que era su nieto, lo felices que serían después del matrimonio y la dicha que tendrían.
Al final, incluso comenzó a organizar el proceso de su compromiso.
Cha no pudo lidiar con su entusiasmo y se limitó a asentir con la cabeza. Antes de irse, necesitaba convencerla del todo. No podía desaparecer de la nada y romperle el corazón.
Cuando finalmente se libró de su compañía, subió corriendo las escaleras y entró en el estudio.
Shenxing estaba sentado detrás del escritorio con los ojos fijos en la computadora y una expresión seria.
¡Como si lo que acababa de pasar no tuviera nada que ver con él!
Al ver su rostro despreocupado, la sangre de la chica hirvió con ira.
"¡One-dólar! ¿Qué está pasando?", inquirió golpeando el escritorio. "¿Cuándo dije que no quería casarme contigo?"
......
La chica se sintió morir.
"¡No, no quería decir eso", negó con la cabeza y continuó: "¿Cuándo me convertí en tu novia? ¿Por qué no lo negaste?".
¡La abuela Li estaba equivocada y le estaba resultando muy difícil salirse con la suya!