Capítulo 65
1748palabras
2023-08-22 03:02
Me despierto adolorida luego de una sesión agotadora de muy buen sexo toda la noche y la visión que tengo es simplemente perfecta. Dos hombres que parecen tallados por los mismisimos dioses están a mi lado, su aroma invade la habitación.
-Buenos días dormilona ¿Descansaste? - Me dice Daimon tocando mis pezones por encima de la sabana - Trate de atacarte mientras dormias pero Dániel siempre tan aguafiestas no me dejo - Me dice en tono seductor, mientras mira reojo a Dániel. Él es simplemente insaciable.
- Déjala por lo menos abrir los ojos hombre! Y todavía me insistias en fuera al pueblo tranquilo y la dejara bajo tu cuidado! - Le dice quitando su mano de mi pecho.

Me causa gracia verlos despertar así, ellos parecen niños pequeños todo el tiempo. Bueno a excepción de cuando estamos en ya sabes...
- Iremos al pueblo mi pequeña, hoy tenemos algunos pendientes y de paso aprovechamos para que conozcas la ciudad, porque según me dijeron en el hotel, no saliste un solo dia de allí. Arréglate y nos vamos antes de que a esté se le levante de nuevo el intenso. - Me da un suave beso en los labios de buenos dias y sale de la cama dirigiéndose hacia el closet para alistar mi ropa.
- Ja! Dizque antes de que se me levante! Mi impresionante, asombroso y poderoso amigo nunca, pero nunca duerme! - Le responde Daimon riendo mientras se me monta encima llenándome de besos.
- Daimon! Déjala ahora! La vas a acabar! - Le dice Dániel sin mirarlo
- Es que no puedo evitar recordar esos gemidos y la forma en que me presiona cuando llega... Me podría venir solo con esa imagen! - Su voz es tan sexi!
Dániel gruñe y Daimon se levanta de mala gana, con una erección bastante pronunciada.

- Ahora estaré de mal humor hasta que pueda estar clavado entre ese apretado y caliente coño. ¿Podrás vivir con ese cargo de conciencia amor? Sabiendo que entre tus piernas está la cura para todos mis males - No puedo evitar reír y me levanto envuelta y corro hacia el baño
- Creo que puedo arriesgarme a vivir con ello - Le grito desde la bañera y él gruñe.
Dániel conduce y Daimon y yo vamos en la parte de atrás de la camioneta, él no deja de preguntarme cosas sobre mi niñez, mis comidas favoritas, lo que me gusta y lo que no. Me mira concentrado y parece querer grabar cada palabra que le digo.
Al llegar a la ciudad recorremos las calles, estamos en verano y aunque no hace frío tampoco se siente tanto calor.

Entramos en un restaurante bastante fino y con una decoracion sobria y elegante. La vista al río desde la altura es simplemente impresionante.
Ellos saludan al encargado que pronto nos guia a una mesa cerca de la ventana.
Me llevan uno de la mano y el otro tiene su mano en mi cadera.
Me siento incomoda por las miradas, sobre todo durante la cena puesto que los dos me paladean y no pierden oportunidad para darme suaves y pequeños besos con cada bocado.
Nosotros estamos en nuestra burbuja de amor, disfruto la forma amorosa en que me tratan y la buena relación que han empezado a formar ellos dos.
Al terminar me disculpo y voy al servicio mientras ellos esperan en la mesa
Estoy frente al espejo y el grupo de mujeres que estaba cerca de nosotros entra y al verme empiezan a hablar.
- A eso vienen esas emigrantes. A abrir las piernas y ganar dinero de esa manera - Dice la que miraba con más intensidad a mis compañeros y las demas asienten de acuerdo con su horrible comentario.
Muerdo mis labios y los ojos se me ponen nublados de lágrimas pero no me quedo callada! No voy a permitir que se refiera así de las mujeres que dejamos nuestro país con el sueño de tener mejores oportunidades.
Ella no tiene ni idea el dolor que da dejar a los seres amados y tener que partir en busca de un mejor futuro.
- Usted es una mujer amargada y malvada. Lo que siente es envidia al ver como ellos me AMAN y se le mojan las piernas al soñar que es usted la que ocupa mi lugar - Le digo escupiendo las palabras.
Sus ojos me ven enfurecida. Y cuando levanta su mano para golpearme un fuerte brazo la aparta bruscamente.
- No se atreva a tocarla! - Es la voz gruesa de Dániel que la mira con furia.
Pronto lo brazos de Daimon me están rodeando y me sacan del lugar cuando siento que el aire no llega a mis pulmones.
Caminamos hasta la camioneta y cuando me recuesto en ella las lágrimas salen a raudales.
¿Por qué la gente debe dejar salir palabras de su boca con tanto veneno?
- Mi tesoro no llores esa solterona frígida no se merece tus lágrimas. Olvida lo que te dijo. - Me dice mientras besa mis mejillas tratando de calmarme.
- Mi pequeña no vamos a dejar que esto nos arruine el día saca eso de tu cabeza. Hoy es realmente importante para todos. El abogado nos espera. Vamos a unificar todas las propiedades y terrenos de las manadas. - Cuando las lagrimas cesan toma mi mano para que nos dirijamos al lugar, pero no quiero volver a sentir esas miradas, así que trato de manera infructuosa de que ellos me suelten y caminemos sin tocarnos.
- No hagas eso! No debes sentir vergüenza por lo nuestro. Si ellos no lo entienden es no es algo que deba robar nuestra paz. Nosotros nos sentimos orgullosos de llevar tu mano. - Me dice Daimon sujetando mi cadera y presionandose contra mi cuerpo hasta hacerme chocar contra el pecho de Dániel.
- De acuerdo, de acuerdo. Pero no hagamos más esto en público por favor! Denme tiempo para adaptarme! - Les digo saliendo de su agarre y mirando a todos lados para asegurarme de que nadie notará la escena.
Ellos ríen al ver mi nerviosismo.
La tarde pasa rápido y el papeleo pronto esta listo.
- Solo hace falta tu firma aquí otra acá y algunas huellas para poder finalizar. - Me dice el abogado.
- ¿Firmas para que? - Les pregunto mirándolos
- Queremos que la cuenta bancaria sea compartida, de esa manera podrás mandarle dinero a tu madre sin tener que pedirnos. - Me niego de inmediato a las palabras de Dániel.
- No, no voy a tocar su dinero, yo puedo trabajar y encargarme de esos gastos. - Les digo cruzando los brazos.
- Victoria! - Su voz suena como una advertencia.
- Tranquilo hermano, yo estaría más que dichoso si me toca obligarla a hacerlo - dice Daimon - acercándose mientras me desnuda con la mirada.
- Matt, por favor nos prestas tu oficina unos minutos, nuestra pequeña necesita algo de convencimiento. - Me pongo roja como un tomate cuando dicen eso! Por Dios ese señor se debe estar imaginando los metodos de persuasión que usaran una vez que la puerta se cierre.
- Vale! Vale! Si firmo! - Y ellos besan mis labios felices de que les obedezca.
El camino a casa pasa sin contratiempos, y al llegar ellos van a ver la construcción que no he podido ver desde que elegimos el lugar y los detalles que tendría nuestra casa.
La semana se ha ido volando, ellos están entretenidos trabajando y yo me integro con los pocos oficios que me dejan hacer.
La mayoría del día la paso con los niños de la manada en compañía de la compañera de Frank, Angela que se ha convertido en una gran amiga.
- Mi tesoro, casi no te encuentro. Vamos a casa a organizarnos, tenemos una cena que nos espera y Dániel es bien impaciente. - Me dice Daimon mientras besa mi cuello.
Me baño rápido y al salir un hermoso vestido salmón me espera, pero mis compañeros no estan a la vista.
Me organizo y al bajar las escaleras ellos me están esperando, se ven tan guapos!
Están vestidos practicante igual salvo por el tono más oscuro de la camisa.
Toman mi mano y nos dirigimos al puente donde veo a toda la manada reunida.
- Te ves espectacular mi pequeña - Ya extrañaba los besos de Dániel.
- Te tenemos una sorpresa mi tesoro! - Dice Daimon tomando mi mano, se ven nerviosos y eso no es normal en ellos.
Al llegar veo el camino lleno de faroles y pétalos de rosas hasta la entrada de la que será nuestra casa.
Estoy tan concentrada viendo la casa que es tal cual como la soñaba que no noto el momento en que los dos se hincan y toman mi mano.
- Tú eres todo lo que habíamos pedido en sueños. - Dice Daimon
- Nuestro hogar, nuestro lugar seguro. Nunca habíamos sido tan felices como lo somos desde que llegaste y quisiéramos ser tus guardiánes, amigos y amantes para toda la vida - Continua Dániel como si sus mentes estuvieran conectadas. - Nos haz unido de formas que jamás pensamos que podían ser posibles.
Los veo sacar una pequeña cajita blanca y sus manos tiemblan.
- ¿Victoria quieres darnos el privilegio de convertirte en nuestra esposa? - Dicen al tiempo mientras sacan una argolla con tres diamantes.
Sus ojos están fijos en los míos que ahora están vidriosos por la emoción.
- Si! Para siempre si! - Les respondo con la voz quebrada de felicidad.
Sus anillos se deslizan por mis dedos anulares.
Y pronto los aplausos se hacen oír. Sus labios capturan los míos y juro que mi corazón esta a punto de salir de mi pecho por la emoción
Los abrazos y felicitaciones llegan de parte de todos.
- Jamás me imagine verlos hacer esto! - Dice Frank con una gran sonrisa - Los harás pisar una iglesia por primera vez!
- El amor transforma - Le responde la abuela mientras me abraza fuertemente.
La mañana nos alcanza entre risas, besos y bailes.
- Ahora solo falta que decidas la fecha y este sueño se hará realidad amor mio! Seremos los tres como uno solo! - Me dicen Dániel mientras me carga en sus piernas.
- ¿Quieres darnos el honor de estrenar la casa? - La voz sensual de Daimon en mi oído me hace sonreír mientras toma mi mano y nos dirigimos a la entrada seguidos de Dániel.