Capítulo 2
1070palabras
2023-11-07 13:51
Cha arrugó el cheque hasta hacerlo una bola y se lo arrojó a la cara de aquel sujeto.
"¡Esta es la habitación número 808, y es de mi novio! No solo entraste por la fuerza, sino que también te aprovechaste de mí y ahora me humillas. ¡Sobrepasaste todos los límites!", dijo con ira.
Al pensar en que ese extraño le había quitado la virginidad y además la humilló con su dinero, la furia la inundó y se sintió agraviada.
Shenxing la miró sin ningún rastro de emoción en sus ojos.
Tenía que admitir que las habilidades de actuación de esta mujer no eran malas. Probablemente, era una actriz recién contratada por alguna compañía de entretenimiento.
Cuando Cha notó la mirada de ese hombre sobre ella, se enojó aún más, entonces tomó la almohada y se la arrojó con fuerza.
Ante tal situación, él se acercó a ella, la tomó por la barbilla y luego se inclinó dirigiéndole una mirada penetrante. "Por lo que veo eres muy buena actuando. ¿Acaso crees que no sé que entraste deliberadamente a mi habitación, te subiste a mi cama y ahora finges ser inocente? Para tu mala suerte ya me sé este truco, y no me gusta en lo absoluto".
¿Buena actuando?
¿Pensó que estaba actuando?
Cha estaba tan enojada que su cuerpo temblaba. Tan pronto como pudo se apartó del toque del hombre y justo cuando estaba a punto de discutir, sonó su celular.
Buscó el teléfono debajo de la almohada y entonces vio un mensaje de texto de Yue.
'Cariño, tengo algo urgente que hacer, así que tengo que posponer mi regreso. No tuve tiempo de decírtelo ayer, lo siento'.
Cha palideció y sus manos comenzaron a temblar.
Resultó que su novio no había regresado, por ende la culpable de todo lo sucedido era ella.
Bueno, tampoco era para tanto. Vivían en el siglo veintiuno, y era solo una aventura de una noche. Lo olvidaría y lo tomaría como algo insignificante.
Cuando Cha supo que la equivocada había sido ella, solo apretó los dientes, y con voz apagada admitió: "Lo siento, fue mi error, me confundí. Ya que somos adultos, será mejor que olvidemos lo que pasó".
Enseguida, se vistió debajo de la sábana, colocó su teléfono dentro de su bolso y se alistó para salir. Al llegar a la puerta, escuchó una voz masculina a sus espaldas. "¡Detente!".
Cha se detuvo y lentamente se dio la vuelta.
El hombre se le acercó de una manera tan calmada que su silueta lucía majestuosa y divina.
"¡¿Qué quieres?!", Cha exclamó llevando sus manos frente a su pecho y mirándolo con recelo.
Shenxing le ofreció el cheque arrugado que sostenía entre sus dedos. "Toma esto".
Él no era del tipo de hombres que tomaría el dinero que ya había pagado. Si ella quería impresionarlo con eso, estaba siendo demasiado ingenua.
Al notar la apariencia arrogante del hombre, Cha sintió que su sangre hervía de ira. Ya ella le había dicho que lo sucedido fue un accidente, entonces ¿por qué él seguía insistiendo en que ella aceptara el cheque?
Si lo tomaba, eso significaría que se había vendido a él.
"Señor, ¿es usted sordo?", le preguntó y lo fulminó con la mirada, "Ya le dije que lo que pasó anoche fue un accidente. ¡¿Por qué mejor no se queda con ese dinero y trata sus oídos?!".
Shenxing quedó perplejo y sus ojos se entrecerraron peligrosamente.
¿Cómo es que esta mujer tenía la osadía de llamarlo sordo? Cabe destacar que era la primera que se atrevía a decirle algo como eso.
¡Increíble!
¡De no haber sido porque se acostó con ella la noche anterior, le habría pedido a alguien que la echara!
"¡Mira, será mejor que moderes esa actitud insolente!", le dijo en un tono amenazante.
Cha lo miró fijamente, y sin mostrar debilidad, le respondió: "¿Y qué si no lo hago?".
¡Él le había quitado la virginidad y la humilló con dinero! Entonces, ¿por qué no podía desahogarse?
¡No solo le diría cosas desagradables, sino que también las haría!
Con desprecio, Cha sacó un billete de su cartera y lo metió en el bolsillo de la bata de baño del hombre.
"Aquí tienes mi propina". Después de decir eso, miró hacia abajo de manera significativa. "Aunque tus habilidades no son las mejores, debo reconocer tu esfuerzo. Puedes considerar ese cheque como mi pago por tu servicio".
Sin esperar a que ese hombre le diera una respuesta, se dio la vuelta y se fue.
Pero antes giró la cabeza para mirarlo y le dijo: "Te lo advierto, no me molestes de nuevo. De lo contrario, ¡te demandaré!".
Solo cuando la mujer se fue y cerró la puerta, Shenxing pudo recuperarse.
En medio de su aturdimiento, él bajó la cabeza y miró el billete que estaba dentro de su bolsillo. Pronto las venas de su frente se contrajeron.
¡Ah, esa mujer! ¡¿Cómo se atrevía a tratarlo como a un g*goló?!
¡¿Y a decir que sus habilidades no eran lo suficientemente buenas?!
O peor aún, ¡decir que su esfuerzo solo valía un dólar!
¡Esa m*ldita mujer! ¡Sería mejor que sus caminos no volvieran a cruzarse! De lo contrario, ¡definitivamente la haría arrepentirse de sus palabras!
Él era el hombre más distinguido en toda la ciudad, y cómo no si tenía cientos de millones de activos, y un poderoso imperio empresarial bajo su mando. En resumidas cuentas, ¡era el soltero más codiciado!
Por años, muchas mujeres habían hecho hasta lo imposible para meterse en su cama, por lo cual él trataba de ser tan cauteloso como le fuese posible con el fin de evitar que alguna de ellas lo lograra. Dadas las circunstancias, algunas personas con malas intenciones se habían encargado de difundir rumores que aseguraban que él era impotente y por eso se comportaba de tal manera con las damas.
Tal y como en otras oportunidades, la noche anterior lo habían dr*gado. Afortunadamente, pudo controlar su deseo s*xual y regresar al hotel sin problemas.
Sin embargo, ¿quién hubiera pensado que una mujer aparecería de la nada e irrumpiría en su habitación?
Cuando percibió ese elegante aroma en su cuerpo, no pudo evitar perder la cabeza y exigir más.
Era la primera vez en los veintiocho años de Shenxing que alguien conspiraba en su contra y tenía éxito.
Al pensar en eso, el rostro del hombre se oscureció nuevamente.
"¡Ah, esa mujer! ¡Será mejor que no te vuelva a ver!".