Capítulo 58
1167palabras
2023-08-11 07:55
- Daimon he pasado un verdadero infierno por mis acciones y hoy parece que mi camino por fin se ha iluminado. Si lo que me vas a decir hará que mi felicidad se opaque te agradezco que lo dejemos para mañana. No quiero bajar de mi nube aún.
- De acuerdo, pero que conste que tuve la intención de hablarlo a tiempo. - Me dice y le cambio el tema
- Quería que habláramos de algo que tenia en mente antes de que pasara todo esto. - Le digo emocionado. - Victoria evidentemente no es de este país, eso ya lo notaste. La razón de su viaje fue por una calamidad familiar, su madre debe tener cáncer, ella no me lo contó, pero por lo que escuche debe ser eso.
Y tú sabes que nuestra sangre tiene algunas propiedades que la podrían ayudar a sanar.
- No sabia nada de su situación, yo no he tenido tiempo de conocerla en absoluto - Me dice apenado.
- Bueno es que todo ha sido rápido. Lo que quiero es que la podamos llevar a visitarla y ver si podemos hacer algo por ella, ¿Te parece?
- Claro! Haría todo lo que fuera por ver su sonrisa.
- Vale, entonces vamos al hotel, allá están sus documentos y programaremos el viaje. - Le digo dando un paso para salir de la habitación pero su mano en mi hombro me detiene.
- Iremos, pero primero báñate, su olor en tu cuerpo me tiene enloquecido, te espero abajo.
Me organizo rápido y la veo durmiendo plácidamente. Es un sueño! Ya no hay temor, ni lágrimas.
La manada ya esta en casa y podemos desplazarnos con tranquilidad a sabiendas de que estará protegida mientras volvemos.
Además después del esfuerzo físico que ha tenido dudo que se despierte antes de que nosotros estemos de regreso.
Al llegar al hotel retiro el sobre donde está el pasaporte y la hoja de vida de Victoria, con esa información ya podemos comprar los boletos y darle la sorpresa.
- ¿Crees que la señora acepte la relación? - Me pregunta
- ¿Dai, quieres ayudarla o matarla del susto? Jajajaja. Iremos pocos días, y nos turnaremos para acompañarla.
Al salir del hotel una mujer con un escote excesivo nos ve de manera desvergonzada.
Lo veo y su expresión es incomoda.
- Hace pocos años no habrías perdido la oportunidad. Estoy impresionado de los cambios que ha traído ella en tu vida. Pareces otro. - Me mira y frunce el seño.
- Dániel, ella es todo lo que tengo, jamás ni de cerca había sentido tanto por alguien. Y soy feliz de pertenecerle, de ser completamente suyo. - asiento porque siento exactamente lo mismo.
Estamos caminando hacia la camioneta cuando el teléfono timbra en mi bolsillo, es Frank.
- ¿Que paso Frank? Ya vamos a salir para allá ¿Necesitas algo?
- Alfa deben volver. Algo le pasa a la luna. - Su voz es preocupada y logro escuchar los quejidos de ella al fondo.
Cuelgo con mis manos temblando, lo miro y el pánico me invade. Él ya se ha transformado y no tardo en hacer lo mismo y correr tan rápido como podemos hasta llegar a casa.
En la entrada obstruyendo la puerta principal veo transformado a Frank y a Samuel asomando los colmillos y muchos machos de la manada alterados frente a ellos.
El fuerte olor me detiene. Ella está en celo, esa es la razón de la alteración de todos, su aroma me aturde.
¿Como putas es posible que ella pueda estar así?
Cuando nos ven llegar abren paso y corremos hacia la habitación donde Susy trata inútilmente de calmarla.
Esta en una esquina de la habitación, cubierta con una sabana y el sudor baja por su frente.
Sus mejillas están rojas por la excitación.
- Susy nos encargamos nosotros, gracias. Que nadie entre en casa por favor. - Le dice Daimon respirando con dificultad mientras se acerca con sigilo.
Ella levanta la mirada y sus ojos se encienden, se incorpora dejando su cuerpo al descubierto.
- ¿Por qué me dejaron sola? - Su voz suena enojada, se siente herida.
- Amor, tranquila vamos a darte un baño. Respira. - Pero eso parece sal en la herida y sus manos tiemblan de la ira.
- No quiero! No quiero que me bañes! - Esta fuera de si. - Me duelen los senos, me duele el vientre. Ustedes dijeron que me iba a cuidar y me dejaron botada. - La frustración la hace llorar.
Daimon se acerca y levanta la sabana para cubrirla pero antes de poder hacerlo ella se pega a sus labios ansiosa jadeando y su mano envuelve su miembro con necesidad
Él la retira con dificultad, el hecho de que estemos desnudos hace que esto sea más difícil de controlar.
- Victoria, debes calmarlate. No eres tú en este momento. - Le dice sin mirarla para no dejarse vencer por la tentación.
- ¿Ya no quieren? Ustedes dijeron que seriamos los tres siempre. - Sus lágrimas corren. - Por favor - Dice suplicante mientras de sienta en la cama con sus piernas abiertas mojadas por sus líquidos.
- Mi vida, calma, te vamos a ayudar. Yo saldré y él va a calmar tu calor - Habla Daimon mientras se gira para salir.
- NO! No lo hagas Daimon! No te atrevas a irte! ¿Acaso no me deseas? ¿Hice algo para que ya no quieras estar conmigo? - Esta completamente desorientada.
- Mi amor, te deseo más de lo que he deseado cualquier cosa antes en la vida. Pero lo que quieres hacer es demasiado para tu cuerpo. - Pero ella no entiende razones.
Se levanta, lo empuja en la cama y sin darle tiempo a reaccionar esta sentada sobre su miembr* cabalgandolo mientras me mira enfurecida.
- Dániel! Si no vienes te juro que me iré! Los dejare y no me volverán a ver! - Avanzo lentamente mientras los ojos de Daimon están fuertemente cerrados tratando de contenerse.
Nuestro tamaño es muy por encima del normal y ella sube y baja sin dificultad. Llevándolo rápidamente al orgasmo
Me posiciono a su espalda y mis manos temblorosas acarician sus mejillas.
- Acuéstate! - Me ordena.
- Victoria! No! - Pero su mirada afilada me acecha como una fiera. Me siento y ella se para frente a mi.
- Hablemos amor! Debes calmarte! - Pero sus piernas ya están rodeando mi cadera y su centro hirviendo y chorreante me nublan.
Su pequeña mano toma mi verg* y se la introduce jadeando.
Ella no es mi Victoria, sus ojos están rojos de deseo. Sus movimientos fuertes hacen rebotar sus senos y se que cuando entre en razón va a estar adolorida y lastimada. Pero nada de lo que le digamos va a hacerla entrar en razón en este momento.
- No me basta! Quiero más! Quiero más! - Me dice mientras araña mi espalda y su mirada busca a Daimon que la observa con culpa en sus ojos.