Capítulo 61
1310palabras
2023-09-23 20:58
Killian antes de dejar aquel territorio que consideró suyo durante 7 años tomó la decisión de ir a dar una vuelta por aquel Terreno, había llegado hasta el perímetro que une el Valle Lobuno de Zafiro, con el Valle en donde habitan los humanos, solo allí se percató de que había un hechizo poderoso que impide cruzar entre los perímetros de los Valles, el Lobo levantó su mano, la cascada separaba los Perímetros una vez adentrado en el hueco de aquella catarata sales al Pueblo habitado por humanos, en sus 7 años de estadía Killian no había cruzado aquel perímetro, no obstante siempre había confiado en su padre, pero sabe que Aquel pueblo era Gobernado por los Padres de Alana, al recordarla no hay sentimientos ni siquiera de pena por su muerte, simplemente para Killian era la muerte de una persona más, es como si nunca la hubiera sentido cercana, es como si sus labios nunca se hubieran encontrado, jamás hubo un contacto más profundo que sus labios, nunca tuvieron intimidad, y su cuerpo se resistía en toda la extensión de la palabra de llevar a las últimas instancias la cercanía, Killian se aventuró por la cueva que deba después de la cascada.
Pero la sorpresa que se llevó fue épica, sus ojos amarillos observaron con confusión absolutamente todo, recordaba que su padre le habló de un Gran pueblo al cruzar la cueva, pero no había nada de eso, excepto un desierto, Killian se dio la vuelta, la cueva de donde él emergió tenía la forma de una colina de arena no menor de la estatura de Lilibeth - Mundo sobrenatural - Murmuró Killian con una media sonrisa, pero entonces alguien más había llegado.
— ¿Qué hace un joven por estos lados? - el rostro arrugado de un anciano entró en el campo de Visión de Killian.
— Estamos con un grupo de amigos recorriendo la zona - fue la respuesta del hombre - ¿No hay ningún pueblo en las cercanías? - Preguntó Killian, a lo que el anciano antes de responder había sonreído.
— No existe ningún pueblo cercano, esperó que disfrute de su estadía - el hombre se dio la vuelta dejando a Killian a solas, la imponente figura masculina volvió a observar todo a su alrededor una vez más hasta que sacó sus conclusiones.
— Muy bien Muriel Evans has jugado todo como a ti, te parece este juego - Killian cerró los ojos y volvió a dirigirse por dónde había venido, ya todos estaban esperando por él y entonces al llegar una pequeña niña saltó en sus brazos, Lillith estaba ajustando los últimos detalles de este viaje en manada, mientras su hija ya se acurruca en sus brazos como buscando la protección de su padre.
El lobo buscó a Lillith con la mirada, pero para su frustración la Loba ni siquiera lo miró, es como que su presencia para ella no existiera.
— Mi mami quiere que todos estén a salvo antes - la dulce voz de Lilibeth hizo que Killian le prestará atención - Tú lo has visto todo, viste y has sentido todo el sufrimiento de los que se quedaron a su lado, como Lobos que vivimos en manada, si hacen daño a uno, hacen daño a todos - Sus ojitos se llenaron de Lágrimas y Killian sintió como latigazos las lágrimas de su hija, la abrazó fuertemente queriendo impregnar en ella la protección más grande del mundo sobrenatural.
— Pequeña Lilibeth, nadie va a volver a hacerles daño - Solamente Killian sabía cuanto dolía saber que no pudo protegerlos a todos y el significado de aquellas palabras.
— Ella no existe papá, ella solamente fue producto de tu imaginación o del hechizo del Espejo, la viste por un Cristal que refleja el poder de la Bruja, todo lo que ella quiere que veas, todos están bajo un hechizo, pero una vez roto aquel acto podremos romper los lazos - esta vez Killian se sintió confundido, o mejor dicho tardo en procesar las palabras de la pequeña, y la intensidad de odio en aquella mirada era escalofriante.
* Muriel no puedes dominar a todos - se escuchó la voz de un hombre.
— Déjame demostrarte que si puedo hacerlo - La niña de 10 años se dirigió a una choza cuya entrada estaba hechizada y solamente ella puede descifrar el hechizo - Yo la Mestiza más poderosa convoco a los Dioses de mi sangre híbrida y con ustedes llamo al futuro en dónde un Científico y un Vampiro nacerán, el Vampiro se convertirá en mi víctima, la única dueña de todos sus pensamientos, de todos sus actos voy a ser yo, además del Alfa Rey cuyo heredero se lo daré yo, cada maldición, cada muerte, serán ideados por mí, la Bruja que todos pensarán que es la víctima, nada más estará preparando su camino para la Gloria - Muriel había sonreído mientras las Múltiples infecciones estaban puestas en un frasco, realizo magia y observo su vida, con la magia perfeccionó el sufrimiento de ella, procreó una vida nada más para adquirir aún más su poder.
— Cuándo crezcas vas a entregarle a mamá tu poder, cuando no soportes la indiferencia de tu mujer, cuando te separe de tu hija durante 7 años, después de tanto sufrimiento ideado y ejecutado por mí, cada lágrima de la loba que elegiste, cada súplica de tu hija para que sus victimarios se detengan, lo estoy controlando yo, cada vez que el Vampiro la ayude él sufrirá mil veces más, tu padre morirá en las manos de tu amada, mientras tu prometida nunca existirá, todo es Producto de la Magia, te mantendré en un pequeño Valle, todos serán mis muñecos, tu amor por ellas va a hacer que me entregues tu poder, el hechizo de tu sangre será un calvario más de muerte y dolor, eres un heredero maldito, y dicha maldición es gracias a mí, Killian Vanckford, tu destino está escrito con dolor y sangre, la misma sangre que voy a derramar, porque ningún juramento hecho a ti va a hacer que me detenga, llevo años oculta en la Oscuridad, pero cuándo llegué tu final voy a alzarme con la Corona, pero antes daré inicio a una Guerra dejaré que ante tus ojos, y en tus últimos suspiros veas que Muriel Evans tu madre, es la dueña de la Corona, la misma que va a dejar nuevos legados, la Magia Negra será liberada, y tu magia será la razón de la destrucción de todo el mundo sobrenatural, cuando te des cuenta ya será tarde solamente un Sobreviviente deberá de quedar, para volver a levantar un nuevo Imperio, un Imperio de Sangre Negra**
Killian bajo a Lilibeth volviendo a mirar a la loba, esta vez Lillith a través de la marca sintió la intensidad de la mirada de Killian, la loba supo que el Hombre estaba por hacer algo, así que se acercó a el de manera inmediata.
—¿Qué ocurre? - Preguntó Lillith, pero la mirada del Beta buscó a la Bruja que los había acompañado realizando un gesto con las manos, la bruja entendió que tenía que acercarse al hombre.
— ¿Ocurre algo? - Preguntó la mujer.
— Pásame tu Varita - Lillith miro con confusión a Killian mientras que la Bruja obedeció de manera inmediata.
Killian observo con una mirada penetrante una pequeña planta, pero no ocurrió absolutamente nada, así que decidió utilizar la Varita, había pronunciado unas palabras inaudibles y la pequeña planta ardió en llamas, Killian de manera inmediata volvió a apuntar la plantita con la Varita volviendo a expresar algunas palabras y esta había florecido.
— Mi magia nunca va a dejarme Muriel Evans - Al momento en que Killian Expresó aquellas palabras, las chozas en donde una mujer estaba preparando un hechizo se incendian y los cristales que la rodean se hacen añicos.