Capítulo 67
1572palabras
2023-08-22 03:03
- Alfa, llegaron los cuadros que pediste. ¿Dónde deseas que las colguemos? - Me pregunta Samuel
Quiero, deseo y necesito que esta sea la realización de la casa de los sueños de mi pequeña.
Extraño estar mas tiempo a su lado, pero los nervios de lo que sucederá esta noche solo se me calman trabajando.

- Déjalos en la mesa, las colgare antes de irme.
La sensación hogareña y cálida se siente en cada rincón. Las paredes y el suelo revestidos de madera son perfectos para nosotros que amamos andar descalzos.
Según le escuché en la conversación que tuvo con Daimon a ella le gusta cocinar, así que nos esmeramos en que esa fuera una zona grande, amplia y moderna, elegimos tonos sobrios esperando que el color po valla poniendo ella a su gusto.
Una isla separa la cocina de la sala, los muebles y un televisor gigante ocupan el espacio. Miro los cuadros de fotos que pronto estarán sobre la pared, su sonrisa que adoro, he elegido la foto que tiene con su madre y unas más que he robado de sus redes, las miro y aún no me creo que esto sea cierto, que la vida pudiera ser tan bondadosa nosotros, sostengo una que amo sobre las demás, quien se la hubiera tomado ha realizado un trabajo magnífico.
Ella se ve relajada, sonriente y los hoyuelos que tanto amo resaltan en su rostro. Tiene esa mirada pícara que tanto me debilita! Es tan perfecta! Tanto, tanto!
Esa foto esta enmarcada en un cuadro mucho más grande que los demás y la pongo en nuestra habitación.

Antes de salir cuelgo la última foto, esta tiene una carga emocional muy fuerte para mi.
Es la foto que ella sostuvo en casa de la abuela el día discutimos sobre la existencia de mi hermano. Me avergüenza recordarlo, jamás volveré sobre mis pasos, nunca la volveré a lastimar!
En ella nos vemos los dos abrazados y felices, tan parecidos pero tan diferentes. Esa fue la última foto que nos tomó nuestra madre antes de morir.
Repaso con la mirada la casa y suplico a la diosa que este sea un lugar de felicidad para nosotros. Que nos bendiga llenandonos de amor, nos proteja y no permita que la tristeza habite acá.

Soy inmensamente feliz y estoy enamorado hasta la médula!
Salgo a organizarme y al poco rato los escucho llegar a ellos. Esta mujer es luz donde llega!
Cuando estamos listos salimos hacia el puente, la distancia hasta allá es corta para nosotros pero ella en tacones no se sentirá tan cómoda caminando de manera que la cargo en mis brazos y ella se deja hacer.
Al llegar los nervios se incrementan haciendo por primera vez en mi vida que tiemble y mis manos suden.
No me puedo imaginar mi vida sin ella.
No existe un solo plan, visión o sueño donde no la vea, de manera que cuando ella acepta nuestra propuesta de matrimonio siento que vuelvo a respirar.
La veo bailar y esta faceta de ella alegre, risueña y feliz es simplemente fascinante.
El vestido largo y descubierto en la espalda la hacen ver deliciosa y la abertura que deja a la vista su muslo me tiene babeando.
A pesar de no ser mucho de bailar me esfuerzo por complacerla y al son de una bachata según me dijo que así se llamaba, siento su cuerpo pegado al mio, sus caderas moverse con soltura y sensualidad haciendo que mi miembr* se pare hasta ser doloroso. Daimon se une a nosotros y nuestras manos recorren su cuerpo.
Ella al principio como siempre se cohibe al estar rodeados de gente. No le gusta que nos miren.
Pero el efecto de trago que hemos consumido y nuestra insistencia hacen que por fin de su brazo a torcer y nos permita disfrutar del momento.
Mis labios atrapan los suyos y la saboreo con necesidad. Deseo quitarle ese vestido y por fin fundirme en su interior.
La noche ha sido tan perfecta! Es el reflejo de lo que sentimos, de lo mucho que nos complementa.
Ella es felicidad, amor, diversión!
Las horas pasan a prisa y cuando la mañana llega Daimon por fin propone que entremos a casa.
Abre la puerta y me mira
- ¿Haces los honores? - La levanto en mis brazos cargandola para llevarla al dormitorio.
La luz es tenue y los pétalos nos guían por las escaleras hasta el sitio que será nuestro favorito.
Al estar frente a la puerta la bajo y ella fija sus ojos en la nota que esta pegada.
"Déjanos llevarte a las estrellas"
Lo sujeta y nos mira enamorada.
La cama es gigante, aunque siendo honestos sabemos que podríamos dormir en una cama sencilla y aun así sobraría espacio.
Nosotros somos incapaces de dormir separados del calor de su cuerpo. Pero aún así el hecho de que la cama sea grande nos dará mayor margen de movimiento cuando estemos jugando.
Pero no es eso, ni el nido colgante que hemos puesto cerca del balcón para que ella lea o las fotos que adornan la habitación lo que le roban el aliento. No.
Su atención está fija en el techo.
Lo hemos dejado corredizo a doble fondo y en este momento las estrellas se pueden ver a traves del vidrio templado.
- ¡Esto es maravilloso! ¡Me encanta! - Grita y se cuelga a mi cuello llenando mi cara de besos y luego hace lo mismo con Dai.
Si ella supiera lo feliz que nos hace!
Daimon la sujeta con una mano en la cadera y la otra en sí cuello profundizando el beso y ella gime haciendo que nos activemos aun mas.
Deseo verla desnuda y me pego a su espalda frotándole mi erección en su espalda, mientras le bajo los tirantes del vestido dejando libres sus pechos que Daimon toma inmediatamente en su boca.
Mis manos recorren su espalda, su cintura y voy bajando el vestido hasta que queda enrollado a sus pies.
¡La visión que me ofrece es deliciosa!
Su desnudez es una obra de arte.
Tomo sus hombros y la giro para poder besarla, mis lengua la devora y ella responde gustosa.
La llevo hasta la cama y la recuesto llevando mi cuerpo sobre el suyo, sus piernas están abiertas y dobladas dándome un acceso total.
Me deleitó en su perfección y no puedo creer que pronto esta mujer se convertirá en nuestra esposa.
Escucho el cierre del pantalón de Daimon y al momento el colchon se mueve al recibir su peso en la cama, me acomodo dándole paso y él toma su boca con ansias.
- Creí que íbamos a ver la casa - Dice ella entre jadeos.
- Eso puede esperar mi tesoro - Le dice y yo me incorporo para poder quitarme la ropa que me estorba.
Lo veo y me es difícil comprender como hemos logrado compaginar tanto, no siento ni el más mínimo asomo de celos, disfruto de verlo disfrutar con ella.
La besa y ella arquea su cuerpo en señal de gozo.
- Te daré placer pero ahora mismo necesito sentirte, no aguanto más - cierra los ojos mientras la penetra y mi mano baja a mi miembr* hinchado de excitación.
Sus embestidas son fuertes, gruñe y ella toma con fuerza la sabana aprentandola entre sus manos.
Es tan receptiva.
Lo veo girarla y sus rodilla quedan pegadas al colchón mientras su cul* queda alzado. Verla en esa posición es... alucinante!
Daimon le sujeta las manos por detrás de la espalda inmovilizandola y el movimiento de sus senos al compás de sus embestidas me provocan una oleada de calor.
Me posiciono frente a ella y acaricio su cabeza.
Daimon la suelta y ella se sostiene en sus manos y levanta su mirada para encontrarse con mis ojos que la devoran.
Sujeto su cabeza y su boca se abre dándome paso, su lengua me recorre en suaves lenguetazos que me hacen tirar la cabeza hacia atrás.
Estoy apunta de llegar a mi orgasmo, pero ella ralentiza el movimiento torturandome.
- ¡Aún no hermanito! - Escucho a Daimon háblame
La suelta y ella se queja por el vacío, gira su cabeza para mirarlo y él me invita a ocupar su lugar, paso mi lengua por su columna y muerdo sus nalgas. Tomo mi verg* con la mano y me introduzco disfrutando su calor.
Por Dios! Esto es el cielo! Su vagin* se contrae y no aguanto más, un deseo enloquecedor por anudarla me invade y debo hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para no hacerlo.
La penetro con fuerza llevando su cuerpo hacia adelante con cada empujon mientras su boca engulle el miembr* de mi hermano.
Mis manos sujetan con fuerza sus caderas y en el momento en que ella se tensiona presionando mi miembro mi liberación llega entre gemidos.
La forma en que me succiona es cosa de otro mundo!
Veo la urgencia en los ojos de Daimon y me retiro dándole paso.
Al soltarla su cuerpo pierde la fuerza y cae de cara al colchón. Él la gira y ataca sus senos con necesidad mientras se hunde para terminar dentro de su vagin* que está encharcada de líquidos.
- Recuperate, porque aún no hemos acabado contigo - Le dice Daimon al oído y yo río al recordar que son las mismas palabras uso ella con nosotros hace unos pocos días.
Podría hacer esto cada día de mi vida!