Capítulo 34
1800palabras
2023-09-23 19:12
Sus ojos azules observaban el perfecto vestido rojo que enaltecía su figura, su elegancia, Lillith empezó a bajar y fiel a su palabra Killian estaba esperando por ella al darse la vuelta el Beta se había quedado sin aire en los pulmones ella estaba ardiente y natural no necesitaba de ningún cosmético el leve sonrojado de sus mejillas, sus ojos azules brillantes y aquellos labios carnosos eran la perfecta combinación para el deleite del Beta, el vestido que traía puesto dejaba en claro que la simplicidad llevada al extremo se convierte en elegancia escasos centímetros los separaba y sus manos se habían encontrado.
— Estás preciosa, eres toda una Reina, eres mi Reina - Para Killian expresar aquellas palabras dirigidas a Lillith eran tan fáciles.
Lillith había sonreído satisfecha y encantada con el halago del hombre, ambos se habían posicionado enfrente de la chimenea.

— REINA MÍA - Susurró Killian acercándose provocativamente a la loba succionando ligeramente el lóbulo de la oreja de Lillith - Esta Unión será totalmente diferente, por supuesto que será bajo la aceptación de la Diosa, pero habrá algo que lo hará más fuerte, una alianza inquebrantable - Killian ejerció más fuerza en la mano que sostenía— No realices preguntas, solo entrégate y recibe todo lo que yo pueda darte.
Lillith quería romper la primera regla de aquella solicitud, pero se abstuvo de preguntar, solamente asintió con la cabeza sintiendo un leve roce de los labios de Killian sobre los suyos, el Beta siempre mantuvo el misterio en su mirada, pero esta noche incluso sus palabras eran misteriosas; sin embargo, Lillith estaba dispuesta a entregar y tomar todo aquello que Killian quiera brindarle, risas, llantos, dolor, satisfacción, ella estaba dispuesta a sellar la alianza del que él hablaba sin dudar.
— Toma todo lo que quieras de mí— Respondió segura de sí misma la Loba, albergando una intensa necesidad de descubrir aquello que el Beta ocultaba no era tonta, sabe perfectamente que Killian Vankford era más de lo que demostraba.
— Entonces cierra tus ojos mis manos, cierra tus ojos y observa el mundo que quieres conmigo, no abras los ojos, no me sueltes de las manos, y así será eternamente incluso si estamos en la eterna oscuridad, nunca dudes de mí nunca dudes que yo voy a soltar tus manos, yo siempre voy a estar a tu lado así estemos a mil millas de distancia, porque siempre tendré encuentra que nos abraza la misma Luna y al fin y al cabo eso nos dejará en claro que tan lejos no estamos - Las palabras de Killian fueron como un bálsamo de tranquilidad y la loba cerró los ojos.
Lillith se permitió imaginarse en aquella cabaña a ella y a Killian en invierno enfrente de aquella chimenea junto a 3 pequeños cachorros y una pequeña cachorrita, con Kairo siendo miembro indispensable de la familia, Killian también había cerrado los ojos mientras las llamas del Fuego se avivan toda la casa se había quedado en total Oscuridad solamente la luz del fuego en la chimenea dejaba algo de claridad la pareja se encontraba con los ojos cerrados, Lillith era ajena a la presencia que Killian estaba percibiendo, mientras que la Mestiza se acercaba cada vez más.
El vestido Rojo de Lillith simboliza, la sangre que corre por sus venas salvajes, el fuego que alimenta la pasión, la acción y la fuerza, pero también la Mestiza había escogido aquel color de vestido para ella porque ya había visto más allá de su alma, para Lillith va a significar peligro, destrucción, crueldad, guerra, Demonio, el mal.

Las manos de la mestiza tomó las manos libres de Lillith y Killian formando un pequeño círculo, una pequeña tormenta cayó la mujer los miraba a ambos, la fuerza de Killian sacudía todo él sitió, incluso para la mestiza era difícil controlar los pensamientos del Beta, por supuesto era Killian Vankford aquel Lobo cuya característica más específica era ser el sobrenatural más misterioso.
— Dos mundos se unirán, dos corazones se convertirán en 1.— Murmuró la mestiza, pero sentía que no podía continuar, un nudo en la garganta empezaba a formarse, Killian sentía que algo no estaba bien, estuvo tentado a abrir los ojos, pero si aquello ocurría toda la conexión se desvanecerá.
Fue entonces que el Beta supo que su poderosa genética estaba intentando de dominar su cuerpo, su mente, la sangre que corría por sus venas, estaba intentando de dejarle en claro por la manera que quemaba su cuerpo, que esta no era la manera en la que él tendría que unirse a alguien.
Killian estaba muy tentado a dejarse dominar por aquella fuerza, pero para eso él había solicitado de la presencia de la Mestiza, la mujer se posicionó ante las dos personas que mantenían los ojos cerrados, pero con las manos de ambos estrujándose con fuerza, la misteriosa mujer suspiró se había colocado en cuclillas, pero la fortaleza de su conexión mental se había centrado en entablar conexión con Lillith.

— Muchacha, no lo sueltes nunca, sabes por qué sientes que su tacto te quema, que tu mundo se está sacudiendo fuertemente, quizás no lo sepas, pero yo si, él desciende de un Linaje muy superior al de todos, su sangre, todo su ser se está negando a qué él una su vida a alguien sin antes pasar por las tradiciones que obliga su Linaje - Lillith escuchaba, pero no podía reaccionar.
Mientras que Killian sentía que con cada segundo que pasaba se convirtió en una tortura, necesitaba que la mestiza explicará mínimamente aquello que él no podía, Killian necesitaba cortarse la piel y que su sangre llamará a la Diosa para que por medio de su presencia y aceptación él se una a Lillith sin ningún prejuicio de por medio, estaba desesperado porque esto terminará.
— Su sangre, su Linaje no acepta que Killian se una a ti, pero el corazón del Beta ya eligió, los días, los sucesos te darán más respuestas por ahora basta y sobra con saber que esta decisión es de Killian que él te eligió a ti, él vio a la Loba para el Beta en ti, tienes que estar a la altura del hombre que te tomará de las manos, llorarás lágrimas de sangre, el camino estará lleno de espinas, está unión no será color de Rosas, o lo aceptas o te alejas - Sentenció la mujer las llamas del Fuego reflejaba el rostro de Lillith y la Mestiza había sonreído Lillith podía reaccionar, aunque sintiera miedo de aquello a que iba a enfrentar sabía que si lo enfrentaba con Killian ella lo soportaría.
La mestiza agarró la Daga, ella sabía que estaban saltando muchos protocolos, la de la Ley de los Mestizos, aunque aquello era lógico pasar por alto, no quería que alguien la descubriera, además de una de las tradiciones más sagradas de los Lobos, pero entendía que Killian no aceptaba aquella identidad, el Logo agarró la daga mientras Lillith seguía quieta su mente le había mostrado algo hermoso en ese preciso momento un suceso que la obligaba a mantener su mente ocupada solamente en aquella imagen.
— LilliBeth— Murmuró Lillith observando como las cortas piernas de la niña corría con dirección al pequeño lago, en todo momento la pequeña le daba la espalda a Lillith - Nena, ven aquí - Lillith se acercó tomando a la niña en brazos en ese momento su mirada tan rara, misteriosa y hermosa había conectado con la de Lillith, la loba emitió un gemido era la misma mirada de Killian, sus gestos y su manera dominante en realizar rabietas.
La niña pataleaba ordenando de esa manera a su madre para bajarla al suelo.
— Bájame, tú no eres mi mamá - expuso la pequeña niña y al momento en que había expresado aquellas palabras Lillith sintió que su corazón era de Cristal, parecía sentir que algo se hizo añicos al escuchar lo que la pequeña niña había dicho.
— Lilibeth no digas ese cariño - Lillith le acarició las mejillas rosas a la niña, pero esta había sacudido la cabeza.
— Déjame estar cerca del agua es la única manera que tengo de ver a mi papá - la niña sollozo y Lillith se sentía impotente - Lo único que recuerdo era su voz diciéndome que me amaba y que jugaría conmigo a tomar el Té, han pasado 5 años y nunca lo he visto, todos dicen que he heredado sus ojos, pero no es suficiente yo - la niña ya no podía contener las lágrimas se había dejado caer al suelo - ¿por qué mi papi murió? Mis compañeros son dejados en la escuela por sus padres y yo, yo tengo que decir que el mío está lejos, y estaba lejos porque el Cielo es un lugar al cual no puedo visitarlo.
Aquella visión estaba destruyendo a Lillith no podía reaccionar, no podía deshacerse del agarre de Killian.
- Lo estás viendo, esa visión es solamente tuya nadie más conoce de ella, sea lo que sea aquello que estás viendo, si decides continuar y aceptar está Unión aquella visión se llevará a cabo, un túnel oscuro, en dónde prácticamente es imposible de ver la salida es tú destino, aquel túnel es tú vida, si te unes a él lo haces sabiendo todo lo que implicará aquello, tomarás los riesgos y.
- Cállate, no continúes - Lillith también tenía una genética dominante logrando que la Mestiza sonría.
- Bien Lillith tienes el poder de cambiar tu visión - La mujer sonrió, pero Lillith parecía estar muy dañada ante aquel juego al que su mente la había sometido.
Mientras aquella visión tortuosa mataba lentamente a Lillith, Killian estaba a escasos segundos de propinarse un corte en la muñeca, y así fue, con la mano que tenía libre se provocó el corte, Lillith sintió que la mano que sostenía la suya había realizado algún movimiento, la sangre del Beta broto al suelo y todo el pensamiento de Killian fue acaparado por la Diosa, él la estaba llamando, y rogaba que pronto acudiera a él y así fue los pasos de la mujer estaban cerca, exactamente a espalda de ellos, el momento de sellar aquello que estaban realizando había llegado, el destino de ambos ya estaba escrito, sus corazones, sus cuerpos y sus almas se convertirían en uno solo si así la Diosa lo dispone.
La mujer observaba como la sangre del Beta gotea al suelo, habían pasado los 3 minutos correspondientes y ella había tomado una decisión, al mismo tiempo que la Mestiza venía con algo en manos posicionándose al lado de la Diosa ya lo había dicho está sería una Alianza muy diferente, sagrado e inquebrantable
— Killian Vankford & Lillith Becker abran sus ojos, pónganse de pie y mírenme— Ordenó la Diosa Luna.