Capítulo 42
1087palabras
2023-09-23 19:18
Pero el error del Científico fue no investigar acerca de los Licántropos de hecho una Fusión de Sangre entre Licántropos, Vampiros, Sangre humana y de Magos definitivamente lo volvería el dueño del mundo, la sangre de Lobos lo volvería más valiente, la sangre del Vampiro más ambicioso, la sangre de Mago más sabio y la fórmula de la sangre humana sería un conducto de fusión inquebrantable, pero no fue así, Muriel era torturada día y noche era abusada por el Vampiro hasta quedar inconsciente y ensangrentada los meses pasaron y la bruja no concebía aquello frustró al Vampiro que cada vez era más cruel con ella.
Pero la bruja se lo había dicho no iba a darle ni una descendencia, los magos sentían que cada vez eran más vulnerables y Federico Evans fue la vida que Dean Ashford se cobró por la poca colaboración de Muriel, el Vampiro mató al mago, pero también se lamentaba por no saber cómo consumar el poder de Federico, fue allí que todos los Magos supieron la verdad condenaron a Federico incluso después de muerto y a Muriel también la querían muerta, los Licántropos se mantenían al margen, pero los ojos amarillos del Alfa Rey sentado detrás de su escritorio cada vez más eran más intensos, una idea brillaba en su mente aunque no quería verse en vuelto y mucho menos quería que los lobos estuvieran involucrados.
No obstante desde el día en que Muriel había caído en manos del Vampiro ella había lanzado hechizos silenciosos, era conocido que ella podía hacer magia sin Vara cada día que pasaba un mago moría, varias infecciones los afectaba incluso caía lluvia en grandes cantidades logrando que algunos murieran ahogados, es por eso que ella era una sola con el Vampiro siniestro ella también mataba y sin ningún remordimiento a los magos hasta a los Vampiros además de los humanos que se acercaban al bosque como excursionistas, su abusador le dañó la mente no importa cuántas veces la tomará ella no le daría ningún heredero, cada daño que él le provocaba a ella con sus abusos ella se las cobraba con la vida de Magos, Vampiros y humanos.

Las infecciones eran incontrolables, aunque los Magos querían ayudar, no entendían la razón de no lograr sus objetivos, pero la respuesta estaba lejos de ellos; sin embargo, Muriel sabía que ningún mago sería tan capaz como ella, excepto un hijo suyo, pero tendrá que ser un Mestizo con sus mismas características, Mago y Licántropo.
Un mes más y el Infierno se desató, las muertes eran cada vez más en números mayores, Muriel cayó en un precipicio de total crueldad, el Vampiro la empujaba cada vez más en eso, la mestiza que habitaba en su interior era muy asesina, pero tan astuta aquella noche era Luna Llena y el Alfa que habitaba en la Aldea había salido a dar algunas vueltas.
La Aldea estaba sumida en sangre, muertes, maldiciones, Vampiros de Sangre Negra acabando con los Vampiros de Sangre pura, pero el toque final aún no fue procreada, Dean ya encontraba frustrante matar, pero que la bruja no quedará embarazada tampoco encontraba nada con que torturar a la mujer, a Muriel parecía que nada le importaba.
Tanto el Alfa y la Bruja estaban dando vueltas, algunas gotas de lluvia caían, el Vampiro se encontraba en una reunión para analizar una de las tantas maneras de aniquilar a los Vampiros de Sangre pura que tenía sin imaginarse que la Bruja estaba por cobrarse cada una de sus fechorías, pero condenando a un inocente.
Aquella noche sin muchas palabras de por medio, la Bruja se había entregado al Alfa, no fue hasta entrando la mañana que Muriel había vuelto al sitio en donde vivía entre tinieblas, Muriel sabía que su objetivo había sido logrado al pasar los días y empezar a sentir un calor especial en todo si cuerpo, pero se obligó a ella misma a eliminar cualquier sentimiento fraternal por su hijo.
— Tu destino está ligado a la muerte - Muriel tenía una sonrisa peligrosa - no busco ser madre y no quiero ser tu madre ni de ti ni de ningún otro cachorro - Murmuró la bruja.

Unos días después, el Infierno se desató - ¿Te has revolcado con alguien más? - La irá en la voz de Dean era evidente el Vampiro había descubierto absolutamente todo.
— Por supuesto y que crees el único inservible aquí eres tú porque con quien me acosté logró dejarme embarazada, algo que tú en meses no has logrado - la voz de Muriel estaba impregnada de arrogancia, una arrogancia que la encaminó a vivir encadenada hasta el nacimiento del mestizo que ella tenía creciendo en su interior.
El Vampiro había investigado día y noche acerca del padre del cachorro hasta que lo descubrió, el Vampiro tomó la decisión de entregar al cachorro a su padre, pero todo era porque él ya tenía sus propios planes mientras Muriel seguía sufriendo los abusos, el cachorro en su interior seguía creciendo hasta que llegó el día de su nacimiento y unas horas después de su nacimiento envuelto en una manta, pero aun con la sangre seca cubriendo todo su pequeño cuerpo fue colocado en los perímetros de la manada del Alfa misterioso.
Mientras que Muriel continuaba en el Infierno, pensaba que Dean ya había ordenado la ejecución del pequeño mestizo, hasta que la puerta del sótano se abrió.

— ¿Por qué te embarazaste de otro? - El Vampiro tenía una mirada gélida poco o nada le importaba que la loba haya dado a luz algunas pocas horas atrás, porque sin importar que el cuerpo de la loba estuviera maltratado, Dean la había vuelto a violar aquello fue todo lo que Muriel había necesitado para que su enojo se sacudiera y dañara a cuantos seres naturales y no naturales se encontraban en las cercanías del bosque.
— Porque yo solamente puedo concebir un hijo, solamente puedo quedar embarazada una sola vez y solamente un hijo mío puede obtener el poder que tú anhelas y que crees nunca lo obtendrás— Muriel se había colocado en cuclillas y haciendo uso de la mención de su poder de hacer magia sin Vara Muriel había desaparecido, aquello había dejado sorprendido al Vampiro - El día que vuelvas a verme será el día de mi muerte.
Dean no entendía el significado de aquellas palabras, es más nadie hasta el día de hoy, excepto la bruja conocía que significaba sus palabras mientras ella desaparecía de la vista de su abusador.