Capítulo 6
815palabras
2023-11-07 14:33
Sisi se sentía tan furiosa que casi perdió la cabeza.
Jamás imaginó que Yue, a juzgar por su expresión, ¡todavía sintiera algo por Cha! Y mucho menos que su meticuloso plan, ¡lo arruinaría un hombre guapo que surgió de la nada!
Ella, como temía que Yue no estuviera dispuesto a romper con Cha, había maquinado cada uno de los movimientos que se suponía serían llevados a cabo la noche anterior.

Por eso, primero detuvo a Yue a medio camino mientras él iba desde el aeropuerto al hotel, y le dijo que estaba embarazada. Y luego, le envió en secreto un mensaje a Cha con el teléfono móvil de Yue para engañarla y hacerla ir al hotel.
Por supuesto, previo a todo esto, ¡ya había hecho arreglos para que un gánster feo y sucio v*olara a Cha tan pronto como ella entrara a la habitación!
Y también, por si acaso, ¡había instalado una cámara oculta para grabar todo lo que allí pasara!
Ese era su plan. ¿Por qué Cha se molestaba en decir que ese hombre era su prometido?
¡Ja! ¡Cuando obtuviera el video, la dejaría al descubierto!
Unos segundos más tarde, Sisi entrecerró los ojos con malicia, se dio la vuelta y se alejó.

......
Afuera esperaba un Bentley.
Cha, en medio de su desconcierto, siguió a Shenxing al auto mientras continuaba aferrada al brazo del hombre; era como si de alguna manera él le brindara seguridad.
Era obvio que ella no se sentía tranquila, ¿y es que cómo? Después de todo, Yue había sido su novio durante los últimos cinco años. No podía simplemente fingir que todo estaba bien. Y menos cuando pasó una noche inesperada con el hombre.

Cuanto más Cha pensaba en lo sucedido, más agraviada se sentía, por eso pronto las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos haciéndola lucir realmente lamentable.
Shenxing bajó la mirada y la observó. Un extraño sentimiento de aflicción se hizo presente en su pecho.
Sí, tenía misofobia y odiaba que las mujeres lo tocaran. Pero con Cha, el contacto íntimo que había experimentado no le pareció tan malo.
Si bien estaba dr*gado, si él hubiese querido contenerse, habría podido evitar que sucediera ese incidente.
Pero de alguna manera, en el instante en que la vio, perdió todo su autocontrol.
"Tómalo", le dijo con el ceño fruncido después de sacar un pañuelo blanco de su bolsillo y ofrecérselo. "Límpiate esas lágrimas".
A pesar de que dijo eso, no la alejó.
Ella lo miró, y en medio de su aturdimiento, secó sus lágrimas con la manga de su camisa. Luego, con cierta vergüenza, dijo: "Lo lamento".
Al ver que ella no tomó el pañuelo que él le ofrecía, Shenxing arrugó su frente y la obligó a aceptarlo. "No me gusta la suciedad".
La expresión desdeñosa en su rostro hizo que Cha se sintiera aún más ofendida.
Pronto terminó de secarse las lágrimas y limpiarse los mocos de la nariz con el pañuelo. Entonces, después de un buen rato, dijo con voz apagada: "Gracias por lo que hiciste allí adentro, te debo un favor. Si necesitas algo en el futuro, dímelo. Te ayudaré si puedo".
Ella se había arriesgado por completo en el vestíbulo del hotel. Si ese hombre hubiese hecho un gesto de disgusto, su mentira hubiera quedado expuesta.
Sin embargo, para su suerte eso no pasó, lo que por consiguiente acabó ayudándola a confrontar a esa despreciable pareja que eran Yue y su hermana.
"No hay necesidad", le respondió Shenxing con voz fría.
Él no necesitaba que nadie lo ayudara, si quería hacer algo, lo haría él mismo.
La negativa del hombre hizo que Cha se cuestionara si eso debería hacerla feliz o enojada.
No esperaba que este hombre fuera tan desalmado que ni siquiera la dejara recompensarlo de alguna manera en señal de gratitud, ni mucho menos que fuese tan grosero al rechazarla.
En fin, qué más daba, eran solo un par de extraños que habían tenido una aventura de una noche. ¡Estaba bien si él no aceptaba su ayuda!
"Bueno, ya el show terminó, puedes salir del auto ahora", dijo ella, irritada.
Cha solo quería romper en llanto y gritar para desahogarse, así que pensó que sería mejor dejar ir a ese hombre para no asustarlo.
Cuando el conductor escuchó sus palabras, quedó atónito.
Al principio, cuando vio a su jefe guiando a esta mujer para que subiera al auto, pensó que finalmente él había encontrado a su futura esposa.
Pero luego, al escuchar su conversación, supo que ni siquiera se conocían.
Entonces, ¿qué estaba pasando? ¡¿Cómo es que esa mujer se atrevía a sacar al jefe de su auto?! ¿Quería morir?
Aun así, lo más extraño de todo no era eso, sino que él no le dijera nada ni se enfadara.
¡Si mal no recordaba, la última persona que le había hablado al jefe en ese tono, acabó trabajando en un lugar remoto!